Pregunta:
¿Existe la Brujería?
'Venezuela' esta en crisis actualmente, al igual que muchos venezolanos y ciudadanos de otros países, uds también deben
estar buscando la manera de superar esta meollo económico, entiendo que
tengan creencias y dificultades, pero:
![Gifs ANimados Flechas (107)](https://lh3.googleusercontent.com/blogger_img_proxy/AEn0k_t4Gg0rwHwfeMmRrfGImUPykYYHW96dB5O6bSrurrkygvbk8oxCHv1sSlPeZU_vXpiF6tcG3MT7r-rKJ_hAzgEZdDVFR3a0cz_85QSLqdoj74fOqA5kseYvvyc9KC_6hH7CwFuoZ7HJbdfmz-2Te8FvogOeyRu1bqET=s0-d) |
(Lc. 13.24)
13 Entrad
por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el
camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. |
¿porque buscar este camino errado??? Que dice la Biblia:
Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. Proverbios 14:12 NVI
Los creyentes en la brujería, la santería, suelen denominarse como gente sana, gente
que hace el bien! y 'no acepto esto' "su derecho a la presunción de la
inocencia" pero desde aquí desde este blog, donde creemos en el "TODOPODEROSO DIOS" les pregunto...
La vida es como un camino.
No hay solamente un camino, pero muchos
caminos, y tú haces tu elección por cuál camino vas a ir. Hay un camino
correcto y un camino equivocado. Si hacemos una elección equivocada,
vamos a ubicarnos en el camino que lleva a la muerte. Pero sí hacemos
una buena elección, iremos por el camino que lleva a la vida. Esta
escritura dice que hay un camino que al hombre le parece recto, y que
parece el correcto, pero obviamente ni es el camino correcto ni es un
camino recto, porque su fin acaba por ser camino de muerte.
¿Cómo puedes
tú saber cuál camino es el camino correcto, el camino a la vida?
No hay forma de encontrar el camino correcto por nuestra propia cuenta.
Necesitamos un guía. Necesitamos al Señor. Él es nuestra luz y Su
Palabra alumbra nuestro sendero para mostrarnos el camino.
¿Qué debemos hacer ante la presunta brujería?
Respuesta:
Es difícil distinguir claramente entre
brujería, hechicería y magia... Estas prácticas utilizanmedios ocultos
que no son de Dios, para producir efectos mas allá de los poderes
naturales del hombre.
La brujería se adapta a los tiempos modernos y se prolifera aun en los libros populares para niños, por ej. Harry Potter
La brujería es perversa porque recurre a espíritus malignos. Implica
un pacto o por lo menos una búsqueda de la intervención de esos
espíritus. El ser brujo o bruja se obtiene por vínculos satánicos en los
que se entra por una 'dedicación', muchas veces dentro de la familia.
La brujería implica la creencia en una realidad invisible a la que el
practicante queda atado. Las Sagradas Escrituras y los Padres enseñan
que se trata de una entidad diabólica (Dt 18,12).
¿Por qué se recurre a la brujería?
La ayuda sobrenatural que ofrece la brujería se busca por
diferentes razones. Las principales son: Para hacer daño a quien se
odia; para atraerse la pasión amorosa de alguien; para invocar a los
muertos; para suscitar calamidades o impotencia contra enemigos, rivales
u opresores reales o imaginarios; para resolver un problema el cual se
ha convertido en obsesión y ya no importa por que medio se resuelve.
Prácticas de los Brujos
La brujería data desde los tiempos de la antigua Mesopotamia y Egipto.
Así lo demuestra la Biblia como también otros antiguos escritos como el
Código de Hammurabi (2000 a.C.).
No todos los brujos siguen las mismas prácticas, pero las siguientes
son muy comunes entre ellos en la era cristiana. El brujo hace un pacto
con el demonio, adjura a Cristo y los Sacramentos, tienen ritos
diabólicos en los que hacen una parodia de la Santa Misa o de los
oficios de la Iglesia y adoran al Príncipe de las Tinieblas y participan
en aquelarres (reuniones de brujos donde hacen sus maledicencias). La
brujería está relacionada con el satanismo.
Tanto en la brujería como en la magia se encuentran estos elementos:
1-La realización de rituales o de gestos simbólicos.
