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*Mi escape de la santería*
Testimonio
de una mujer liberada de la religión satánica de la santería: En el
momento que la persona se sienta a la mesa con un santero, comienza a
invitar y a llamar a un maestro fuera de Jesús.
Nací
en Cuba y fui criada en una familia que se llamaba a sí misma católica
romana. Pero como muchas de dichas familias, íbamos a la iglesia solo en
ocasiones especiales. Pero a la edad de doce años me convertí en una
buena seguidora del catolicismo.
En 1958 me casé con un cubano, piloto de la Fuerza Aérea. En 1959 Fidel Castro derrocó al gobierno cubano. Este es un punto crucial y espantoso en mi vida, porque mi esposo, un piloto en actividad, estaba en prisión.
El gobierno de Castro llevaba a cabo juicios militares por ninguna razón, y una persona podía ser sentenciada a treinta años de trabajos forzados o a la muerte, y ser ejecutado por una escuadra a la mañana siguiente.
Mi madre siempre había creído en el espiritismo. Sugirió que bajo esas circunstancias, fuera a un santero, un sacerdote de la religión Santería y buscara ayuda de los “santos”. Convine con ella en medio de la desesperación. Fui a una consulta, una lectura, la cual era hecha por un sacerdote con pequeñas conchas de río. Desde ese momento en adelante, me convertí en un torbellino. Se me dijo que necesitaba iniciarme, a fin de salvar la vida de mi marido y la mía. Sin pensarlo, pagué las cuotas necesarias y me preparé para la ceremonia de iniciación. Y, además, entré en el mundo de la Santería. ¿Qué es la santería?
La Santería es una tradición religiosa de origen africano, que se desarrolló en Cuba al principio del siglo XIX, cuando cientos de hombres y mujeres del pueblo Yoruba, quienes venían provenientes de Nigeria y Bening, fueron traídos como esclavos a Cuba para trabajar en la súbitamente exitosa industria azucarera de la isla. Fueron forzados a convertirse a la religión católica romana.
A pesar de las terribles condiciones, podían mantener sus ritos religiosos, y asociaron las historias de diferentes santos católicos a las historias de sus propios dioses. Utilizaban las estatuas que representaban santos católicos específicos, para adorar a sus espíritus, llamados orishas, los cuales son representados con diferentes clases de piedras y conchas de río.
El nombre Santería significa “el camino de los santos”. A pesar de la presencia frecuente de símbolos católicos en los ritos de Santería, y la concurrencia de los santeros en los sacramentos católicos, Santería es esencialmente una manera africana de adoración transformada en una relación simbiótica con el catolicismo. Y los países latinoamericanos, los cuales son tradicionalmente católicos, fácilmente caen en la trampa de este culto.
Cuando los problemas parecen ser resueltos, el devoto se convierte en una persona más dependiente del orisha. Cuando la dependencia parece más y más grande, el involucramiento del devoto pronto incluye sacrificios de ofrendas, son iniciados y finalmente dominados por el orisha. Este es el tipo de ambiente en que fui elevada a la posición de alta sacerdotisa.
Mi viaje hacia y fuera de la Santería
En 1961 me escapé del país en bote, llegué a las Islas Caimanes cuarenta y cuatro horas más tarde. Llegué a los Estados Unidos y me fui a vivir con mi tía. Pronto me establecí y hallé trabajo. Descubrí a alguien que practicaba Santería y comencé a visitar y adorar con ellos. Luego de divorciarme y perder la mayoría de mis ahorros –usted tiene que pagar todo lo que se hace por usted en la Santería, desde una simple lectura a cualquier ayuda–, dejé de adorar en la Santería y comencé a visitar una Iglesia Cuadrangular, con mi hija. Sin embargo, mi casa permanecía llena de ídolos y representaciones de diferentes orishas.
Un año más tarde, en 1986, un amigo me invitó a una cena de la Confraternidad de Hombres de Negocios del Evangelio Completo. Cuando escuché el testimonio de un miembro, el Señor me tocó y recibí a Jesús como mi Salvador. Dos años más tarde, en un retiro, el Espíritu Santo me tocó y me llevó a una confesión total en frente de mi clase. Tom White, quien lideraba el retiro, oró sobre mí y algo se rompió. Y comenzó mi ciclo de leer y comprender La Palabra de Dios.
