Estableciendo y Definiendo los Géneros según la Biblia (9)
El espíritu que da lugar a la feminidad (b)
Cuando pensamos en una mujer, ¿qué podríamos considerar que es de más valor en ella? Varias ideas
podrán venir a la cabeza, según cada uno, sin embargo estamos considerando que el distintivo que Dios
les dio cuando la creó debería ser lo de más valor: la imagen de Dios expresada en su feminidad. Esto
embellece y dota a la mujer para que sea en verdad valiosa y admirable.
Esto es ahora lo que centra nuestra atención en esta serie. 1Ped.3:1-4 Nos muestra que la feminidad es una realidad que brota de corazón de la mujer, y ese espíritu afable y apacible, este pasaje nos indica que es la base sobre la que la feminidad se sustenta. Pero además este adorno es incorruptible, no pierde su belleza y utilidad con el paso de los años. Con la entrada del pecado este adorno se ha perdido en gran parte en la mujer, sin embargo el apóstol nos lo presenta otra vez como una meta para esas mujeres que han sido renovadas en su alma al venir a Cristo para buscar la salvación. Porque la obra de redención obrada por Cristo restaura al hombre la imagen de Dios, lo vuelve a la vida de santidad en la que fue creado, por esa razón se requiere de las mujeres que han ido a Cristo, que se adornen no meramente en el exterior, sino con este espíritu afable y apacible, que la gracia de Cristo nos concede otra vez.
Repasemos estos términos otra vez, es importante que lo tengamos fresco. Afable=tierno (praus): Este término, en una cosa, expresa que es ”suave”, en un animal podría decirse “manso” (lo puedes educar, lo puedes llevar, y es dócil no vas a encontrar problemas). En una persona este término expresa a uno agradable, bondadosa, humilde en el trato con otros, una disposición de espíritu hacia Dios en la cual uno acepta los tratos y la voluntad de Dios en su vida sin entrar en disputa, discusión o resistencia. Recordar a Job en contraste con su esposa.
La mujer afable es la mujer que puede tener ese temperamento agradable, no se irrita como rápida respuesta, o está pronta a defenderse, quejarse, sino más bien soporta de otros a quienes sirve, por eso puede ser bondadosa, compasiva, suave en el trato.
No impaciente, respondona, rápida en quejarse, defenderse, e imponer sus ideas, gustos y criterios. Es uno de los frutos del E. Santo que produce en el creyente, Gal. 5:23 (mansedumbre) Cristo se muestra y se califica a Si mismo con esta virtud, y nos llama a hacerla nuestra Mat. 11:25. El toma esta disposición hacia Dios Su Padre para entregar Su vida para redimir pecadores.
Y que aprendamos de Él en esta mansedumbre, ser afable, pues así le seguiremos a Él para hacer Su voluntad, y servir ayudar. Apacible=Sereno (esuquíos). De esta palabra viene “silencio”, quiere decir tranquilo, sosegado, mantenerse en su sitio, su posición, un comportamiento pacífico, dos acepciones. a) Persona tranquila, es una forma de vivir. Lo opuesto a ser una persona impulsiva, malhumorada, rápida en defenderse y armar un escándalo. No va a saltar de repente por... tiene un comportamiento pacífico Moisés en Nm. 12:3, muestra de esa virtud, se levanta rápido en represarías ante las acusaciones y descalificación de Aarón y María para reivindicar su posición sus derechos su respecto... queda apacible y sereno, en dependencia de Dios. Esto es un espíritu apacible y sereno. b) Según aparece en 1Tes.4:11 , esa tranquilidad para vivir ocupándose en sus negocios. Y esto se refiere a permanecer en su lugar, quedar ahí en el ámbito que le corresponde. La mujer con este espíritu de quietud puede limitarse al ámbito donde Dios la ha puesto y ahí entregarse a servir y ayudar. Este es el sentir con el que la mujer puede vestir la feminidad.
De esta manera presentamos el carácter en la mujer según la feminidad, y nos quedamos en una exégesis de tales términos en su relación con el contexto inmediato, 3:1-4 .
Puede que mujeres al considerar las demandas para ella según este pasaje, y bajo el peso de su exigencia, puede excusarse que no llegue a vivir así, asume que sus circunstancias especiales no le permite ser esa clase de persona Pero pienso que la descripción de este espíritu en la mujer es de tal importancia, tan necesario para la mujer el tenerlo fresco y a mano, que veo necesario volver a mirar esto mismo pero a la luz del contexto más amplio en esta carta.
Con qué facilidad y frecuencia se viola las pautas aquí dadas para la conducta de la mujer, sobre todo en casa.