2- El uso de sustancias y objetos materiales que tienen significado simbólico.
3- Pronunciamiento de un hechizo .
4- Una condición prescrita del que efectúa el rito.
La brujería consta de rituales para hacer sus hechizos (ejercer un
maleficio o atadura sobre alguien), algunos de los cuales requieren
hierbas particulares. También hay palabras de conjuro o hechizo que
pueden ser escritas para obtener un mayor poder. Quién realiza el rito
debe desear su propósito con todas sus fuerzas para obtener mayores
efectos y algunas veces debe ayunar por 24 horas antes de realizar el
rito para purificar el cuerpo.
¿Es real el poder de la brujería?
Puede ser real, pero en muchos casos puede ser también sugestión de la
mente, es decir pura mentira. En ambos casos está actuando el demonio,
príncipe de la mentira.
La Biblia, la enseñanza de los Padres de la Iglesia y la tradición no
dejan lugar a dudas sobre el hecho que los seres humanos tienen la
libertad para pactar con el diablo el cual tiene influencia en la tierra
y en las actividades humanas. Por otro lado Padres como San Jerónimo,
pensaban que en muchos casos la brujería es sugestión de la mente.
La Biblia condena la brujería y la hechicería, no como falsas o
fraudulentas, sino por ser una abominación: 'A la hechicera no la
dejarás con vida' (Exodo 22,18; Ver también Deuteronomio 18,11-12). La
narrativa de la visita del rey Saúl a la hechicera de Endor (I Reyes 28)
demuestra que su evocación de Samuel fue real y tuvo efecto. En
Levítico 20,27 se lee: ' El hombre o la mujer en que haya espíritu de
nigromante o adivino, morirá sin remedio: los lapidarán. Caerá su sangre
sobre ellos'. Está claro que hay un espíritu adivino y no se trata de
una impostura.
El Pueblo de Israel, en muchas ocasiones, se tornó a la práctica de la
adivinación y a la consulta de brujos, yendo así en contra de los
mandatos de Dios. (Ez 13:18-19; 2 Cron 33:6; Jer 27:9...).
El Antiguo Testamento muestra claramente como los Israelitas y sus
vecinos paganos estaban conscientes de la brujería y la magia. En el
libro de Éxodo 7:11 leemos que el Faraón: 'llamó a todos los sabios y
adivinos. Y ellos también, los magos de Egipto, hicieron las mismas
cosas (que Moisés) por medio de sus artes secretas'.
El Primer Mandamiento condena la brujería, la magia y todo tipo de
adivinación: 'Yo Soy el señor tu Dios...no tendrás dioses extraños
delante de mi' (Ex 20:2-3).
El Nuevo Testamento igualmente condena la brujería como una realidad
perversa: (Gálatas 5,20; 13,6; Apocalipsis 21,8; 22,15). El mago Simón
era practicante de la magia pero estaba envidioso de los Apóstoles
cuando vio a la gente recibir el Espíritu Santo a través de la
imposición de las manos. Ofreció dinero a los Apóstoles para que le
enseñaran como hacer esto y Pedro le contestó: '...tú corazón no es
recto delante de Dios. Arrepiéntete , pues, de esa tu maldad...' (Hechos
8:9-22).
En mi vida sacerdotal he tratado numerosas veces con personas que han
hecho pactos satánicos y posteriormente han experimentado graves
consecuencias. También con frecuencia he orado por personas que han sido
víctimas de 'trabajos' de brujería.
La brujería opera con poder satánico (dado por Satanás). Se trata de
los poderes que oprimen a los hombres y que Jesucristo confrontó hasta
morir y resucitar para librarnos de ellos. Su victoria no nos evita la
lucha contra el maligno sino que nos da la fuerza para vencerlo si
tenemos fe.
Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra
los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este
mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas.
Efesios 6:12
Debemos evitar tanto el exagerar como el minimizar el poder de
Satanás. En una guerra es esencial conocer las fuerzas contrarias y
saber como vencerlas. Satanás tiene poder para tentar y asediar a los
fieles, pero su poder no es comparable al de Dios Todopoderoso. Satanás
puede causar persecuciones y hasta el martirio de los fieles. La
victoria de los santos no está en vivir sin pruebas sino en vencerlas
manteniéndose fieles a Dios.
