En vista de los tiempos que está viviendo Venezuela y del gran mover
espiritual que experimenta, más allá de la crisis y de los problemas que
enfrenta la nación, se evidencia que algunas palabras proféticas dadas
para este país están llegando a su cumplimiento y otras están muy cerca
de hacerse una realidad. En ese sentido se entrevistó al profeta y
pastor José Ángel Hernández, autor del libro Memorias de una nación en guerra, donde recopiló mensajes que Dios le entregó a él y a otros líderes cristianos en Venezuela y fuera de estas fronteras.
Comenzó hablando del cambio que el movimiento profético ha tenido en
Venezuela. Entre los años 1988 y hasta el 2002, “no se conocía ni se
aceptaba; en la actualidad, han surgido muchos profetas, algunos tienen
Palabra de Dios, otros no cuentan con tal revelación… algunos se
contradicen entre sí, otros dejan ver su inclinación política, pero muy
pocos profetizan en compaginación con lo que Dios habló años atrás”.
Respecto al libro Memorias de una nación en guerra,
comentó que la idea surgió en principio como un artículo para una
revista, pero al no ser posible publicarlo por cuestiones de tiempo, se
sugirió hacer de esa información un libro que escribiría junto con el
pastor José Manuel Pérez. Tras varios tropiezos y años de trabajo,
finalizó el libro bajo la revisión del profesor Carlos Díaz y de su
hermana Orlinda, con quienes trabajó en la Editorial Buenas Nuevas.
De acuerdo al autor, “Memorias de una nación en guerra es un
libro profético, en él está plasmada la palabra profética que Dios ha
otorgado a nuestra nación desde el año de 1984 con la ministración del
rvdo. Carlos Jiménez hasta el año 2013. En él se narran de forma
cronológica los acontecimientos proféticos que ocurrieron en esos años
los cuales anunciaban la ocurrencia de lo que estamos viviendo hoy
[2016] en Venezuela, además de ello, se narra también los
acontecimientos que están por cumplirse en el tiempo actual. Quiero
hacer la salvedad, que en muchas de estas ministraciones fui testigo
presencial o participante directo”.
También explicó que este no es un libro de ficción, “sino que se ha
convertido en la ‘chuleta de Dios’ (término del argot estudiantil
venezolano usado por el Señor en la revelación de la guzmanera mostrado
al rvdo. Jaime Botello en el año de 1993), para recordarle al pueblo
cristiano y a las nuevas generaciones que el Señor habló primero, que
anunció todo este mal y dio en ello la fórmula para evitar que estas
cosas dolorosas ocurrieran”.
“Memorias de una nación en guerra no es una Biblia, es un libro
en el cual se narra la palabra profética para una nación y sirve de
ejemplo para otras naciones de cómo evitar que los juicios de Dios se
manifiesten en un país por causa de su pecado. El Señor ha usado este
libro entre los militares. Oficiales, profesionales y personal de tropa
quienes están leyendo el libro en los distintos cuarteles y guarniciones
del país, están al día con la palabra profética que Dios ha dado a la
nación y considero con esto, que el Señor está usando este libro para
levantar un poderoso remanente entre los militares que no se han
corrompido y que sienten un inmenso amor y respeto por la nación, ellos
saben que les llegará el momento de Dios en el que actuarán en defensa y
preservación de la Niña que va a nacer envuelta en sangre, la Nueva
Venezuela. Muchos militares se han convertido al Señor y están claros
del llamamiento que Dios les ha hecho para este tiempo”, aseguró el
pastor y profeta.
¿Cuál es la actitud que debe tomar la Iglesia frente al escenario profético de juicio sobre Venezuela?
– La actitud que debe tomar el pueblo de Dios para este tiempo lo declaró el Señor hace años atrás, ‘humillaos pues bajo la poderosa mano de Jehová y Él os exaltará cuando fuere tiempo’.
Lo que hoy está haciendo la Iglesia de orar y pedir misericordia, era
lo que Dios esperaba de su pueblo en aquellos años donde había la
oportunidad de evitar el desastre que vemos hoy, pero lamentablemente no
fue así, solo el pequeño remanente fue el que sintió esa carga, y día y
noche lloró y clamó por la nación, y gracias a ello Dios no le entregó
para siempre la nación a Satanás tal como se la pedía en la visión que
el rvdo. Ángel Hernández tituló como la “revelación de la esperanza”.
Agregó que “hoy el pueblo cristiano está orando sin el conocimiento
profético, están pidiendo misericordia y restauración para una nación
que Dios la ilustró como una vieja moribunda cargada de pecados, esta
oración lo que ha hecho es prolongar la agonía de la vieja, esa vieja
está embarazada de una niña que Dios ha llamado la “Nueva Venezuela”
mientras se le prolongue la vida, la niña no nacerá, la oración hoy debe
ser: por nosotros mismos, por las familias y por el nacimiento de la niña, aunque esto implique la muerte de la vieja Venezuela”.
