*Reflexiones del corazon*

miércoles, 31 de octubre de 2012

El inquilino de este mundo es el "pecado"

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El inquilino de este mundo es el "pecado"
Se cuenta la historia de que una noche Satanás se acercó a Martín Lutero y le enseñó una lista larga de todos sus pecados: la avaricia, el orgullo, la lujuria, y muchos más.
Pero Martín Lutero le dijo: -Satanás . . .te quedaste corto. También debes apuntar este pecado y estos más,- y le fue dando a Satanás unos pecados más para agregar a la lista. Finalmente, le dijo: -ahora pon una cosa más al pie de tu lista: -La sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado . . . I Juan 1:7
Y Satanás huyó.
Tomado de D. Edwards, Revolution Within (Waterbrook: Colorado Springs, CO EU 2001), págs. 63-64 (trad. Jim Adams)

viernes, 26 de octubre de 2012

No al temor

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 No al temor
 Aflige a 70 millones de americanos y causa 38 mil muertes cada año.
• Cuesta anualmente a Estados Unidos unos $70 mil millones en productividad.
• Lo sufren los adolescentes. Los estudios muestran que el 64% de ellos lo culpan por el bajo rendimiento escolar.

• Los adultos lo padecen. Los investigadores dicen que los casos más graves se encuentran entre los treinta y los cuarenta años de edad.
• Los adultos mayores se ven afectados por él. Un estudio sugiere que impacta al 50% de la población superior a los sesenta y cinco años.
• El tratamiento incluye desde enjuagues bucales a té de hierbas y medicinas.
Aunque usted no lo crea estamos hablando del insomnio. América no puede dormir. Las causas del insomnio son muchas y variadas. En la mayoría de los insomnios crónicos, se comprueban varias afecciones: ansiedad, miedo y depresión. Y sólo en Estados Unidos hay 19 millones de personas que sufren de depresión. Entre las causas que la provocan se mencionan la pérdida del empleo, muerte de un ser querido, divorcio, entre otras.
Precisamente las familias de Estados Unidos han pasado por todas estas cosas que hemos mencionado en los últimos meses. No hay paz, no sólo porque se ha desarrollado una guerra sino porque no hay tranquilidad interior. Se está viviendo en un constante miedo, temor. Y, aunque según Becker: «El miedo es una señal de supervivencia que suena sólo en presencia del peligro», cuando este miedo objetivo se convierte en irracional puede destruir, anular y hasta inutilizar a una persona e inclusive convertirla en un peligro.
Por miedo, los once abandonaron al Maestro en Getsemaní; por miedo, Pedro lo negó y renegó; por miedo, a la acción hebrea contra la fe, crepitaron insaciables las hogueras de la Inquisición, adjetivada «santa», por miedo fue condenado Galileo Galilei; por miedo…1 han ocurrido tantas cosas. John F. Milbrun escribió: «El miedo es como el fuego: si se controla te puede ayudar; si no se controla, crecerá y te destruirá. Las acciones de los grandes hombres dependen en una gran medida del miedo. Hacemos cosas porque nos agrada hacerlas o porque tenemos miedo de no hacerlas».
Sin embargo, hay que aclarar que el miedo es necesario. Un ser sin temor está desprotegido. Ese miedo es el que se conoce como objetivo; lo que debemos evitar es que se convierta en irracional, pues puede convertirse en un enemigo del servicio al Señor.
En la Biblia encontramos muchos episodios relacionados al miedo o más bien a reacciones para escapar, por miedo. Podemos recordar a Moisés cuando el Señor le pidió que enfrentara al Faraón. O a Jonás cuando le dieron la instrucción de que fuera a Nínive. De esta misma manera podemos perder grandes bendiciones por no atrevernos a obedecer la voluntad de Dios. Luego esa desobediencia se convierte en cargo de conciencia, hace que el sueño nos abandone, y hasta la paz; todo por miedo.
El miedo no se pierde, más bien se controla. La mejor manera de controlarlo es con la ayuda del Señor. «¡No tengan miedo, mi pequeño grupo de discípulos! Dios, el Padre de ustedes, quiere darles su reino.»2
«No le tengan miedo a nadie. Porque todo lo que esté escondido se descubrirá, y todo lo que se mantenga en secreto llegará a conocerse. No tengan miedo de la gente que puede destruir el cuerpo, pero no el alma. Teman a Dios, que sí puede destruir en el infierno el cuerpo y el alma.»3
Miedo debió haber sentido el hombre de México que estuvo secuestrado y sólo lo mantuvo con fe y esperanza lo que leyó en una Porción bíblica que, aunque parezca irónico, el tema era «Cómo enfrentar la muerte».
En esta historia se puede detectar el miedo en diferentes manifestaciones. Por miedo, los secuestradores dominan a sus víctimas y las humillan, pero también por miedo ellos mismos subsisten internamente. Para evitar que deserten de sus grupos también ellos son amedrentados.
Para este hombre de la historia, como para las águilas, hubo Una segunda oportunidad y aquí les contamos el relato.
Para aquellos que por miedo han perdido la paz, también presentamos el artículo: ¿Qué es la paz? ¿Es la ausencia de guerra? ¿O la ausencia de penas y preocupaciones? ¿Cómo lograrla? Es una eterna búsqueda y muchos dirán que con muy pocas esperanzas de conseguirla, si pensamos en la decadencia social por la que atraviesa este mundo. Sin embargo, en Jueces 6 hallamos una declaración irrefutable: «El Señor es paz».
Controlemos el miedo, encontremos la paz del Señor y podremos Levantarnos y resplandecer. No nos convirtamos en una estadística más de los que padecen insomnio porque hemos tenido miedo de aceptar la voluntad del Señor.

jueves, 25 de octubre de 2012

Cuidado ahi no termina todo! EL SUICIDIO

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EL SUICIDIO: EL PRINCIPIO DE TODOS TUS PROBLEMA
No Matarás
(Éxodo 20, 13).

