*El envejecimiento se puede evitar y revertir*
*Envejecimiento humano*
El envejecimiento de Franz Liszt
*Envejecer* |
Nuestra expectativa de vida ha aumentado significativamente en los
últimos años y este hecho ha acrecentado el problema de los efectos de
envejecimiento. Con el envejecimiento, comienza una serie de procesos de
deterioro paulatino de órganos y sus funciones asociadas. Muchas
enfermedades, como ciertos tipos de demencia, enfermedades articulares,
cardíacas y algunos tipos de cáncer han sido asociados al proceso de
envejecimiento.
Por este motivo la investigación a nivel celular de este proceso ha
recibido especial atención. Uno de los hallazgos relevantes es que las células
normales están programadas para un número determinado de rondas
divisionales. Cada cromosoma posee en sus extremos una serie de
secuencias altamente repetitivas y no codificantes denominadas telómeros. Debido al mecanismo de replicación del ADN
de las células, los telómeros se van acortando con las sucesivas
divisiones. Esto se ve atenuado por la existencia de una enzima llamada telomerasa
que realiza la replicación telómerica. Sin embargo, la actividad
telomerasa funciona en células embrionarias, pero se inactiva en células
somáticas, lo que conlleva un acortamiento progresivo de los telómeros
cromosómicos; cuando el tamaño de los telómeros llega a un cierto nivel
mínimo, se desencadenan mecanismos que conducen a la muerte celular. Por
esta razón, el acortamiento telómerico se ha asociado con el proceso de
envejecimiento celular. De esta forma, el largo de los telómeros
representaría una especie de reloj genético que determinaría el tiempo
de vida de las células.
Internacional-mente, en 1984 se admitió por convenio, que anciano es toda persona mayor de 65 años, edad coincidente con la jubilación.
El profesor
del departamento de Fisiología de la Universidad Complutense de Madrid,
Jesús Tresguerres, aseguró en Murcia que el envejecimiento es un
proceso oxidativo que "se puede controlar e, incluso, revertir", con la
administración de hormonas como la del crecimiento, la testosterona, los
estrógenos y la melatonina.
Tresguerres, mostró su convencimiento de que estas sustancias son beneficiosas, algo que ya está constatado científicamente, aunque precisó que las nuevas investigaciones desarrolladas por su departamento "permiten saber por qué son beneficiosas y conocer los elementos que intervienen en los mecanismos de estrés oxidativo e inflamación".
El científico ofreció una conferencia en la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia (España) enmarcada dentro del ciclo "Bases biológicas y biopatológicas del envejecimiento", donde certificó que su grupo de investigación es capaz de demostrar "cómo estos tratamientos con hormonas son capaces de modular las sustancias que están jugando un papel en el proceso de envejecimiento".
El investigador, quien ha dedicado los últimos 12 años a investigar el fenómeno, habló en su intervención de cómo se produce el deterioro del organismo con el envejecimiento y de qué partes se envejecen más".
En este sentido, indicó que los experimentos científicos "han demostrado que la naturaleza nos va quitando una serie de elementos, de forma que, después de nacer, crecer, reproducirse y cuidar a nuestros hijos, los individuos sobran para la naturaleza, alrededor de los 40 años".
Por este motivo, argumentó que la naturaleza "nos quita elementos, sobre todo hormonas, como la hormona de crecimiento, la melatonina, y, en el caso de la mujer, a partir de los 50 años, desaparecen las hormonas sexuales, los estrógenos". Según explicó, este fenómeno "no es más que una muestra del envejecimiento y ya se conocía desde hace mucho tiempo por la comunidad científica".
Sin embargo, Tresguerres indicó que la contribución de su grupo de investigación "consistió en interesarnos en que, si a un animal viejo se le reestablecen los niveles de esas hormonas a los mismos niveles de cuando era un individuo joven (no infantil), nos hemos encontrado que somos capaces de revertir un montón de funciones alteradas".
Por ejemplo, dijo que esta aplicación "hace que el sistema cardiovascular funcione mucho mejor, que el sistema inmunitario mejore mucho, tanto como la piel y el hígado".
El equipo de Tresguerres comprobó estos beneficios hace unos años y, en estos momentos, se encuentra estudiando "cuáles son los mecanismos moleculares que juegan en un papel en todo el proceso".