A partir de entonces, cuando leo detenidamente el Antiguo Testamento cada año, el Señor me retrotrae a los recuerdos de las ceremonias de la Santería, y sigo descubriendo cuán realmente engañoso es este culto. Las ceremonias bíblicas y las de la Santería son muy similares. Dios las estableció primero por el Espíritu Santo, y Satanás las copió en la ceremonia de Santería. Creo que cuando se efectúa esta ceremonia de iniciación Satanás está muy feliz, porque desesperadamente desea ser adorado en lugar de Dios.
Fui una sacerdotisa durante muchos años –aún cuando yo no avalaba a nadie para su iniciación–. A causa de mi experiencia, puedo testificar que en el momento que la persona se sienta a la mesa con un santero, comienza a invitar y a llamar a un maestro fuera de Jesús.
Aunque ellos no pueden comprender las oraciones hechas por el santero en dialecto yoruba, aceptan y se comprometen a seguir, obedecer y cumplir con cualquier cosa que dice el santero, lo cual guía a una dominación total por el demonio orisha que obra a través del santero. Y son atrapados en una trampa de la cual parece no tener escape… y ninguna otra opción.
Ministerio de liberación
Cuando ministramos liberación a personas que han sido involucradas en Santería, siempre pregunto cuán profundamente se involucraron. Si fueron una sola vez para que les hagan una lectura, me aseguro que confiesen, que renuncien a sus promesas y pidan perdón por aceptar otro maestro aparte de Jesús.
Si han sido involucrados profundamente, rompo cualquier espíritu de control, sumisión, dependencia, lujuria, homosexualidad –este culto está lleno de homosexuales–, esclavitud, pobreza, pérdida financiera, familias rotas, divorcio, soledad y abandono. Luego les hago destruir todos los objetos que han guardado de las ceremonias.
Escapemos de la Santería
A fin de que las personas se escapen de la atadura de la Santería, ya sea que solo fueron por una lectura o si avanzaron a niveles más altos de iniciación, deberían seguir estos tres simples pasos:
Necesitan confesar su compromiso en ceremonias paganas, renunciar a sus promesas a los orishas y pedir perdón por aceptar a otro maestro que no sea Jesús.
Necesitan desprenderse de cualquier objeto conectado con su participación. Si han recibido una pieza de joyería –un objeto que ha sido consagrado en una ceremonia con sacrificio de sangre–, deberían o destruir el objeto o llevárselo a un joyero para que lo derrita y lo diseñe como para que sea cualquier otra cosa. Es necesario destruir tales dedicaciones de sacrificios, con fuego. Si han recibido collares deben cortarlos y arrojarlos a la basura. Bajo ninguna circunstancia deberían las personas buscar liberación devolviendo ninguna cosa al santero que se la proporcionó.
Necesitan buscar liberación con un ministro que conozca acerca de hechicería. Necesitan saber cómo pararse frente a los ataques del enemigo, porque este los atacará, créanme. Su salud y finanzas serán los objetivos principales, pero si confían en el Señor, serán victoriosos.
La mañana que recibí a Jesús como mi Señor y Salvador, renegué de todo lo que había recibido durante veinte años de sacerdocio.
Una semana después los santeros me enviaron a alguien para decirme que los orishas o ídolos hablaron en la ceremonia de la noche anterior, que yo estaría muerta dentro de tres meses. Pero creí que Jesús era más fuerte. Recibí a Jesús en marzo de 1983, y ¡todavía estoy viva! El poder del Espíritu Santo es ciertamente más grande que el de nuestro enemigo.
Alabo al Señor y le agradezco por su perdón, liberación y sanidad –sanidad no solo de mi cuerpo, pero también de las heridas de mi alma desde la niñez hasta mi edad adulta–. No tengo palabras para describir la libertad, especialmente la paz que Jesús ha traído a mi vida.
Diariamente disfruto su paz y su presencia. Estoy muy agradecida que Él me haya liberado de la religión satánica de la Santería. Y por su gran misericordia me ha elegido para ayudar a otros a encontrar su libertad y su paz.