En el mundo actual, la tasa de suicidios se ha incrementado notablemente en relación a tiempos pasados. Las estadísticas nos indican que cada día se suicidan más de dos mil personas en el todo el mundo. Unas diez mil más lo intentan, pero fallan en el intento. Con estos datos, nos encontramos con que un millón de personas en todo el mundo acaban con su vida cada año. Unos datos realmente espantosos. Y, paradójicamente, cuanto mayor es el progreso económico de un país, cuanta más riqueza y bienestar material, más se incrementa el porcentaje de suicidios.
En este artículo vamos a analizar las razones que incitan a esta práctica abominable y sus desastrosas consecuencias para el alma de los suicidas.
El Catecismo de la Iglesia Católica deja bien patente que la vida es un don divino que debe ser conservado hasta que Dios disponga lo contrario:
"2280 Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para Su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.
En la naturaleza humana está insertado el ansia de vivir, por lo que el suicidio es un atentado contra la ley natural:
Trastornos psíquicos graves, la angustia, o el temor grave de la prueba, del sufrimiento o de la tortura, pueden disminuir la responsabilidad del suicida."
En nuestra sociedad el suicidio está cada vez más extendido, y casi todos conocen algún caso entre familiares, amigos, o conocidos. Existen razones asociadas al suicidio, como el alcoholismo, depresiones diversas, etc. De alguna forma, los suicidas piensan en solucionar todos sus problemas de un golpe, pero, como demostraremos, una vez que el suicidio es cometido con éxito, los problemas no habrán hecho más que comenzar... para no terminar jamás.
Vamos a plantear las razones por las cuales no debe recurrirse en ningún caso a este nefasto sistema para solucionar los problemas.
Éste parece ser el problema número uno de los suicidas: la falta de realismo en sus planteamientos.
No es casualidad que en una época de ateísmo e incredulidad como la actual, se incremente notablemente el número de suicidios. Éstos suicidas tienen la convicción de que tras la muerte no hay nada más. Piensan que después viene la nada, el olvido de los problemas y la paz definitiva. Para ellos, la muerte es el no-ser.
Por supuesto, el juicio divino, los castigos del infierno y la eternidad en el abismo no se tienen en cuenta. Para ellos, todo esto es irreal y no merece la pena tenerse en cuenta. De alguna manera, piensan que se puede pasar por la vida matando, robando, adulterando y engañando a todo el mundo, y que después, todo volverá a ser como antes de nacer: la nada. Niegan la existencia de Dios, de cualquier juício final y de la eternidad en el Cielo o en el infierno.
Un cierto porcentaje de suicidas, más espiritual, puede pensar que quizás exista algo después de la muerte, algo parecido a los fantasmas, los espíritus, o incluso los extraterrestres, pero que, en todo caso, no tiene nada que ver con las Verdades religiosas. A lo sumo, se tratará de una especie de vida anodina, sin matices, como seres espirituales lejanos, sin libertad suficiente para elegir entre el bien y el mal.
En cualquier caso -piensan- haya lo que haya después de la muerte, e hiciera lo que hiciese durante su vida, el suicida tendrá siempre asegurada una morada feliz en el Cielo o en un lugar similar.
Sí, no debe sorprendernos esta actitud tan típica del mundo actual. Vivimos en una época de relativismo moral. Se ha perdido la noción del bien y del mal. Se considera que todo lo que uno haga está bien si es bueno para él, independientemente de las consecuencias que tenga para los demás. La noción del bien absoluto, que Dios nos entregó en Sus Mandamientos, parece haber quedado desfasada para mucha gente. Por esta razón, muchos ladrones "que roban a los ricos podridos de dinero", asesinos "que matan para librar al mundo de ese malvado", adúlteros "que dan a las mujeres lo que su marido no les da", homosexuales "que no hacen daño a nadie", abortistas "que defienden los derechos de las mujeres", mentirosos "piadosos" e incluso los suicidas "que hacen con su vida lo que les da la gana", piensan que el Cielo está esperando impaciente por ellos.
Esta libertina forma de pensar resulta muy actual, muy "progresista" a decir de muchos; pero generalmente se olvida mencionar a continuación las consecuencias que conlleva todo este pecado: muerte, dolor, enfermedades, miseria y condenación eterna.
Los ateos siguen este esquema simple, pero fácilmente comprensible. Es igual lo que diga la ley humana sobre el suicidio, aunque sea ilegal, una vez cometido, ningún juez podrá condenarlo por ello. De la misma forma, un ateo no piensa en la maldad o bondad de su acción, pues ningún Juez podrá tampoco pedirle cuentas en el Más Allá, simplemente se desvanece en la nada.
Este razonamiento explica el inaudito incremento de la tasa de suicidios en nuestras sociedades modernas, donde el ateísmo es una plaga generalizada.
El mundo actual se define como materialista radical. Sólo cuenta lo tangible. Esto explica el desprecio a la vida humana, propia y ajena, explicitada en las masacres del aborto, la eutanasia y el suicidio.
Pero centrémonos en la cuestión. Una vez explicado el razonamiento que permite al hombre salvar la tendencia natural a permanecer con vida, y lanzarse alegremente al suicidio, hay que preguntarse qué causas provocan que tanta gente llegue a esta situación.
La primera y más evidente es la de sentirse abrumado con el peso de la vida. A lo largo de una vida normal, es inevitable que se sucedan las alegrías y también las desgracias. Estas últimas forman parte de la vida, es inevitable que así sea en mayor o menor medida. El problema se presenta cuando la única solución que se encuentra a los problemas es el auto-asesinato.
Un ejemplo típico de este caso es el de los suicidas que se tiraban de las ventanas de la bolsa de Wall Street durante el comienzo de la Gran Depresión de 1929. Al verse abocados a la miseria a causa de la brusca pérdida de valor de sus acciones, estos inversores no dudaban en "solucionar" su problema con el contundente sistema de la auto-defenestración.
Y, cuando no es la pobreza, son los problemas sentimentales o conyugales, matrimonios rotos, enfermedades diversas, etc. De alguna forma, en este tipo de suicidas se manifiesta un desmesurado orgullo que los conduce a rechazar el puesto que Dios les asigna durante su breve estancia en la Tierra. "Los caminos del hombre son del Señor. ¿Cómo puede un hombre comprender su propio camino? (Proverbios 20, 24).
Estos hombres, por su negativa a soportar unos limitados años de dificultades aquí, en la Tierra, se exponen a ver caer sobre ellos el océano de calamidades que aguarda por los pecadores tras la muerte.
