*Reflexiones del corazon*

miércoles, 13 de marzo de 2013

*Aprende! Qué significa la gracia de Dios

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Qué significa la gracia de Dios

¿Significa: “perdón”? ¿“compasión”? ¿“tolerancia, regalo, don inmerecido”?
Muchas personas demuestran, por medio de sus vidas, que creen que la gracia de Dios es casi exclusivamente “el perdón no merecido” de Dios. Para estas personas, la gracia de Dios supuestamente les perdona cualquier pecado que cometan. Por medio de sus vidas llenas de religiosidades, pero carecientes del poder divino, tales personas anuncian a todo el mundo: “Podemos vivir de la forma que nos dé el deseo vivir y si pecamos lo único que necesitamos hacer es pedir el perdón de Dios, y su abundante gracia siempre nos perdonará. ¡Gloria a Dios! ¡Aleluya!” Esto para ellos significa “estar libres de la ley”. Tales individuos se imaginan que están libres del pecado del legalismo y se sienten convencidos que están bien con Dios por su abundante gracia.
Sin embargo, los que viven de esta forma son precisamente la clase de personas a quienes se refiere en Judas versículo 4:
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente,los que desde antes habían sido destinados para esta condenación, hombres impíos, que convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios, y niegan a Dios el único soberano, y a nuestro Señor Jesucristo.
La Biblia, en Romanos 6.1 y 15, plantea las siguientes preguntas: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? (...) ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?”
¿Qué cree usted, amigo lector? ¿Sí, o no?
Bueno, es evidente que si la gracia de Dios fuera nada más el perdón de Dios, concedido de forma indiscriminada a todos los que se lo pidan, la respuesta para las preguntas planteadas en Romanos 6.1 y 15 sería un resonante: “¡Sí, cómo no! ¡Porque entre más pecamos, tanto más puede Dios demostrar su abundante gracia en nosotros!”
Pero, ¿cuál es la respuesta que la Biblia da para estas preguntas? Tanto el versículo 2 como el 15 dicen: “En ninguna manera”. O sea, en ninguna manera debemos pensar que la gracia de Dios consiste en el perdón que él supuestamente concede de forma indiscriminada a todos los que se lo pidan y que todo se queda ahí.
Entonces, ¿qué es la gracia de Dios? ¿Cuál es el verdadero significado bíblico de la gracia?
Notemos primeramente el significado de la palabra original griega. La concordancia Strong dice:
Gracia: “La influencia divina sobre el corazón, y su reflejo en la vida”.
¿Ve eso? ¡Qué tremendo! Qué significado más noble se le atribuye a la palabra gracia. Con este significado concuerda toda la Biblia en todos los versículos donde expone sobre cómo es y qué es la gracia de Dios. Por ejemplo, veamos un pasaje bíblico en el libro de Tito. Tito 2.11–13 nos enseña cómo es realmente la gracia de Dios:
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventuraday lamanifestacióngloriosadenuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
¿Comprendió usted? Estos versículos nos demuestran claramente que la gracia de Dios no se refiere únicamente al perdón de Dios, sino que se refiere específicamente al poder que Dios nos da para dejar de practicar el pecado en nuestra vida diaria y vivir una vida santa, día tras día.
Ahora, a la luz de esta verdad bíblica, le ruego leer de nuevo, detenidamente, uno de los pasajes más favoritos de la comunidad evangélica:
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2.8–10).
¿Percibe usted ahora el verdadero mensaje que el Espíritu Santo desea comunicar a nuestro corazón a través de estos versículos muchas veces malinterpretados en Efesios 2.8–10? La gracia de Dios de ninguna manera merma la importancia de vivir una vida santa, sino más bien la gracia de Dios en nuestras vidas aumenta la necesidad de la santidad en la vida diaria.
Dios nos advierte en términos inequívocos: “No recibáis en vano la gracia de Dios” (2 Corintios 6.1).
¡Gracias a Dios por su abundante gracia! Recibámosla para la salvación de nuestras almas.

