CUATRO CLAVES PARA OÍR LA VOZ DE DIOS
 La
 época en la que vivimos está tan íntimamente ligada al racionalismo y 
el pensamiento analítico y
    cognoscitivo, que casi nos burlamos cuando escuchamos a alguien 
decir que es capaz de oír la voz de Dios; sin embargo, no nos mofamos, 
debido a varias razones. Primero, los hombres y mujeres en
    toda la Biblia escucharon la voz de Dios, y también hay algunos 
hombres y mujeres eficaces y con una gran reputación que viven hoy en 
día y que demuestran que escuchan la voz de Dios. Finalmente,
    hay dentro de nosotros un profundo sentimiento de hambre por tener 
comunión con Dios y oírle hablar a nuestros corazones.
Como cristiano nacido de nuevo y
 que cree en la Biblia, durante años luché sin éxito para poder oír la 
voz de Dios; yo oraba, ayunaba, estudiaba la Biblia y
    trataba de escuchar una voz dentro de mí, pero no me servía de nada;
 ¡no había ninguna voz interior que pudiera oír! Entonces, Dios hizo que
 me apartara durante un año para estudiar, leer y
    experimentar en el área de aprender a oír su voz y, durante ese 
tiempo, el Señor me enseñó cuatro claves que abrieron la puerta para una
 oración de dos direcciones. He descubierto que no solo
    funciona para mí, sino que también ha funcionado para muchos miles 
de creyentes que han aprendido a usarlas; estas claves han proporcionado
 una tremenda intimidad a su experiencia cristiana y han
    transformado su manera de vivir. Esto mismo le ocurrirá a usted 
también a medida que busque a Dios utilizando las cuatro claves 
siguientes, que se hallan en Habacuc 2:1,2. Quiero animarle a que
    lea este pasaje de la Biblia antes de continuar.
Clave nº 1 – La voz de 
Dios en nuestro corazón suena como un flujo de pensamientos espontáneos;
 por lo tanto, cuando sintonizo con Dios, sintonizo con
    la espontaneidad.
La Biblia dice
 que el Señor me respondió y me dijo... (Habacuc 2:2). Habacuc conocía 
el sonido de la voz de Dios, y
    también Elías la describió como una voz tranquila y suave (I Reyes 
19:12). Yo siempre había estado a la escucha de una voz interior 
audible, y estoy seguro de que Dios puede hablar de esa forma y
    que a veces lo hace; sin embargo, he comprobado que para la mayoría 
de nosotros, la mayor parte de las veces la voz interior de Dios nos viene en forma de pensamientos espontáneos,
    visiones, sentimientos o impresiones. Por ejemplo, ¿no 
hemos tenido todos nosotros la experiencia de estar conduciendo por la 
carretera y pensar que debemos orar por cierta persona? En
    general, reconocemos que eso es la voz de Dios que nos llama a orar 
por ese individuo. Mi pregunta para usted es: ¿Cómo sonaba la voz de 
Dios cuando usted iba conduciendo en su auto? ¿Era una voz
    audible o era un pensamiento espontáneo que surgió en su mente? La 
mayoría de ustedes diría que la voz de Dios les llegó como un 
pensamiento espontáneo.
Así que me dije a mí mismo: 
"Quizá cuando estoy a la escucha de la voz de Dios, debería estar 
escuchando un flujo de pensamientos espontáneos; quizá la
    comunicación en el espíritu se recibe en forma de pensamientos 
espontáneos, impresiones, sentimientos y visiones." Mediante la 
experimentación y respuesta de miles de personas, ahora estoy
    convencido de que esto es así.
La Biblia lo confirma de muchas maneras. La definición de paga,
 la palabra en griego que significa
    intercesión, es: "un encuentro casual o una intersección 
accidental". Cuando Dios pone en nuestro corazón a personas por las que 
interceder, lo hace a través de paga, un pensamiento de
    encuentro casual, intercalado accidentalmente en nuestros procesos 
de pensamiento; por lo tanto, cuando me pongo en sintonía con Dios, 
sintonizo con los pensamientos casuales o espontáneos.
    Cuando estoy tranquilamente delante de Dios en oración, he 
descubierto que el flujo de pensamientos que llega a mi mente viene, 
definitivamente, de Dios.
 
Clave nº 2 – Debo 
aprender a aquietar mis propios pensamientos y emociones, para así poder
 sentir el flujo de pensamientos y emociones de Dios dentro
    de mí.
Habacuc dijo: " Sobre mi guarda 
estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie... (Habacuc 2:1). Habacuc 
sabía que para poder oír los pensamientos interiores
    espontáneos y suaves de Dios, primero él tenía que ir a un lugar 
tranquilo y aquietar sus propios pensamientos y emociones. El Salmo 
46:10 nos anima a que estemos tranquilos y conozcamos que Él
    es Dios. Existe un profundo conocimiento interior (flujo espontáneo)
 en nuestro espíritu que cada uno de nosotros puede experimentar cuando 
aquietamos nuestra carne y nuestra mente.