El demonio existe y entra en relación con aquellos que lo buscan. Como
recompensa a quién le ofrece culto, el demonio otorga poderes
preternaturales para obtener poder, fama, dinero, influencia, es decir
las cosas que desea la carne. Por medio de la brujería se puede llegar a
lograr el éxito en el mundo profesional ya sea como artista,
profesional, militar, político, etc. Estas personas pueden parecer muy
atractivas y tener un gran don de ganarse a la gente hasta el punto de
atraer grandes multitudes y convertirse en dioses para sus admiradores
los cuales son capaces de hacer hasta lo irrazonable por sus ellos. Los
poderes del mal pueden cegar las mentes y fanatizarlas portentosamente.
La brujería no es mera superstición. El demonio ciertamente arrastra
hacia su reino del mal a los que se involucran en ella y a sus
aduladores. Si no hay arrepentimiento y conversión, el final será el
infierno.
Qué hacer contra las brujerías
Al enterarse de que alguien le está haciendo un 'trabajo' de brujería,
muchas personas tienen miedo. Esto es lo que el quiere ya que por el
miedo puede dominarnos. Debemos recordar que el demonio nada puede
contra los que son fieles a Dios. Nuestro Padre Celestial es
Todopoderoso y nos ama. El demonio sólo puede con aquellos que no
confían en Dios y por falta de fe están espiritualmente débiles o
muertos. Son como pollitos que se han alejado de la protección de la
gallina y se exponen al gavilán. Por eso Jesús nos dice:
¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos, como una gallina reúne a
sus pollos bajo las alas, y no habéis querido! Mateo 23:37
Quién está amenazado por brujerías que recurra al Señor por protección
y no tema. Debe poner en Dios toda su confianza y practicar su fe, no
por miedo a la brujería sino por convicción: acercarse a los
sacramentos, la oración personal y pedir a los hermanos que oren por él.
La gracia del Señor jamás faltará a quién la busque.
Jamás debemos ir a otro brujo para 'defendernos'. Eso sería caer en la
trampa del demonio haciendo lo que él quiere: que desconfiemos de Dios
para que recurramos a él.
Muchas veces las personas recurren a la brujería en momentos de
desesperación, cuando creen que es el último recurso que les queda. En
esos momento vulnerables alguien les ofrece la brujería como una
solución fácil. Como católicos jamás recurrimos a ningún medio
espiritual fuera de Dios. Cuando pedimos la intercesión de los santos,
por ejemplo, no buscamos una vía alterna sino que buscamos su ayuda tan
solo y precisamente para mantenernos fieles al Señor como ellos lo
hicieron. Hay dos familias: la de Dios y la del demonio.Cada uno recurre
a los miembros de la suya. Pidamos a Dios que prefiramos morir antes de
buscar algo del demonio.
Fantasías en torno a la brujería
Aunque es cierto que en la brujería hay acción diabólica, la gente
ignorante y supersticiosa ha creado muchísimas fábulas y supersticiones:
Brujas que vuelan sobre una escoba, encantaciones que transforman a la
víctima en un sapo... Estas fantasías no son causadas por la religión,
sino al contrario, ocurren por faltar la auténtica fe.
En el trabajo 'De ecclesiasticis disciplinis' atribuido a Regino de
Prum (906 d.C.), en la sección 364, critica a 'ciertas mujeres' que
'seducidas por ilusiones y fantasmas de demonios, creeny abiertamente
profesan que en plena noche ellas viajan sobre ciertas bestias junto con
la diosa pagana Diana y una cantidad innumerable de mujeres, y que en
estas horas de silencio vuelan sobre vastas expansiones de terreno y la
obedecen como señora...' Regio se lamenta que ellas llevan a esas
fantasías y por lo tanto al paganismo a mucha gente (innumera
multitudo). Concluye que es 'el deber de los sacerdotes enseñar a la
gente que estas cosas son absolutamente falsas... implantadas por el
maligno'
Falsas acusaciones y crueldades contra presuntos brujos y brujas.