martes, 12 de marzo de 2013

*SI! Porque Dios es Rey de toda la tierra

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La Soberanía de Dios y la Maldad
Lo que Dice la Biblia Acerca del Poder Soberano de 'DIOS'

La soberanía de Dios Dios reina sobre el mundo
 

Porque Dios es Rey de toda la tierra…
Dios reina sobre las naciones;
sentado está Dios en su santo trono. (Salmo 47:7-8)

Él domina con su poder para siempre;
sus ojos velan sobre las naciones;
no se enaltezcan los rebeldes. (Salmo 66:7)

Dios está en control de las naciones

“Él es quien cambia los tiempos y las edades;
quita reyes y pone reyes;
da sabiduría a los sabios,
y conocimiento a los entendidos.” (Daniel 2:21)

Dios es soberano sobre nuestras vidas

“Porque su dominio es un dominio eterno,
y su reino permanece de generación en generación.
Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada,
mas Él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo
y entre los habitantes de la tierra;
nadie puede detener su mano,
ni decirle: «¿Qué has hecho?»” (Daniel 4:34b-35)

Porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito. (Filipenses 2:13)

Los caminos de Dios van más allá de nuestro entendimiento

Por el SEÑOR son ordenados los pasos del hombre,
¿cómo puede, pues, el hombre entender su camino? (Proverbios 20:24)

“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos,
ni vuestros caminos mis caminos”, declara el SEÑOR.
”Porque como los cielos son más altos que la tierra,
así mis caminos son más altos que vuestros caminos,
y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9)

¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! Pues, ¿quién ha conocido la mente del Señor?, ¿o quién llegó a ser su consejero?, ¿o quién le ha dado a Él primero para que se le tenga que recompensar? Porque de Él, por Él, y para Él son todas las cosas. A Él sea la Gloria para siempre. Amén. (Romanos 11:33-36)

La naturaleza de Dios Dios no practica la injusticia

Él es la Roca, sus obras son perfectas, y todos sus caminos son justos. Dios es fiel; no practica la injusticia. Él es recto y justo. (Deuteronomio 32:4 NVI)
“Escúchenme, hombres entendidos: ¡Es inconcebible que Dios haga lo malo, que el Todopoderoso cometa injusticias!” (Job 34:10 NVI)

Que nadie, al ser tentado, diga: “Es Dios quien me tienta.” Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. (Santiago 1:13 NVI)

Dios nos muestra amor

Tú, Señor, eres bueno y perdonador; grande es tu amor por todos los que te invocan. (Salmo 86:5 NVI)
El SEÑOR es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor. . . . El SEÑOR es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus obras. (Salmo 145:8, 17 NVI)
Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
(Romanos 5:8)

La soberanía de Dios y la maldad La maldad proviene del diablo

El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este propósito: para destruir las obras del diablo. (1 Juan 3:8)

Dios permite la maldad pero la restringe

En las generaciones pasadas permitió que todas las naciones siguieran sus propios caminos. (Hechos 14:16)
Es cierto que el misterio de la maldad ya está ejerciendo su poder; pero falta que sea quitado de en medio el que ahora lo detiene.
(2 Tesalonicenses 2:7 NVI)

Dios juzga y juzgará a aquellos que practican la maldad

La ira de Dios viene revelándose desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los seres humanos, que con su maldad obstruyen la verdad. (Romanos 1:18 NVI)
Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas. (Colosenses 3:25)

La respuesta de Dios a la maldad es Jesús

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre, Él igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo. (Hebreos 2:14)
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?. . . Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó. (Romanos 8:35, 37)

Confiando en Dios Podemos confiar en Dios que es nuestra fortaleza

Dios es nuestro refugio y fortaleza,
nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios,
y aunque los montes se deslicen al fondo de los mares. (Salmo 46:1-2)

“Estad quietos y sabed que yo soy Dios;
exaltado seré entre las naciones, exaltado seré en la tierra.”
Es SEÑOR de los ejércitos está con nosotros;
nuestro baluarte es el Dios de Jacob. (Salmo 46:10-11)