Mención especial merecen aquellos que se suicidan a causa de los problemas sentimentales.
En el hombre y la mujer, los afectos amorosos suelen tener una gran importancia, y de hecho, tras las convicciones religiosas sinceras, y el amor por los hijos, suelen ser los sentimientos más intensos. Cuando una relación amorosa se rompe, sobre todo en la juventud, parece que el mundo entero no tiene sentido, el alma se vacía por completo y la vida no tiene valor. Sin embargo, ya hace miles de años que el rey de la sabiduría, Salomón, advertía:
"He visto todas las obras hechas bajo el sol, y he aquí, que todo es vanidad y vejación de espíritu." (Eclesiatés 1, 14).
Sin embargo, a poco que uno piense, no tarda en descubrir cuantas traiciones han tenido lugar, y cuantas tienen lugar actualmente, incluso entre los amigos más íntimos. Hoy en día no es raro ver incluso matrimonios ancianos, que tras una vida de amor, se separan con gran disgusto y con sorpresa general. ¿Y tú, suicida potencial, estás dispuesto a morir ahora por la infidelidad de un amor que ya no volverá? Muchos otros amores se han ido al garete antes, pero finalmente el tiempo los ha enterrado en el olvido. Y otro tanto sucederá con este otro amor roto ahora: el tiempo se encargará de disiparlo en la nada, hasta el punto de que te olvides de esa pareja que ahora tanto te aqueja el alma.
Una de las razones más habituales para el suicidio es la de no poder soportar el peso de la vergüenza pública. Ante algún acto de deshonra, crímenes, delitos vergonzantes, o simples conductas indecentes, aparece la vergüenza. Este sentimiento de vergüenza puede alcanzar unas proporciones inauditas, e incluso mortales. Conozco algún caso en que este sentimiento alcanzó tal magnitud que incluso provocó la muerte súbita del padre de cierto hombre dedicado al comercio que fue acusado y condenado por abuso a menores.
Sin embargo, ante estas situaciones hay que ser objetivos y utilizar la razón. Por muy sangrante que sea la vergüenza, por insoportable que resulte el ridículo público, por muy bajo que haya caído la propia reputación, siempre existe algo peor: pecar contra Dios suicidándose.
De hecho, si se piensa bien, no existe mayor vergüenza y estupidez que el suicidio. Por un lado, el suicidio no es una salida a ningún problema, sino la entrada a un problema infinitamente mayor, el peor imaginable. Por otro lado, el suicidio no soluciona el problema de la pública vergüenza, sino que la agrava aún más, pues al acto vergonzante que provocó esa situación, hay que añadir, además, la vergüenza que supone en sí mismo el propio suicidio.
Y, por si fuese poca la vergüenza ante la gente de este mundo, el suicida tendrá que cargar con este pecado en el otro. El día del Juicio todos los pecados de los hombres serán hechos públicos ante toda la corte celestial. Y el suicida tendrá que añadir a sus otros pecados esta otra vergonzosa culpa de haberse matado, culpa y vergüenza que perdurarán durante toda la eternidad.
¿Puede haber mayor tontería que matarse a uno mismo para librarse de una vergüenza temporal para caer en la eterna vergüenza que aguarda al suicida en el abismo infernal?
Existe un colectivo de personas con gran tendencia al suicidio: los enfermos graves. En este caso, la percepción de tener que padecer una larga y dolorosa enfermedad que quizás no tenga cura supone una carga de tal magnitud que la muerte aparece como la única "solución" posible. Esto además se ve agravado por los avances de la medicina moderna, que alarga considerablemente la esperanza de vida, y, al mismo tiempo, los problemas de salud en las personas mayores.
Sin embargo, es necesario contar con los planes de Dios. La Divina Providencia es la Única que tiene potestad para decidir el momento de pasar a la eternidad.
Una larga enfermedad puede resultar muy penosa, y dejar consecuencias serias el resto de la vida. Plantearse acabar con ellas por medio del suicidio no es una actitud razonable. La Biblia nos ofrece el ejemplo de Job, que soportó pacientemente toda clase de calamidades, desde la pérdida de todo su patrimonio, de su familia, de sus amigos, y de todo cuanto poseía, incluso su salud, al ver todo su cuerpo completamente cubierto de llagas y costras dolorosas; pero que se consolaba pensando que algún día vería el rostro de Dios.
El profeta Daniel prefirió ser lanzado a los leones antes que traicionar sus principios, y fue milagrosamente salvado por Dios.
Y otro tanto se puede decir de los innumerables mártires de la Iglesia, que soportaron con gran paciencia toda clase de sufrimientos, de torturas y muertes crueles antes que renunciar a su fe.
"Otros recibieron pruebas de burlas y de azotes, además de cadenas y cárcel.
Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a espada. Anduvieron de un lado para otro cubiertos de pieles de ovejas y de cabras; pobres, angustiados, maltratados.
El mundo no era digno de ellos. Andaban errantes por los desiertos, por las montañas, por las cuevas y por las cavernas de la tierra." (Hebreos 11, 36-37).
Las Sagradas Escrituras son diáfanas acerca del suicidio. La Biblia tiene mucho que decir acerca de la vida y la muerte, y también del significado de la vida. La Biblia fue escrita desde la perspectiva de que Dios existe, por lo que no procede entrar en esta cuestión. Sin embargo, si tú eres ateo y piensas en el suicidio, te sugiero que continúes leyendo este texto.
Dios se proclama el Señor de la vida y la muerte: "Yo hago morir y Yo hago vivir." (Deuteronomio 32, 39)
Puesto que Dios es el Creador de todo lo que existe, Él determina cuando una persona vivirá y cuando morirá. ¿Acaso Dios no tiene este derecho? Nosotros no determinamos cuando debimos nacer, y tampoco debemos interferir en cuando debemos morir.
Eclesiastés 3, 1-2 nos dice: "Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir."
Para comprender este punto, podemos poner un ejemplo. ¿Acaso un soldado puede abandonar su puesto de guardia porque de pronto, a media noche, se ha puesto a llover? ¿Puede este centinela esperar algo más que reprobación y muerte de su general? ¿Acaso podría servirle de excusa el decir que "desobedecí una orden de un superior porque ...estaba lloviendo y me mojaba el uniforme?" ¿Qué clase de cobardía vergonzosa es esta?
Otro tanto puede decirse de un alma que, por propia voluntad, deserta de su cuerpo y se va a volar sin la debida autorización de su Creador. Imaginémonos la escena. Este suicida se escapa de su cuerpo mortal y se presenta ante su Creador en el mundo espiritual, esperando aprobación por su acto de deserción, diciendo: "Abandoné mi puesto porque encontraba mi cuerpo demasiado pesado para mí... lo he abandonado, pero no he desertado, y espero una recompensa por ello..." ¿Acaso un alma tan insolente puede esperar otra cosa que ser borrado definitivamente de la presencia de su Creador y ser condenado a sufrir condenación eterna sin misericordia ni esperanza alguna?
