******* Dios no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos. – Hechos 14:17.
• Sed agradecidos. – Colosenses 3:15.
• Dad gracias en todo. – 1 Tesalonicenses 5:18.
Nuestro vecino era honesto y trabajador. Había tenido éxito en su
profesión y mostrado mucha abnegación por su mujer, quien había quedado
ciega al principio de su matrimonio. Ahora él tenía cerca de ochenta
años. Su aspecto era digno, agradable, pero… más bien satisfecho consigo
mismo.
Durante una visita en año nuevo, mientras evocaba el pasado, mi padre
le preguntó: –¿Pensó usted en darle gracias a Dios por todo lo que él
le ha dado? El anciano levantó la cabeza sorprendido, luego bajó la
mirada y no contestó. La pregunta fue como una flecha para su
conciencia. Más tarde mostró un real interés por la fe.
El hecho de vivir ya es un privilegio por el cual debemos dar gracias
a Dios. Nuestra vida puede ser corta o estar llena de sufrimientos, sin
embargo, es un don del Creador. Nada tiene precio sin la vida. Un
maravilloso paisaje sólo tiene valor porque hay hombres que lo pueden
apreciar. La vida del ser humano es extremadamente preciosa y debe ser
vivida con agradecimiento.
Quizá el lector piensa que su vida está arruinada y perdida; pero
Dios lo invita a tener una nueva vida, a tener una nueva relación con
Dios, quien quiere comunicarnos su propia naturaleza y dar un sentido a
nuestra existencia. ¡Cuán hermosa es una vida que se desarrolla en
armonía con Dios mismo por medio de Jesucristo!