miércoles, 29 de agosto de 2012

Quieres! DINERO?



 Quieres! DINERO?
En la Biblia existen mas de 600 pasajes con relación al dinero. En los Evangelios, Jesucristo tocó este tema muchas veces, dos de cada tres enseñanzas, de una forma u otra, se referían al dinero o eran relacionadas a este.
Esta enseñanza es tan importante como cualquier otro tema espiritual que se encuentra en la Biblia. Con eso en mente, busquemos la voluntad de Dios para nuestras vidas en lo que respecta al dinero.
Las Escrituras nos muestran el plan divino para hacerle frente al aspecto
monetario en nuestras vidas. El mismo tiene tres partes:
1. Recibirlo (Trabajando):
Las riquezas de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano laboriosa las aumenta. (Proverbios 13:11)
2. Darlo (Ofrendas y Diezmos):
Honra a Jehová con tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán de mosto. (Proverbios 3:9-10)
3. Gastarlo (Presupuesto):
En el barbecho de los pobres hay mucho pan; Mas se pierde por falta de juicio. (Proverbios 13:23)
Para poder mantener esta estrategia efectiva, equilibrada y en perspectiva; es necesario incorporar criterios bíblicos a nuestro estilo de vida concerniente al uso dinero.
Ante todo tenemos que tener en cuenta que: Somos de Dios.
¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que no sois vuestros?, pues habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. (1Corintios 6:19-20)
El Espíritu Santo mora en mí cuando recibo a Jesucristo como Salvador personal, Pues como dice la Escritura gracias a esto ya no soy de mi mismo sino de Dios. Por tanto debo de honrarle con mi cuerpo y con mi espíritu, en pocas palabras con mis mente y acciones.
Si soy de Dios y todo lo mío es de Él, el uso de mi dinero debe de caer enteramente bajo Su dirección.
El Dinero es importante, pero no trae la verdadera felicidad:
Y les dijo: Mirad, guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. (Lucas 12:15)
Dios nos enseña que no debemos de amar el dinero, puesto que este, entre mas se adquiere mas valor le damos, trae mas comodidades a nuestras vidas y mas posesiones materiales, opacando muchas veces nuestra relación con Dios y con los demás. Cuidémonos de la Avaricia.
Dios nos manda a no obsesionarnos con el dinero, sino mas bien hacer riquezas celestiales porque estas duran para siempre:
No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar.
Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. (Mateo 6:19-21)
Debemos de esta contentos con lo que tenemos:
Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos ya satisfechos. (1Timoteo 6:8)
Debemos de estar alegres con lo que tenemos, pues muchos están peores condiciones que nosotros, con el simple hecho de tener ropa, techo y alimento debemos de darle gracias a Dios.
Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma. (3Juan 2:1)
También debemos de tener en cuenta que Dios es un Padre amoroso y el quiere que sus hijos salgan adelante siempre y cuando lo tengan a él como lo primero en sus vidas.
Reflexión:
La tendencia bíblica es hacia la solvencia económica de los hijos de Dios. Sin embargo puede haber momentos, por motivos solo conocidos por Dios, en los cuales El permite escasez:
Aleja de mí la falsedad y la mentira; no me des pobreza ni riquezas sino sólo el pan de cada día. Porque teniendo mucho, podría desconocerte y decir: "¿Y quién es el Señor?" Y teniendo poco, podría llegar a robar y deshonrar así el nombre de mi Dios. (Proverbios 30:7-9)
El dinero con respecto a la Iglesia:
Dar dinero con el corazón alegre es un mandato del Señor, pues así le devolvemos un poco de todo lo que él nos ha dado. Las iglesias verdaderas utilizan estos fondos para pagar sus impuestos, para obras benéficas y para la propagación del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Pero hay iglesias y falsos maestros que se aprovechan de este mandato y utilizan lo Santo como un negocio, pero vea lo que dice la Biblia sobre estas personas:
Es un obstinado que nada entiende. Ese tal padece del afán enfermizo de provocar discusiones inútiles que generan envidias, discordias, insultos, suspicacias y altercados entre personas de mente depravada, carentes de la verdad. Éste es de los que piensan que la religión es un medio de obtener ganancias.
Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores. (1Timoteo 4:6,10)
Conclusión:
Confiemos en Dios para el futuro:
Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas. (Mateo 6:33-34)
Dios quiere que busquemos su Reino y su Justicia antes que cualquier cosa en esta vida, pues al tener esto como prioridad todo lo que necesitemos y queramos se nos será añadido. Así que no nos debemos de angustiar con respecto al futuro y a nuestras necesidades materiales.
Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: «Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.»
Así que podemos decir con toda confianza: «El Señor es quien me ayuda; no temeré. ¿Qué me puede hacer un simple mortal?» (Hebreos 13:5-6)

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