El quinto Mandamiento dice claramente: "No Matarás"
(Éxodo 20, 13).
¿Acaso no es matar el suicidio? ¿Acaso no acabas con la vida de una persona? Si piensas que este mandamiento sólo se aplica a los demás y no a ti mismo, y que, por consiguiente, tienes el derecho de auto-asesinarte, pero no a tu prójimo, entonces es que no comprendes el verdadero significado de este Mandamiento. Otros Mandamientos explicitan claramente este punto.
El sexto Mandamiento dice: "No Cometerás Adulterio" ¿Significa esto que puedes cometer adulterio con tu propio cuerpo, pero con el de otros no? Esto no tiene ningún sentido.
Existen otras prohibiciones en la Biblia al respecto. Una de las primeras le fue dada por Dios a Noé tras el Diluvio:
"El que vertiere sangre de hombre, por el hombre su sangre será vertida; porque a imagen de Dios fue hecho el hombre."
(Génesis 9, 6).
Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza y, por consiguiente, cuando un hombre es asesinado, el asesino es condenado a muerte. Por lo tanto, tras haber ordenado que un hombre que mata a otro hombre debe ser ejecutado, ¿piensas que Dios no tomará justa venganza en el otro mundo contra los que se asesinan a sí mismos? ¿O acaso piensas que Dios quiere que el hombre castigue en este mundo a los que rompen Su ley en mayor medida de la que Él aplicará en el otro mundo?
En el Apocalipsis se nos habla acerca de aquellos que estarán fuera de la Ciudad de Dios:
"Pero fuera quedarán los perros, los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira."
(Apocalipsis 22, 15).
Aquí se establece claramente que los asesinos no arrepentidos quedarán fuera del Cielo. Esto no significa que quedarán justo en el límite de las puertas del Cielo, disfrutando de todas sus delicias a excepción de algunas. No, la Biblia nos dice claramente a donde irán los asesinos:
"Pero, para los cobardes e incrédulos, para los abominables y homicidas, para los fornicarios y hechiceros, para los idólatras y todos los mentirosos, su herencia será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda."
(Apocalipsis 21, 8)
Estas palabras son claras y contundentes. El lago de fuego o infierno espera por los asesinos que no se arrepienten de sus crímenes.
Ahora es el momento de preguntarse qué significa estar en el infierno. Para hacernos una idea de lo que esto significa, añadimos a continuación la descripción de Santa Faustina Kowalska:
"Hoy, fui llevada por un ángel a las profundidades del infierno.
 Es un lugar de gran tortura; ¡qué imponentemente grande y extenso es! Los tipos de torturas que vi: la primera que constituye el infierno es la pérdida de Dios; la segunda es el eterno remordimiento de conciencia; la tercera es que la condición de uno nunca cambiará; la cuarta es el fuego que penetra el alma sin destruirla; es un sufrimiento terrible, ya que es un fuego completamente espiritual, encendido por el enojo de Dios; la quinta tortura es la continua oscuridad y un terrible olor sofocante y, a pesar de la oscuridad, los demonios y las almas de los condenados se ven unos a otros y ven todo el mal, el propio y el del resto; la sexta tortura es la compañía constante de Satanás; la séptima es la horrible desesperación, el odio de Dios, las palabras viles, maldiciones y blasfemias.
Éstas son las torturas sufridas por todos los condenados juntos, pero ése no es el extremo de los sufrimientos. Hay torturas especiales destinadas para las almas particulares. Éstos son los tormentos de los sentidos. Cada alma padece sufrimientos terribles e indescriptibles, relacionados con la forma en que ha pecado. Hay cavernas y hoyos de tortura donde una forma de agonía difiere de otra. Yo me habría muerto ante la visión de estas torturas si la omnipotencia de Dios no me hubiera sostenido.
Debe el pecador saber que será torturado por toda la eternidad, en esos sentidos que suele usar para pecar. Estoy escribiendo esto por orden de Dios, para que ninguna alma pueda encontrar una excusa diciendo que no hay ningún infierno, o que nadie ha estado allí, y que por lo tanto nadie puede decir cómo es. Yo, Sor Faustina, por orden de Dios, he visitado los abismos del infierno para que pudiera hablar a las almas sobre él y para testificar sobre su existencia. No puedo hablar ahora sobre él; pero he recibido una orden de Dios de dejarlo por escrito. Los demonios estaban llenos de odio hacia mí, pero tuvieron que obedecerme por orden de Dios. Lo que he escrito es una sombra pálida de las cosas que vi. Pero noté una cosa: que la mayoría de las almas que están allí son de aquéllos que descreyeron que hay un infierno. Cuando regresé, apenas podía recuperarme del miedo. ¡Cuán terriblemente sufren las almas allí! Por consiguiente, oro aun más fervorosamente por la conversión de los pecadores. Suplico continuamente por la misericordia de Dios sobre ellos".
Las descripciones de la Biblia coinciden de pleno con el relato anterior, aunque me temo que no existen palabras en ningún lenguaje humano para describir tal lugar.
El infierno es descrito como un lago de fuego que arde con azufre (Apocalipsis 19, 20); un horno de fuego donde habrá llanto y crujir de dientes (Mateo 13, 42); un lugar de tormento (Lucas 16, 28); fuego eterno (San Judas 7); un lugar donde reinan la oscuridad y las tinieblas eternas (San Judas 13); tinieblas exteriores (Mateo 22, 13); una prisión (I Pedro 3, 19) de la cual nadie será nunca liberado; un abismo sin fondo (Apocalipsis 9, 1) mostrando de esta forma que nadie escapará jamás de ninguna manera y por mucho que lo intente; un lugar de fuego inextinguible (Lucas 3, 17); Tofet, un lugar donde los idólatras quemaban a sus propios hijos hasta la muerte como sacrificios humanos (Isaías 30, 33); y un lugar de castigo eterno (Mateo 25, 46).
Ante semejante panorama, ¿realmente piensas que tus problemas en este mundo son más graves de lo que te aguarda justo inmediatamente después de que te suicides? Te lo aseguro, una vez que empieces a sentir la quemazón de las llamas infernales sobre tu espíritu, todos tus problemas de la vida actual te parecerán ridículas bagatelas en comparación con lo que te aguardará de ahí en adelante: una eternidad de indescriptible suplicio. Antes de que pases tu primer minuto en el infierno ya estarás deseando ardientemente volver a la Tierra y cargarías gustoso con todos tus problemas anteriores... y con todos los problemas de la humanidad entera antes de caer otra vez en el infierno para no volver a salir nunca jamás.

