jueves, 7 de julio de 2011

Aprende*¿Cómo llegamos a ser la persona que Dios desea que seamos?

Dios le ama tal como usted es, pero le ama tanto que no quiere dejarlo así, quiere que sea como Jesús.
¿Cómo llegamos a ser la persona que Dios desea que seamos?
¿Se tratará de que un día en especial Dios nos dé un toque como si fuera una varita mágica, y automáticamente nos convertimos en las personas serviciales, amorosas, trabajadoras y positivas que Dios desea?
Sería maravilloso pero no es así. Lo que la Biblia enseña es que es realmente un trabajo en equipo entre Dios y cada uno de nosotros. Dios interviene de manera poderosa, con su gracia y con su amor, y nosotros debemos poner también una pequeña pero importante parte dentro de ese cambio que Dios desea operar en nosotros.
Filipenses 2.12 y 13 nos lo muestran con claridad. Aquí la Palabra de Dios dice: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.
Deseo aclarar que lo que Dios nos dice aquí a través del apóstol Pablo de ninguna manera es que trabajemos por nuestra salvación, lo que si está diciendo es que debemos ocuparnos en ella, debemos realizar algunos ejercicios en base a la realidad de la salvación que ya disfrutamos.
Trabajar por algo tiene que ver con ganárnoslo o llegar a merecerlo. La Biblia es muy clara que la salvación no es algo que nos ganamos o merecemos por nuestro propio esfuerzo. Efesios 2.8 y 9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Que quede claro que cuando la Biblia dice que nos ocupemos en nuestra salvación está hablando de de un ejercicio espiritual.
¿Qué pasa cuando hacemos ejercicio físico? Estamos desarrollando y tonificando los músculos que Dios nos dio, por eso la idea de ocuparse es lo mismo, tratar de sacar el máximo provecho de algo que Dios nos ha dado como regalo, de lo que se nos habla es de cultivar una vida espiritual.
¿Qué es lo que Dios usa para hacernos crecer?
1. Dios usa su Palabra. Lo primero que Dios usa para cambiarnos es la Biblia.
A través de la Escritura él no enseña como debemos vivir. 2ª Timoteo 3.16 y 17 menciona: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.
Le comparto una sencilla historia a manera de ilustración: Un caníbal se convirtió al Señor Jesús. Estaba sentado a un lado de una enorme olla preparando su alimento, y mientras esperaba leía su Biblia. En eso se le acerca un antropólogo, una persona sumamente preparada, una persona culta y estudiosa y le pregunta - ¿Qué hace? El nativo le responde – Estoy leyendo la Biblia. Y nuevamente el antropólogo le cuestiona - ¿Qué no sabe que es un libro anticuado? ¿No sabe que en la actualidad ese libro ya muchas personas lo han rechazado? Realmente son muchas historias de hace mucho tiempo, y casi burlándose le decía que no perdiera su tiempo leyendo la Biblia. Con mucha calma la persona que antes había sido un caníbal lo observa detenidamente y le responde: - Señor, si no fuera por ese libro ya estaría usted en esa olla. A este hombre la Palabra de Dios le había transformado su vida y su apetito.
Estimado amigo ¿Quisiera cambiar su vida? ¿Le gustaría ver como Dios lo transforma en una persona amorosa servicial? ¿Le gustaría llegar a tener un carácter como el del Señor Jesús? ¿Le gustaría tener una vida caracterizada por el gozo y la paz?
Lo primero que tiene que hacer es leer la Palabra de Dios. Usted tiene que leer, meditar, estudiar y sobre todas las cosas obedecer la Palabra de Dios.
Cuando alguien comenta que su fe es débil, comenta que por más que se esfuerza no puede cambiar, la pregunta que me surge automáticamente es ¿Lee la Biblia con regularidad? ¿La estudia con frecuencia? ¿Estará aplicando a su vida el mensaje de la Palabra de Dios? Y regularmente la respuesta es no.
Ahí está la clave, por eso batallamos, porque no nos hemos alimentado espiritualmente con la palabra de Dios.
Romanos 10.17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” De ninguna manera podemos tener una fe fuerte, una fe sólida, sin alimentarnos de la Palabra de Dios.
Igualmente no podemos tener sabiduría, no podemos tener paz, no podemos saber que hacer, como reaccionar, que actitudes tomar, a menos que estemos leyendo, meditando y sobre todo aplicando la palabra de Dios s nuestra vida.
Dios usa su Palabra para cambiarte, léela, medítala, obedécela. Busque el compañerismo cristiano para reflexionar en torno a la Palabra de Dios.
Dios te ama tal como eres, pero te ama tanto que no va a dejarte así, quiere que seas como Jesús.

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