"Los amo en Cristo Jesús"
Dios le ama tal como usted es, pero le ama tanto que no quiere dejarlo así, quiere que sea como Jesús.
¿Cómo llegamos a ser la persona que Dios desea que seamos?
¿Se tratará de que un día en especial Dios nos dé un toque como si
fuera una varita mágica, y automáticamente nos convertimos en las
personas serviciales, amorosas, trabajadoras y positivas que Dios desea?
Sería maravilloso pero no es así. Lo que la Biblia enseña es que es
realmente un trabajo en equipo entre Dios y cada uno de nosotros. Dios
interviene de manera poderosa, con su gracia y con su amor, y nosotros
debemos poner también una pequeña pero importante parte dentro de ese
cambio que Dios desea operar en nosotros.
Filipenses 2.12 y 13 nos lo muestran con claridad. Aquí la Palabra de
Dios dice: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no
como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia,
ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que
en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”.
Deseo aclarar que lo que Dios nos dice aquí a través del apóstol
Pablo de ninguna manera es que trabajemos por nuestra salvación, lo que
si está diciendo es que debemos ocuparnos en ella, debemos realizar
algunos ejercicios en base a la realidad de la salvación que ya
disfrutamos.
Trabajar por algo tiene que ver con ganárnoslo o llegar a merecerlo.
La Biblia es muy clara que la salvación no es algo que nos ganamos o
merecemos por nuestro propio esfuerzo. Efesios 2.8 y 9 dice: “Porque por
gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es
don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Que quede claro
que cuando la Biblia dice que nos ocupemos en nuestra salvación está
hablando de de un ejercicio espiritual.
¿Qué pasa cuando hacemos ejercicio físico? Estamos desarrollando y
tonificando los músculos que Dios nos dio, por eso la idea de ocuparse
es lo mismo, tratar de sacar el máximo provecho de algo que Dios nos ha
dado como regalo, de lo que se nos habla es de cultivar una vida
espiritual.
¿Qué es lo que Dios usa para hacernos crecer?
1. Dios usa su Palabra. Lo primero que Dios usa para cambiarnos es la Biblia.
A través de la Escritura él no enseña como debemos vivir. 2ª Timoteo
3.16 y 17 menciona: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil
para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a
fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para
toda buena obra”.
Le comparto una sencilla historia a manera de ilustración: Un caníbal
se convirtió al Señor Jesús. Estaba sentado a un lado de una enorme
olla preparando su alimento, y mientras esperaba leía su Biblia. En eso
se le acerca un antropólogo, una persona sumamente preparada, una
persona culta y estudiosa y le pregunta - ¿Qué hace? El nativo le
responde – Estoy leyendo la Biblia. Y nuevamente el antropólogo le
cuestiona - ¿Qué no sabe que es un libro anticuado? ¿No sabe que en la
actualidad ese libro ya muchas personas lo han rechazado? Realmente son
muchas historias de hace mucho tiempo, y casi burlándose le decía que no
perdiera su tiempo leyendo la Biblia. Con mucha calma la persona que
antes había sido un caníbal lo observa detenidamente y le responde: -
Señor, si no fuera por ese libro ya estaría usted en esa olla. A este
hombre la Palabra de Dios le había transformado su vida y su apetito.
Estimado amigo ¿Quisiera cambiar su vida? ¿Le gustaría ver como Dios
lo transforma en una persona amorosa servicial? ¿Le gustaría llegar a
tener un carácter como el del Señor Jesús? ¿Le gustaría tener una vida
caracterizada por el gozo y la paz?
Lo primero que tiene que hacer es leer la Palabra de Dios. Usted
tiene que leer, meditar, estudiar y sobre todas las cosas obedecer la
Palabra de Dios.
Cuando alguien comenta que su fe es débil, comenta que por más que se
esfuerza no puede cambiar, la pregunta que me surge automáticamente es
¿Lee la Biblia con regularidad? ¿La estudia con frecuencia? ¿Estará
aplicando a su vida el mensaje de la Palabra de Dios? Y regularmente la
respuesta es no.
Ahí está la clave, por eso batallamos, porque no nos hemos alimentado espiritualmente con la palabra de Dios.
Romanos 10.17 dice: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la
palabra de Dios” De ninguna manera podemos tener una fe fuerte, una fe
sólida, sin alimentarnos de la Palabra de Dios.
Igualmente no podemos tener sabiduría, no podemos tener paz, no
podemos saber que hacer, como reaccionar, que actitudes tomar, a menos
que estemos leyendo, meditando y sobre todo aplicando la palabra de Dios
s nuestra vida.
Dios usa su Palabra para cambiarte, léela, medítala, obedécela.
Busque el compañerismo cristiano para reflexionar en torno a la Palabra
de Dios.
Dios te ama tal como eres, pero te ama tanto que no va a dejarte así, quiere que seas como Jesús.
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