Lamentablemente no siempre se siguió el consejo de Regino de Prum. La
brujería se convirtió en escape para culpar de cualquier cosa, hasta
desastres naturales y epidemias. Pero existieron otras razones, entre
ellas el poder y el interés de crear causa contra enemigos. El resultado
fue la persecución y 'caza de brujas' en el que se enjuiciaron y
condenaron a muerte injustamente a muchas personas, casi siempre las más
indefensas. Quizás el caso más famoso es el de Santa Juana de Arco
quién, acusada de bruja, murió quemada. Nos sirve para elucidar los
intereses de poder, venganza y maldad que daban lugar a las
persecuciones de brujas.
La persecución de las brujas comienza con el poder secular. El Imperio
Romano, en el siglo III, castigaba con la pena de la hoguera a los que
causaran la muerte de alguien con sus encantamientos (Julius Paulus,
'Sent.', V, 23, 17). En el siglo IV, la legislación eclesiástica quiso
atenuar la severidad del estado. El Concilio de Elvira (306), Canon 6,
rehusó el Viáticum a aquellos que matasen con una encantación (per
maleficium) y añade que la razón por tal crimen no podía efectuarse 'sin
idolatría'; ya que el culto al demonio es idolatría. El canon xxiv del
Concilio de Ancyra (314) impone cinco años de penitencia a los que
consulten magos. Penas similares fueron establecidas por el concilio
oriental en Trullo (692).
En los primeros trece siglos de la era cristiana no se dieron por lo
general las crueles persecuciones y cazas de hechiceros que aparecieron
más tarde. Mientras el estado permitía la tortura contra los hechiceros,
el Papa Nicolás I (d.C. 866) la prohibió. Una ordenanza similar aparece
en los Decretos Pseudo-Isidoros. Pero la Iglesia no pudo eliminar la
tortura y otros abusos que están arraigados en el corazón del hombre.
Llevar el nombre de cristiano no es suficiente para comportarse como
tal.
En muchas ocasiones el clero habló con autoridad para evitar las
acusaciones fanáticas y abusivas. Entre ellos San Agobardo, arzobispo de
Lyon (m. 841) quien escribió 'Contra insulsam vulgi opinionem de
grandine et tonitruis' (contra las necias creencias de la gente sobre el
granizo y el rayo) (P.L., CIV, 147). El Papa Gregorio VII en 1080
escribió al Rey Harold de Denmark prohibiendo que las brujas sean
sentenciadas a muerte.
La Inquisición
En la segunda mitad del siglo XIII, la recién instituída Inquisición
Papal comenzó a ocuparse con cargos de hechicería. Alejandro IV, ordenó
(1258) que los inquisidores deben limitar su intervenciones a casos con
alguna clara presunción de creencias heréticas (manifeste haeresim
saparent). Pero como la brujería, con sus prácticas diabólicas, está muy
ligada a la herejía, la persecución de brujas no se evitó.
En Toulouse, cede de la herejía de los Cátaros, fue donde en 1275 se
dio el primer caso conocido de una bruja llevada a la hoguera por la
sentencia jurídica de un inquisitor (Hugues de Baniol (Cauzons, 'La
Magic', II, 217). La mujer, 'confesó' haber dado a luz un monstruo,
resultado de su relación carnal con espíritus malignos y haberlo
alimentado con carne de infantes la cual procuraba en expediciones
nocturnas. La posibilidad de relaciones carnales entre seres humanos y
demonios era aceptado por algunos grandes teólogos como Santo Tomas y
San Buenaventura, sin embargo, en la Iglesia prevalecía el sentir
contrario. Un testigo poco amistoso a la Iglesia, Riezler (Hexenprozesse
en Bayern, p. 32) reconoce que 'entre los representantes oficiales de
la Iglesia, esta tendencia más saludable prevaleció hasta los umbrales
de la epidemia del juicio de brujas, o sea, hasta avanzado el siglo
XVI'. En el Sínodo Provincial de Salzburg de 1569 (Dalham, 'Concillia
Salisburgensia', p. 372), hay una fuerte tendencia a prevenir la
imposición de la pena de muerte en acusaciones de brujería, insistiendo
que estas son ilusiones diabólicas.
