OJO *Espíritu de enojo y celos
Por Elsa Lungo
Una respuesta pecaminosa frecuente es aferrarse a la ira hasta que ésta
se convierte en parte de nuestro carácter. Se aloja en lo más profundo
de nosotros, y comienza a torcer los pensamientos y a agitar las
emociones. La paz y la alegría están claramente ausentes, porque éstas
no pueden convivir con la ansiedad y la frustración que acompañan al
disgusto.
Lectura 1 Samuel 18:6-8 y el pueblo, pero el rey Saúl comenzó a ver con desagrado todo esto.
Lectura 1 Samuel 18:6-8 y el pueblo, pero el rey Saúl comenzó a ver con desagrado todo esto.
A tal punto que en su mente se empezaron a
generar pensamientos de enojo y celos, pensamientos contrarios al
Espíritu del Señor, esto provoco ira y confusión. La mente de Saúl
empezó a distorsionar la verdad y fue enfermando espiritualmente,
cuando el cerebro humano desvaría, se produce dentro de la mente una
visión de la realidad equivocada, la mente genera una distorsión, y
transforma a su entorno en un lugar de tormento. Cuando el enojo pasa
de de un día entero se transforma en pecado contra Dios y atrae como
consecuencia el rencor.
Aquí podemos ver como su enojo, produjo dos
espíritus dañinos, la envidia y los celos, ambos pecados que pueden
llevar a tener pensamientos de maldad y homicidio. V.10 dice que un
espíritu malo de parte de Jehová fue enviado contra Saúl, pero la
interpretación de este texto es que el señor permite que un demonio
prevaricador tome la mente de Saúl, este espíritu de maldad se conoce
como desvariación mental. Puede referirse a profecías falsas, o
delirios demoniacos. La palabra celos traducida al hebreo significa
cólera, envidia, pasión desmedida por algo en foma negativa. Traducida
en el buen sentido, la frase “el celo de Jehová de los ejércitos ” 2ª
reyes 9-31 significa celosa preocupación por el pueblo, celar algo con
el celo de Dios es bueno, todo lo que de Él viene es bueno. Pero los
celos en el sentido negativo producen amargura de espíritu, es un arma
diabólica, destructiva que puede llevar al homicidio o suicidio.
David era un adorador, ¡adoraba a Dios en
espíritu y en verdad! y estaba en la presencia de Jehová, pero Saúl
desvariaba por toda la casa porque el espíritu malo había tomado
posesión de él. En su desvarío toma una lanza , el espíritu de
homicidio comenzó a tomar el control, cuando los celos no pueden
controlarse, se vuelven enfermizos y un espíritu posesivo toma a la
mente para destruir.
Saúl temía a David, sabia que la presencia de
Dios estaba con él, cuando en un hijo de Dios nace esta raíz de
amargura debe decirlo y ayunar para que esto se vaya de su mente,
porque si ese espíritu, toma el control se aloja en el alma donde habrá
posesión diabólica, es por eso que muchos caen de la gracia de Dios y
cuando son ministrados se manifiestan aun siendo templo del espíritu
santo blasfeman contra Dios mismo al sentir celos, ira, envidia y aun
sentimientos de homicidio.
V- 14 la prudencia de David hacia temer a
Saúl, porque sabia que la presencia de Dios estaba con él. Muchos
querrán lo que tu tienes, otros , trataran de sacarte lo que tienes,
pero si prevalece la prudencia en ti debes saber que Dios peleara por
nuestras causas, él despojara al celoso aun de su propias cosas o
talentos y se los dará al justo.
Veamos en esta historia, que realmente la
presencia de Dios, estaba con David, Saúl, perdió su reinado y su
corona por “ celos amargos” y David, el pastor de ovejas fue rey de
Israel. Que maravilla, ¡gloria a Dios!. Piensa en esto: “Nadie que peleo
contra Dios gano”. Nunca sientas celos ni envidia de nada, ni de
nadie, el Señor reparte talentos , dones, riquezas, belleza, unción, a
quien Él quiere.
Alarga tu visión, busca a Dios y serás exaltado
¿Está usted albergando algún sentimiento de ira o enojo en su corazón? Éste podría estar tan metido dentro de su alma, que no está consciente de su presencia. Pídale a Dios que le revele cualquier resentimiento oculto que haya en usted. Deshágase de él, y aprópiese de las riquezas de Cristo.
Proverbios 19:19 El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias.
¿Está usted albergando algún sentimiento de ira o enojo en su corazón? Éste podría estar tan metido dentro de su alma, que no está consciente de su presencia. Pídale a Dios que le revele cualquier resentimiento oculto que haya en usted. Deshágase de él, y aprópiese de las riquezas de Cristo.
Proverbios 19:19 El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias.
Dios te bendiga
Profeta Elsa Lungo
Profeta Elsa Lungo
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