miércoles, 24 de octubre de 2012

Alegrate! No hace acepción de personas?

Alégrate! *No hace acepción de personas? -->
 Cristo ama a las personas discapacitadas y dió su vida por ellas, Porque "lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte" (1 Corintios 1:27). 
Hay a lo menos diez 10 ideas que emanan de este texto. Y todas ellas nos hablan de la condición de menosprecio en que se encuentran muchas veces aquellos que creen en Cristo o que han abrazado la fe de un modo más radical. Pero también podríamos, a través de este texto, ejemplificar la condición de las personas discapacitadas en esta sociedad.
Es Él quien santifica, no nosotros. Sí amigo discapacitado. Tú que le has culpado de tus males ¿Cómo sabes si esa es la forma de amarte que Él tiene para ti? Tu dolor puede ayudar a muchos, tú puedes ser fuente de mucha bendición para muchas personas, si hoy das el paso. Nadie lo hará por ti. Jesucristo ya hizo lo suyo en la cruz.
 Significa eso que hace acepción de personas?

Primeramente veamos el significado de la palabra según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:    
Acepción:
f. Acción de favorecer o inclinarse a unas personas más que a otras por algún motivo o afecto particular, sin atender al mérito o a la razón
 Parcialidad:
 f. Designio anticipado o prevención en favor o en contra de alguien o algo, que da como resultado la falta de neutralidad o insegura rectitud en el modo de juzgar o de proceder.  
La Biblia nos declara de forma explícita que Dios no hace acepción de personas, pero también nos da indicación de que sí hace acepción de personas.  Para entender estos conceptos sin que creemos una contradicción debemos de entender como y cuando Dios hace acepción de personas y cuando no lo hace.  Veamos a continuación:
Deuteronomio 10
16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz. 17 Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas,(1) ni toma cohecho; 18 que hace justicia al huérfano y a la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido.
2 Crónicas 19
6 Y dijo a los jueces: Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. 7 Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho.
Acepción es el hacer diferencia entre una persona (o cosa) y otra basado en preferencia (prejuicio) personal y no en razones o méritos de cada uno en particular.  Por ejemplo, acciones tales como dar la razón al pobre sobre el rico simplemente porque es pobre es acepción de personas, escoger al blanco sobre el negro simplemente porque es blanco es acepción de personas, preferir al latino sobre el anglo simplemente porque es latino, es acepción de personas.  En este respecto es claro que Dios no hace acepción de personas sino que trata a todo el mundo por igual y se nos ordena en al Biblia a no hacer tal diferencia en nuestro trato con los demás…
Santiago 2
1 Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. 2 Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, 3 y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; 4 ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? 5 Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman? 6 Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, y no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? 7 ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?
8
Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,(1) bien hacéis; 9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como tra nsgresores.
El hacer nuestra elección o decisión a favor o en contra de alguien basado en la razón y el mérito que esa persona tenga es, según los principios humanos (y bíblicos) justo.  Dios utiliza tambien ese principio. Por ejemplo, Dios ha establecido principios que dicen “el que se humilla será ensalzado”, “lo que siembras cosechas”, “pagará a cada uno conforme a sus obras”, etc.   Eso es hacer justicia y Dios ciertamente no falla en ese aspecto.  Ahora, NO ES acepción de personas escoger entre dos personas igualmente capacitadas, o dos personas igualmente meritorias o dos personas igualmente indignas o dos personas igualmente inmerecedoras.