Mujeres que están acostumbradas a dejarse llevar por sus reacciones y sus impulsos; a estar a la defensiva, o hipersensibles y fácilmente se encuentran en la postura contraria a la que aquí expone para ella.
Mujeres habituadas a salirse con la suya en el trato con el marido, a vivir en contienda frecuente, a pretender dirigirlo, o a sentirse incómoda por su lugar en el matrimonio, y todo esto se lo permite por creer que tiene razones suficientes para ello. Al repasar lo que quiere decir Pedro con este adorno, se pone a pensar dentro de sí, “el pastor dice como debemos conducirnos de esa forma, pero él no conoce a mi marido, porque no sabe bien qué es vivir con él...”. Si, hay entornos difíciles, hay maridos y maridos... No obstante Pedro dijo a las hermanas qué corazón tienen que tener y cultivar y para ello cita de los casos más difíciles para adornarse y vivir de acuerdo a ese espíritu afable y apacible, 1Ped. 3:1.
Esta es la feminidad de las que se tienen que adornar, aun en condiciones difíciles.
El contexto más amplio que quisiera analizar nos muestra como esa forma de ser y pensar en tales circunstancias es consecuente con la obra de Cristo en nuestros corazones y Su llamado a seguirle.
Hermanas, cuidar no acostumbrarnos a justificar nuestros pecados por los pecados del otro.
Veamos como lo que dice a las mujeres para su feminidad, es un reflejo de cuanto venía diciendo a todo creyente de la vida a la que Cristo nos ha llamado. 1Ped.2:11-25. Este contexto nos prepara para cultivar y vivir según ese espíritu afable y apacible. Ver.11 Donde se libra la gran batalla para la feminidad.
El adorno de donde viene la feminidad es algo principalmente del corazón, 3:4, ahí se debe de librar una batalla para poder vestirse con él. Batalla, es el término para referirse a un conflicto armado, una guerra de un ejército contra otro. Hay que tomar buena nota y determinar quiénes son las partes en conflicto: los deseos de la carne y el alma. Porque no es raro que nos encontremos a la mujer que se ha alistado para una guerra equivocada, la guerra contra el marido, y hasta lo llega a ver algo así como su oponente, su problema.
Es a quien tiene que amar, porque Cristo nos dice que aun amemos a nuestros enemigos, pero ella está respirando esa contrariedad hacia su marido. Así no conquistarás la feminidad, sino más bien se aleja de ella.
La lucha debe de ser contra los deseos carnales, porque son estos los que batallan contra nuestra alma, y logran, si prevalecen, que este espíritu afable y apacible sea una mera aspiración lejana. Es como la sal en la tierra, no deja que crezca lo verde. Esto es lo que debo de pensar, el gran problema para que como cristiana temerosa de Dios pueda, por la gracia pueda desarrollar la feminidad, están dentro de mí, son mis deseos carnales, mi marido, los de mi entorno puede que me ayuden a sacar y ver mejor cuáles son esos deseos carnales, y así son ayuda en la lucha contra estos deseos.
Nuestra lucha no es contra carne ni contra sangre, sino contra hueste de maldad. ¿En qué consiste esa lucha? Pues el mismo versículo lo dice, en poder “abstenerse” de tales deseos carnales.
Quiere decir poder agarrar, retener, no dejar que este salga, lograr impedir que tales deseos se salgan con la suya, reaccionando de una manera, procediendo de esa forma contraria a lo que hemos descrito como afable y apacible. Cuando vivíamos en el pecado, sin Cristo estas cosas eran las que nos controlaban, Tit.3:3 ; pero ahora que hemos ido a Cristo confesando nuestros pecados para que nos salve de su esclavitud, por el poder de Cristo en nosotros tenemos que renunciar a esos deseos mundanos, Ti.2:11 , para vivir ahora de manera sobria justa y piadosa.
Tenemos que ver tales deseos que salen de nosotros como contrarios a Cristo y Su voluntad, que tales cosas no me dejan servir a Cristo y hacer el bien que debo.