Al de firme propósito guardarás en perfecta paz,
porque en ti confía. (Isaías 26:3)

Podemos confiar en Dios que siempre está con nosotros


“No temas, porque yo estoy contigo;
no te desalientes, porque yo soy tu Dios.
Te fortaleceré, ciertamente te ayudaré,
sí, te sostendré con la diestra de mi justicia.” (Isaías 41:10)

“Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo,
y si por los ríos, no te anegarán. . .
Porque yo soy el SEÑOR tu Dios,
el Santo de Israel, tu Salvador. . .
No temas, porque yo estoy contigo.” (Isaías 43:2a, 3a, 5a)
Por el Ministerio Pastoral de Visión para Vivir

domingo, 10 de marzo de 2013

“NOS CONVIENE BENDECIR QUE MALDECIR…BENDIGAMOS PUES”.

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“NOS CONVIENE BENDECIR QUE MALDECIR"
Las voces ,maldito, maldecir, maldición, etc. representan la excelencia y naturaleza de un ser humano cargado interiormente de muchos rencores, del profundo resquemores, de alteraciones conductuales, espirituales y tal vez si no algunas patologías de orden psicológico o psiquiátrico.
Esta aseveración tiene su soporte en las circunstancias que dimanan de las consecuencias que se desatan por el solo hecho de expresar el término maldito.
 Desde ese momento se ponen en movimiento un conjunto de fuerzas relacionadas y vinculadas con el reino del mal, con el maligno y con todas sus manifestaciones que causan desde el principio de la humanidad, todos los daños que ésta ha sufrido, desde sus involuciones hasta las transformaciones sociales, económicas y políticas, que generaron y siguen generando, los grandes conflictos y las grandes guerras que en algunas oportunidades han diezmado grandes ciudades, pueblos y naciones.
Desde su esencia, su naturaleza, la fibra de la cual está hecho, desde su creación, el hombre es bondadoso, es fundamentalmente una criatura creada por Dios para vivir en y hacer el bien
Lo que ocurre es que el libre albedrío que el señor nos concedió a todos los hombres , ha sido utilizado, practicado y ejercido de manera equivocada y motivada por razones muy particulares, de conveniencia personal, así como por la inspiración en el materialismo, que se traduce en ignorar la solidaridad, el amor, la justicia, la verdad y la misericordia con la cual cada uno de nosotros debe asumir el acto de vivir. La elección es libre, es cierto. Pero también es cierto que la elección tiene sus hitos , si es que reconocemos que somos hijos de Dios y que nuestra misión fundamental radica en colaborar en la construcción del reino del amor, del reino de los cielos, de amar al prójimo como a nosotros mismos y a Dios por encima de todas las cosas.
Quien maldice, habla de lo que en su corazón mora y existe. 
No olvidemos la sentencia bíblica: “De la abundancia del corazón habla la boca” y de la misma forma otra sentencia inspirada en la palabra de Dios nos asevera: “El árbol malo no podrá nunca dar frutos buenos, lo mismo que el árbol bueno no podrá dar frutos malos”. 