Elección Eterna para salvación

Cuando se trata de la elección del hombre para salvación eterna, Dios pasó por alto las distinciones de raza, color, inteligencia, condición económica, tamaño, sexo, nacionalidad, etc.  La elección no fue basada en ninguna de esas cosas y por lo tanto Dios no ha hecho acepción de personas en cuanto a eso.  La elección eternal ha sido basada mirando a los hombres igualmente pecadores e igualmente alejados de Dios y con igual condena al infierno sobre sus cabezas.  Dios no puede ser acusado de actuar injustamente ni de hacer acepción de personas por haber escogido a algunos para salvación y a otros no, pues en primer lugar la salvación no es un acto de justicia sino de misericordia.  Estos son dos atributos de Dios muy distintos.  Cuando Dios escoge a salvar a alguien no es su ‘justicia’ lo que está en función sino su ‘misericordia’. Frente a elegir entre hombres igualmente pecadores, igualmente indignos e igualmente merecedores de muerte y condenación, si Dios escoge salvar (escoger) algunos de ellos y a otros no, ni el que es salvo (escogido) puede decir que Dios lo salvo porque él o ella era alguien justo o que hizo lo correcto o tenía buen corazón, ni el que no es salvo (reprobado) puede de niguna manera acusar a Dios de ser injusto, pues Dios no ha escogido a los demás basado en un principio de justicia sino en un principio de misericordia. Y a eso dice la Escritura…
Romanos 9
14 ¿Qué, pues, diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. 15 Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca.16 Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
Por eso decimos y creemos que la Biblia enseña que la elección del hombre es ‘incondicional’.  Dios no ha basado su elección en condiciones recomendables en los seres humanos lo cual haría la salvación meritoria; pero no es así sino que la salvación está basada en misericordia inmerecida (gracia).

La condición de fe

Algunos creen y enseñan que Dios miró hacia el futuro (como si El mismo no hubiera establecido el futuro) y pre-vió (como si El no lo supiera de antemano) aquellos que habrían de creer y los escogío así salvarlos basado en esa condición, "fe".  Pero la Biblia nos enseña que la salvación es “por Gracia” (Efe. 2:5), lo que significa “don de misericordia inmerecida”  Si Dios muestra misericordia a aquellos que lo merecen por que creen, entonces no es “misericordia inmerecida” (Gracia), sino “misericordia merecida” y ya no es por Gracia.    No obstante a eso, la Biblia claramente enseña que la fe es “don de Dios” a sus escogidos (Fil. 1:29; Gal. 5:22, Santiago 2:5) y que la fe ES ‘consecuencia’ de la elección y NO la elección ‘producto’ de la fe.
Hechos 13:48
48 Los gentiles, oyendo esto, se regocijaban y glorificaban la palabra del Señor, y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.
Ahora, si fuera cierto que la elección es basada en fé prevista, entonces la salvación es “del que quiere”, lo cual es contrario a la declaración bíblica (ver. Rom. 9:16) y harían falta dos métodos de salvación, uno para los que pueden creer (personas capacitadas y suficientemente inteligentes como para entender y ejercer fé) y otro método para los que no pueden creer (personas no capacitadas y no lo suficientemente inteligentes como para no entender ni ejercer fe).

La Acepción

Al comienzo dijimos que Dios hace acepción de personas entre entre persona y persona.  Ya hemos visto que en cuanto a la salvación eternal no existe acepción de personas.  Ahora, la acepción de personas en Dios se encuentra hacia aquellos que El considera ‘suyos’, los escogidos.  A estos prefiere Dios por encima de los demás que no son sus escogidos.  Por ejemplo, la Biblia nos dice que en el último tiempo, Dios acortaría aquellos días por amor a sus escogidos (Mateo 24).  La Biblia dice que Dios entregó a su Hijo por “sus escogidos”
Juan 17
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y  todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
Romanos 8
31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
Los “nosotros” aquí es una referencia a “los escogidos de Dios” (v. 33).  A esos Dios ha preferido y prefiere.  En el Antiguo Testamento nos habla de la preferencia de Dios por su pueblo Israel por encima de 'todos' los demás pueblos:
Malaquías 1
2 Yo os he amado, dice Jehová; y dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, 3 y a Esaú aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su heredad para los chacales del desierto.
            Amós 3
1 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra de Egipto. Dice así: 2 A vosotros solamente he conocido de todas las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas vuestras maldades.
De la misma manera que la Biblia nos da mandamiento a no hacer acepción de personas, tambien nos da mandamiento a hacer ‘preferencia’ en cuanto a los que son parte de la Iglesia…
Romanos 12
9 El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno. 10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;
Gálatas 6
9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. 10 Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
Dios, en su Justicia NO HACE acepción de personas sino que juzga fiel y justamente la obra de cada uno.  Pero cuando se trata de salvación, Dios salva Misericordiosamente POR SU GRACIA aquellos a quienes ha escogido “según el puro afecto de su voluntad” (Efesios 1:6), y nos prefiere, nos defiende, nos cuida, nos guarda y nos protege por encima de todos los demás. ¡GLORIA A DIOS!
Lea con detenimiento y profunda meditación el siguiente pasaje: 
Romanos 8
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. 29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.  30 Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. 31 ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.  34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?  36 Como está escrito:
Por causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos contados como ovejas de matadero.

37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

¡Amen!

martes, 23 de octubre de 2012

Alerta! Ataque cerebral Otros nombres Accidente cerebrovascular, ACV, Apoplejía, Derrame cerebral, Hemorragia cerebral

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Síntomas de advertencia de un accidente cerebrovascular







Una apoplejía ocurre cuando un vaso sanguíneo que conduce sangre y oxígeno al cerebro resulta obstruido por una placa o un coágulo de sangre (apoplejía isquémica aguda), o revienta (apoplejía hemorrágica), destruyendo hasta 1.9 millones de células del cerebro por minuto. Cada año ocurren aproximadamente 795,000 apoplejías. 

