jueves, 8 de agosto de 2013

Aprende! Dios quien pone y quita reyes y gobernantes.


               Aprende! Dios quien pone y quita reyes y gobernantes.
Imploremos por sabiduría y discernimiento para elegir el próximo gobernante de nuestra nación. Todos deseamos salir de los tiempos de oscuridad en los que hemos estado inmersos y caminar hacia tiempos de luz, paz y libertad. Basta de ser indiferentes, ocupémonos con diligencia de asumir con responsabilidad el compromiso de participar activamente en el porvenir de nuestra patria. El apóstol Pablo dejó escrito: «Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad» (1ª Ti. 2:1-3).
Daniel 4:26
Deja claro que el cielo gobierna. Los hombres pueden con arrogancia creer que ellos están en posiciones de poder y gobierno, por sus méritos y habilidades, pero es Dios quien pone y quita reyes y gobernantes. “El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos” (Daniel 2:21). Dios es el dueño de la historia y él hace como soberanamente quiere, según sus propósitos y designios. 

Como pueblo de Dios, necesitamos aprender a ver el gobierno de Dios, sobre el gobierno de los hombres, y aprender a esperar y confiar en él, y no en hombres que circunstancialmente y temporalmente ocupan posiciones de gobierno. Los hombres siempre termina  defraudando a los hombres, pero Dios nuca defrauda. 


A veces pudiera parecer al ojo humano, que las cosas están fuera de control, pero Dios nunca pierde el control. Somos limitados  para ver el progreso de  los propósitos de Dios, y para ver como él lleva el pulso de la historia hacia el desenlace que ya él ha predeterminado; y no hay quien se le pueda oponer o torcer sus planes.

Siempre que tengamos la opción de concurrir a un proceso de elección de gobernantes, recordemos que el cielo gobierna, que es Dios quien quita y pones reyes y gobernantes. Aprendamos a depender de él. Solo el es digno depositario de nuestras esperanzas.
A través de la historia, a muchos personajes Dios les permite una encumbrada posición, algunos reconocen que no es por merito propio que están en ese lugar, como en el caso de José o Daniel. Nabucodonosor fue uno de los que no reconocieron la supremacía de Dios por sobre todas las cosas, aun cuando fue advertido en sueños que depusiera su actitud (Dn. 4:20-22).
Debido a esta negativa, Dios permite que den la orden para convertirlo en un ser irracional, con el propósito de humillarlo y reconociera quien era el que daba o quitaba reinos (Dn. 4:34-37). En ocasiones el cristiano, tiene actitudes como las de Nabucodonosor, que lo hacen peligrar y caer en el proceso en el que este cayó.
La altivez de este rey no permitió ver la gravedad de lo que había en su corazón y la interpretación del sueño no cambió en nada su forma de vida, Dios le da tiempo de arrepentirse y cambiar; Él en su misericordia siempre da tiempo para arrepentirnos (Ex. 34:6) y constantemente advierte cuando obramos mal para corregir nuestro rumbo.
Dios es paciente para con sus hijos, sin embargo llega un momento en el que debe dar corrección para evitar mayores daños en nuestra vida, Nabucodonosor no entendió la misericordia de Dios sino pensó que después de un año ya no iba a suceder nada.
Dice así Daniel 4: "La locura de Nabucodonosor":
 1 Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.2 Conviene que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo ha hecho conmigo.3 !Cuán grandes son sus señales, y cuán potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío de generación en generación.4 Yo Nabucodonosor estaba tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio.5 Vi un sueño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y visiones de mi cabeza me turbaron.6 Por esto mandé que vinieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que me mostrasen la interpretación del sueño.7 Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,8 hasta que entró delante de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté delante de él el sueño, diciendo:9 Beltsasar, jefe de los magos, ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos, y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de mi sueño que he visto, y su interpretación.10 Estas fueron las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.11 Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la tierra.12 Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves del cielo, y se mantenía de él toda carne.13 Vi en las visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante y santo descendía del cielo.14 Y clamaba fuertemente y decía así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él, y las aves de sus ramas.15 Mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea su parte entre la hierba de la tierra.16 Su corazón de hombre sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre él siete tiempos.17 La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.18 Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación; mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los dioses santos.19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.20 El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte, y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos los confines de la tierra, 21 cuyo follaje era hermoso, y su fruto abundante, y en que había alimento para todos, debajo del cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anidaban las aves del cielo,22 tú mismo eres, oh rey, que creciste y te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra.23 Y en cuanto a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete tiempos; 24 esta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey:25 Que te echarán de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada, y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes, y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere.26 Y en cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que reconozcas que el cielo gobierna.27 Por tanto, oh rey, acepta mi consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será eso una prolongación de tu tranquilidad.28 Todo esto vino sobre el rey Nabucodonosor.29 Al cabo de doce meses, paseando en el palacio real de Babilonia,30 habló el rey y dijo: ¿No es ésta la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi majestad?31 Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de ti;32 y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán; y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a quien él quiere. 33 En la misma hora se cumplió la palabra sobre Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus uñas como las de las aves.34 Mas al fin del tiempo yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las edades. 35 Todos los habitantes de la tierra son considerados como nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano, y le diga: ¿Qué haces? 6 En el mismo tiempo mi razón me fue devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.37 Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia.
Dejad en tierra el tocón con sus raíces (Dn. 4:15). A pesar del trato, la misericordia de Dios siempre estuvo latente en el proceso de humillación al que fue sometido este rey; Dios deja abierta la posibilidad para que recuperara su capacidad mental.
     Pasen sobre él siete tiempos (Dn. 4:16). En el proceso de humillación a que fue sometido Nabucodonosor en todo tiempo se manifiesta la misericordia de Dios, pues deja que pasen sobre él siete tiempos hasta que el reconoce quien era el que pone y quita reyes. Nos muestra un proceso de transformación y perfeccionamiento para que la persona reconozca su error.

La palabra tiempo, tiene varias acepciones, Nabucodonosor fue trabajado siete tiempos que simboliza perfección en el espíritu, alma y cuerpo dándole oportunidad de ser restablecido en su lugar.
El proceso de locura de Nabucodonosor es una lección que nosotros debemos analizar y escudriñar en nuestro corazón, buscar en él signos de soberbia, de poder, de orgullo, de simplemente no reconocer que el cielo es el que gobierna.

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