*Quien maldice es un individuo que lleva en su corazón el fardo del enojo contra la humanidad, el fardo de la envidia, el fardo de la impotencia y de la incapacidad , que no ha superado por su propio desinterés, lleva también en su interioridad , sentimientos tan negativos como el rencor, la ausencia de perdón, la hostilidad, la desaprobación de lo bueno que hay en el otro y una rabia injustificada en contra de Dios, a quien le echa todas las culpas de todos sus fracasos, sin haber visto en principio, que sus elecciones, que sus libre arbitrio, lo ha ejercido de manera equivocada y por ello posee una vida infeliz, sin paz, sin verdadera alegría y con una soledad que lo abate, al punto que lo paraliza y no lo deja percibir de manera objetiva el mundo material y espiritual que lo rodea.
Es más beneficioso, humano, amoroso y cristiano bendecir. 
*Quien bendice desarrolla y motiva la materialización de fuerzas positivas que atraerán para él y su familia, y para el entorno que lo rodea, grandes beneficios, grandes bendiciones espirituales, lo mismo que numerosos frutos materiales, que por la voluntad el amor de Dios se hacen presentes. Porque lo bueno es mejor que lo malo y porque desear y hacer el bien al prójimo es más positivo que desear y hacer el mal. Quien bendice atrae todas las fuerzas del bien, de lo puro, de lo verdadero, de lo justo, de la alegría, de la paz, de las riquezas celestiales y terrenales, y lo que es más importante , la aprobación de nuestro buen Dios, para quien, por toda obra buena que realice alguna de sus criaturas, la multiplica por cien. Dejemos esa triste, censurable y poco prudente, costumbre de maldecir y reemplacémosla por la de bendecir.
*Hazlo y verás> como en un tiempo pero muy breve, tu ambiente, todo lo que te rodea, se orientará a ser compatible contigo, cada día, más y más cada vez. Tus amigos aumentarán. Las relaciones con los demás serán más cordiales. El acercamiento con Dios se producirá con mayor oportunidad y frecuencia. La soledad y los problemas espirituales que posees se resolverán rápidamente. Tus problemas familiares, económicos y de cualquier otro tipo recibirán los arreglos necesarios para que desaparezcan. La paz acompañará tu alma y tu mente, un ambiente de fiesta espiritual invadirá todos los rincones de tu ser, tu vida cambiará definitivamente para el bien y la solidaridad. El mismísimo Dios te cubrirá con su manto ,pues bendiciendo a Dios, a la naturaleza y a los demás, te hará ganar lo más importante para un ser humano: La bendición de Dios y con ella todo lo que significa ganar el reino de los cielos y la vida eterna, compartiendo su presencia con la de los ángeles, de los mártires, de los santos, de los apóstoles y de todos aquellos que se reúnen en el trono, con nuestro padre creador, con Jesús el unigénito, el espíritu santo. 
Adelante amiga amigo lector.
 Comencemos a bendecir…