Esa no es la forma de buscar que el RD avance en mi alma ni alrededor, como hace y logra la feminidad. Tenemos que pensar que ahora somos extranjeros y peregrinos, somos del RD y nuestro empeño tienen que ser en que este avance. Armados con estas ideas confesamos nuestras caídas, clamamos a nuestros Señor que nos de el poder de Su Santo Espíritu para detener estos malos deseos, y ser afable y apacible. Esta es la lucha en el alma de donde puede salir ese adorno que es la feminidad. Vers.12. - La conducta y su eficacia que expresa la feminidad Ahora viene la conducta (parece que está siguiendo el esquema de 3:1-4 referido el día anterior) Esta batalla contra los deseos carnales, se deja ver luego en una conducta, en una manera de vivir. Esa conducta, fruto de esa lucha contra los deseos de la carne, se deja ver en una manera recta de vivir, buena, de provecho. Pues mirar que esa manera de vivir es lo que hará tarde o temprano que Dios sea enaltecido, aun en aquellos que hablan mal. Alude a la conducta como medio en las manos de Dios para hacer bien en otros, lo cual luego se lo aplicó a las mujeres, en su feminidad, ver.3:1-2, la conducta en las mujeres es lo que Dios usa y puede dejar mella profunda en la mente de otros, que se opongan o los incrédulos. La conducta es como la chispa que puede encender el bosque, es lo que puede hacer que las ascuas de fuego de la conciencia se despierte Rom. 12:20, por eso, el hacer bien incluso a los que te hacen mal. *Mujer, tu conducta es lo que puede influir sobre tu marido para despertarle y vea su error, para que perciba lo mal que ha estado haciendo, tu conducta buena puede provocar que el marido pueda distinguir como Dios está contigo, es la que puede despertar su conciencia y recriminarle.
Tu acudes a los deseos de la carne, ¿y que logras? Encender otro fuego, el que destruye las relaciones, el que trae corrupción, “ el que siembra para la carne de la carne segará corrupción ”. Pero pelea la buena batalla contra los deseos con las armas de la luz, y combate en ella de forma que la conducta sea esa que Dios dice que es buena, y verás otro fruto, Dios obrando ahí, así se enciende el fuego de la conciencia del marido.
Porque Dios ha diseñado la feminidad, que se muestra en una conducta buena, como un poder mediante el cual la verdad hace bien al hombre. Ver.13-17 . El ordenamiento del mundo que Dios establece y que la feminidad asume. Mujer, puede que hayas vivido y experimentado lo suficiente como para ver con dificultades al marido como cabeza.
La feminidad contiene las gracias que pueden exhibir la aceptación de tal ordenamiento, pues ahí es a donde nos lleva el espíritu afable y apacible. Por eso Pedro afirma ahora, el mundo que creado por Dios, y ordenado por Él, donde tenemos que vivir requiere que siempre estemos viviendo dentro del ámbito de una autoridad, de ahí “ por causa del Señor someteos a toda institución humana ” (o de hombres) y esto incluye estar sometido a personas no creyentes.
*Hoy vivimos en tiempos en los que todos queremos ser libres, y no miramos con buenos ojos a las autoridades esos que dicen lo que tengo que hacer.
Pero por causa del Señor, en obediencia a Dios y en aceptación a lo que ha dispuesto en esta sociedad, tenemos que aprender y asumir que tenemos que vivir sometidos, aceptar las autoridades en los ámbitos de nuestra vida. Si, aunque todos los hombres tenemos la misma dignidad y valor como seres humanos, hay unos que deben de estar sometidos y otro deben sustentar una autoridad. Cristo nos ha hecho libres, para obedecer primero y sobre todo a Dios, vers.16 , pero esa libertad no es para hacer lo que a mi me place, sino para servir a Dios. Tenemos que considerar por este ordenamiento de Dios qué debo a cada persona, ver.17 .
*Pues eso mismo se da en el matrimonio, 3:1 , y la feminidad desarrolla las virtudes para asumir tal cosa. ¿Qué es someterse? Es ponerte en el ámbito idóneo para expresar y vivir de acuerdo a la feminidad, lo que Dios dio a la mujer para ayudar y servir.
Que importante que la mujer aprenda este principio de vida en este mundo, en la iglesia y en su familia, y esto lo inculque a sus hijos, tan necesitados de esta importante manera de pensar y vivir. Ver.18-20 Y afrontar las adversidades.
Planteándose la vida en sujeción por el temor de Dios, en este mundo caído, de hombres pecadores, implica aprender a llevar esto incluso bajo hombres difíciles de soportar, insoportables, (ver.18). Algo de esto es lo que presupone 3:1 . ¿Cómo considerar unas condiciones así? ¿Qué clase de ideas debemos alimentar bajo tales circunstancias? Es para destacar a qué llama Pedro a todos estos creyentes, y a todos nosotros. Es agradable delante de Dios, si por causa de su conciencia para con Dios, padece una serie de molestias e incomodidades. Hace lo que es bueno, y padecer por eso, hace lo que debe para honrar a Dios y servir al hombre, y padece por eso. Dios aprecia tal cosa, eso tiene el aroma de uno de los elementos esenciales de un discípulo de Cristo, negarse a si mismo para seguir a Cristo, renunciar a lo suyo para obedecer a Cristo.
Y de ahí viene el regocijo y la satisfacción profunda del alma regenerada de servir a Cristo aunque sea tenido en poco. Filp.1:29 .