¡Alabo a Dios por su fidelidad eterna!
Tomado del libro: Cómo ministrar liberacíon de Editorial Peniel
Doris M. Wagner |
En 1958 me casé con un cubano, piloto de la Fuerza Aérea. En 1959 Fidel Castro derrocó al gobierno cubano. Este es un punto crucial y espantoso en mi vida, porque mi esposo, un piloto en actividad, estaba en prisión.
El gobierno de Castro llevaba a cabo juicios militares por ninguna razón, y una persona podía ser sentenciada a treinta años de trabajos forzados o a la muerte, y ser ejecutado por una escuadra a la mañana siguiente.
Mi madre siempre había creído en el espiritismo. Sugirió que bajo esas circunstancias, fuera a un santero, un sacerdote de la religión Santería y buscara ayuda de los “santos”. Convine con ella en medio de la desesperación. Fui a una consulta, una lectura, la cual era hecha por un sacerdote con pequeñas conchas de río. Desde ese momento en adelante, me convertí en un torbellino. Se me dijo que necesitaba iniciarme, a fin de salvar la vida de mi marido y la mía. Sin pensarlo, pagué las cuotas necesarias y me preparé para la ceremonia de iniciación. Y, además, entré en el mundo de la Santería. ¿Qué es la santería?
La Santería es una tradición religiosa de origen africano, que se desarrolló en Cuba al principio del siglo XIX, cuando cientos de hombres y mujeres del pueblo Yoruba, quienes venían provenientes de Nigeria y Bening, fueron traídos como esclavos a Cuba para trabajar en la súbitamente exitosa industria azucarera de la isla. Fueron forzados a convertirse a la religión católica romana.
A pesar de las terribles condiciones, podían mantener sus ritos religiosos, y asociaron las historias de diferentes santos católicos a las historias de sus propios dioses. Utilizaban las estatuas que representaban santos católicos específicos, para adorar a sus espíritus, llamados orishas, los cuales son representados con diferentes clases de piedras y conchas de río.
El nombre Santería significa “el camino de los santos”. A pesar de la presencia frecuente de símbolos católicos en los ritos de Santería, y la concurrencia de los santeros en los sacramentos católicos, Santería es esencialmente una manera africana de adoración transformada en una relación simbiótica con el catolicismo. Y los países latinoamericanos, los cuales son tradicionalmente católicos, fácilmente caen en la trampa de este culto.
Cuando los problemas parecen ser resueltos, el devoto se convierte en una persona más dependiente del orisha. Cuando la dependencia parece más y más grande, el involucramiento del devoto pronto incluye sacrificios de ofrendas, son iniciados y finalmente dominados por el orisha. Este es el tipo de ambiente en que fui elevada a la posición de alta sacerdotisa.
Mi viaje hacia y fuera de la Santería
En 1961 me escapé del país en bote, llegué a las Islas Caimanes cuarenta y cuatro horas más tarde. Llegué a los Estados Unidos y me fui a vivir con mi tía. Pronto me establecí y hallé trabajo. Descubrí a alguien que practicaba Santería y comencé a visitar y adorar con ellos. Luego de divorciarme y perder la mayoría de mis ahorros –usted tiene que pagar todo lo que se hace por usted en la Santería, desde una simple lectura a cualquier ayuda–, dejé de adorar en la Santería y comencé a visitar una Iglesia Cuadrangular, con mi hija. Sin embargo, mi casa permanecía llena de ídolos y representaciones de diferentes orishas.
Un año más tarde, en 1986, un amigo me invitó a una cena de la Confraternidad de Hombres de Negocios del Evangelio Completo. Cuando escuché el testimonio de un miembro, el Señor me tocó y recibí a Jesús como mi Salvador. Dos años más tarde, en un retiro, el Espíritu Santo me tocó y me llevó a una confesión total en frente de mi clase. Tom White, quien lideraba el retiro, oró sobre mí y algo se rompió. Y comenzó mi ciclo de leer y comprender La Palabra de Dios.
