jueves, 6 de octubre de 2011

Para que te enteres! ¿Qué edad tiene realmente?

¿Qué edad tienes realmente? Leé estos consejos prácticos para mejorar tu salud.

¿Qué edad tiene realmente?

Hoy día hay a la venta pruebas sencillas que le permiten conocer su “edad biológica”. Están basadas en investigaciones de ganadores del Premio Nobel, pero, ¿vale la pena comprar una de ellas, tomando en cuenta que cuestan cientos de dólares?
Con una muestra de su sangre, estas pruebas miden el largo de sus telómeros, las “puntas” de los extremos de los cromosomas. Son como las puntas de plástico de los cordones de los zapatos, y su función es evitar el desgaste o alteración del material genético. Cuanto más largos son, tanto mejor.
Los telómeros cortos se han relacionado con un mayor riesgo de problemas de salud, como diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. Pero los telómeros no son una bola de cristal. “No permiten predecir la longevidad”, señala Elizabeth Blackburn en un número reciente de la revista Nature. Sin embargo, esta investigadora, quien compartió el Nobel de 2009 por sus estudios sobre los telómeros y cofundó una empresa fabricante de una de esas pruebas, dice que los resultados pueden darle una idea del riesgo que tiene de contraer diversas enfermedades graves.
Vale la pena probarlo: nueva ayuda para el insomnio
Todo indica que proteger los telómeros es un asunto de sentido común. Por ejemplo, parece ser que el tabaquismo y la obesidad los van acortando, y el consumo abundante de ácidos grasos omega 3 tal vez los alargue. El estrés también reduce el largo de los telómeros, pero el ejercicio regular y la meditación podrían ayudar a repararlos. Y un estudio de pacientes con cáncer cervicouterino indica que una psicoterapia no sólo puede mejorar la calidad de vida de la gente, sino también hacer que tenga telómeros más fuertes.
La conclusión: conocer el largo de sus telómeros justo ahora podría ser más interesante que útil. Le serviría más tomar clases de yoga o correr. “Yo aprendí una técnica de meditación, y hago ejercicio lo más a menudo que puedo”, dice Blackburn.

Rápido, vaya a su jardín o patio e instale una hamaca. Estudios recientes confirman lo que muchas personas han pensado siempre: mecerse con suavidad ayuda a conciliar el sueño más rápidamente, dice Nancy Shute en el blog de salud shots.
Un leve balanceo también sumió a los voluntarios en un sueño más profundo (lo que, al parecer, ayuda a fijar los recuerdos registrados durante el día). Para los investigadores, este hallazgo fue inesperado, pero a millones de madres no les sorprenderá: la ciencia sólo ha confirmado la eficacia de arrullar a los bebés.
Un segundo estudio ofrece otro auxiliar potencial: los investigadores les dieron a 12 personas insomnes una gorra con agua circulante para enfriar la cabeza. Cuanto más frío esté el cerebro, más profundo el sueño, informaron los científicos en la conferencia sleep, en junio pasado.
El director del estudio ya ha solicitado una patente para la gorra enfriadora, pero, mientras tanto, haga lo que la enfermera Karen Roush aconseja en su libro What Nurses Know... Menopause (“Lo que las enfermeras saben... la menopausia”) a las mujeres que no pueden dormir por los bochornos nocturnos. Meta una funda de almohada en una bolsa de plástico, déjela en el congelador hasta la hora de acostarse y entonces cubra su almohada con ella.

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