*Aprende! Que significa la palabra "ALELUYA"

"Todo lo que respira alabe á JAH. Aleluya." Salmo 150:6 -->
¡ A L E L U Y A !

Según el Nuevo Testamento, ¿cuántas veces resuena el 'ALELUYA' sobre la tierra?  
Esta pregunta la hizo un predicador amigo a un hermano que con impertinencia interrumpía sus prédicas voceando de voz en cuello ¡A l e e e l u u u y a! en los momentos más inoportunos durante el sermón. 
¿Que cuántas veces resuena aleluya en la tierra? Pues . . . muchas, muchas veces, respondió el hermanito. 
Pues vea, le dijo el predicador, Aleluya no resuena en la tierra ni una sola vez en el Nuevo Testamento.  Resuena sólo en el cielo y esto solamente en un solo capítulo del último libro de la Biblia.  
No obstante este limitado uso, aquí en la tierra escuchamos el  A l e l u y e o   en cantidades astronómicas. Algunos lo usan superficialmente como si se tratara de un estribillo o de un refrán. Otros para hacer demostraciones de espiritualidad. Predicadores hay que cuando se les acaba la gasolina apelan al Aleluya como relleno para tomar impulso; como una pausa de punto y coma en lo que se les va ocurriendo más palabrerío para proseguir.  
Hay quienes lanzan aleluyas repetidamente, fuertemente, atronadoramente, como si fueran saetas incendiarias. Las envían  para incitar emotivamente a los oyentes. En turno, estos se las devuelvan con estrepitosas andanadas como si se tratase de un ametrallamiento entre dos bandos. La gritería sube tanto de volumen y de color que es capaz de intimidar al más bravucón o de ensordecer a cualquiera.  
El modelo de predicadores, Jesucristo, pronunció su sin igual Sermón del Monte de los capítulos 5, 6 y 7 de Mateo sin usar el recurso de los Aleluyas ni una sola vez. Los Aleluyas estuvieron ausentes de su brillante Sermón del Monte Olivar del capítulo 24. Lo mismo hizo su fogoso discípulo Pedro cuando le tocó predicar el histórico sermón del día de Pentecostés y su productivo mensaje en casa del Capitán Cornelio. Notamos la ausencia de los Aleluyas en el sermón de San Pablo a los filósofos sobre el Areópago Ateniense y en sus discursos de defensa frente a los gobernadores Félix y Porcio Festo y ante los reyes Agripa y Berenice. Los predicadores contemporáneos más destacados, sustanciosos y fructíferos, tampoco incluyen los Aleluyas en sus mensajes. 
Con amargo espíritu de juicio hay quienes se permiten clasificar de "fríos" los cultos donde el Aleluya brilla por su ausencia. Para ellos la temperatura de un culto se mide aleluyamente. Aún los creyentes individualmente son enjuiciados de "fríos" o absueltos como "calientes" dependiendo del número y del volumen con que truenen sus  A l  e l  u y a s  en el culto. Esta desafortunada consigna arroja resultados negativos. Promueve entre los nuevos conversos un aceleramiento desproporcionado por aprender rápido lo que ellos perciben ser las leyes del juego y el carnet de pase a la aceptación. ¿Resultado? que muy pronto se les ve en el pleno descargue de Aleluyas al por mayor y detalle. 
Este estado de cosas es por demás triste, deprimente e innecesario. Se hace intolerable al que llega a discernir que se puede llegar a este y a cualquier otro aspaviento sin tener raíz, ni profundidad en la vida espiritual. Cualquiera puede hacer esto. No es tan difícil condicionar la emoción, ni descargarla por el tubo de la rutina. 
Resulta contraproducente cuando en medio de un sermón en que el predicador dice "si no te arrepientes irás al infierno", la gritería responda: ¡Amén!   ¡Aleluya! como si se dijera: "¡qué bueno que ese va para el infierno!, así sea, alabado sea Dios por ello."  A veces el orador narra con destreza e intensidad emocional una volcadura de automóvil en la que pierden la vida sus ocupantes. Ilustraciones de esta naturaleza suponen evocar en el auditorio un profundo sentimiento de pena, de identificación con la desdicha de los accidentados, pero . . .  ¿cómo se responde? "¡Aleluya, gloria a Dios!"
Quede claro que no estamos inculpando a los que  A l e l u y a n  como quienes hacen estas inapropiadas intervenciones con intenciones de producir efectos negativos. Eso nunca. Todo lo que este asunto demuestra es que se puede ser víctima de psicosis, y que ésta puede estar barrenada tan hondamente, que ésta apriete el gatillo inconscientemente. Una vez sale este disparo, ya no se le puede hacer regresar. Pero es el caso que el uso inoportuno, inapropiado, indiscriminado de esta significativa palabra de alabanza,  desfavorables en el ánimo de las gentes. 