Pero no hay duda de que en el siglo XIV algunas constituciones papales
de Juan XXII y Benedicto XII (cf. Hansen, 'Quellen und Untersuchungen',
pp. 2-15) estimularon mucho el enjuiciamiento por brujería y otras
prácticas mágicas por parte de los inquisitores, especialmente en el sur
de Francia. En un juicio a gran escala en Toulouse en 1334, de 63
personas acusadas de ofensas de este tipo, 8 fueron entregadas al poder
secular para ser quemadas. El resto fueron a prisión de por vida o con
largas sentencias. Dos de las condenadas, ambas mujeres mayores, después
de ser torturadas, confesaron haber asistido a un aquelarre de brujas,
haber allí adorado al demonio y ser culpable de indecencias con él y
otras personas presentes y haber comido carne de infantes. (Hansen,
'Zauberwahn', 315; y 'Quellen und Untersuchungen', 451). En 1324
Petronilla de Midia fue quemada en Irlanda por recomendación de Richard,
Obispo de Ossory. Durante este período, las cortes seculares acusaban y
enjuiciaban por brujería con igual o mayor severidad que los tribunales
eclesiásticos. Se usaba la tortura y la hoguera.
No se conoce que enjuiciamientos de este tipo se llevaron a cabo en
Alemania por inquisitores papales durante los siglos XIII y XIV.
Alrededor del año 1400 encontramos muchos enjuiciamientos de brujas en
Berne, Suiza por manos de Pedro de Gruyères, que, a pesar de lo que dice
Riezler, era sin lugar a dudas un juez secular (Hansen, 'Quellen,
etc.', 91 n.). También jueces seculares en Valais (1428-1434) mataron
200 brujas y en Briancon en 1437 más de 150. Las víctimas de los
inquisitores, ej. en Heidelberg en 1447; o Savoya en 1462, parecen no
haber sido tan numerosas.
Algunos escritores han pensado que la Bula, 'Summis desiderantes
affectibus', del Papa Inocencio VIII (1484) fué responsable por la
fiebre contra las brujas. Esto no es cierto ya que las campañas
anti-brujas preceden a esta Bula la cual no contiene nada nuevo. Su
efecto fue más bien el de ratificar el poder ya conferido a los
inquisitores Enrique Institoris y Santiago Sprenger, para tratar con
crímenes de brujería y herejía y pedir al Obispo de Strasburg que apoye a
los inquisitores. Esta Bula Papal, sin embargo, no pronuncia ninguna
decisión dogmática. Quizás el libro 'Malleus Maleficarum' (el martillo
de las brujas), publicado unos dos años después por los mismos
inquisitores, fue el que más incitó al enjuiciamiento de brujas. Pero
los enjuiciamientos de brujas en los siglos XVI y XVII fueron en su
mayoría hechos por el poder secular.
La Reforma Protestante ante la caza de brujas.
Lutero y Calvino y sus seguidores acentuaron la creencia popular en el
poder del demonio en la brujería y otras prácticas mágicas. Lutero,
basado en su interpretación del mandamiento Bíblico, abogó por la
exterminación de las brujas. 'La Historia del Pueblo Alemán' de Janssen,
argumenta con muchas pruebas (capítulos IV y V, del último volumen
-vol. XVI de la edición inglesa), que una gran responsabilidad por la
caza de brujas recae en los Reformadores.
El código penal conocido como 'Carolina' (1532), decretó que la
hechicería debe ser tratada como una ofensa criminal en el imperio
Alemán y si causó daño a alguna persona, la bruja debía ser quemada.
Hubo mayor actividad de cacería de brujas en los distritos Protestantes
de Alemania que en las provincias católicas. Ejemplos de ello son
Osnabruck y Wolfenbuttenl. En Osnabruck, en 1583, 121 personas fueron
quemadas en tres meses. En Wolfenbuttenl, en 1593 hasta diez brujas
fueron quemadas en un día. No fue hasta el 1563 que se le hizo una
resistencia eficaz a la persecución por medio de un protestante de
Cleues, Juan Weyer. Se le unieron las protestas de Ewich y Witekind.
En el debate sobre las brujas habían católicos y protestantes en ambos
lados. Quizás la protesta más efectiva contra la caza de brujas fue la
del jesuita Friedrich von Spee, quién en 1631 publicó 'Cautio
criminalis'.