Con este planteamiento debe de vivir la mujer en su feminidad en el matrimonio, no puede estar a expensas de la conducta de su marido, para ver cómo será la suya, sino antes bien su conciencia debe estar atada a la ley de Cristo, para obedecerla incluso padeciendo molestias. Esto es lo que puede vivirse en el matrimonio por este espíritu afable y apacible, la feminidad arma a la mujer para ello.
Y eso es lo que a Dios le agrada y trae satisfacción a nuestra alma, tener y preservar una buena conciencia ante Dios. Vers 21-24 . Cristo es el modelo supremo y la fuente de la feminidad . Si esta línea de pensamientos nos parece rara, extraña, que eso es ir lejos o perder demasiado. Considera a Cristo, este es el camino al que fuimos llamados andar, para hacer la voluntad de Dios y para mortificar el pecado, así es como tendremos descanso y seremos bienaventurados. Para esto fuimos llamados, es la puerta estrecha y el camino angosto que nos lleva a la salvación.
Considera que estos son los senderos por los que Cristo anduvo. Todas estas cosas adversas las llevó porque podía encomendar Su causa a Dios, esto quiere decir la remitía, la ponía en las manos de, se la daba a Dios para que atendiese ese asunto e hiciese lo que creyese conveniente, y Él, libre de tal cuestión hacía lo que debía. Eso es confiar en Dios para hacer el bien, para hacer Su voluntad ( 4:19 ). Y de esa forma, con ese espíritu, Cristo llevó nuestros pecados sobre el madero para lograr el perdón cuando estábamos muertos espiritualmente, para ser sanados y podamos ahora vivir en justicia. Cristo vino para librarnos de esa muerte espiritual donde no podíamos sino vivir lejos de este sendero que hemos trazado, porque vivimos esclavos de esos deseos carnales. Y nos ha dado un nuevo corazón para que ahora podamos luchar contra esos deseos carnales, y tener esa buena conducta que glorifica a Dios, para que podamos ocupar nuestro lugar y puesto en esta sociedad, y podamos servir a Dios aunque padezcamos por ello.
Cristo es la fuente de esta vida por el perdón de los pecados y la vida nueva que nos da por la fe en Él.
Pero Cristo también nos da el ejemplo para que la mujer pueda ser de acuerdo a la feminidad con la que Dios la creó, ser esa ayuda virtuosa, que sepa y pueda servir, porque tiene en ella un espíritu afable y apacible.
Y para esto recuerda, tienes que luchar la buena batalla, la de tu corazón la lucha contra los deseos carnales, para que puedas vivir en esa buena conducta, la cual es para que los que estén alrededor tuyo glorifiquen a Dios. Para eso considera y asume el lugar que Dios te ha colocado, y como tienes que someterte ahí, renovar tu corazón para vivir en sujeción al orden que Dios ha establecido en tu vida como mujer, y a aquel a quienes tienes que estar sujeto. Y si tienes que padecer molestias, considera que es mucho más valioso tener una buena conciencia, que estar peleando por esas molestias, padecer por la justicia es algo que Dios valora, y le agrada, padecer por mantener esa buena conciencia, Dios lo aprueba.
Ese fue el camino que Cristo siguió para buscar nuestra salvación, y establecer un cielo nuevo y una nueva tierra. Ese es el camino que tu deberás seguir para servir a Dios y hacer bien a los tuyos Mujer adórnate así, con este adorno incorruptible de un espíritu afable y apacible por la gracia y el poder de Dios, y tu verás la mano de Dios en tu vida, y alrededor tuyo, porque Dios ha diseñado la feminidad en la mujer como un instrumento para ayuda y servir.
Esto es ahora lo que centra nuestra atención en esta serie. 1Ped.3:1-4 Nos muestra que la feminidad es una realidad que brota de corazón de la mujer, y ese espíritu afable y apacible, este pasaje nos indica que es la base sobre la que la feminidad se sustenta. Pero además este adorno es incorruptible, no pierde su belleza y utilidad con el paso de los años. Con la entrada del pecado este adorno se ha perdido en gran parte en la mujer, sin embargo el apóstol nos lo presenta otra vez como una meta para esas mujeres que han sido renovadas en su alma al venir a Cristo para buscar la salvación. Porque la obra de redención obrada por Cristo restaura al hombre la imagen de Dios, lo vuelve a la vida de santidad en la que fue creado, por esa razón se requiere de las mujeres que han ido a Cristo, que se adornen no meramente en el exterior, sino con este espíritu afable y apacible, que la gracia de Cristo nos concede otra vez.
