No temas! *Me tiembla el parpado
*Seguro que a la gran mayoría de mis queridos lectores les ha pasado
alguna vez. Sin venir a cuento y sin relacionarlo con nada en especial,
el párpado comienza a temblar. Normalmente es el inferior, aunque
también puede ocurrir con el superior. Suele ocurrir en un sólo párpado
de un sólo ojo al mismo tiempo, y no es una gran contractura. Muchas
veces desde fuera no nos lo notan, y al mirarnos al espejo puede que ni
siquiera veamos la contracción, o bien como un leve temblor o
palpitación en la piel. Pero lo percibimos: como unos latidos, unas
pequeñas “descargas de movimiento” del párpado, que en ocasiones nos
mueven el globo ocular y la imagen nos tiembla.
Como digo, aparecen sin más, y de la misma forma se van. Suelen durar
pocos minutos, a veces unos segundos. Es frecuente que durante
temporadas nos ocurra con frecuencia, y luego pase tiempo sin que
volvamos a tener otro episodio.
Si usáramos un término más técnico, hablaríamos de fasciculaciones del párpado o faciculaciones del orbicular del párpado, y se trata de contracciones involuntarias de unas pocas fibras del músculo. El orbicular del párpado
es el responsable de cerrar el ojo y parpadear y está en el espesor de
ambos párpados. Cuando tiene fasciculaciones, se contraen de forma
involuntaria algunas fibras musculares. No se trata de una contracción
coordinada y simultánea, así que el párpado no se cierra, no es un
movimiento eficaz. Sin embargo lo notamos.
Hay fasciculaciones en otros músculos, en particular en la cara
aunque puede ocurrir en casi cualquier sitio. También se denomina mioquimia,
aunque ese término suele utilizarse para desórdenes musculares más
intensos. Hoy hablamos de las fasciculaciones simples, ese pequeño
temblor que puede molestar, pero no impide la visión. Hay contracciones
más severas como tics, blefarospasmos, etc, bastante más molestos. Sin
embargo, lo más frecuente con mucho son las fasciculaciones, que se
consideran benignas y no requieren pruebas neurológicas.
No requiere tratamiento. Muchas veces se asocia al estrés y la
fatiga, también se ha querido relacionar con la toma estimulantes como
el café o el tabaco. Realmente no guardan relación con el ojo, y aunque
es relativamente frecuente encontrar en la consulta del oftalmólogo
estos casos, no tenemos que hacer ninguna exploración especial.
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