La persecución ocurrió en muchos países
La persecución de brujas se extendió por muchos países. En el siglo
XVI habían enjuiciamientos por tribunales seculares en Roma. En
Inglaterra y Escocia también hubo persecuciones pero no hay cifras
precisas sobre las ejecuciones. Howell, escribiendo en 1648, dice que en
el período de dos años hubo casi 300 brujas procesadas y la mayoría
ejecutadas en Essex y Suffolk solamente.
El Papa Gregorio XV, en su constitución 'omnipotentis' (1623),
recomendó un procedimiento más clemente y en 1657 una Instrucción de la
Inquisición amonestó con eficacia la crueldad de las persecuciones. Al
final del siglo XVII la persecución comenzó a reducirse en casi en todo
el mundo y al principio de XVIII prácticamente cesaron. El último juicio
por brujería en Alemania fue en 1749 en Wurzburg, pero en Suiza una
niña fue ejecutada como bruja en el Cantón Protestante de Glarus en
1783.
En los Estados Unidos, Cotton Mather, en su 'Maravillas del Mundo
Invisible' (1693), cuenta que 19 ejecuciones de brujas ocurrieron en
Nueva Inglaterra. En la actualidad Estados Unidos celebra Halloween el
31 de octubre (la víspera del día de todos los santos) en que se
recuerdan las historias de brujas de una forma fantasiosa. Se acostumbra
a disfrazarse, preferiblemente de brujas, duendes, monstruos o
cualquier cosa que de miedo, se reviven los cuentos de brujas. En el
ambiente materialista de la actualidad se hace de todo ello una broma,
pero en el fondo opera también un deseo pagano de llenar un vacío
espiritual.
No hay pruebas para las alegaciones de que algunas mujeres fueron
enjuiciadas formalmente en México a finales del siglo XIX (ver Stimmen
aus Maria-Laach, XXXII, 1887, p. 378).
En un gran número de enjuiciamientos, las confesiones de haber
participado en toda clase de horrores satánicos, fueron hechas
espontáneamente y aparentemente sin amenaza o miedo de tortura. Además
el pleno reconocimiento de culpa parece constantemente haber sido
confirmado justo antes de la ejecución, cuando el acusado no tenía nada
que ganar o perder con la confesión. Esto puede atribuirse en muchos
casos a razones psicológicas.
Conclusión
Los males que sufre la humanidad son fruto de su apertura al demonio
por el pecado. Una forma extrema de esa relación es la brujería. Se
llega a pactar con él y buscar su intervención. La enseñanza de la
Biblia, los Padres de la Iglesia y la tradición concuerdan en que la
brujería es real y digna de condenación. Jesucristo vino para vencer y
atar al demonio. Con frecuencia se enfrentó directamente con él para
reprimir su actividad sobre sus víctimas. El tiempo entre la primera y
segunda venida del Señor son de gran batalla espiritual que envuelve a
todos.
Por muchos siglos y en muchas naciones la ignorancia, la crueldad y
falta de justos procesos judiciales llevaron a terribles persecuciones,
falsas acusaciones y la matanza de muchos acusados de brujería. Hechos
injustificados y deplorables.
En la actualidad hemos caído en el extremo opuesto: se niega la realidad de la actividad satánica y por ende la brujería.
Como cristianos debemos seguir el camino de Jesucristo quién rechaza
el pecado pero ama al pecador. La enseñanza de Jesús en el caso de la
mujer sorprendida en adulterio se aplica también a la brujería como a
cualquier pecado. El camino de Jesús no es la condenación al estilo de
los que se proponían apedrearla. Tampoco es el la actitud de los que hoy
pretenden que no existe el pecado. Eso sería abandonarla sumida en su
desgracia. El camino de Jesús es el amor que defiende de la crueldad y
llama a una vida nueva, libre de pecado. El mal no se vence matando sino
ayudando con amor y verdad a salir del pecado. El Señor nos enseña a
amar a nuestros enemigos. El amor de Dios es más fuerte que la maldición
de todos los brujos del mundo. Una gota de su Preciosa Sangre tiene
poder para disipar el más enfurecido ataque diabólico.
Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.