“De Jehová son los pasos del hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino?”
Proverbios 20:24
*No te preocupes, Dios cuida tus pasos*
Desde hace días Dios había inquietado mi corazón de escribir esto y hoy me decidí a hacerlo y es lo siguiente:
Desde hace semanas mi hijo Uziel ha ido
aprendiendo poco a poco a caminar, los primeros días era un sufrimiento
para mi el solo hecho de pensar de que se podría caer y golpear. De
hecho, no quería ni soltarlo para que caminara el solo, pues en mi mente
no cabía la idea de dejarlo solo, porque pensaba que se podía golpear.
Mi esposa Yamita me decía repetidamente: “Tienes que dejarlo solo, ¡Suéltalo!”
y no se porque razón no podía soltarlo, trataba pero no podía dejarlo
solo, para ella no era difícil, pero para mi era algo que aunque
quisiera, inconscientemente no lo soltaba.
En esos momentos Dios traía a mi mente y
mi corazón, la forma de cómo El ha sido con nosotros, y es que en la
mente de Dios no cabe el hecho de dejarte solo ni un instante, el no
quiere verte caer, ni que te golpees, porque te ama a tal punto que
desea lo mejor para ti.
Sinceramente yo quisiera que mi hijo
nunca se fuera a caer y que nunca se golpee, pero tarde o temprano
pasara, y es el proceso de la vida, tengo que permitir que eso pase,
para que el aprenda a levantarse y a seguir caminando.
Ahora unas semanas después, el ya camina
mejor, es mas cuando le pongo cerca las manos, me las quita, me dice
que no quiere que lo agarre, y es que Uzielito se siente ya todo un
atleta, cree que el solo puede hacer las cosas. Pero yo como un Padre
que ama en sobremanera a su hijo, aun cuando el me quita las manos, voy
detrás de el siguiéndolo hacia todo lado donde vaya, pendiente de que no
se vaya a golpear. Aunque ahora ya puedo soltarlo, aun no concibo la
idea de dejarlo solo sin supervisión, pues mi amor por el no me lo
permite, se que algún día tendrá que caminar solo y se caerá muchas
veces, pero tengo que comprender que es parte del proceso de aprendizaje
y que mi tarea será enseñarle a levantarse cuantas veces sea necesario.
Lo que tomo en este episodio es el hecho
de que aunque muchas veces no queremos que Dios nos tome de la mano, y
le quitamos las manos porque pensamos que nosotros solos podemos
caminar, Dios siempre estará ahí, detrás de nosotros, siguiéndonos a
todo lugar donde vayamos, esperando ser la protección que sin que
nosotros la pidamos, El ha tenido a bien brindarnos.
Y es que Dios es tan amoroso con
nosotros que trata la manera de cuidarte, quizá en algún momento de tu
vida vas tropezar, y una que otra vez caerás, pero Dios estará ahí para
mostrarte que tienes que levantarte, estará ahí para enseñarte que los
tropiezos nada mas será una oportunidad para demostrar que no te rindes y
que seguirás firme en tu propósito, porque a pesar del tropiezo, Dios
siempre estuvo ahí observándote, viendo como hacías las cosas como tu
querías, viendo como le quitaste las manos para que te dejara caminar
solo, pero aun cuando se las quitaste, el siempre anduvo detrás de ti
para salir al rescate en el momento necesario.
Así es Dios, así es su amor, aun cuando
nosotros creemos que el se ha apartado de nosotros, anda siempre detrás
nuestro. Y es que nuestras actitud independiente muchas veces nos hace
tropezar, pero que lindo saber que Dios siempre estará ahí para
mostrarnos el camino, para darte la mano y levantarte y decirte: “HIJO MÍO, YO CONFIO EN TI, ¡VAMOS! ¡LEVÁNTATE!”.
Amados hermanos, quizá últimamente has
tenido algunas decepciones que quizá fueron provocadas por tu
independencia de Dios, mas en esta hora quiero recordarte que aun cuando
tu fallo te causo dolor, Dios ha estado siempre detrás de ti, para
levantarte y enseñarte la forma correcta de cómo caminar.
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