El sabio Salomón en Proverbios capítulo 25, versículo 11 exhorta: "Manzana de oro con figuras de plata es la palabra dicha como conviene". Las palabras dichas con sazón en el tiempo adecuado son como la combinación de estos dos metales preciosos cuando se confecciona un ornamento. Son palabras sobre ruedas que se mueven, ensanchan su benéfica influencia, y no mueren. El proverbista subraya en su libro de que bajo el sol hay tiempo oportuno para todo. Esta filosofía debía servir como una saludable lección. San Pablo por su parte anima a los cristianos Colosenses a "andar sabiamente para con los de afuera" y para ello les recomienda: "Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal" [4:5-6].  
¿Qué significa Aleluya?  
 Aleluya es una vocablo Hebreo compuesto del verbo Alelu  que significa load y  el nombre Ya que es una abreviación de Yavéh, Yaué, Yajué o Jehová. El nombre de la Deidad que invoca la palabra Aleluya, hace de ella una palabra de un significado profundo, muy profundo. Tan profundo como la inmensidad del Ser que forma parte de su estructura. Aleluya es tan sublime como el Dios a quien supone va dirigida su alabanza. El nombre de Jehová que incluye la invocación de este vocablo debe hacernos pensar dos veces antes de ametrallar a mansalva a un auditorio con esta sagrada palabra. A l e l u y a r  sin ninguna consideración, sin ninguna ciencia o discriminación, sólo para darnos a conocer como cristianos o quizás sólo para ser vistos u oídos, o para producir ruido, o para impresionar a otros de nuestra espiritualidad, para aparentar que "estamos en la cosa" o para "calentar" un culto, nos pone en el riesgo de usar el nombre de Jehová en vano. Aleluya, repito, significa alabad a Jehová. Jehová es Dios, alto, sublimado, y su carácter es reverendo o reverenciable. 
Los judíos tenían un concepto tan elevado y un escrúpulo tan profundo en cuanto al uso del Nombre del Inefable, que eran en demasía puntillares observando la prohibición del tercer mandamiento de la ley de Dios. Este mandamiento dice: "No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano" [Exodo 20:7]. Poseídos de un profundo sentimiento de reverencia al Nombre de Jehová, los judíos se abstenían de pronunciar este nombre y preferían substituirlo con otras designaciones como Adonai o Elohim. Al transcribir las Sagradas Escrituras cuando estas contenían el nombre Yavéh, los escribas pausaban y se lavaban mucho las manos antes de transcribir el nombre de la Deidad.  
La única porción del Nuevo Testamento que contiene la palabra Aleluya es el capítulo 19 de Apocalipsis. En sus primeros seis versículos encontramos una gran multitud en el cielo que la trae a colación cuatro veces.  
La primera vez se encuentra en el versículo uno y dice: "Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honor y gloria y poder son del Señor Dios nuestro".  Como bien señala Boyd Nicholson, este es el Aleluya de redención o de salvación si se quiere. Lo entonan con regocijo los redimidos por la sangre del Cordero que ahora moran en la casa celestial. 
La segunda vez se halla en el versículo tres donde se lee: "Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos". Este es el Aleluya de retribución o de juicio sobre la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, vengando la sangre de sus siervos de la mano de ella. 
La tercera mención de la palabra se hace en el versículo 4 y este dice: "Y los 24 ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! " 
 Este es el Aleluya de adoración que entonan los 24 ancianos y los 4 seres vivientes que se postran ante el trono de Yavéh - Jehová - para adorarlo. 
La cuarta y última mención de Aleluya la hace el versículo 6 en estos términos: "Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!"  Este es el Aleluya de subordinación a la majestad, al señorío, al reinado del Señor Dios todopoderoso. 
Aleluya, amigo nuestro, es una palabra para el uso exclusivo de los redimidos, de los que conocen al Señor, le aman, y le reverencian. Si usted lee este tratado ahora y todavía no ha sido redimido de sus pecados por la sangre preciosísima de Jesucristo, quiero invitarle a arrodillarse en cuerpo, y a inclinarse en espíritu ante la majestad de Dios y allí, arrepentido de sus pecados, pídale a El que lo perdone y lo reciba en su familia. La Biblia nos asegura que a los que reciben al Hijo de Dios como Salvador, El los hace hijos de Dios, a los que creen en su nombre. Acepte a Jesucristo hoy y aprenda en la sinceridad y en la profundidad de su corazón a decirle:  [Allelouia]  ¡Alelu / ya
 Por  Mariano González V. 

sábado, 9 de marzo de 2013

Eres Peregrino aunque tu no quieras!

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SOY PEREGRINO EN ESTA TIERRA

'TODOS SOMOS MORTALES Y LA MUERTE LLEGARA! SEAS REY O HUMILDE SOMOS PASAJEROS EN EL CAMINO DE LA VIDA'
Soy peregrino en esta tierra
marcho contento hacia Dios,
soy ciudadano de su Reino
voy anunciando su
Amor.
Hay una estrella en mi camino:
la luz divina de la fe,
ella señala mi destino:
¡ llegar a ti, Jerusalén !

Soy peregrino y caminante,
soy mensajero de la paz;
traigo a los hombres el mensaje
que con nosotros Dios está.