He descubierto varias maneras 
sencillas de aquietarme a mí mismo y estar dispuesto a recibir el flujo 
espontáneo de Dios. Amar a Dios mediante una canción
    tranquila de adoración es para mí uno de los medios más efectivos 
(ver II Reyes 3:15). A medida que me tranquilizo (mis pensamientos, 
voluntad y sentimientos) y descanso delante de Dios, soy
    consciente del fluir divino; si me vienen pensamientos acerca de 
cosas que haya olvidado que tengo que hacer, las escribo en un papel y 
no pienso más en ellas; si vienen a mi mente pensamientos
    de culpabilidad o de indignidad, me arrepiento profundamente, recibo
 el lavamiento de la sangre del Cordero, y me visto de su manto de 
justicia, viéndome a mí mismo sin mancha delante de la
    presencia de Dios (Isaías 61:10; Colosenses 1:22).
Cuando fijo mi mirada en Jesús 
(Hebreos 12:2), y estoy tranquilo en su presencia compartiendo con Él lo
 que hay en mi corazón, el diálogo en ambas direcciones
    comienza a fluir; los pensamientos espontáneos comienzan a fluir 
desde el trono de Dios hasta mi corazón, y me encuentro realmente 
conversando con el Rey de reyes.
Es muy importante que usted se 
aquiete y se concentre de manera adecuada para poder recibir la palabra 
pura de Dios. Si usted no está tranquilo, simplemente
    recibirá sus propios pensamientos y si usted no está concentrado en 
Jesús adecuadamente, recibirá un flujo impuro porque el flujo intuitivo 
llega de aquello sobre lo que usted tenga puesta su
    mirada. Por lo tanto, si usted fija sus ojos en Jesús, el flujo 
intuitivo vendrá de Jesús; si usted fija sus ojos sobre algún deseo de 
su corazón, el flujo intuitivo vendrá de ese deseo. Para
    poder tener un fluir puro, antes que nada usted debe aquietarse y 
después, debe fijar sus ojos en Jesús. De nuevo reitero que la adoración
 tranquila al Rey y después el recibir desde la
    tranquilidad que sigue, hará que esto se produzca fácilmente.
 
Clave nº 3 – Cuando oro,
 fijo los ojos de mi corazón en Jesús, viendo en el espíritu los sueños y
 visiones del Dios Todopoderoso.
Ya hemos aludido a este 
principio en los párrafos anteriores; sin embargo, debemos desarrollarlo
 más ampliamente. Habacuc dijo: "Sobre mi guarda estaré," y
    Dios dijo: "escribe la visión" (Habacuc 2:1,2). Es muy interesante 
que Habacuc realmente iba a comenzar a buscar visión a medida que oraba;
 iba a abrir los ojos de su corazón y mirar en el mundo
    espiritual para ver lo que Dios quisiera mostrarle. Esta es una idea
 intrigante.
Yo nunca había pensado en abrir 
los ojos de mi corazón y buscar visión; sin embargo, cuanto más pensaba 
en ello, más me daba cuenta que eso era exactamente lo
    que Dios quería que yo hiciera. Él me ha dado ojos en el corazón, 
que debo usar para ver en el mundo espiritual la visión y movimiento del
 Dios Todopoderoso. Creo que hay un mundo espiritual
    activo funcionando a mi alrededor, y ese mundo está lleno de 
ángeles, demonios, el Espíritu Santo, el Dios omnipresente, y su Hijo 
omnipresente, Jesucristo. No hay ninguna razón que me impida ver
    ese mundo aparte de mi cultura racional, que me dice que no crea ni 
siquiera que existe y que no me da ningún tipo de instrucción sobre cómo
 llegar a abrirme para ver ese mundo espiritual.
El prerrequisito más obvio para 
ver es mirar. Daniel estaba viendo una visión en su mente y dijo: 
"Miraba yo... estuve mirando... miraba yo" (Daniel 7:2,9,13).
    Ahora, cuando oro, miro a Jesús que está presente conmigo y le 
observo cuando me habla, haciendo y diciendo las cosas que están en su 
corazón. Muchos cristianos se darán cuenta que si solamente
    miran, podrán ver. Jesús es Emmanuel, Dios con nosotros (Mateo 1:23)
 y es así de sencillo; usted verá una visión interior espontánea de 
manera similar a cuando recibe pensamientos interiores
    espontáneos. Usted podrá ver a Cristo presente con usted en un 
ambiente tranquilo, porque Cristo está presente con usted en un 
ambiente tranquilo; en realidad, usted probablemente
    descubra que la visión interior llega tan fácilmente que tenderá a 
rechazarla, pensando que es algo que viene de usted mismo. (La duda es 
el arma más eficaz de Satanás contra la Iglesia). Sin
    embargo, si usted persiste y escribe esas visiones, la fe enseguida 
vencerá a la duda a medida que usted reconozca que el contenido de esas 
visiones solo pudo haber nacido en Dios
    Todopoderoso.
