EL PELIGRO DE LAS
DROGAS
por Elmer N. Dunlap Rouse
INTRODUCCIÓN
En farmacología, una droga es toda materia prima de origen biológico que directa o indirectamente sirve para la elaboración de medicamentos, y se llama principio activo a la sustancia responsable de la actividad farmacológica de la droga. La droga puede ser todo vegetal o animal entero, órgano o parte del mismo, o producto obtenido de ellos por diversos métodos que poseen una composición química o sustancias químicas que proporcionan una acción farmacológica útil en terapéutica.
Este término suele usarse indistintamente para designar a ésta y a los términos correspondientes en farmacia a principio activo, fármaco y medicamento, ya sea por extensión del concepto o debido a la traducción literal del término inglés drug, el cual no hace distinciones entre los tres conceptos.
En farmacología, una droga es toda materia prima de origen biológico que directa o indirectamente sirve para la elaboración de medicamentos, y se llama principio activo a la sustancia responsable de la actividad farmacológica de la droga. La droga puede ser todo vegetal o animal entero, órgano o parte del mismo, o producto obtenido de ellos por diversos métodos que poseen una composición química o sustancias químicas que proporcionan una acción farmacológica útil en terapéutica.
Este término suele usarse indistintamente para designar a ésta y a los términos correspondientes en farmacia a principio activo, fármaco y medicamento, ya sea por extensión del concepto o debido a la traducción literal del término inglés drug, el cual no hace distinciones entre los tres conceptos.
A. La medicina ha sido una gran bendición para la
humanidad. Desde la antigüedad ha dado alivio a aquellos que
sufren del cuerpo como también de la mente. En sí,
las medicinas o drogas no son malas pero como el fuego, debe ser
controlado. Su uso indebido e ilegal ha arruinado muchas vidas y
ha causado muertes prematuras.
B. Aquellos que usan drogas tienen mil argumentos para defender
su práctica ilícita y hacerlo parecer como inocente
y correcto. Se confían mucho en sí mismos de que lo
que les pasa a otros no les va a pasar a ellos. Dicen: "Yo no voy
a convertirme en un adicto". "Yo no voy a empujar drogas a mis
amistades". "Yo no voy a robar a mis padres". "Yo no voy a salir
esposado y retratado en el periódico". "Eso puede pasar a
otros pero a mi no". "Yo soy diferente". La verdad es que cuando
uno juega con fuego, muchas veces se quema. La verdad es que
cuando uno corre con un grupo, uno tiende a imitar el grupo.
C. Como la mayor incidencia del uso de drogas sucede con los
jóvenes, vamos primero a apuntar razones por las cuales los
jóvenes usan drogas y luego estudiaremos por qué es
malo.
I. POR QUE LOS JÓVENES USAN DROGAS
A. Usan drogas porque es un símbolo de su independencia
y un rechazo a la autoridad.
B. Usan drogas para escapar de una situación
difícil en el hogar, particularmente con padres exigentes y
dominantes.
C. Usan drogas porque los padres les envían
señales confusos: dicen que uno use drogas pero ellos tiene
sus drogas, pues fuman y beben. Son hipócritas y no quieren
que el hijo disfrute.
D. Usan drogas por curiosidad, para saber lo que es y para
decir, "Yo lo probé".
E. Usan drogas para ser aceptado por un grupo.
F. Usan drogas porque no se atreve a decir que no.
G. Usan drogas porque sus amigos les retan y no quieren que se
les llame cobardes.
H. Usan drogas porque quieren ver que tan cerca pueden estar de
perder la mente sin perderla.
II. POR QUE ES MALO
A. Es malo porque es contra la ley. La compra y uso de
substancias controladas son actos criminales y los que son de Dios
obedecen a la ley y la apoyan hasta donde puedan de buena
conciencia (Rom. 13:1-7; 1 Ped. 2:13-17).