Repasemos estos términos otra vez, es importante que lo tengamos fresco. Afable=tierno (praus): Este término, en una cosa, expresa que es ”suave”, en un animal podría decirse “manso” (lo puedes educar, lo puedes llevar, y es dócil no vas a encontrar problemas). En una persona este término expresa a uno agradable, bondadosa, humilde en el trato con otros, una disposición de espíritu hacia Dios en la cual uno acepta los tratos y la voluntad de Dios en su vida sin entrar en disputa, discusión o resistencia. Recordar a Job en contraste con su esposa.
La mujer afable es la mujer que puede tener ese temperamento agradable, no se irrita como rápida respuesta, o está pronta a defenderse, quejarse, sino más bien soporta de otros a quienes sirve, por eso puede ser bondadosa, compasiva, suave en el trato.
No impaciente, respondona, rápida en quejarse, defenderse, e imponer sus ideas, gustos y criterios. Es uno de los frutos del E. Santo que produce en el creyente, Gal. 5:23 (mansedumbre) Cristo se muestra y se califica a Si mismo con esta virtud, y nos llama a hacerla nuestra Mat. 11:25. El toma esta disposición hacia Dios Su Padre para entregar Su vida para redimir pecadores.
Y que aprendamos de Él en esta mansedumbre, ser afable, pues así le seguiremos a Él para hacer Su voluntad, y servir ayudar. Apacible=Sereno (esuquíos). De esta palabra viene “silencio”, quiere decir tranquilo, sosegado, mantenerse en su sitio, su posición, un comportamiento pacífico, dos acepciones. a) Persona tranquila, es una forma de vivir. Lo opuesto a ser una persona impulsiva, malhumorada, rápida en defenderse y armar un escándalo. No va a saltar de repente por... tiene un comportamiento pacífico Moisés en Nm. 12:3, muestra de esa virtud, se levanta rápido en represarías ante las acusaciones y descalificación de Aarón y María para reivindicar su posición sus derechos su respecto... queda apacible y sereno, en dependencia de Dios. Esto es un espíritu apacible y sereno. b) Según aparece en 1Tes.4:11 , esa tranquilidad para vivir ocupándose en sus negocios. Y esto se refiere a permanecer en su lugar, quedar ahí en el ámbito que le corresponde. La mujer con este espíritu de quietud puede limitarse al ámbito donde Dios la ha puesto y ahí entregarse a servir y ayudar. Este es el sentir con el que la mujer puede vestir la feminidad.
De esta manera presentamos el carácter en la mujer según la feminidad, y nos quedamos en una exégesis de tales términos en su relación con el contexto inmediato, 3:1-4 .
Puede que mujeres al considerar las demandas para ella según este pasaje, y bajo el peso de su exigencia, puede excusarse que no llegue a vivir así, asume que sus circunstancias especiales no le permite ser esa clase de persona Pero pienso que la descripción de este espíritu en la mujer es de tal importancia, tan necesario para la mujer el tenerlo fresco y a mano, que veo necesario volver a mirar esto mismo pero a la luz del contexto más amplio en esta carta.
Con qué facilidad y frecuencia se viola las pautas aquí dadas para la conducta de la mujer, sobre todo en casa.
Mujeres que están acostumbradas a dejarse llevar por sus reacciones y sus impulsos; a estar a la defensiva, o hipersensibles y fácilmente se encuentran en la postura contraria a la que aquí expone para ella.
Mujeres habituadas a salirse con la suya en el trato con el marido, a vivir en contienda frecuente, a pretender dirigirlo, o a sentirse incómoda por su lugar en el matrimonio, y todo esto se lo permite por creer que tiene razones suficientes para ello. Al repasar lo que quiere decir Pedro con este adorno, se pone a pensar dentro de sí, “el pastor dice como debemos conducirnos de esa forma, pero él no conoce a mi marido, porque no sabe bien qué es vivir con él...”. Si, hay entornos difíciles, hay maridos y maridos... No obstante Pedro dijo a las hermanas qué corazón tienen que tener y cultivar y para ello cita de los casos más difíciles para adornarse y vivir de acuerdo a ese espíritu afable y apacible, 1Ped. 3:1.
Esta es la feminidad de las que se tienen que adornar, aun en condiciones difíciles.
El contexto más amplio que quisiera analizar nos muestra como esa forma de ser y pensar en tales circunstancias es consecuente con la obra de Cristo en nuestros corazones y Su llamado a seguirle.
Hermanas, cuidar no acostumbrarnos a justificar nuestros pecados por los pecados del otro.
Veamos como lo que dice a las mujeres para su feminidad, es un reflejo de cuanto venía diciendo a todo creyente de la vida a la que Cristo nos ha llamado. 1Ped.2:11-25. Este contexto nos prepara para cultivar y vivir según ese espíritu afable y apacible. Ver.11 Donde se libra la gran batalla para la feminidad.
