Bacterias y mal aliento
Contra el mal aliento, y la boca pastosa al despertarnos, existe una
serie de trucos y reglas de higiene que no se pueden olvidar. Lo ideal
es someterse a un raspado de la lengua, y esto hacerlo a diario y cada
vez que tengamos necesidad de una limpieza más a fondo.
Bacterias y mal aliento
La boca alberga millares de gérmenes y bacterias, que son los responsables del sarro que se acumula en los dientes. El sarro se deposita tanto en los dientes como sobre la lengua. Esta flora bacteriana contribuye al mal aliento.
Este fenómeno se acentúa, generalmente, en los hombres de manera
particular, puesto que tienen una lengua más rasposa que las mujeres.
El
relieve específico de la lengua de los hombres favorece la captura y la
retención de residuos de toda clase y de partículas alimenticias, que
son las que propician el desarrollo de bacterias.
Precisamente, son estas bacterias las que favorecen la aparición de
las caries dentales. Pero, al mismo tiempo, generan ciertos gases
malolientes, responsables de la halitosis.
Si bien es cierto que se recomienda el cepillado
de los dientes tres veces al día, y después de cada comida, para
desprenderse de las bacterias bucales, también es necesario someterse a
un raspado eficaz de la lengua.
Lo ideal es hacerlo con un chorro de agua a presión, con el fin de
eliminar la mayor cantidad posible de residuos acumulados entre los
dientes, o de un hilo dental, y terminar con un colutorio específico.
Raspar la lengua
Por lo general no resulta tan fácil que encontremos en los comercios
raspadores para la lengua. En ese caso lo mejor es solicitarlo en una
farmacia. Es mucho mejor y eficaz el raspado de la lengua que el cepillado de la misma.
La técnica
. Hacerlo antes de cepillarse los dientes.
. Una vez al día.
. De atrás hacia delante. Los neófitos irán poco a poco, yendo cada vez más hacia atrás.
. Enjuagar el raspador después de cada sesión.
. Enjuagarse la boca tras cada raspado.
. Terminar el proceso con un colutorio específico.
Algunos estudios demuestran que este gesto cotidiano de higiene bucal
y dental es más importante de lo que nos pensamos. La asociación de
raspar la lengua y cepillarse los dientes es sumamente eficaz y
necesario para una excelente salud de la boca en general, y combatir el
mal aliento.