*La pornografía en el matrimonio cristiano*
La pornografía puede empezar con algo tan simple como
una foto en la computadora o en una revista de hombres o en una Web. Y
antes de que pase mucho tiempo, la necesidad de estimulación le lleva
paso a paso de un material gráfico a un material más explícito y
revelador y en un abrir y cerrar de ojos, lo hacemos de manera más y más
frecuente.
La pornografía nos anima a tratarnos los unos a
los otros como objetos o máquinas del placer. La pornografía siembra las
semillas del aislamiento y nos lleva a relaciones no saludables y a la
pérdida del respeto a nosotros mismos. Al paso que el usuario se
involucra más y más en el mundo de la fantasía, la pornografía llega a
ser una obsesión.
¿Cuál es el impacto de la pornografía a la familia?
¿Por qué la pareja no debe usar la pornografía
para aumentar su excitación y para acrecentar sus relaciones sexuales?
Hace mucho tiempo que la pornografía fue un vicio de los muy ricos.
Nadie más podía darse lujos pornográficos. El Emperador romano llamado
Cesar Tiberios era adicto a la pornografía y cuando quería satisfacerse,
compraba pergaminos especiales de dibujos desde Egipto o traía al
palacio jóvenes y señoritas entrenadas en las prácticas sexuales para
demostraciones privadas.
Hoy, todo eso ha cambiado. Todos pueden comprar
la pornografía. Las tiendas de rentar videos tienen secciones especiales
solamente para las películas pornográficas. Con dos clics en la
computadora, cualquiera puede ver lo que sea en la Web. Decir que "es
fácil obtener pornografía" hoy día es una declaración que se queda
corta. ¡Hoy la pornografía la tenemos pegada a nuestros ojos la queramos
ver o no la queramos ver!
Vivimos en Pornotopia. En Pornotopia, la gente
común y corriente hace preguntas que ni siquiera le hubiera ocurrido
hacer en otros tiempos. Hoy se hacen preguntas como la siguiente: ¿Por
qué el matrimonio no debe usar la pornografía para aumentar su
excitación sexual y acrecentar sus relaciones sexuales? O ¿Por qué no
podemos mirar una película pornográfica juntos antes de acostarnos en la
cama? De todos modos, muchos alegan, "lo hacemos por una buena causa y
por lo menos lo hacemos juntos".
¡No es solamente que esto es malo sino que
tampoco funciona! La esposa y su esposo no lo están haciendo juntos.
Pensarlo es engañarse. En realidad, ¡se está invitando a otras personas a
la intimidad del matrimonio! Ver pornografía no mejora sus relaciones
sexuales. De hecho, la pornografía reduce su excitación y además
debilita lo que sí puede acrecentar su excitación. Considerémonos cada
uno de los cuatro puntos individualmente.
¿Por qué no están haciéndolo juntos?
Llega la hora de acostarse, los señores Juan y Rosa González miran
pornografía. Juan se excita mirando fotos de mujeres en vez de mirar a
Rosa: Rosa se excita al mirar la imagen de un hombre en una foto en vez
de mirar a Juan. Van a la cama y tienen relaciones sexuales. La pregunta
es, ¿con quién están teniendo relaciones sexuales? Probablemente están
en el acto sexual al mismo tiempo pero es bien claro que no están
compartiendo el acto el uno con el otro. Juan está viviendo su fantasía
con la mujer de la foto y Rosa con el hombre de la foto. El hecho que
éstos no están presentes físicamente es sólo una detalle.
Mateo 5:27-28
Nos asombraría la sugerencia de emplear prostitutas
para la noche para Juan y Rosa, para que se calienten con ellas y luego
simultáneamente se den la vuelta para completar la experiencia sexual
con su pareja del matrimonio. Sin embargo, esto es en esencia
exactamente lo que están haciendo. Están teniendo relaciones sexuales
con otras personas aunque no hay nadie más presentes que ellos mismos.
