martes, 10 de marzo de 2015

APRENDER A ESCUCHAR CAMBIA LA VIDA



*Es interesante que Jesús era muy paciente con las personas y se tomaba el tiempo para escuchar sus historias.

Resultado de imagen para APRENDER A ESCUCHARNo tenía mucha prisa; no trataba de ver qué tan rápidamente se podía deshacer de alguien para atender a otra persona de más importancia, o cómo podía hacer lo que Él quería. No, Él se tomaba el tiempo para escuchar las luchas de cada persona, y hacía lo necesario para suplir sus necesidades.

Si sólo nos tomáramos el tiempo para oír a las personas, a veces podríamos ayudarles a iniciar un proceso de sanidad en sus vidas. Hay tantas personas dolidas que no tienen con quién platicar porque ya no confían plenamente en nadie.

Si usted pudiera abrir su corazón a la compasión y ser amigo de esa persona – sin juzgar ni condenar – y sólo prestar oído, es posible que le ayudaría a levantar un peso muy grande. No hace falta tener todas las respuestas, sólo hace falta ponerles atención y cuidado.

*Aprender a escuchar puede ayudar más a cambiar la vida de una persona necesitada que mucho consejo o instrucción.

Hace poco llegó conmigo un hombre que comenzó a platicarme su problema – con gran detalle. No dejaba de hablar, y varias veces intenté interrumpir su monólogo para darle mi consejo, pero no me daba entrada. Pensé: Tengo un excelente consejo y un versículo bíblico que le ayudarán. Sé precisamente lo que debe hacer.

Por más que quería, no lograba decir ninguna palabra. Mi oportunidad nunca se presentaba hasta que al fin el hombre terminó de contarme su problema, y justo cuando le iba a compartir de mi gran sabiduría, dio un suspiro muy grande y dijo: “Me siento mucho mejor, Dios me acaba de decir lo que debo hacer”. Luego se dio la media vuelta, ¡y se marchó! Casi lo persigo de tan desilusionado que estaba.

Pero me di cuenta que a él no le hacía falta mi profunda sabiduría; él no requería saber cuál era mi solución a su problema ni necesitaba mi consejo; él sólo necesitaba mis oídos para escucharle.

Debemos aprender a escuchar mejor porque Dios puede hablarle a alguien mientras se encuentran platicándole a usted su problema. No sea tan pronto al dar su opinión, y sea sensible a lo que realmente necesita la persona a la que quiere ayudar.

En demasiadas ocasiones, lo que verdaderamente deseamos es hacerles callar, darles una palabrita de ánimo, un versículo que más o menos sea apropiado y una oración de quince segundos para poder continuar nuestro camino, pero Dios quiere que tomemos tiempo para las personas, para escuchar lo que tienen en su corazón, para demostrarles que nos importan y que en realidad queremos ayudarles.

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