La drogadicción o farmacodependencia o consumo excesivo o drogodependencia es un padecimiento que consiste en la dependencia de sustancias químicas que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, que producen alteraciones en el comportamiento, en la percepción, en el juicio y en las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependen del tipo de droga y de la cantidad o de la frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos o provocar sensaciones de euforia o de desesperación. El consumidor necesita consumir cierta sustancia para alcanzar ciertas sensaciones placenteras o bien para eliminar sensaciones desagradables derivadas de la privación de la sustancia (el llamado síndrome de abstinencia).
La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:
La drogadicción o farmacodependencia o consumo excesivo o drogodependencia es un padecimiento que consiste en la dependencia de sustancias químicas que afectan el sistema nervioso central y las funciones cerebrales, que producen alteraciones en el comportamiento, en la percepción, en el juicio y en las emociones. Los efectos de las drogas son diversos, dependen del tipo de droga y de la cantidad o de la frecuencia con la que se consume. Pueden producir alucinaciones, intensificar o entorpecer los sentidos o provocar sensaciones de euforia o de desesperación. El consumidor necesita consumir cierta sustancia para alcanzar ciertas sensaciones placenteras o bien para eliminar sensaciones desagradables derivadas de la privación de la sustancia (el llamado síndrome de abstinencia).
La dependencia producida por las drogas puede ser de dos tipos:
- Dependencia física: El organismo se vuelve necesitado de las drogas, tal es así que cuando se interrumpe el consumo sobrevienen fuertes trastornos fisiológicos, lo que se conoce como Síndrome de abstinencia. Por ejemplo, algunos medicamentos para la presión sanguínea.
- Dependencia psíquica: Es el estado de euforia que se siente cuando se consume droga, y que lleva a buscar nuevamente el consumo para evitar el malestar u obtener placer. El individuo siente una imperiosa necesidad de consumir droga, y experimenta un desplome emocional cuando no la consigue. Por ejemplo, la abstinencia de la cocaína no trae síntomas como vómitos ni escalofríos; en cambio se caracteriza principalmente por la depresión.
B. Es malo porque es caro, tan caro que lleva uno a cometer
actos ilegales para financiarlo. Un adicto crónico
está dispuesto a robar a su propia madre y matar si es
necesario para comprar más drogas. El cristiano hace bien a
todos y es honesto (Ef. 5:28).
C. Es malo porque identifica a uno como mundano. Además
lleva uno a asociarse estrechamente con gente mundana (1 Cor.
15:33).
D. Es malo porque forma una dependencia física y
sicológica que son difíciles de romper. El cuerpo
llega a tolerar la droga y uno se ve obligado a aumentar el dosis
para recibir la misma satisfacción. Por esto, el consumo
siempre va en aumento. Aunque la mariguana no causa una fuerte
adicción, 90% de los que usan heroína fumaban
mariguana. Para el cristiano, Cristo es dueño de su vida
(Rom. 6:12-18) y hay que crucificar a la carne con sus pasiones y
deseos (Gal. 5:24) y nunca avergonzar a Cristo ante el mundo (Heb.
6:6).
E. Es malo porque afecta el juicio del cristiano. El tiempo
necesario para reaccionar, la habilidad necesaria para guiar un
automóvil, se reducen, provocando así accidentes.
Bajo la influencia de drogas, personas se han tirado de edificios
creyendo que pueden volar, se han puesto en el camino de
automóviles transitando a gran velocidad. Actúan tan
extraño que pierden sus amigos y se vuelven una isla.
F. Es malo porque afecta adversamente al cuerpo. Pierden peso.
No sienten dolor y por esto no buscan atención
médica. Por inyectarse con drogas contaminadas o por usar
una jeringuilla sucia, se envenenan la sangre, contraen hepatitis,
tétanos, inflamación de la válvulas del
corazón. Al compartir la jeringuilla con otro adicto con
SIDA, también contraen dicha enfermedad incurable y
mortal.
G. Es malo porque daña el alma. Lleva uno a cometer
crimenes, y actos inmorales. Pierden deseos de vivir una vida
santa y recta y se hacen indiferentes al bien de los demás
y a su relación con Dios.
