viernes, 22 de julio de 2011

Reflexion *“La lámpara de Aladino”

http://www.predicalapalabra.org/Autor: Lic. Móny Padilla
Me parece que todos hemos oído hablar de 
“La lámpara de Aladino” 
Una lámpara muy especial. cualquiera que la encuentre si la frota, saldrá un mago y le ofrecerá concederle 3 deseos, cualquiera sean estos. Con la cantidad de necesidades que cada uno tiene y las que se ven alrededor, dan ganas de encontrar esa lámpara y frotarla. Pero todos sabemos que es solo un cuento de ficción.

Hoy en día, hay otro tipo de “La lámpara de Aladino”, y te permite satisfacer más que 3 deseos, solo que tienen otro nombre: “
Lotería nacional”

¿A quién no le gustaría disponer de 50.000 bs (7.143 US$)? Justamente ese es el premio de la lotería nacional Eso nos parece muchísimo dinero, considerando que nada hicimos para conseguirlo.


Aquí, al igual que en “La lámpara de Aladino”, debe intervenir un ser con poderes. Es por demás de interesante que, en el boleto de lotería está impresa la siguiente leyenda: “
Pídale al Ekeko salud y dinero” Dando a entender que para lograr sacar el premio mayor, debe intervenir una entidad divina. Y en este caso en particular, solo es posible pidiéndoselo al dios Ekeko.

Este dios parece tener como especialidad: “
salud y dinero” y nada más. Muchos dirían “¡Eso, es más que suficiente!” Pero como cristianos sabemos que lo que este dios falso ofrece (un demonio en realidad), es una trampa para tomar posesión del alma de los incautos. Lo que realmente les da, además de un poco de dinero, es miseria y pobreza de alma y espíritu y finalmente perdición eterna.

Habiendo considerado esto, pensemos en lo que el único Dios vivo y verdadero -Jehová- hizo una oferta mejor que “La lámpara de Aladino” y la “Lotería nacional” juntas. El la hizo solo en dos oportunidades en 4.000 años. El espacio que cubre el Antiguo Testamento.


Se la ofreció a:
 
El Mesías: El Salvador Jesucristo, a quien se le dice: “Mi Hijo eres tú. Yo te engendré hoy. Pídeme que te dé las naciones como herencia y hasta el último rincón del mundo en propiedad, y yo te los daré” (Salmos 2:8)
Salomón: “Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré” (1 Reyes 3:5) De el, había dicho Jehová a David: "Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo" (2 Samuel 7:14)

Los destinatarios de esta oferta, eran ambos reyes. ¡Y no cualquier rey! El
Mesías prometido de Dios y Salomón, ambos miembros de la familia del rey David. Miremos un poco más atentamente a estos personajes y descubramos porqué Dios les ofreció semejante ganga. Comenzaré con Salomón.


1. Salomón
Salomón tiene un sueño en donde Dios se le aparece y le dice la famosa frase: “Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré” (1 Reyes 3:5) 

Luego tenemos (1 Reyes 4:29-34):

 Dios concedió a Salomón mucha sabiduría e inteligencia, y una comprensión tan abundante como la arena que está a la orilla del mar,
 hasta el punto de que la sabiduría de Salomón sobrepasó a la de los egipcios y los orientales.  
Fue más sabio que ningún otro hombre: más sabio que Etán, el descendiente de Zérah, y que Hemán, Calcol y Dardá, hijos de Mahol. Su fama se extendió por todas las naciones de alrededor. 
Compuso tres mil proverbios y compuso mil cinco poemas.

Disertó acerca de los árboles y las plantas, desde el cedro del Líbano hasta la hierba que crece en las paredes; también disertó sobre los animales, las aves, los reptiles y los peces.
De todas las naciones y reinos de la tierra donde habían oído hablar de la inteligencia de Salomón, venía gente a escucharle.
Por lo general, cuando leemos estos pasajes, la visión y razonamiento infantil nos traicionan y consideramos que todo fue algo instantáneo y lineal sin requisito o historia previa ni posterior alguna. Pero 'no' es así como nos lo muestra la Biblia.
 

Respuesta
Salomón tenía como costumbre (1 Reyes 3:4) ir a Gabaón a sacrificaba holocaustos a Jehová, porque allí estaba erigido el tabernáculo de Moisés. El iba allá buscando la guía de Dios para ejercer su duro trabajo. Es recién entonces, luego de más de tres años de ser rey, cuando Dios se le aparece y le ofrece: “
Pídeme lo que quieras, y yo te lo daré” (1 Reyes 3:5)

Salomón pidió lo que -para el- era una necesidad sentida y motivo de verdadera angustia y desesperación. Reconoció su falencia: "
soy un muchacho joven y sin experiencia" (1 Reyes 3:7)

No buscó su propio bien, no pidió para beneficio propio. Pidió para el beneficio de otros. Buscaba cumplir con fidelidad el trabajo y cargo que se le había otorgado, como rey de la nación Israelita.

El pidió: corazón atento para:

 Gobernar al pueblo de Dios
 Distinguir entre lo bueno y lo malo.
Por la respuesta de Dios, las alternativas comunes que hay en el egoísta corazón del ser humano son:

Muchos días: Larga vida.
Riquezas: Abundancia de bienes y objetos valiosos = Bienes Materiales.
Venganza: La vida de tus enemigos o los que te quieren mal.
Gloria: Fama, reputación: Opinión que se tiene de alguien o algo.

El pedido de Salomón, no estaba en esta lista. Entonces, como sabemos, a la manera de Dios, cuando se pide acorde a su corazón y voluntad:


Le fue concedido lo que pidió -sabiduría e inteligencia - en forma amplia y generosamente. Como ningún otro ser humano tuvo ni tendrá jamás.
Y recibió aún lo que no pidió: riquezas y esplendor como nadie en esta tierra la tuvo jamás.
Es decir, recibió:

Riquezas: Abundancia de bienes y objetos valiosos = Bienes Materiales. Sabemos que Salomón fue lo que hoy llamaríamos multi - billonario .

Esplendor: celebridad, encumbramiento, riqueza, fama, gloria, brillo, fulgor, resplandor, brillante.
La cuestión de la
larga vida, quedó sujeta a la obediencia de Salomón. Si el era obediente a Jehová, como lo fue su padre, entonces serían alargados sus días (1 Reyes 3:14) Como no lo fue sus días fueron acortados. Y el asunto de la venganza, ni siquiera fue mencionado por Dios. Porque Dios no hace acepción de personas en la aplicación de su justicia.
Pidamos a Dios el Don del 'Espíritu Santo' Si aceptamos y creemos que Jesús nos trajo el perdón y la reconciliación con el Altísimo Dios.
Máxima riqueza que es necesario poseer: A Jesús en nuestro corazón y La Vida Eterna

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