*La Falta de Relación*
Tomado de 20 Enemigos Del Matrimonio -Copyright © 1989 por Rodolfo Loyola-
La palabra cónyuge viene de
"compartir el mismo yugo". Generalmente el yugo existe, no para
tener a dos animales atados involuntariamente, sino con el propósito
de tirar juntos de la carreta o del arado, etc. Si al estar en el
mismo yugo por amor, no existe una buena relación, muy poca
consistencia tiene entonces la pareja. En la época de las
comunicaciones, la información nos llega de manera unilateral por la
radio y la televisión. Esto crea personas solitarias con poca
voluntad de comunicarse, sin ningún aprecio del diálogo.
Por otro
lado, las prisas con que se vive y la lucha del hombre por competir
con las máquinas, va en detrimento del diálogo y la buena relación.
Se
cuenta que un padre estaba tantas horas fuera de casa que una noche
llegó tarde y encontró a uno de los niños despierto; le acostó
bruscamente y le pegó. Al día siguiente, el niño le dijo a la mamá:
"Mami, ese hombre que suele venir aquí por las noches, me ha
pegado".
Las
prisas con que se vive y la lucha del hombre por competir
con las máquinas, va en detrimento del diálogo y la buena relación.
En
ocasiones, la falta de relación es cortada por una ofensa guardada
donde no hubo diálogo sino pelea. Uno de los dos o ambos apelan al
silencio. Tratan de sepultar aquello y esconderlo, como hizo Caín
con Abel, creyendo que la situación quedaba así resuelta. Pero
sucede que al no resolverse por el diálogo, con el arrepentimiento y
perdón, si es necesario, queda el camino expedito para que se
acumulen más ofensas, más situaciones de ofuscación y de terquedad,
y cuando revienta toda esta ira contenida, estas heridas internas
pueden llegar a situaciones desastrosas. La falta de relación trae
indiferencia. Alguien dijo que la costumbre produce indiferencia. Si
de algo hemos de cuidar nuestro matrimonio, es de la indiferencia.
Es cierto que hay rutinas cotidianas que pueden llevar a la
monotonía, pero es preciso que esto no nos lleve a la indiferencia
del uno por el otro como una carne que somos.
La falta
de relación trae también, como consecuencia, la soledad,
especialmente de la mujer. Cuando digo esto estoy pensando, muy
especialmente, en la mujer de los países menos desarrollados donde
ella desempeña un papel de madre y ama de casa, más que de obrera de
una fábrica o empleada de una oficina.
Puede
ser que los detalles o problemas del trabajo del marido no los
entienda la mujer y, por consiguiente, no le interesen mucho; pero
es posible y sucede con mucha frecuencia, que el hombre está tan
enfrascado en su trabajo, en su carrera y sus amigos, que no
entiende el entorno y el quehacer sacrificial de su esposa. Hay unos
elementos comunes en un hogar, de los cuales debe surgir el diálogo
amistoso de dos buenos compañeros de viaje que tienen o deben tener
los mismos intereses. Hay una cierta preocupación entre sociólogos y
educadores por la merma de lo que ellos llaman el discurso. O sea,
que los jóvenes van teniendo cada vez menos capacidad dialogante. Se
pueden reunir varios jóvenes de ambos sexos durante horas enteras
para oír música, beber, etc., pero las palabras son pocas y algunas
son pura jerga, muy pobre de significado.
Hay unos elementos
comunes en un hogar, de los cuales debe surgir el diálogo amistoso
de dos buenos compañeros de viaje que tienen o deben tener los
mismos intereses.
Estamos en
el mundo de la imagen y de ahí que el inmenso, bello y necesario uso
de las palabras va perdiendo terreno. El mismo lenguaje de la
informática, al igual que otras ciencias, no es lenguaje de palabras.
Las
novelas para leer en la pantalla ya están a la orden del día. El libro
como lo conocemos hoy, parece que tiende a desaparecer o a quedar
relegado a un plano muy inferior.
Las
tertulias familiares y de amigos, son cosas del pasado, los medios de
comunicarnos aumentan en eficacia, pero van perdiendo calor humano.
Pero a
toda esta técnica, producto del progreso científico, los cristianos
hemos de añadir el progreso espiritual y conservarlo donde es más
necesario y valioso: en el hogar, en el matrimonio, dentro del marco
de la familia, y donde se cultiva el espíritu, de acuerdo con la
Palabra de Dios; el camino al diálogo y con él la buena relación entre
los cónyuges debe estar garantizada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Eres inteligente lee este blog y aprenderás cosas escondidas que hará que escoja lo BUENO