”Sin fe es imposible agradar a Dios.
Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él
recompensa a los que lo buscan con sinceridad.” Hebreos 11:6 NTV
El objetivo de rendir una prueba es demostrar todo lo que uno ha adquirido durante un determinado tiempo y eso fue exactamente lo que Dios hizo con Abraham cuando le pidió que ofreciera a Isaac, su único hijo, a quien tanto amaba; como sacrificio. Éste no solo fue un acto de obediencia sino también de fe
porque Abraham sabía que Dios cumpliría la promesa que le había hecho
un día cuando le dijo: -Mira al cielo y, si puedes, cuenta las
estrellas. ¡Ese es el número de descendientes que tendrás! Génesis 15:5
Abraham confiaba plenamente en Dios
y sabía que aunque le estaba pidiendo algo ilógico, para ser
comprendido por su mente humana, Él tenía todo bajo control y nunca se
equivocaría. Sabía que Dios podía resucitar a su hijo para cumplir lo que un día le había prometido.
Al ver cuánto lo amaba, Dios le proveyó la
ofrenda para que ese día se la presentara; por esa razón lo consideró
justo, debido a su fe, porque estaba dispuesto a entregar la vida de su
único hijo solo por obedecerlo.
Hoy es un buen día para que te preguntes: ¿En qué y en quién estás creyendo? ¿Estás haciendo las cosas que verdaderamente Dios quiere que hagas?
Ya no sigas perdiendo más el tiempo haciendo cosas que Él no te mandó a
hacer. Toma la decisión de alinear tu corazón y tus planes a los de
Dios, porque solo de esa manera tendrás paz, dirección y el respaldo de
tu Creador en todo lo que realices.
De nada serviría que solo creyeras y te
quedaras sentado esperando o que solo obedecieras y no creyeras; es
necesario poner tu fe en acción, porque ésta aumentará en proporción a tu obediencia. Recuerda, los retos que Dios tiene para tu vida no tienen límites.
¡La obediencia empieza en tu corazón!
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