Hernández aclaró que “la vieja debe parir y luego morir, para que
entonces surja la Nueva Venezuela, porque la vieja es irrecuperable…
parirá con mucho dolor y con mucha sangre, pero será la nueva nación que
experimente el avivamiento más grande de la historia de la Iglesia”.
Cabe destacar, que a pesar de la mucha oración que se está haciendo hoy
en Venezuela, como nunca antes se había hecho, con todo y eso, no llega
la respuesta divina, se puede aplicar en ella lo que dice el apóstol
Santiago. 4:3, “pedís, y no recibís, porque pedís mal…”.
El Señor ha estado haciendo el mismo llamado a esta nación por más de 30 años, ¿a qué cree usted que se debe esto?
– Se debe a la misericordia de Dios que siempre quiere el bien para su
pueblo y siempre espera que este se arrepienta y, con ese acto de
humildad, pueda evitar que ocurran los juicios que vienen por causa del
pecado, esto lo podemos ver en el ministerio del profeta Jeremías quien
estuvo profetizando por 23 años consecutivos el mismo mensaje a Judá, en
el capítulo 25:3, que dice: “Desde el año trece de Josías hijo de
Amón, rey de Judá, hasta este día, que son veintitrés años, ha venido a
mí palabra de Jehová, y he hablado desde temprano y sin cesar; pero no
oísteis”.
A la fecha de hoy han transcurrido 32 de años de ministración profética,
pero el llamado no es el mismo, la oportunidad de frenar este doloroso
juicio quedó en el pasado, tal como lo dijo Jeremías: “Pero no oísteis”.
Por consiguiente, al no creer a los profetas que hacían un llamado al
arrepentimiento -considerados profetas del desastre en el pasado-, y por
haber sido pesados en balanza por Dios y haber sido hallados faltos,
estamos metidos en este desastre total, y con todo y esto, la
falta de conocimiento persiste, por eso piden mal, y no reciben la
respuesta de Dios, por no estar alineados a la voluntad de Dios.
Este es el momento para que el pueblo despierte y busquen a Dios conforme a Su voluntad, y como dijo el profeta Oseas 5:15, “Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán”.
¿El tercer golpe sobre la platabanda que Dios mostró guarda
relación con la profecía de Carlos Jiménez y las que se recibieron
posteriormente que traerían la gran confrontación y el nacimiento de la
Nueva Venezuela?
– La profecía de Carlos Jiménez describe cómo sería el gobierno y la
gran persecución que vendría sobre el pueblo de Dios, sí guarda estrecha
relación con la visión de los tres golpes en el techo, visión que le
fue mostrada al rvdo. Ángel Hernández en el año 1988. Tenía que venir un
gobierno tal como le fue mostrado a Carlos Jiménez para que se pudiera
cumplir el último golpe de la platabanda, ya que los dos primeros fueron
protagonizados por ellos. El nacimiento de la Nueva Venezuela, Dios la
mostró en el año de 1988 a Gina Sobrino y a la pastora Chirinos,
estudiantes del Instituto Bíblico Central de las Asambleas de Dios
Venezuela (IBC), durante un clamor. Sobrino dijo: “veo a una vieja que
está embarazada, quiere parir, pero no tiene fuerzas”. El relato de esta
visión intensificó más nuestro clamor, un gemido profundo salió de lo
más adentro de todos los presentes, y en medio de esto se levantó la
pastora Chirinos diciendo: “Yo también veo una visión, en la medida en
que nosotros clamamos la vieja recibe fuerzas y la veo que está dando a
luz y es una niña muy hermosa y se llamará la Nueva Venezuela”.
Como podemos ver, esta visión está a punto de ocurrir, la vieja
embarazada, Venezuela, está agonizando, no tiene fuerzas para dar a luz,
se requiere del remanente de Dios en el país para que, con su gemido y
clamor intenso, se convierta en el analgésico espiritual que le dé fuerzas a esta vieja moribunda para que pueda parir a su hija.
Es evidente que el movimiento nacional de clamor ha
descendido mucho de cuando ustedes lo hacían, ¿cree que eso acelerará el
juicio sobre Venezuela?
– Eso fue lo que Dios mostró hace años atrás, que esa sería la condición
del pueblo, y a pesar de que para ese tiempo se oraría mucho, el juicio
sería inminente; y eso es cierto, nunca antes se había orado tanto en
Venezuela como se ha hecho en estos últimos tres años, con todo y eso,
los creyentes no se dan cuenta de que todo lo que piden, decretan y
proclaman no se les da, por el contrario, la situación empeora. ¿Por
qué? Porque el juicio es inminente, y el juicio es parte de la
misericordia divina porque Venezuela no puede quedar sin corrección, la
Iglesia tiene que ser tratada por Dios al igual que la nación, para que pueda recibir el glorioso avivamiento que vendrá con el nacimiento de la Nueva Venezuela.
¿Ha recibido o conoce alguna profecía específica acerca de
cómo será el avivamiento en Venezuela posteriormente al juicio que está
por venir?