¿Por qué hay jóvenes que
se drogan? No hay una sola súper respuesta. Sin embargo, hay distintas
circunstancias que se repiten una y otra vez cada vez que alguien se
mete en drogas.
Por eso, el propósito
de este escrito es escarbar en varios de estos detalles que no puede
desconocer alguien que debe tomar una decisión personal respecto a las
famosas sustancias o alguien que tiene algún ser querido que lucha con
este desafío.
Hace años que trabajo
con jóvenes. Vi jóvenes meterse en drogas, hablé con varios mientras
tenían la adicción y tuve el privilegio de ver a varios salirse del
problema. Les hice la pregunta del por qué. Las primeras respuestas que
me dieron a por qué se habían metido en drogas fueron: presión de los
amigos, probar algo nuevo, curiosidad, temor, estar en onda, rebeldía a
los padres y diversión. Casi todas, razones lógicas para cualquier
adolescente. ¿Qué joven no quiere ser aceptado por sus amigos,
independizarse de los padres o divertirse? Pero Enrique me dio la pista
de que podía haber respuesta más profundas que las primeras que venían a
la mente.
Este joven adolescente
de 18 años con grandes ojos verdes y bien educado me dijo que se había
metido en drogas por auto castigo. ¿A que te refieres?, le pregunté. “En
casa me hacían sentir mal, y donde sea que iba tenía la sensación de
que para todos yo era un desperdicio. Empecé a convencerme de que yo
tenía la culpa y de que no tenia arreglo. Mis compañeros se reían de mí,
y cuando me fijaba en alguna chica era como si para ella yo no
existiera. Un día otro compañero que estaba como yo me ofreció marihuana
y empezamos juntos a escaparnos de la escuela cuando la teníamos. Si no
teníamos marihuana inhalábamos pegamentos y hasta llegábamos a
inyectarnos. En el momento era lo mejor porque nos olvidábamos de quién
éramos y de cuanto sufríamos pera a la noche o cuando estaba fresco en
casa me sentía peor todavía. Ahora me doy cuenta de lo que en verdad
estaba haciendo era castigarme por sentirme tan mal conmigo mismo”.
Enrique fue muy sincero
conmigo. Sea por la razón de Enrique o simplemente por ser aceptado por
los amigos, es obvio que, detrás de todas las razones dadas o posibles,
los que recurren a las drogas lo hacen para cubrir alguna necesidad que
va más allá de la sustancia. El punto importante es si realmente
consiguen cubrir la verdadera necesidad que están tratando de tapar.
Eres parte de una
generación con oportunidades antes inimaginables. Tienes a la mano más
cosas de las que tus padres jamás soñaron y sobre todo tienes la
posibilidad de recurrir a información más real para pensar bien qué
hacer. Pero también hay más trampas para tu generación que las que tuvo
para cualquier otra. Es tan fácil distraerse, quedarse en la mediocridad
y dejar de soñar que muchos de los jóvenes que conozcas en estos años
se van a quedar estancados sin llegar a ser todo lo que pueden ser. Le
pido a Dios que no sea tu caso. Por eso te invito a revisar algunas de
las realidades respecto a las drogas, una de las trampas más comunes de
la actualidad.
Las siguientes
preguntas tienen que hacérselas mirando al espejo todos los que se
sienten tentados por ellas: ¿Qué se logra con las drogas?¿Qué es lo que
verdaderamente se consigue?¿Qué se pierde?
En toda experiencia con
drogas la persona pierde algo. Cualquiera sea la circunstancia,
drogarse produce una alternación de los sentidos que resulta en alguna,
varias o todas las siguientes pérdidas:
1.Perder la habilidad de entender racionalmente.