Dios continuamente se revelaba a
 su pueblo del pacto usando sueños y visiones, y lo hizo desde Génesis 
hasta Apocalipsis; Él ha dicho que ya que el Espíritu
    Santo fue derramado en Hechos 2, nosotros deberíamos esperar recibir
 un fluir continuo de sueños y visiones (Hechos 2:1-4, 17), Jesús, 
nuestro ejemplo perfecto, demostró esta capacidad de vivir
    de un contacto continuo con el Dios Todopoderoso; Él dijo que no 
hacía nada por iniciativa propia, sino solo lo que veía hacer al Padre y lo que oía decir al Padre (Juan 5:19,20,30). ¡Qué
    manera de vivir tan increíble!
¿Es en realidad posible que 
nosotros vivamos de la iniciativa divina, tal como Jesús lo hizo? Uno de
 los principales propósitos de la muerte y resurrección de
    Jesús fue que el velo fuera rasgado de arriba abajo, dándonos acceso
 a la misma presencia de Dios, y se nos manda que nos acerquemos (Lucas 
23:45; Hebreos 10:19-22). Por lo tanto, incluso aunque
    lo que estoy describiendo parezca un poco inusual para una cultura 
del siglo veintiuno, está demostrado y se describe como una enseñanza y 
experiencia bíblica central. Es tiempo de restaurar a la
    Iglesia todo lo que le pertenece a ella.
Debido a su naturaleza 
intensamente racional y su existencia en una cultura demasiado racional,
 algunas personas necesitarán más ayuda y comprensión de estas
    verdades antes de que puedan moverse en ellas. Podrán encontrar esta
 ayuda en el libro Comunión con Dios, por los mismos autores.
 
Clave nº 4 – Tener un 
diario, escribir nuestras oraciones y las respuestas de Dios, 
proporciona una nueva y gran libertad para oír la voz de
    Dios.
Dios le dijo a Habacuc que 
escribiera la visión y la declarase en tablas... (Habacuc 2:2). Nunca se
 me había pasado por la mente escribir mis oraciones y las
    respuestas de Dios, tal como lo hizo Habacuc por mandato de Dios. Si
 usted comienza a buscar en la Escritura esta idea, hallará cientos de 
capítulos que la demuestran (Salmos, muchos de los
    profetas, Apocalipsis). ¿Por qué, entonces, yo nunca había pensado 
en ello?
Llamé a este proceso "llevar un 
diario" y comencé a experimentar con él; descubrí que es fabuloso para 
facilitarnos el poder distinguir claramente la voz
    interior de Dios, el flujo espontáneo, porque a medida que escribía,
 era capaz de escribir en fe durante largos periodos de tiempo,
 sencillamente creyendo que era Dios quien me
    hablaba. No tenía que estar probándolo a medida que lo iba 
recibiendo (lo que produce interferencias en el receptor), porque sabía 
que cuando el fluir finalizara yo podría volver a
    mirarlo y entonces probarlo y examinarlo detenidamente, asegurándome que estaba en línea con las Escrituras.
Usted se quedará maravillado 
cuando intente escribir un diario; al principio puede estorbarle la 
duda, pero deséchela, recordándose a usted mismo que es un
    concepto bíblico y que Dios está presente, hablando a sus hijos. No 
se tome a usted mismo demasiado en serio, pues cuando lo hace, estará 
tenso y se pondrá en el camino del mover del Espíritu
    Santo; cuando cesamos en nuestra labor y entramos en el reposo de 
Dios es cuando Él es libre para fluir (Hebreos 4.10). Por lo tanto, 
sonría, siéntese cómodamente, tome lápiz y papel, y vuelva su
    atención hacia Dios en adoración y alabanza, buscando su rostro. A 
medida que usted vaya escribiendo sus preguntas para Dios y comience a 
aquietarse fijando su mirada en Jesús, que está presente
    con usted, de repente tendrá un pensamiento muy positivo en 
respuesta a su pregunta. No dude de él, simplemente escríbalo y más 
tarde, cuando lea su diario, usted también será bendecido al
    descubrir que está realmente dialogando con Dios.
 
Algunas notas finales.
Nadie debería intentar hacer 
esto sin antes haber leído, al menos, todo el Nuevo Testamento 
(preferentemente, toda la Biblia); tampoco se debería intentar a
    menos que se esté sometido a un liderazgo espiritual sólido. Todos 
los principales movimientos directivos que surgen de la escritura de un 
diario, deberían someterse al liderazgo antes de actuar
    conforme a ellos.