"Cuando nosotros nos apartamos de todo lo malo, y escojamos hacer el 'bien' para nosotros mismo es el buen resultado" porque recibiremos la cosecha de bendición, bienestar, felicidad y vida! esto es Sabiduría de lo Alto.
Dios es nuesto Padre y el nos quiere cuidar como nuestro 'legitimo Padre Celestial' EL DIOS DEL AMOR Y VIDA ETERNA, de todo lo bueno, hermoso, deleitoso, maravilloso que quiere nuestro bienestar y felicidad.
Si mis amados lectores todos los mandamientos son un tesoro para nuestras vidas, porque el todo poderoso lo que quiere es nuestra felicidad porque el sabe que practicar el mal trae dolor, tristeza y muerte.
Quien quiere sufrir las consecuencias de nuestras malas acciones??? ninguno de nosotros queremos recibir las consecuencias de no obedecer a nuestro padre Dios,
• Solo somos cristianos de cantos y cultos pero en nosotros no hay el verdadero temor que nos hace aceptos delante de Dios.
Dios es nuesto Padre y el nos quiere cuidar como nuestro 'legitimo Padre Celestial' EL DIOS DEL AMOR Y VIDA ETERNA, de todo lo bueno, hermoso, deleitoso, maravilloso que quiere nuestro bienestar y felicidad.
Si mis amados lectores todos los mandamientos son un tesoro para nuestras vidas, porque el todo poderoso lo que quiere es nuestra felicidad porque el sabe que practicar el mal trae dolor, tristeza y muerte.
Quien quiere sufrir las consecuencias de nuestras malas acciones??? ninguno de nosotros queremos recibir las consecuencias de no obedecer a nuestro padre Dios,
• Solo somos cristianos de cantos y cultos pero en nosotros no hay el verdadero temor que nos hace aceptos delante de Dios.
El Temor Es Algo Que Nunca Debe Perder El Cristiano.
¿Qué Es En Sí El Temor?
• El Temor: Es lo que nos hace permanecer fieles a Dios alejados del pecado y de los deseos del mundo pagano.
• El temor santo de Dios en el hombre lo capacita para, obedecer sus mandamientos, odiar y evitar toda forma de maldad
Proverbios 8:13
El temor de Jehová es aborrecer el mal; La soberbia y la arrogancia, el
mal camino, Y la boca perversa, aborrezco. Salmo Sal. 147.11 Se
complace Jehová en los que le temen, Y en los que esperan en su
misericordia.
• El hombre natural no puede temer a Dios: Porque Se la pasa Pecado De Continuo.
"El temor de Dios" no es "el temor a Dios" y si "el temor de Dios, es el
principio de la sabiduría" deja muy claro que se refiere al poder de
hombre de "desear" el conocimiento divino del bien y del mal (pecado
primogenio)
En el judaísmo y el cristianismo, el temor de Dios es uno de los dones del Espíritu Santo,
el cual inspira reverencia de Dios y temor de ofenderlo, y aparta del
mal al creyente, moviéndolo al bien. Es el don que nos salva del orgullo
sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. Por el temor de
Dios se llega al sublime don de la sabiduría.1
Es popular decir: "Dios es amor y no se
le debe temer". Es cierto que a Dios no le debemos tener "miedo" en el
sentido en que hoy se usa la palabra, ese miedo que paraliza o que
impulsa a huir de Dios y evitar pensar o acordarse de El.
Ciertamente
Dios es amor infinito y nos creó para que amemos. Jesús enseña sobre los
Mandamientos de Dios:
«El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro Dios, es el único Señor, amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No existe otro mandamiento mayor que éstos.» (Mc 12:29-31)El temor puede ser saludable, hay un temor propio y otro impropio. El temor puede hacer que la persona proceda con la debida cautela frente al peligro y de este modo evite la calamidad; o puede ser mórbido y acabar con la esperanza, lo que debilita la resistencia emocional y puede llegar al extremo de ocasionar la muerte. El temor de Dios es saludable; consiste en un sentimiento de profunda reverencia hacia el Creador, y es un temor sano de desagradarle por el aprecio que se tiene a su amor leal y bondad, y debido también al reconocimiento de que es el Juez Supremo y el Todopoderoso, Aquel que puede castigar o destruir a los que le desobedecen.
El temor de Dios, bíblicamente:
- El temor de Dios trae confianza y seguridad a los que andan en integridad (Proverbios 14:26-27)
- El temor de Dios es aborrecer el mal (Proverbios 8:13)
- El temor de Dios es sabiduria (Job 28:28; Proverbios 1:7; 9:10)
- Una conciencia de que Dios es el dueño de nuestras almas, y tiene el poder de otorgarnos la salvación eterna o condenarnos a la destrucción. Aunque la motivación que genera este temor es completamente egoísta, es preferible a no tener ningún temor de Dios.
- Una conciencia de que Dios está permanentemente mirando todo lo que pensamos, decimos y hacemos, y que El tiene el poder para premiarnos o castigarnos de acuerdo a nuestra conducta; lo cual nos debería motivar a ser cuidadosos y apartarnos del mal.
- Un deseo consciente y permanente de agradar a Dios en todo lo que hacemos y no ofender Su santidad.
- Un reconocimiento humilde de que El es Dios y nosotros somos Sus criaturas, y por lo tanto, El es digno de ser temido y reverenciado.
Pero
existe un temor de Dios que es un don del Espíritu Santo: Temer
ofenderle, tememos al realizar nuestra propia debilidad y al saber que
con facilidad podemos caer en pecado, y condenarnos.
Los
buenos padres no solo hablan de amor sino que también ayudan a sus
hijos a comprender los peligros. Y, como saben que la comprensión de los
pequeños es muy limitada, inculcan un sano temor al castigo. Se trata
del sano temor, la justa medicina. No el temor excesivo que quita la
confianza y traumatiza. Recordemos que Dios es el Padre perfecto, modelo
de todo padre. El sano temor es parte de su pedagogía divina para que
nos mantengamos en guardia contra el grave peligro que acecha a todo
hombre en la batalla espiritual contra el mundo, la carne y el demonio
Si
somos humildes y realistas sobre nuestra tendencia al pecado,
comprendemos que nuestro amor no siempre es perfecto. Somos niños ante
Dios. Por eso, tener conciencia de las consecuencias del pecado y
tenerle un sano temor nos ayuda a ser sobrios y no racionalizar el
pecado, ni pretender que no ofende a Dios.