En este sentido, recordó que el proceso de envejecimiento, en su mayoría, es un proceso de oxidación, porque "respiramos oxígeno", aunque bromeó que la solución "no es dejar de respirar", y significó que una parte del oxígeno que respiramos "se transforma en radicales libres, que destruyen buena parte de lo que tocan".
Sin embargo, el investigador apuntó que "parece que empezamos a envejecer a los 40 años". Esto es así porque "a los 20 años, se producen menos radicales libres, y los sistemas de defensa son más activos, mientras que según nos vamos haciendo mayores, desaparecen una serie de hormonas, entre otras cosas, y tenemos menos mecanismos de defensa".
Tresguerres comparó la situación con la de un coche viejo y estropeado: "cuando somos mayores, los motorcitos celulares, sus mitocondrias, se empiezan a deteriorar, producen más radicales libres y tenemos, encima, menos mecanismos de defensa".
Así, el organismo "sufre una inflamación soterrada, que no se nota desde fuera, pero los elementos que la motivan se pueden medir", añadió Tresguerres responsable de este estudio.
Tresguerres, mostró su convencimiento de que estas sustancias son beneficiosas, algo que ya está constatado científicamente, aunque precisó que las nuevas investigaciones desarrolladas por su departamento "permiten saber por qué son beneficiosas y conocer los elementos que intervienen en los mecanismos de estrés oxidativo e inflamación".
El científico ofreció una conferencia en la Facultad de Biología de la Universidad de Murcia (España) enmarcada dentro del ciclo "Bases biológicas y biopatológicas del envejecimiento", donde certificó que su grupo de investigación es capaz de demostrar "cómo estos tratamientos con hormonas son capaces de modular las sustancias que están jugando un papel en el proceso de envejecimiento".
El investigador, quien ha dedicado los últimos 12 años a investigar el fenómeno, habló en su intervención de cómo se produce el deterioro del organismo con el envejecimiento y de qué partes se envejecen más".
En este sentido, indicó que los experimentos científicos "han demostrado que la naturaleza nos va quitando una serie de elementos, de forma que, después de nacer, crecer, reproducirse y cuidar a nuestros hijos, los individuos sobran para la naturaleza, alrededor de los 40 años".
Por este motivo, argumentó que la naturaleza "nos quita elementos, sobre todo hormonas, como la hormona de crecimiento, la melatonina, y, en el caso de la mujer, a partir de los 50 años, desaparecen las hormonas sexuales, los estrógenos". Según explicó, este fenómeno "no es más que una muestra del envejecimiento y ya se conocía desde hace mucho tiempo por la comunidad científica".
Sin embargo, Tresguerres indicó que la contribución de su grupo de investigación "consistió en interesarnos en que, si a un animal viejo se le reestablecen los niveles de esas hormonas a los mismos niveles de cuando era un individuo joven (no infantil), nos hemos encontrado que somos capaces de revertir un montón de funciones alteradas".
Por ejemplo, dijo que esta aplicación "hace que el sistema cardiovascular funcione mucho mejor, que el sistema inmunitario mejore mucho, tanto como la piel y el hígado".
El equipo de Tresguerres comprobó estos beneficios hace unos años y, en estos momentos, se encuentra estudiando "cuáles son los mecanismos moleculares que juegan en un papel en todo el proceso".
En este sentido, recordó que el proceso de envejecimiento, en su mayoría, es un proceso de oxidación, porque "respiramos oxígeno", aunque bromeó que la solución "no es dejar de respirar", y significó que una parte del oxígeno que respiramos "se transforma en radicales libres, que destruyen buena parte de lo que tocan".
Sin embargo, el investigador apuntó que "parece que empezamos a envejecer a los 40 años". Esto es así porque "a los 20 años, se producen menos radicales libres, y los sistemas de defensa son más activos, mientras que según nos vamos haciendo mayores, desaparecen una serie de hormonas, entre otras cosas, y tenemos menos mecanismos de defensa".
Tresguerres comparó la situación con la de un coche viejo y estropeado: "cuando somos mayores, los motorcitos celulares, sus mitocondrias, se empiezan a deteriorar, producen más radicales libres y tenemos, encima, menos mecanismos de defensa".
Así, el organismo "sufre una inflamación soterrada, que no se nota desde fuera, pero los elementos que la motivan se pueden medir", añadió Tresguerres responsable de este estudio.
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