El adorno de donde viene la feminidad es algo principalmente del corazón, 3:4, ahí se debe de librar una batalla para poder vestirse con él. Batalla, es el término para referirse a un conflicto armado, una guerra de un ejército contra otro. Hay que tomar buena nota y determinar quiénes son las partes en conflicto: los deseos de la carne y el alma. Porque no es raro que nos encontremos a la mujer que se ha alistado para una guerra equivocada, la guerra contra el marido, y hasta lo llega a ver algo así como su oponente, su problema.
Es a quien tiene que amar, porque Cristo nos dice que aun amemos a nuestros enemigos, pero ella está respirando esa contrariedad hacia su marido. Así no conquistarás la feminidad, sino más bien se aleja de ella.
La lucha debe de ser contra los deseos carnales, porque son estos los que batallan contra nuestra alma, y logran, si prevalecen, que este espíritu afable y apacible sea una mera aspiración lejana. Es como la sal en la tierra, no deja que crezca lo verde. Esto es lo que debo de pensar, el gran problema para que como cristiana temerosa de Dios pueda, por la gracia pueda desarrollar la feminidad, están dentro de mí, son mis deseos carnales, mi marido, los de mi entorno puede que me ayuden a sacar y ver mejor cuáles son esos deseos carnales, y así son ayuda en la lucha contra estos deseos.
Nuestra lucha no es contra carne ni contra sangre, sino contra hueste de maldad. ¿En qué consiste esa lucha? Pues el mismo versículo lo dice, en poder “abstenerse” de tales deseos carnales.
Quiere decir poder agarrar, retener, no dejar que este salga, lograr impedir que tales deseos se salgan con la suya, reaccionando de una manera, procediendo de esa forma contraria a lo que hemos descrito como afable y apacible. Cuando vivíamos en el pecado, sin Cristo estas cosas eran las que nos controlaban, Tit.3:3 ; pero ahora que hemos ido a Cristo confesando nuestros pecados para que nos salve de su esclavitud, por el poder de Cristo en nosotros tenemos que renunciar a esos deseos mundanos, Ti.2:11 , para vivir ahora de manera sobria justa y piadosa.
Tenemos que ver tales deseos que salen de nosotros como contrarios a Cristo y Su voluntad, que tales cosas no me dejan servir a Cristo y hacer el bien que debo.
Esa no es la forma de buscar que el RD avance en mi alma ni alrededor, como hace y logra la feminidad. Tenemos que pensar que ahora somos extranjeros y peregrinos, somos del RD y nuestro empeño tienen que ser en que este avance. Armados con estas ideas confesamos nuestras caídas, clamamos a nuestros Señor que nos de el poder de Su Santo Espíritu para detener estos malos deseos, y ser afable y apacible. Esta es la lucha en el alma de donde puede salir ese adorno que es la feminidad. Vers.12. - La conducta y su eficacia que expresa la feminidad Ahora viene la conducta (parece que está siguiendo el esquema de 3:1-4 referido el día anterior) Esta batalla contra los deseos carnales, se deja ver luego en una conducta, en una manera de vivir. Esa conducta, fruto de esa lucha contra los deseos de la carne, se deja ver en una manera recta de vivir, buena, de provecho. Pues mirar que esa manera de vivir es lo que hará tarde o temprano que Dios sea enaltecido, aun en aquellos que hablan mal. Alude a la conducta como medio en las manos de Dios para hacer bien en otros, lo cual luego se lo aplicó a las mujeres, en su feminidad, ver.3:1-2, la conducta en las mujeres es lo que Dios usa y puede dejar mella profunda en la mente de otros, que se opongan o los incrédulos. La conducta es como la chispa que puede encender el bosque, es lo que puede hacer que las ascuas de fuego de la conciencia se despierte Rom. 12:20, por eso, el hacer bien incluso a los que te hacen mal. *Mujer, tu conducta es lo que puede influir sobre tu marido para despertarle y vea su error, para que perciba lo mal que ha estado haciendo, tu conducta buena puede provocar que el marido pueda distinguir como Dios está contigo, es la que puede despertar su conciencia y recriminarle.
Tu acudes a los deseos de la carne, ¿y que logras? Encender otro fuego, el que destruye las relaciones, el que trae corrupción, “ el que siembra para la carne de la carne segará corrupción ”. Pero pelea la buena batalla contra los deseos con las armas de la luz, y combate en ella de forma que la conducta sea esa que Dios dice que es buena, y verás otro fruto, Dios obrando ahí, así se enciende el fuego de la conciencia del marido.
Porque Dios ha diseñado la feminidad, que se muestra en una conducta buena, como un poder mediante el cual la verdad hace bien al hombre. Ver.13-17 . El ordenamiento del mundo que Dios establece y que la feminidad asume. Mujer, puede que hayas vivido y experimentado lo suficiente como para ver con dificultades al marido como cabeza.