Los síntomas más comunes son:
  • Debilidad o entumecimiento en el rostro, el brazo y la pierna en una mitad del cuerpo.
     
  • Ceguera o deterioro visual repentinos, especialmente cuando se produce en un solo ojo.
     
  • Pérdida de la capacidad del habla, habla ininteligible o dificultad para entender lo que le dicen.
     
  • Un cambio reciente en la personalidad o en la capacidad mental.
     
  • Dificultad para tragar.
     
  • Dolor de cabeza (generalmente intenso y repentino) o cambios en el tipo o la frecuencia de los dolores de cabeza, migrañas inclusive.
     
  • Mareos, falta de coordinación o pérdida del equilibrio al caminar o trastornos de la audición de origen desconocido, especialmente si la persona presenta los anteriores síntomas de advertencia.
     
  • Ataques isquémicos transitorios (AIT).
Ataques isquémicos transitorios. Los AIT, también denominados «miniaccidentes cerebrovasculares», generalmente se producen cuando un coágulo sanguíneo obstruye transitoriamente una arteria del cerebro o del cuello. Esto impide que una parte del cerebro reciba la sangre que necesita. Los síntomas de los AIT son similares a los de un accidente cerebrovascular grave. Los AIT pueden comenzar súbitamente y generalmente duran sólo unos minutos. Rara vez se prolongan más de una o dos horas. Como sólo afectan a una zona reducida del cerebro, es posible que la persona tenga sólo una leve idea de que existe un problema.
Los AIT son uno de los principales síntomas de advertencia de que posiblemente se produzca muy pronto un accidente cerebrovascular. De las personas que han sufrido uno o más AIT, más de un tercio sufrirá un accidente cerebrovascular. En aproximadamente la mitad de estos casos, el accidente cerebrovascular se producirá dentro de un año de haber sufrido el AIT.
En caso de un accidente cerebrovascular, es esencial recibir asistencia médica lo antes posible. Las primeras tres horas son las más importantes. Según la Asociación Nacional de Ataque Cerebral de los Estados Unidos (NSA), el 42 por ciento de los pacientes que sufren un accidente cerebrovascular espera tanto como 24 horas antes de acudir al hospital (el promedio es de 13 horas). Según la NSA, los pacientes generalmente no acuden inmediatamente al hospital porque no se dan cuenta de que están sufriendo un accidente cerebrovascular, piensan que no hay tratamiento para un accidente cerebrovascular y por lo tanto no hacen nada, o deciden esperar por si los síntomas desaparecen solos.
*Consulte inmediatamente al médico si usted o alguien que usted conoce tiene alguno de los síntomas de un AIT o de un accidente cerebrovascular.
Más información en este sitio Web:
Información en otros sitios Web:

domingo, 21 de octubre de 2012

Recordando a mi prima 'SUSANA'

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*SUSANA*Rosa

  "Prima" especial con tu encantadora sonrisa ... 

"Mas hermosa que las flores del mejor jardín"

¿Quien no quiere estar junto a ti? ...>
   ""¡LA MAS HERMOSA ROSA ROJA ESPECIAL!""
""¡Que brilla con luz propia!""
 '"Y resplandece multiplicando de color el ambiente con fiesta"'
*ÚNICA FRESCA LLAMATIVA 'ROSA ROJA' PERFUMADA*
" Con tu atrayente aroma suave y delicioso" 
"Que nos envuelve en su amor sincero"
 "ROSA" de hermoso color rojo brillante
 Eras 'TU SUSANA' para todos nosotros
"Queríamos estar 'juntos' siempre contigo 'prima' en armonía" 
"Porque tu eras fuerza imantada de simpatía, unión familiar, participando de todo lo bueno" 
Siempre perfumada atrayéndonos hacia el compartir! 
"TU CORAZÓN DE AMOR GRANDE'
 Donde vivía Papa, Mama, Esposo, Hija, hermanos, familia, amigos, y prójimo "
'TU' encendías el ambiente con tu alegría, contento, animación, gozo, diversión, entusiasmo, risa, entretenimiento y felicidad, que se contagiaba a todos.
 "Ahora todos lo que te amamos estamos triste por tu ausencia" 
'Practicando tu ejemplo para estar 'unidos' por el poder del amor'
Pero nos regocijamos que estés en el 'Reino Celestial' 
 "Tu nuevo hogar feliz preciosa Princesa"
Foto*"NOS HACE MUCHA FALTA 'AMADA' SUSANA" 
Escrita por Ligia González de H

viernes, 19 de octubre de 2012

Cuidate! Remedio casero para las infecciones urinarias

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Remedios caseros

Bicarbonato de sodio
A los primeros síntomas de la infección en la orina prepare la siguiente bebida. En un vaso con 125ml de agua, disuelva 1/4 de cucharadita de bicarbonato de sodio. Tome dos vasos de agua corriente y después beba el vaso con el bicarbonato.

Beba suficiente agua
Entre más agua beba, más orina con bacteria eliminará y la orina será menos irritante ya que estará más diluída.

Jugo de arándano (cranberry)
Está comprobado que tomar jugo de arándano impide a las bacterias pegarse a las paredes del tracto urinario lo que hace más fácil eliminarlas en la orina.

Agua de coco
Para eliminar impurezas en los riñones, tómese una taza de agua de coco en ayunas.