A partir de entonces, cuando leo detenidamente el Antiguo Testamento cada año, el Señor me retrotrae a los recuerdos de las ceremonias de la Santería, y sigo descubriendo cuán realmente engañoso es este culto. Las ceremonias bíblicas y las de la Santería son muy similares. Dios las estableció primero por el Espíritu Santo, y Satanás las copió en la ceremonia de Santería. Creo que cuando se efectúa esta ceremonia de iniciación Satanás está muy feliz, porque desesperadamente desea ser adorado en lugar de Dios.
Fui una sacerdotisa durante muchos años –aún cuando yo no avalaba a nadie para su iniciación–. A causa de mi experiencia, puedo testificar que en el momento que la persona se sienta a la mesa con un santero, comienza a invitar y a llamar a un maestro fuera de Jesús.
Aunque ellos no pueden comprender las oraciones hechas por el santero en dialecto yoruba, aceptan y se comprometen a seguir, obedecer y cumplir con cualquier cosa que dice el santero, lo cual guía a una dominación total por el demonio orisha que obra a través del santero. Y son atrapados en una trampa de la cual parece no tener escape… y ninguna otra opción.
Ministerio de liberación
Cuando ministramos liberación a personas que han sido involucradas en Santería, siempre pregunto cuán profundamente se involucraron. Si fueron una sola vez para que les hagan una lectura, me aseguro que confiesen, que renuncien a sus promesas y pidan perdón por aceptar otro maestro aparte de Jesús.
Si han sido involucrados profundamente, rompo cualquier espíritu de control, sumisión, dependencia, lujuria, homosexualidad –este culto está lleno de homosexuales–, esclavitud, pobreza, pérdida financiera, familias rotas, divorcio, soledad y abandono. Luego les hago destruir todos los objetos que han guardado de las ceremonias.
Escapemos de la Santería
A fin de que las personas se escapen de la atadura de la Santería, ya sea que solo fueron por una lectura o si avanzaron a niveles más altos de iniciación, deberían seguir estos tres simples pasos:
Necesitan confesar su compromiso en ceremonias paganas, renunciar a sus promesas a los orishas y pedir perdón por aceptar a otro maestro que no sea Jesús.
Necesitan desprenderse de cualquier objeto conectado con su participación. Si han recibido una pieza de joyería –un objeto que ha sido consagrado en una ceremonia con sacrificio de sangre–, deberían o destruir el objeto o llevárselo a un joyero para que lo derrita y lo diseñe como para que sea cualquier otra cosa. Es necesario destruir tales dedicaciones de sacrificios, con fuego. Si han recibido collares deben cortarlos y arrojarlos a la basura. Bajo ninguna circunstancia deberían las personas buscar liberación devolviendo ninguna cosa al santero que se la proporcionó.
Necesitan buscar liberación con un ministro que conozca acerca de hechicería. Necesitan saber cómo pararse frente a los ataques del enemigo, porque este los atacará, créanme. Su salud y finanzas serán los objetivos principales, pero si confían en el Señor, serán victoriosos.
La mañana que recibí a Jesús como mi Señor y Salvador, renegué de todo lo que había recibido durante veinte años de sacerdocio.
Una semana después los santeros me enviaron a alguien para decirme que los orishas o ídolos hablaron en la ceremonia de la noche anterior, que yo estaría muerta dentro de tres meses. Pero creí que Jesús era más fuerte. Recibí a Jesús en marzo de 1983, y ¡todavía estoy viva! El poder del Espíritu Santo es ciertamente más grande que el de nuestro enemigo.
Alabo al Señor y le agradezco por su perdón, liberación y sanidad –sanidad no solo de mi cuerpo, pero también de las heridas de mi alma desde la niñez hasta mi edad adulta–. No tengo palabras para describir la libertad, especialmente la paz que Jesús ha traído a mi vida.
Diariamente disfruto su paz y su presencia. Estoy muy agradecida que Él me haya liberado de la religión satánica de la Santería. Y por su gran misericordia me ha elegido para ayudar a otros a encontrar su libertad y su paz.
¡Alabo a Dios por su fidelidad eterna!
Tomado del libro: Cómo ministrar liberacíon de Editorial Peniel
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