Aún en el efecto
inicial de excitación y euforia la persona está demasiado estimulada
como para hacer pleno uso del racionamiento. Pasado el efecto inicial,
la persona que tiene profundo sueño, depresión, irritabilidad, pánico o
alguno de los síntomas de segunda mano, tampoco se está en pleno uso de
las facultades mentales. El Dr. Alan I. Lesher, director del National
Institute on Drug Abuse, asegura que “las ultimas investigaciones
muestran que aun el uso ocasional de drogas como la cocaína afectan al
cerebro de tal manera que este manda señales al cuerpo solicitando dosis
aún más grandes de la droga ingerida a la vez que pierde facilidad para
accionar sus funciones” [Comunicado de prensa del NIDA de septiembre 11
del 2000]
2. Perder la habilidad de comunicarse inteligentemente.
Bajo el efecto de las
drogas se hace más difícil articular inteligentemente las palabras. Pero
mucho más alarmante es el efecto a largo plazo. Según la Universidad de
California, Los Ángeles, las drogas pueden llegar a lastimar la zona
neurológica cerebral que tiene que ver con el habla.
3. Perder el sentido de personalidad e identidad.
Especialmente las
drogas con efectos alucinógenos hacen que la persona adicta pierda el
estado de conciencia y prácticamente olvide quién es y cómo usualmente
se comporta. Los que recurren a las drogas para “olvidar” o escapar
suelen buscar conscientemente este efecto totalmente despersonalizado.
Luego del olvido la alteración produce mayor confusión y culpa.
4. Perder completa dimensión moral.
Bajo la manipulación de
las sustancias la persona distorsiona las barreras entre lo que está
bien y es seguro y lo malo y peligroso. Por ejemplo, es bien sabida la
relación de las drogas con el SIDA porque la persona drogada no toma
ninguna medida de precaución. Incurrir en conductas que en estado
consciente condenaría como matar a un ser querido o la auto mutilación
suele ser normal. Crecen extremadamente las posibilidades de cometer un
crimen.
5. Perder la correcta dimensión de las distancias.
También es conocida la
relación entre los accidentes de tránsito y la drogadicción. Así como
en una borrachera algunas de las drogas confunden a la persona a tal
punto que les es difícil mantener el equilibrio y calcular las
distancias.
6. Perder la correcta percepción de los colores, texturas y tamaños.
Cuando se llega al
extremo de las alucinaciones todo empieza a confundirse. Obviamente esta
es una situación muy peligrosa para cualquier individuo. La alteración
cada vez mayor de los sentidos de la persona adicta a alucinógenos suele
producir severos trastornos psiquiátricos.
7. Perder la percepción del tiempo pasado, presente y futuro.
Confusión en la
dimensión temporal es otro de los efectos conocidos. Pasada la
influencia de las drogas muchos jóvenes ni se acuerdan de lo que
hicieron y pueden estar por horas confundidos de dónde están, por qué y a
dónde iban.
Hechos concretos.
Las adicciones en
general son la primera causa de muerte en el mundo. También son la
primera causa de defectos congénitos, es decir, que sus consecuencias se
pueden pasar de generación en generación. Las drogas están presentes
en:
*3 de cada 10 pacientes de hospitales generales,
*5 de cada 10 pacientes de instituciones de salud mental,
*la mitad de las muertes por accidentes de tráfico, incendios, ahogamientos y suicidios,
*5 de cada 10 reclusiones penales,
*5 de cada 10 delitos juveniles,
*6 de cada 10 homicidios,
*4 de cada 10 asaltos,
*6 de cada 10 casos de abuso a menores,
*6 de cada 10 casos reportados de violencia en el hogar.
[Datos suministrados por la campaña "Vive sin drogas" del Gobierno de México]
Esta es la escalofriante realidad de lo
que se “logra” con las drogas. Algunos jóvenes te van a seguir
insistiendo con que las drogas son inofensivas. No saben lo que dicen.
Ellos están engañados por varios mitos…
Por Lucas Leys.
Tomado del Libro (consigue el libro Drogas y Pornografía, ¿qué hacer? Por Jeffrey De León Lucas Leys y sigue leyendo