Té de ortiga
Riñones e infecciones del tracto urinario
La ortiga ha sido utilizada como diurético para eliminar el exceso de agua del cuerpo a través de los riñones. Este efecto también hace de la ortiga una planta útil como terapia adjunta para el tratamiento de infecciones del tracto urinario, ya que al aumentar el volumen de orina, puede ayudar a eliminar las bacterias de los riñones y del tracto urinario. Algunos usan la ortiga para la prevención de cálculos renales.
Ponga una cucharadita de hojas secas de ortiga en una taza de agua y hierva por 5 minutos. Cuele y beba. La ortiga es diurética por lo que la ayudará a eliminar más orina y bacterias.
Remedio casero para las infecciones urinarias #1:
Tomar dos vasos al día de jugo de arándano, ya que contiene sustanciasque ayudan a evitar que las bacterias se adhieran a la membrana de las vías urinarias y de la vejiga. Por ello, tiene una acción antibiótica sobre los gérmenes, en especial sobrela Escherichia Coli, presente en las infecciones urinarias.

Remedio casero para las infecciones urinarias #2:
Cocer dos cebollas medianas en un litro de agua, colar ellíquido de la cocción y tomar 3 vasos a lo largo del día. 

Remedio casero para las infecciones urinarias #3:
Consumir todos los días un diente de ajo crudo.

Remedio casero para las infecciones urinarias #4:
Lavar un puñado de perejil y colocar en una batidora con dosvasos de agua.  Colar y tomar preferiblemente por la mañana.

Remedio casero para las infecciones urinarias #5:
Lavar 2 ramas de apio, 3 zanahorias y 1 taza de arándanosfrescos. Pasar uno a uno por el extractor de jugos. Vaciar en un vaso, mezclar y tomar de inmediato antes de que se oxide.

Remedio casero para las infecciones urinarias #6:
Calentar  2 tazas de agua y cuando suelte el hervor, agregar 1 cucharada de ortiga seca y 1 taza de arándanos.  Bajar el fuego y dejar hervir por 10 minutos. Retirar del fuego, dejar entibiar, colar y tomar todo el té que se pueda durante 3 días como mínimo.

Consejos, recomendaciones y trucos
para ayudar a prevenir y aliviar las infecciones urinarias
Beber líquido en abundancia para favorecer la pronta eliminación de las bacterias que se encuentran en las vías urinarias (más de dos litros por día).
No postergar la evacuación, ni urinaria ni intestinal.
Mantener una buena higiene Si es mujer, sea cuidadosa al momento de limpiar el área luego de la micción.  Siempre debe hacerse de adelante hacia atrás, nunca a la inversa, para evitar que los gérmenes, que abundan en  perineo, penetran en la vagina y afecten las vías urinarias.
Evitar el uso de productos de higiene personal que puedan causar irritación y exacerbar los síntomas de ardor.
No tomar antibióticos por su cuenta.
Evitar bebidas y alimentos irritantes como café, té, bebidas alcohólicas, azúcar, vinagre, chocolate.
Usar prendas íntimas de algodón para disminuir las rozaduras y la producción de sudor;
No compartir toallas destinadas a la higiene de esta zona y cambiarlas todos los días.
No sentarse en una piedra fría 
Evitar el estrés debido a que se ha verificado que guarda una estrecha relación con la infección de orina.
Lavar el área antes y después de mantener relaciones sexuales.
Recibir atención médica si:
  • Es una personas diabéticas
  • Está embarazada o piensa que lo está
  • Es un hombre mayor de 50 años
  • Tiene una presión arterial alta
  • Tiene una historial de enfermedades en el riñón
  • Observa sangre en la orina

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Reflexión:
Parte de vivir y de crecer en la vida, es precisamente en ocasiones "caer" o "errar".
Lo importante no es caer, o cuantas veces caes, lo importante es que te LEVANTES.
En su Palabra DIOS nos dice que ÉL nos sostiene y levanta al caído. Las circunstancias adversas no pueden destruir nuestro camino, ni detenernos y hacer el esfuerzo de subir de nuevo al cielo.
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La esperanza es un don de Dios que él en su gracia pone en nosotros desde que creímos. Es el resultado de ejercitar la fe en el cumplimiento de las promesas del Señor.
La Biblia es el libro de la esperanza, el mensaje del evangelio es un mensaje de esperanza, siendo el Señor Jesús resucitado la personificación de nuestra esperanza.
Dios te bendiga, mas todavía.

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Sobre mi Ligia Margarita González de Hernandez

Sobre mí:Soy una persona SENSIBLE, quiero AMAR... y el deseo de mi corazón es llevarle consuelo, a las personas, [que VALORO muchísimo.

"Jesús"
El nos amó, nos ama y nos amará. Gracias a Él es que podemos llamarnos hijos de Dios, Dios eligiéndolos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, {EF 1,5;} Jesús se ofreció como sacrificio eterno al padre, y ofreció su sangre por nuestros pecados; ya el enemigo ¡no nos puede atar! ¡Somos libre! por la sangre, del cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. !El mundo no te puede atar¡ Sólo tú te puedes atar (limitar). En Él nombre de Jesús te invito a que entregues tu vida a Jesús, para que el Espíritu Santo te toque y te envuelva en el amor del Padre. No digas; nadie me ama o que solo me siento y mucho menos digas; yo no valgo nada. Hermano mío, tú vales la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tú vales la sangre de Cristo. Por lo tanto tú eres importante. Posiblemente te encuentras en la oficina de un doctor o en un hospital enfermo sintiéndote solo, triste, angustiado; posiblemente estás molesto por tanto esperar, tienes la angustia de no saber que tienes y eso te crea una inseguridad emocional, mas sin embargo yo te digo que tu no estás solo. ¡Hay alguien que te ama, y ese alguien, ,tiene nombre de hombre y se llama Jesús! Él sabe por lo que estás pasando y hoy te dice; hijo mío cuando, más sólo te has sentido, es cuando más cerca he estado de ti. Posiblemente te preguntarás. ¿Me amará el Señor? Para poder contestarte esa pregunta solo te invito a que mires a una imagen de Jesús crucificado, mira sus llagas y su sangre derramadas por ti y por mí, mira la corona de espinas. Mira sus rodillas en carne viva y ahora soy yo el que te pregunta ¿crees que Jesús te ama?¡Pues claro que te AMA!





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