miércoles, 9 de noviembre de 2016

LA EXISTENCIA DEL HOMBRE ESPIRITUAL




La Existencia del Hombre Espiritual.
La segunda clasificación de los creyentes en este pasaje es la del hombre espiritual. 
Un creyente es hombre espiritual cuando pasa la prueba referida y demuestra que tiene capacidad para recibir y conocer la revelación divina. El hombre espiritual lo discierne todo.
El orden progresivo del contexto entero es muy evidente:
Primero: la revelación divina, ha sido dada. Dicha revelación concierne a las cosas Que ojo no vio, ni oído oyó, y que jamás entraron en pensamiento humano. Estas cosas, dice la Biblia y yo lo creo, son reveladas por el Espíritu.
Segundo: la revelación es de Las cosas profundas de Dios, que ningún hombre puede conocer por sí mismo. No obstante, el Espíritu las conoce.
Tercero: los creyentes han recibido al Espíritu quien conoce todas estas cosas, para que ellos también puedan conocer Las cosas profundas de Dios.
Cuarto: la sabiduría divina está escondida en las mismas palabras del Libro de Dios; pero el contenido espiritual de estas palabras se entiende solamente a medida que uno sea capaz para explicar las cosas espirituales con la interpretación, el idioma y los códigos utilizados en el ámbito espiritual, esto es: con las espirituales. He podido ser testigo de la tremenda y triste intención de intentar explicar las cosas del Espíritu merced a los conocimientos intelectuales. No hay nada más deplorable que alguien predicado sobre el Espíritu Santo sin la unción del Espíritu Santo.
Quinto: El “hombre natural” no puede recibir las cosas del Espíritu de Dios, porque le son insensatez, ni las puede comprender, porque se disciernen únicamente por el Espíritu, y él no ha recibido al Espíritu que es de Dios. Aunque parezca terrible (Y lo es) hay personas que concurren a un templo, a una congregación, y están en estas condiciones. Y lo peor del caso, es que no son siempre gente que no se involucra en ninguna actividad. En muchos casos se trata de gente con cargos, funciones y ministerios de importancia.
Sexto: El cristiano carnal es nacido de nuevo y el Espíritu reside en él; pero su carnalidad impide la plenitud del ministerio del Espíritu. En el despertamiento que se vivió en Argentina en 1992, muchos pastores fueron tocados por la maravillosa unción del Espíritu y en sus congregaciones ocurrían cosas tremendas e inexplicables aún para muchos de ellos mismos. Se apropiaron inmediatamente de ese poder, pero no entendieron que debían caminar exclusivamente en y por el Espíritu. Ministraban con poder, señales y maravillas, pero seguían conduciendo la iglesia en función de la politiquería religiosa tradicional. Al poco tiempo la unción los abandonó, pero ellos no lo aceptaron y hoy, en muchos sitios, se siguen intentando esas señales y maravillas a partir de los esfuerzos carnales. Esto, desde ya, es altamente peligroso. Lo sobrenatural no es solamente patrimonio de Dios.
Séptimo: El hombre espiritual discierne todas las cosas. No hay ninguna limitación para él en lo que toca a las cosas de Dios. Puede recibir libremente la revelación divina y se gloría en ella. También, puede entrar, como cualquier otro, en las materias que son comunes a la sabiduría humana. Discierne todas las cosas; sin embargo, él mismo no es discernido ni entendido por nadie. ¿Cómo pudiera ser de otro modo siendo que él tiene La mente de Cristo?
Hay dos grandes cambios espirituales que los seres humanos pueden experimentar: el cambio del “hombre natural” al hombre salvo, y el cambio del “hombre carnal” al hombre espiritual. Aquel se efectúa por el poder divino cuando hay fe verdadera en Cristo; éste se realiza cuando hay un ajuste verdadero al Espíritu. Experimentalmente puede ser que la persona que se salva por medio de la fe en Cristo se entregue al mismo tiempo sin reserva a Dios, y empiece de una vez una vida de rendimiento completo.
Indudablemente eso sucede con mucha frecuencia. De esta manera sucedió en la experiencia de Saulo de Tarso que podemos ver en Hechos 9:4-6. Así que hubo reconocido a Jesús como su Señor y Salvador, dijo también: Señor: ¿Qué quieres que yo haga? No hay evidencia alguna de que jamás se hubiese cambiado de esta actitud de rendimiento a Cristo. No obstante, debemos recordar que muchos cristianos son carnales, a los cuales la Palabra de Dios enseña claramente cuáles son los pasos que tiene que dar para que lleguen a ser espirituales. Entonces se hace posible el cambio del estado carnal al estado espiritual.
El hombre espiritual es el ideal divino en la vida y en el ministerio, en el poder con Dios y con los hombres, en comunión ininterrumpida y en bendición. Tendremos que seguir en ayuno y oración en búsqueda de las realidades juntamente con las condiciones reveladas por medio de las cuales dicho ideal pueda ser realizado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Eres inteligente lee este blog y aprenderás cosas escondidas que hará que escoja lo BUENO