La feminidad contiene las gracias que pueden exhibir la aceptación de tal ordenamiento, pues ahí es a donde nos lleva el espíritu afable y apacible. Por eso Pedro afirma ahora, el mundo que creado por Dios, y ordenado por Él, donde tenemos que vivir requiere que siempre estemos viviendo dentro del ámbito de una autoridad, de ahí “ por causa del Señor someteos a toda institución humana ” (o de hombres) y esto incluye estar sometido a personas no creyentes.
*Hoy vivimos en tiempos en los que todos queremos ser libres, y no miramos con buenos ojos a las autoridades esos que dicen lo que tengo que hacer.
Pero por causa del Señor, en obediencia a Dios y en aceptación a lo que ha dispuesto en esta sociedad, tenemos que aprender y asumir que tenemos que vivir sometidos, aceptar las autoridades en los ámbitos de nuestra vida. Si, aunque todos los hombres tenemos la misma dignidad y valor como seres humanos, hay unos que deben de estar sometidos y otro deben sustentar una autoridad. Cristo nos ha hecho libres, para obedecer primero y sobre todo a Dios, vers.16 , pero esa libertad no es para hacer lo que a mi me place, sino para servir a Dios. Tenemos que considerar por este ordenamiento de Dios qué debo a cada persona, ver.17 .
*Pues eso mismo se da en el matrimonio, 3:1 , y la feminidad desarrolla las virtudes para asumir tal cosa. ¿Qué es someterse? Es ponerte en el ámbito idóneo para expresar y vivir de acuerdo a la feminidad, lo que Dios dio a la mujer para ayudar y servir.
Que importante que la mujer aprenda este principio de vida en este mundo, en la iglesia y en su familia, y esto lo inculque a sus hijos, tan necesitados de esta importante manera de pensar y vivir. Ver.18-20 Y afrontar las adversidades.
Planteándose la vida en sujeción por el temor de Dios, en este mundo caído, de hombres pecadores, implica aprender a llevar esto incluso bajo hombres difíciles de soportar, insoportables, (ver.18). Algo de esto es lo que presupone 3:1 . ¿Cómo considerar unas condiciones así? ¿Qué clase de ideas debemos alimentar bajo tales circunstancias? Es para destacar a qué llama Pedro a todos estos creyentes, y a todos nosotros. Es agradable delante de Dios, si por causa de su conciencia para con Dios, padece una serie de molestias e incomodidades. Hace lo que es bueno, y padecer por eso, hace lo que debe para honrar a Dios y servir al hombre, y padece por eso. Dios aprecia tal cosa, eso tiene el aroma de uno de los elementos esenciales de un discípulo de Cristo, negarse a si mismo para seguir a Cristo, renunciar a lo suyo para obedecer a Cristo.
Y de ahí viene el regocijo y la satisfacción profunda del alma regenerada de servir a Cristo aunque sea tenido en poco. Filp.1:29 .
Con este planteamiento debe de vivir la mujer en su feminidad en el matrimonio, no puede estar a expensas de la conducta de su marido, para ver cómo será la suya, sino antes bien su conciencia debe estar atada a la ley de Cristo, para obedecerla incluso padeciendo molestias. Esto es lo que puede vivirse en el matrimonio por este espíritu afable y apacible, la feminidad arma a la mujer para ello.
Y eso es lo que a Dios le agrada y trae satisfacción a nuestra alma, tener y preservar una buena conciencia ante Dios. Vers 21-24 . Cristo es el modelo supremo y la fuente de la feminidad . Si esta línea de pensamientos nos parece rara, extraña, que eso es ir lejos o perder demasiado. Considera a Cristo, este es el camino al que fuimos llamados andar, para hacer la voluntad de Dios y para mortificar el pecado, así es como tendremos descanso y seremos bienaventurados. Para esto fuimos llamados, es la puerta estrecha y el camino angosto que nos lleva a la salvación.
Considera que estos son los senderos por los que Cristo anduvo. Todas estas cosas adversas las llevó porque podía encomendar Su causa a Dios, esto quiere decir la remitía, la ponía en las manos de, se la daba a Dios para que atendiese ese asunto e hiciese lo que creyese conveniente, y Él, libre de tal cuestión hacía lo que debía. Eso es confiar en Dios para hacer el bien, para hacer Su voluntad ( 4:19 ). Y de esa forma, con ese espíritu, Cristo llevó nuestros pecados sobre el madero para lograr el perdón cuando estábamos muertos espiritualmente, para ser sanados y podamos ahora vivir en justicia. Cristo vino para librarnos de esa muerte espiritual donde no podíamos sino vivir lejos de este sendero que hemos trazado, porque vivimos esclavos de esos deseos carnales. Y nos ha dado un nuevo corazón para que ahora podamos luchar contra esos deseos carnales, y tener esa buena conducta que glorifica a Dios, para que podamos ocupar nuestro lugar y puesto en esta sociedad, y podamos servir a Dios aunque padezcamos por ello.