– Lo que Dios mostró sobre el avivamiento que experimentará la niña que
nacerá envuelta en sangre será algo nunca visto en la historia de la
iglesia cristiana, será algo extraordinario y por demás glorioso, debido
a que será una antesala a la manifestación de la bienaventurada
esperanza. En el año de 1988 Dios le mostró en oración a un estudiante
del IBC, una visión en la cual nos veía a los estudiantes de ese
entonces caminando sobre el mapamundi, él sorprendido le preguntó al
Señor: “¿qué hacemos caminando sobre el mapamundi?”, el Señor le
respondió:
“Esos son mis siervos de Venezuela, que serán esparcidos por las
naciones y cuando estalle el avivamiento en tu nación, ellos también
serán avivados y avivarán las naciones; y estando en las naciones, desde
allí, ellos oirán la trompeta y serán levantados y se reunirán conmigo,
porque el avivamiento que viene para tu nación está relacionado con mi
venida”.
¿Qué le aconseja al liderazgo cristiano venezolano para enfrentar lo que viene?
– Mis recomendaciones son las mismas que el Señor nos dio hace años
atrás: “Sed santos y verán mi gloria, y no solo la verás, sino que
comerás de ella”. La única garantía que ha dado el Señor para salir
victoriosos de este examen se encuentra en la santidad y en la búsqueda
que se realice de Dios, para que tenga misericordia de nosotros porque
todos pecamos y fuimos indiferentes a Él cuando nos llamó anunciándonos
que si no nos humillábamos ante Él, esto que se vive hoy llegaría a la
nación. El momento que vive el país es el tiempo del cumplimiento del
parto de la vieja (la Venezuela moribunda), esa vieja tiene dolores de
parto, quiere parir y no tiene fuerzas, está muriendo y cada vez que se
clama pidiendo misericordia y restauración para ella, lo que se logra
con ese clamor es la prolongación de su agonía y corremos el riesgo de
que la vieja muera y no dé a luz a la niña que Dios nos quiere dar, la
Nueva Venezuela, la cual nacerá envuelta en sangre, será la nueva
nación portadora del gran avivamiento mundial nunca antes visto en la
historia de la Iglesia Cristiana.
El otro aspecto profético que se vive es la conjugación de toda la
palabra profética dada años atrás, por esto, “el tercer y último golpe
sobre la platabanda (la Asamblea Nacional) está por efectuarse, además
se aproxima la gran explosión social que conducirá a la guerra INCIVIL,
(lo escribo en mayúscula y en negrillas porque así, textualmente me lo
dijo el Señor; el 04 de febrero del 2002) y con ello se cumplirá la
palabra profética que le fue mostrada al rvdo. Silvilio Pérez sobre la
actuación de grupos civiles fuertemente armados que realizarían una gran
persecución a la población civil y más aún entre el pueblo de Dios,
dejando con ello grandes bajas y muchos desaparecidos, políticos
asesinados, iglesias quemadas y gran parte del pueblo del Señor preso en
recintos de concentración, actuación que sería avalada por la impunidad
de los cuerpos policiales”, explicó.
Hernández también recomendó: “Reúnanse en familia, clamen por ustedes
mismos, minístrense los unos a otros, oren por sus hijos, por sus
jóvenes, porque dentro de poco no se podrán realizar servicios como los
que se acostumbran hacer, por lo tanto clamen en sus casas porque el
avivamiento no será en los grandes templos, sino en las casas”.
Para el pastor, es evidente que la situación que se vive en Venezuela
“se agudizará más y conducirá a una suspensión de las garantías
nacionales y entre ellas la prohibición de reuniones públicas; por
consiguiente, los servicios tradicionales no se podrán realizar como de
costumbre y este será el medio que el Señor usará para que oremos juntos
en nuestros hogares y será allí, en medio de la escasez de alimentos,
entre el aturdidor ruido de las armas de fuego, gritos desesperantes,
muertos en las calles, movimientos telúricos, donde se producirá la gran
humillación ante Dios, no solo de su pueblo, sino de toda la nación
pidiendo perdón por nuestros pecados, por los de nuestra nación, por el
pecado de los gobernantes desde la primera República hasta la sexta,
porque muchos de ellos vendieron sus almas al diablo y le entregaron a
Venezuela en sus manos, siendo el desastre total la consecuencia de este
aberrado acto”.
Al remanente de Dios en Venezuela les hizo un recordatorio: “Dios le
dijo a Satanás en una visión mostrada al rvdo. Ángel Ramón Hernández
cuando este le pedía a Venezuela porque tenía derecho legal sobre ella
por causa de los pecados del pueblo de Dios y del pueblo común; a lo que
el Señor le respondió: ‘Yo sé que muchos de mis ministros han
pecado, yo sé que mucho de mi pueblo ha pecado, pero no te entregaré a
Venezuela, porque en ella yo tengo un pequeño remanente, y con ese
remanente, yo le daré la victoria a Venezuela’”.
“Yo espero en la misericordia de Dios que este sea el año en el cual,
aunque con mucho dolor, podamos ver el nacimiento de la Nueva Venezuela,
la palabra profética ha llegado a su punto máximo y no queda de otra,
prepararnos para venir al encuentro con nuestro Dios”, concluyó el
pastor y profeta José Ángel Hernández.◄