Soy luchador y peregrino,
construir el mundo es
mi misión,
y contemplar así el designio
de nuestro Padre Creador.

Jerusalén, el mundo nuevo,
ciudad de paz y libertad,
que va surgiendo desde el seno
de nuestra vida terrenal.

 El término peregrino (del lat. peregrīnus) refiere en su significado más clásico al viajero que, por devoción o por voto, visita un santuario o algún lugar considerado sagrado. En su acepción más general es todo aquel que anda por tierras extrañas.

OJO BUSCAR EN ESTE BLOG CUALQUIER TEMA INTERESANTE

AMOR

http://cnnespanol.cnn.com/cnnvenezuela/#0
Reflexión:
Parte de vivir y de crecer en la vida, es precisamente en ocasiones "caer" o "errar".
Lo importante no es caer, o cuantas veces caes, lo importante es que te LEVANTES.
En su Palabra DIOS nos dice que ÉL nos sostiene y levanta al caído. Las circunstancias adversas no pueden destruir nuestro camino, ni detenernos y hacer el esfuerzo de subir de nuevo al cielo.
TulipanPon tu mirada en JESÚS Flor
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'QUE HERMOSO Y MARAVILLOSO ES TENER ESPERANZA'
Esperanza es la virtud que alienta nuestra vida de creyentes en Cristo y nos brinda la energía moral para transitar el largo camino que se inicia con nuestro encuentro con el Señor.
La esperanza es un don de Dios que él en su gracia pone en nosotros desde que creímos. Es el resultado de ejercitar la fe en el cumplimiento de las promesas del Señor.
La Biblia es el libro de la esperanza, el mensaje del evangelio es un mensaje de esperanza, siendo el Señor Jesús resucitado la personificación de nuestra esperanza.
Dios te bendiga, mas todavía.

Le pedí a Dios agua; Él me dio un océano.
Le pedí a Dios una flor; Él me dio un jardín.
Le pedí a Dios un árbol; Él me dio un bosque.
Le pedí a Dios un amigo; Él me dejó conocerle
'Jesús'

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Sobre mi Ligia Margarita González de Hernandez

Sobre mí:Soy una persona SENSIBLE, quiero AMAR... y el deseo de mi corazón es llevarle consuelo, a las personas, [que VALORO muchísimo.

"Jesús"
El nos amó, nos ama y nos amará. Gracias a Él es que podemos llamarnos hijos de Dios, Dios eligiéndolos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, {EF 1,5;} Jesús se ofreció como sacrificio eterno al padre, y ofreció su sangre por nuestros pecados; ya el enemigo ¡no nos puede atar! ¡Somos libre! por la sangre, del cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. !El mundo no te puede atar¡ Sólo tú te puedes atar (limitar). En Él nombre de Jesús te invito a que entregues tu vida a Jesús, para que el Espíritu Santo te toque y te envuelva en el amor del Padre. No digas; nadie me ama o que solo me siento y mucho menos digas; yo no valgo nada. Hermano mío, tú vales la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tú vales la sangre de Cristo. Por lo tanto tú eres importante. Posiblemente te encuentras en la oficina de un doctor o en un hospital enfermo sintiéndote solo, triste, angustiado; posiblemente estás molesto por tanto esperar, tienes la angustia de no saber que tienes y eso te crea una inseguridad emocional, mas sin embargo yo te digo que tu no estás solo. ¡Hay alguien que te ama, y ese alguien, ,tiene nombre de hombre y se llama Jesús! Él sabe por lo que estás pasando y hoy te dice; hijo mío cuando, más sólo te has sentido, es cuando más cerca he estado de ti. Posiblemente te preguntarás. ¿Me amará el Señor? Para poder contestarte esa pregunta solo te invito a que mires a una imagen de Jesús crucificado, mira sus llagas y su sangre derramadas por ti y por mí, mira la corona de espinas. Mira sus rodillas en carne viva y ahora soy yo el que te pregunta ¿crees que Jesús te ama?¡Pues claro que te AMA!





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