martes, 25 de marzo de 2014

Maldiciones pronunciadas ...



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"Te has enlazado en las palabras de tu boca, y has quedado preso en los dichos de tus labios" (Proverbios 6,2).

No debemos de tomar a lo ligero lo que nos dice el Señor en el Antiguo Testamento. Hay un dicho que va así: “El Antiguo Testamento queda revelado en el Nuevo, y el Nuevo Testamento queda escondido en el Antiguo.” La Biblia entera habla del mismo tema: de la salvación que viene del único y verdadero Dios. Él siempre fue, Él es y Él siempre será el mismo. Dios nos abrió un camino por medio del cual podremos ser libres de las maldiciones que están sobre nosotros. Ese camino es la salvación que vino por medio del Señor Jesucristo, el unigénito Hijo de Dios, el Mesías, y vale para todas las personas desde Adán, hasta nuestros hijos, nuestros nietos, y los descendientes de nuestros hijos. Para nuestro bien, Jesucristo tomó sobre sí mismo la maldición del pecado, que fue la muerte.

*Las maldiciones auto impuestas allí siguen y siguen, hasta que tomemos la decisión de pararlas en seco. Tenemos que arrepentirnos y pedirle a Dios que nos ayude y que nos dé bendiciones en vez de maldiciones. Hasta no llegar el fin de este mundo que hoy conocemos, y hasta no ver totalmente destruido a satanás, siempre va a ser necesario el arrepentimiento. Dice la Biblia en Apocalipsis 22:3 que después de estos tiempos “No habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.”

Jamás ha habido un pueblo más perseguido sobre la faz de la tierra que los hebreos. 
En los campos de concentración de Hitler, durante la Segunda Guerra Mundial, murieron más de seis millones de judíos. Las crueldades impuestas a los judíos están más allá de toda comprensión, pero se había pronunciado una maldición cuando Jesús estaba de pie ante Pilato: " SU SANGRE SEA SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS ". La maldición siguió su curso.
*Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: inocente soy yo de la sangre de este justo; allá ustedes. Y respondiendo todo el pueblo dijo: SU SANGRE SEA SOBRE NOSOTROS Y SOBRE NUESTROS HIJOS " ( Mateo 27, 24-25).
 
*En 2006 se cumplió el 61 aniversario de la liberación de los sobrevivientes de los campos de concentración ubicados dentro de Alemania, Polonia, Austria y Checoslovaquia, en la II Guerra Mundial. 
Seis millones de judíos, más muchos otros prisioneros políticos y minorías étnicas y religiosas murieron en estos campos en el período 1933-1945.
Hay muchas personas que aún pueden recordar con horror las escenas de famélicos sobrevivientes y enormes pilas de cadáveres desnudos mostrados en los medios de comunicación, en los infames campos, tales como Belsen, Dachau, Auschwitz y Treblinka. Habían sido secuestrados de sus hogares y tratados como animales de matadero.

¿POR QUÉ EL SUFRIMIENTO?


¿Por qué sufrieron de esta manera los judíos? Para contestar esta pregunta, retrocedamos en el tiempo hasta el establecimiento del pueblo de Israel como una nación, con la promesa de Dios al patriarca Abraham: "Y haré de ti una nación grande" (Génesis 12:2). De este modo, los descendientes de Abraham salieron de Egipto como una nación y Dios los liberó de la destrucción en el Mar Rojo. Él los condujo hasta el Monte Sinaí donde les habló por medio de Moisés, explicando que los había escogido para que fueran un pueblo especial por cuyo medio sería santificado su gran Nombre: "Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra" (Deuteronomio 7:6).

LOS ISRAELITAS HICIERON UN PACTO CON DIOS


Ese pacto se describe en Deuteronomio 28 con increíble detalle y solemnes advertencias:

"Pero acontecerá, si no oyeres la voz de Jehová tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos [...], vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán" (Deuteronomio 28:15). Entonces siguen 28 versículos repletos de pronunciamientos de castigos que el Padre traería sobre ellos si no ponen atención a los mandamientos del Señor.

En el versículo 64 Dios promete esparcir a Israel entre todas las naciones, y en el versículo 65 les dice que "Y ni aún entre estas naciones descansarás", y en el versículo 66: "Y tendrás tu vida como algo que pende delante de ti, y estarás temeroso de noche y de día, y no tendrás seguridad de tu vida".

Desdichadamente, ellos quebrantaron su parte del pacto siendo infiel a Dios al servir a ídolos, y los castigos de los versículos 64 al 66 se convirtieron en una lamentable realidad.

SU SANGRE SEA SOBRE NOSOTROS


Finalmente, el castigo y destierro empezó a manos de los asirios y los babilonios, pero entonces ellos añadieron un pecado más espantoso a su historia al rechazar a su Mesías, Jesucristo, el Hijo de Dios. En sus propias palabras, trajeron sobre sí una terrible sentencia: "Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos" (Mateo 27:25).

Al cabo de 40 años Jerusalén fue destruida; cientos de miles de judíos fueron muertos, los sobrevivientes fueron vendidos como esclavos. Así empezaron sus persecuciones:

LAS CRUZADAS - Judíos empobrecidos y se les vende como si fuesen muebles.

LA REFORMA - Lutero inicia las persecuciones de los judíos.

LA INQUISICIÓN - Judíos perseguidos, asesinados, y desterrados.

LOS GUETOS - La mayoría de las naciones europeas confinaron a los judíos dentro de áreas restringidas,

LOS POGROMOS - Los judíos fueron víctimas de casi incesantes pogromos, especialmente en Rusia y Hungría, en 1870.

VARSOVIA - Los levantamientos judíos fueron reprimidos y miles de ellos fueron masacrados.

LOS CAMPOS - Exterminación masiva de judíos entre 1933 y 1945.

¿HABÍA DE SER ESTE EL FIN DEL PUEBLO DE DIOS?


¡De ninguna manera! Lea estos vitalmente importantes pasajes bíblicos, y la respuesta está delante de Ud.:

"Jerusalén será hollada por los gentiles, HASTA QUE LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES SE CUMPLAN" (Lucas 21:24).

"Destruiré a todas las naciones entre las cuales te esparcí; PERO A TI NO TE DESTRUIRÉ" (Jeremías 30:11).

"El que esparció a Israel LO REUNIRÁ y guardará" (Jeremías 31:10).

DESPUÉS DE LA II GUERRA MUNDIAL


Lea todo Ezequiel 37, donde se describe el total recogimiento del pueblo de Dios, de entre todos los países del mundo, a su propia tierra. después de la II Guerra Mundial, los judíos de Europa regresaron en masa a la tierra de Israel, y con la ayuda de Dios reestablecieron su nación contra todos los pronósticos, después de que el holocausto los hubo impulsado literalmente a regresar a su tierra.
*La biblia dice claramente que después de un largo tiempo de dispersión, Dios restaurará Israel a su tierra: “Tomaré a los Israelitas de entre las naciones por donde han andado, y de todas partes los reuniré y los haré regresar a su propia tierra” (Ezequiel 37:21). El Señor les advertió que el regreso a su tierra ocurraria durante una época de mucha hostilidad. El diablo aún esta intento a oponerse y a destruir las obras de Dios porque él sabe que al regresar el Mesías a un Israel restaurado, Jesús destruirá el reino del anticristo e institúira su reino milenial. Satanás usa otras naciones en su continuo esfuerzo de intentar la destrucción de Israel porque quiere evitar que se cumplan estas profecías.
En  el libro de Génesis 12:3 el Señor dice que “maldecira a los que maldigan a Israel.”

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