Beverly, una mujer de 47 años, cuenta cuán feliz es de haber quedado
viva.
Cuando era niña, sufría mucho a causa de la crueldad de sus padres, que día a día se burlaban de ella.
Ya adulta, ella no podía hablar tranquila de su infancia. Un día, cuando tenía 7 años, exasperada por sus padres, se tiró cabeza abajo rompiéndose la cabeza contra el cemento.
Durante su muerte clínica, su alma vio niños conocidos que rodeaban su cuerpo inanimado.
*De repente, brilló una fuerte luz alrededor de ella. De ésta se oyó una Voz desconocida que dijo: "Cometiste un error.
Tu vida no te pertenece y tú debes volver." Beverly opuso: "Pero nadie me ama y nadie se ocupa de mí." "Es verdad — contestó la Voz, — y en el futuro nadie se ocupará de ti. Por eso debes aprender a ocuparte de ti misma."
*Después de éstas palabras, Beverly vio alrededor de ella la nieve y un árbol seco. Pero sintió un soplo tibio, la nieve se derritió, y las ramas secas del árbol se cubrieron de hojas y manzanas maduras.
Acercándose al árbol, comenzó a arrancar manzanas, y con agrado comenzó a comerlas.
Allí comprendió que, así como en la naturaleza, así también en cada vida hay períodos de invierno y de verano, que forman una unidad entera en el plan del Creador. Cuando Beverly volvió a la vida, comenzó a considerarla en forma nueva. Ya adulta, se casó con un buen hombre, tuvo hijos y fue feliz.
Cuando era niña, sufría mucho a causa de la crueldad de sus padres, que día a día se burlaban de ella.
Ya adulta, ella no podía hablar tranquila de su infancia. Un día, cuando tenía 7 años, exasperada por sus padres, se tiró cabeza abajo rompiéndose la cabeza contra el cemento.
Durante su muerte clínica, su alma vio niños conocidos que rodeaban su cuerpo inanimado.
*De repente, brilló una fuerte luz alrededor de ella. De ésta se oyó una Voz desconocida que dijo: "Cometiste un error.
Tu vida no te pertenece y tú debes volver." Beverly opuso: "Pero nadie me ama y nadie se ocupa de mí." "Es verdad — contestó la Voz, — y en el futuro nadie se ocupará de ti. Por eso debes aprender a ocuparte de ti misma."
*Después de éstas palabras, Beverly vio alrededor de ella la nieve y un árbol seco. Pero sintió un soplo tibio, la nieve se derritió, y las ramas secas del árbol se cubrieron de hojas y manzanas maduras.
Acercándose al árbol, comenzó a arrancar manzanas, y con agrado comenzó a comerlas.
Allí comprendió que, así como en la naturaleza, así también en cada vida hay períodos de invierno y de verano, que forman una unidad entera en el plan del Creador. Cuando Beverly volvió a la vida, comenzó a considerarla en forma nueva. Ya adulta, se casó con un buen hombre, tuvo hijos y fue feliz.
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