Porqué la pornografía no aumenta las relaciones
sexuales en el matrimonio
Hace solamente una generación que la expresión "hacer el amor" se podía
usar para cualquiera de las cosas que los enamorados hacen como por
ejemplo: agarrarse de las manos, hacerse promesas increíbles, hacer
cosas especiales el uno para el otro, susurrar dulcemente en el oído de
su pareja. "Hacer el amor" quería decir cualquier experiencia donde los
enamorados perdían la cabeza el uno por el otro en demostraciones de
amor… porque el sacrificarse uno por el otro es lo que significa en
realidad "hacer el amor". Hoy, desafortunadamente, utilizamos la
expresión "hacer el amor" solamente para el acto sexual. Es una
expresión engañadora. Claro que el acto sexual puede ser una manera de
hacer el amor, ¡pero también puede ser una manera de destruirlo!
La razón por la que el acto sexual dentro del
matrimonio es una manera de hacer el amor es porque el esposo se pierde a
sí mismo en completo deleite de servir y complacer a su esposa, y la
esposa hace lo mismo con su marido. Por contraste, cuando los esposos
tienen relaciones sexuales incorporando la pornografía, ninguno de los
dos está atento a su pareja, cada uno está pensando en sí mismo. Juan
está satisfaciéndose a sí mismo, no a Rosa mientras imagina que Rosa no
es Rosa sino la otra modelo y así Juana imagina que Juan no es Juan,
sino el elegante modelo en quien está pensando. Eso no es hacer el amor…
¡Esto es masturbarse con el cuerpo de su esposa o su esposo!
¿Porqué la pornografía reduce la excitación sexual de la pareja?
Hasta ahora es claro que aunque las relaciones sexuales pornográficas
pueden acrecentar la excitación sexual de la pareja, no tiene nada qué
ver la excitación sexual del uno con el otro. Cada uno está haciéndolo
con otras personas. Y eso es solamente la mitad del problema.
La otra mitad es que las fantasías pornográficas
llegan a ser adictivas. Considerémonos a Juan. Si Juan aumenta su
excitación sexual imaginando que Rosa es otra mujer, Juan llegará a
depender más y más en de fantasía, será menos capaz de ser excitado por
Juana. No solamente eso sino que su fantasía perderá su poder
rápidamente. Entonces para poder ser excitado otra vez necesitará… ¡una
nueva fantasía! ¡Ahí está la trampa!
Al principio será suficiente solamente imaginar
otra mujer. Pero pronto eso llega a ser antiguo, pues lo imaginario
nunca tiene la vitalidad de la realidad. De pronto las fantasías de Juan
van a ser más raras. Tendrá que imaginar no solamente otra mujer sino
también otro tipo de mujer - no solamente las relaciones sexuales sino
también otro tipo de relaciones sexuales - para poder sentir la
excitación. Podrá encontrar que quiere la pornografía no solamente antes
de las relaciones sexuales sino durante ellas. De hecho, la fantasía
podrá llegar a no ser suficiente para satisfacerlo. Puede llegar a
querer realizar… ¡sus fantasías pornográficas con su esposa! Sexo anal,
sexo oral, posiciones raras, etc. se convierten en el nuevo nivel para
lograr satisfacerse.
La pornografía es destructiva en vez de constructiva
De vez en cuando la pareja mira la pornografía simplemente porque tienen
problemas disfrutando sus relaciones sexuales, y creen que la
pornografía va a resolver este problema. Desdichadamente, el uso de la
pornografía no solamente destruye lo que debe arreglar sino también,
como ya hemos visto, distrae la pareja y evita que la pareja atienda lo
que en realidad necesita ser atendido: El matrimonio.
La frustración sexual puede surgir de muchas
causas. Posiblemente la pareja mira al acto sexual como una realización
de sus propios deseos y no con el espíritu que Dios desea que se haga…
con el espíritu de entrega. Posiblemente hay expectaciones no realistas
acerca del acto sexual. Quizás uno de ellos está enfermo, deprimido, o
tiene miedo de envejecer. A veces las frustraciones sexuales surgen de
otros problemas dentro de la relación, como las disputas, la infidelidad
o de no tomar tiempo para charlar y comunicarse.
Por la gracia de Dios, una pareja que esté
enfrentando problemas puede trabajar en la reparación del matrimonio.
Pero… ¡la pornografía no es la manera de ayudar, sino de empeorar la
situación!
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