Averigualo! ¡ A B S U R D O !
El mundo de hoy
es un mundo muy complejo. La generación actual se enfrenta con
problemas que parecen cada vez mas insolubles. El deseo de
libertad se ve frustrado en todas las áreas donde quiere
dominar; las injusticias parecen crecer en intensidad a medida
que van expresándose las protestas: la respuesta es cada vez mas
negativa a las preguntas desesperadas que se hacen acerca del
significado del mundo y de la vida. Todas las antiguas
soluciones parecen ya anticuadas, y todas las nuevas nos
conducen hacia lo sin sentido y lo absurdo.
Esta
complejidad, este sentimiento de “calle sin salida” que nos
infunde la vida, se ve muy claramente expresado en las formas
culturales de nuestra generación. No existen valores absolutos
ni transcendentales; Dios está muerto, y el hombre es una
máquina. Tanto vale hacer una cosa como otra, porque no hay
finalidad en nada. "Todo es vanidad". El hombre no tiene valor.
Sin embargo hay algo dentro del hombre que le hace buscar
desesperadamente la libertad, la autenticidad, y una razón de
ser. Pero no las encuentra. La conclusión es lógica: todo es
absurdo. La vida es un juego trágico. El hombre está perdido.
Si miramos a la
religión, encontramos la misma desesperación. ¿Qué significa una
fe que no tiene nada que ver con la vida, que es cuestión de
creencias vagas y de apariencias, y que parece negar todo cuanto
hay en nosotros de "espiritual", cuya realidad queremos
experimentar? Los teólogos modernos nos dicen que lo divino, lo
trascendental, no se puede definir ni razonar, y que toda
esperanza está totalmente alejada de la racionalidad. Arriba hay
un vacío, que solo se puede llenar con palabras e imágenes
mentales. Es el equivalente religioso de la conclusión de los
existencialistas y de los demás "desesperados". Solo que está
dicho en términos diferentes.
La vida es una
existencia sin sentido. Dios está muerto, y el hombre también.
Todo es absurdo ... No es de extrañar que las preguntas de esta
generación no tengan respuesta satisfactoria. No podemos
asombrarnos ante el hecho de las drogas, la rebelión moral y
social, la inconformidad del hombre de hoy. Es trágico, pero
lógico también.
¿Existe una
respuesta que puede satisfacer esta búsqueda de realidad,
libertad y propósito, en el mundo de hoy? ¿Dónde está? Creemos
que la Biblia da la única respuesta satisfactoria a la cuestión
compleja de la vida y del hombre.
La Biblia dice
que si, que el hombre está perdido, desesperadamente perdido.
Llega a la misma conclusión que nosotros. Pero la Biblia
dice que aunque
perdido, el
hombre tiene un valor infinito, y un significado eterno. El
hombre está perdido porque se ha apartado de Dios, su verdadero
punto de referencia, por una culpabilidad moral
consciente. Pero que nunca carecerá de
valor ni de significado. Y allí está lo terrible de su estado
perdido. Porque el que el hombre esté perdido, siendo tan único
y maravilloso, es verdaderamente trágico.
La Biblia
afirma ser la revelación de un Ser infinito y personal a una
criatura hecha a su imagen, creada para tener comunión con su
Dios. Nos dice que en un momento dado en el espacio-tiempo de la
historia, el hombre se rebeló moralmente contra Dios, y que anda
descarriado y perdido, rechazando toda idea de Dios, sin poder
encontrar nada que le sustituya ni que satisfaga sus anhelos
espirituales de realidad. La Biblia enseña que Dios no nos ha
dejado sin respuesta en un mundo absurdo, sino que nos ha
hablado en la historia, a través de personas en momentos
históricos de su vida, y supremamente en la persona de
Jesucristo, el Verbo eterno hecho carne.
El cristianismo
histórico descansa sobre la verdad, no la verdad como un
concepto abstracto, ni aun lo que el hombre del siglo XXI
considera como "verdad religiosa" sino la verdad objetiva.
Parte de esta verdad es el énfasis en que ciertas cosas
ocurrieron en la historia. Ocurrieron, por ejemplo, las
manifestaciones del Sinaí, y la comunicación de Cristo a Saulo
en el camino a Damasco en lengua hebrea. Así como la tumba
abierta de Cristo. Y detrás de la verdad de tal historia está la
gran verdad de que Dios, está
objetivamente "allí". Existe realmente; y la obra redentora y
consumada de Cristo tuvo lugar en un momento preciso del
espacio-tiempo de la historia real.
Y además de ser
una gran verdad histórica, el cristianismo neotestamentario
puede ser una realidad poderosa en nuestra vida cotidiana, y la
respuesta a toda la complejidad de lo que nos rodea. Para muchos
la religión cristiana no es nada mas que un sistema de
ritualismo y apariencias, que tiene poco que ver con los
problemas y cuestiones de la vida. Y es cierto que mucho de lo
que hoy en día pasa por cristianismo da esta impresión. Pero no
era así la vida de Cristo, ni de sus discípulos, ni de los
cristianos de los primeros siglos. Cristo se declaró Dios hecho
carne, el Verbo eterno comunicándose al mundo, en beneficio del
hombre. Dio su vida en una cruz para hacer posible un contacto
vital y una comunión espiritual con Dios Padre, para todo
hombre. Y resucitó de la muerte para dar vida y realidad a todos
los que le aceptan. El secreto de todo verdadero cristiano es el
de la vida de Cristo morando en el, y de un conocimiento
personal de Dios.
Sin Dios, el
mundo es un gran absurdo, y los que no admiten a Dios en su vida
y no lo ven así, se engañan. Pero si Dios existe, y se ha
revelado a nosotros en las Escrituras y en Cristo, la respuesta
cristiana tiene que abarcar toda la existencia humana, y
satisfacer las necesidades mas profundas del corazón humano.
Cristo puede hacerse una realidad en la vida del hombre de hoy,
y puede introducirle a una vida de valor, de sentido y de
propósito verdaderos. Solo exige que reconozcamos nuestra
condición perdida, y que nos entreguemos a El como al Dios que
ha visitado esta tierra, como nuestro Salvador; y que le dejemos
ser el Señor y Rey de nuestra vida. El entrará en nuestra vida,
y nos traerá vida y completa satisfacción espiritual.
"Es la
única esperanza, la única respuesta"