Cristo es la fuente de esta vida por el perdón de los pecados y la vida nueva que nos da por la fe en Él.
Pero Cristo también nos da el ejemplo para que la mujer pueda ser de acuerdo a la feminidad con la que Dios la creó, ser esa ayuda virtuosa, que sepa y pueda servir, porque tiene en ella un espíritu afable y apacible.
Y para esto recuerda, tienes que luchar la buena batalla, la de tu corazón la lucha contra los deseos carnales, para que puedas vivir en esa buena conducta, la cual es para que los que estén alrededor tuyo glorifiquen a Dios. Para eso considera y asume el lugar que Dios te ha colocado, y como tienes que someterte ahí, renovar tu corazón para vivir en sujeción al orden que Dios ha establecido en tu vida como mujer, y a aquel a quienes tienes que estar sujeto. Y si tienes que padecer molestias, considera que es mucho más valioso tener una buena conciencia, que estar peleando por esas molestias, padecer por la justicia es algo que Dios valora, y le agrada, padecer por mantener esa buena conciencia, Dios lo aprueba.
Ese fue el camino que Cristo siguió para buscar nuestra salvación, y establecer un cielo nuevo y una nueva tierra. Ese es el camino que tu deberás seguir para servir a Dios y hacer bien a los tuyos Mujer adórnate así, con este adorno incorruptible de un espíritu afable y apacible por la gracia y el poder de Dios, y tu verás la mano de Dios en tu vida, y alrededor tuyo, porque Dios ha diseñado la feminidad en la mujer como un instrumento para ayuda y servir.
3 comentarios:
El espiritu de dulzura es el verdadero espiritu de Dios [...] Puede hacerse comprender la verdad y amonestar siempre que se haga con dulzura. Hay que sentir indignación contra el mal y estar resuelto a no transigir con él; sin embargo, hay que convivir dulcemente con el prójimo (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm.110, en Obras Completas, BAC, Madrid 1954, p. 744).
La afabilidad, necesaria al cristiano
Como mejor podemos emplear la dulzura es aplicándola a nosotros mismos, sin despecharnos nunca contra nosotros y nuestras imperfecciones; pues, aunque es razonable que cuando cometemos una falta nos aflijamos y entristezcamos, sin embargo, hemos de procurar no ser victimas de un malhumor desagradable y triste, despechado y colérico. En esto faltan muchos que se enfadan por haberse enfadado, se entristecen de haberse entristecido y se desesperan por haberse desesperado; con este sistema su corazón está sumergido en cólera, y parece que la segunda cólera arruina a la primera, de tal suerte que sirve de apertura e invitación para una nueva cólera en la primera ocasión que se presente; aparte de que estos enfados, despechos y asperezas contra uno mismo tienden al orgullo y no tienen más origen que el amor propio, que se turba e inquieta por vernos imperfectos (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd a la vida devota, III, 9)
Caras largas..., modales bruscos..., facha ridícula..., aire antipático: ¿Asi esperas animar a los demás a seguir a Cristo? (J ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 661).
Ester fue un modelo de afabilidad y gracia, a pesar del ambiente que la rodeaba.
Así Ester obtenía gracia ante los ojos de todos los que la veían. Ester fue llevada al rey Asuero, a su plació real en el mes décimo, el mes de Tebet, del séptimo año de su reinado. El rey amó a Ester más que a todas las mujeres, y ella halló gracia y favor delante de él, más que todas las demás jóvenes vírgenes. Él puso la corona real sobre su cabeza y la proclamó reina en lugar de Vasti. (Ester 2:15-17)
Es claro que Ester poseía algo que la hacía obtener la gracia de todos, desde el rey hasta las mujeres del harén que estaban compitiendo con ella por la atención y el amor del monarca. Pienso que debió haber sido muy afable. El Diccionario Real Academia de la Lengua Española dice de afabilidad: “cualidad de afable”, y de afable dice: “agradable, dulce, suave en la conversación y el trato”. Usted se siente atraído por una persona afable. Nos sentimos fascinados por el espíritu hermoso encantador de esa persona.
Compartí, en el pasado, las cualidades de Ester con mis amadas hijas, con la esperanza de que ellas no sólo pensaran en estas cualidades, sino también para que las cultivaran.
Es con ese mismo interés que comparto estas con usted, porque personalmente creo que se necesitan como nunca antes en el ambiente de inseguridad y sensualidad en el que vivimos.
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