Es una planta herbácea anual, perteneciente a la familia de las gramíneas. Las especies más cultivadas son Avena sativa y Avena byzantina, en ese orden.
Es rica en proteínas de alto valor biológico, grasas y un gran número de vitaminas, minerales. Es el cereal con mayor proporción de grasa vegetal, un 65% de grasas no saturadas y un 35% de ácido linoleico. También contiene hidratos de carbono de fácil absorción, además de sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro, cobre, cinc, vitaminas B1, B2, B3, B6 y E. Además contiene una buena cantidad de fibras, que no son tan importantes como nutrientes pero que contribuyen al buen funcionamiento intestinal. La avena también contiene pequeñas cantidades de gluten, por lo que no puede ser utilizada como cereal alternativo para la dieta de los celíacos.
Es rica en proteínas de alto valor biológico, grasas y un gran número de vitaminas, minerales. Es el cereal con mayor proporción de grasa vegetal, un 65% de grasas no saturadas y un 35% de ácido linoleico. También contiene hidratos de carbono de fácil absorción, además de sodio, potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro, cobre, cinc, vitaminas B1, B2, B3, B6 y E. Además contiene una buena cantidad de fibras, que no son tan importantes como nutrientes pero que contribuyen al buen funcionamiento intestinal. La avena también contiene pequeñas cantidades de gluten, por lo que no puede ser utilizada como cereal alternativo para la dieta de los celíacos.
Debería tomar avena?
¡Cada día! Yo lo hago.
¿Y qué notaría?
Incontables beneficios.
Dígame sólo tres.
Uno, tu piel estará más sana y bella, tu cabello lucirá fuerte y lustroso.
Dos.
Regulará tu peso: si padeces de sobrepeso, adelgazarás; si tienes
bajo peso, engordarás. Te esculpe, y es muy diurética. ¿Y eso? Es un
regulador metabólico, de tal modo que depura sobras y cubre carencias.
Y tres.
Ante un colesterol malo elevado, lo disminuirá: la avena actúa como una escobilla arterial. ¡Y aumentará el colesterol bueno!
Diríase que la avena es la panacea.
“Alimento específico para la salud”, lo define la FDA (Administración
de Alimentos y Medicamentos estadounidense): ¡es casi el alimento
óptimo! Las investigaciones confirman las virtudes salutíferas de la
avena... lo que ya sabía la cultura popular.
¿Por ejemplo?
Viejos dichos germánicos como Hafer macht Männer stark (la avena vuelve a los hombres de hierro) y Dar Hafer sticht (la avena te acelera) son ciertos: la avena es una riquísima fuente de energía y vitalidad.
¿Por qué?
Por su completísima combinación de proteínas (tiene siete de los
nueve aminoácidos esenciales para la vida), grasas, hidratos de carbono
(de absorción lenta: libera energía durante horas), minerales (¡destaco
la generosa presencia de sílice!) y vitaminas B y E.
¿Por qué me destaca el sílice?
El sílice es un superconductor y nutre el tejido conectivo humano,
beneficia articulaciones, sistema nervioso y la electrobioquímica del
organismo: los que toman avena notan mejoras en sus facultades
memorísticas...
¿Podría citar tres beneficios más?
¡Y más! Uno: protege el intestino con sus sustancias mucilaginosas y
enriquece su flora, aliviando estreñimientos y diarreas. Dos: prepara
para un sueño más reparador. Y tres: estimula la libido.
¡Alegría!
Sow your wild outs (esparce tu avena silvestre) es un dicho
inglés acuñado al observar que los caballos más fogosos sexualmente eran
los que comían avena silvestre.
Pero yo no soy un caballo.
Funciona igual, ¡lo certifico! Mi pareja a veces tiene que decirme: “¡Deja de tomar avena por unos días, anda...!”, ja, ja.
Ejem... y ¿dónde la venden?
¡Debería venderse en farmacias! La encuentras en todas partes: yo uso
copos de avena de cultivo ecológico. Los copos son granos de avena
enteros aplastados: contienen todos los nutrientes, es un alimento
integral.
¿Desde cuándo se consume avena?
Al menos desde la edad de bronce. El diccionario Webster’s dice:
“Cereal con que se alimentan los hombres en Escocia y los caballos en
Inglaterra. Por eso Escocia proporciona los más bellos ejemplares
humanos e Inglaterra los más hermosos caballos”.
Elija una virtud de la avena.
Su alto poder energético: la gran vitalidad y vigor que proporciona. ¡Tómela cada día!
¿Cómo la toma usted?
En cena y desayuno. Mi desayuno: tres cucharadas (soperas) de copos
de avena, un limón exprimido, media manzana rallada y medio yogur
natural. Al gusto, pasas, frutos secos, frutas... Existen mezclas muy
ricas.
¿Y la cena?
Una cremita de avena, ¡deliciosa! Mi favorita: hiervo a fuego lento,
en medio litro de agua, tres cucharadas soperas colmadas de copos de
avena, y añado puerros. O zanahorias. Opuntas de espárrago.O espinacas,
o... Lo paso por el túrmix. Si la quieres muy, muy fina, colador.
Chorrito de aceite. ¡Y en diez minutos tienes una cena sabrosísima y
sanísima! Y verás qué bien duermes...
¿Y si soy celiaco?
La avena es el cereal más tolerado por celiacos... aunque contiene gluten, claro.
¿Y para los niños?
¡Es fabulosa! Refuerza su inmunidad, y además les ayuda a
concentrarse: si la dieta infantil incluyese siempre avena, ¡seguro que
descendería el índice de fracaso escolar!
Esto ya es tener fe en la avena...
Por otra parte, los pediatras ya aconsejan a muchos niños beber leche
de avena en vez de leche de vaca, por las intolerancias a la lactosa,
las alergias... La leche de avena es la mejor de las leches vegetales, y
puedes tomar los copos de avena en leche de avena.
¿Cómo descubrió usted las maravillas de la avena?
Me formé en Alemania como médico naturista. Me especialicé en ayunos y
advertí que la monodieta de avena permitía resistir al ayunador sin
desnutrición incluso durante 21 días. ¡Y encima ganaban salud!
Cuénteme el testimonio de algún paciente suyo.
Una señora con sobrepeso iba a operarse la rodilla (condopatía
roduliana), pero la avena la adelgazó y los antiinflamatorios de la
avena hicieron el resto: ¡evitó la cirugía! Otro paciente perdió doce
kilos en cuatro meses, su colesterol bajó de 346 a 215, normalizó la
tensión arterial y empezó a dormir bien. Y encima mejoró su líbido.
Bingo.
Ah, y la avena debería incluirse en las dietas de todos los
hospitales: refuerza el organismo ante cualquier tratamiento y acelera
las recuperaciones postoperatorias.
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