Es mejor dar…que recibir
a semana que recién concluye, en mi hermosa tierra, tuve el gusto de ser
invitado para dar un breve mensaje en la inauguración de una Clínica de
Alta Especialidad en Oftalmología, petición que atendí con enorme gusto
por 2 razones:
1.- Los propietarios Dra. Martha Cuellar de León y Dr. Jairo Sánchez Uriegas, son jóvenes amigos por los que siento respeto y admiración, y
2.- Porque son un matrimonio lleno de Dios y de servicio al prójimo.
Al hacer uso de la palabra el Dr. Jairo hizo un homenaje de amor y gratitud a su señora madre, palabras que reflejan que en su corazón habita el enorme poder de un hombre agradecido.
Comentó también, que desde muy pequeño, ante la carencia de dinero, para poder sufragar sus estudios, desde la primaria hasta que llegó a 4º de la carrera de medicina, hubo necesidad de ayudar a su mamá a vender los exquisitos “pays”, en la región de Montemorelos, Allende, el Cercado, en la Central de Abastos y lugares circunvecinos, en el colindante estado de Nuevo León, en donde popularmente era conocido como “El güero de los pays”.
Cierto día, cuando ya había terminado medicina, se había especializado en oftalmología y había concluido la subespecialidad en cirugía de retina y vítreo, llegó de emergencia un modesto matrimonio de ancianos con un niño de 4 años que traía una lesión, inmediatamente lo intervino, al salir, para informarles que todo había salido muy bien, la abuela del menor contaba en la palma de su mano las escasas monedas que poseían, el abuelo lo miro a los ojos y tímidamente le pregunto:
— Disculpe Dr…. ¿No es usted el “güero de los pays”?
— ¡Sí, soy yo! y a mí no se me olvida que usted siempre con mucha amabilidad me compraba una porción de “pay” que salía a vender a la calle.
— Disculpe –volvió a inquirir encogidamente el abuelo-… ¿Cuánto le debemos?
— ¡Nada!, dijo el Dr. Jairo… hace muchos años fue pagado con la compra de los “Pays”
La moraleja de humildad y pasión por el servicio de ésta historia, nos sirve de lección. La vida es sabia, “Dios te dio dos manos, una para que des y otra para que recibas” sabiendo que en la misma medida en la que das, recibes, todo te es devuelto… pero multiplicado; es una relación perpetua e infinita. A. J. Jackson dice: “Es mayor la bendición de quien da, que la de quien recibe.”
Existen seres avaros, tacaños, que creen que guardando lo que poseen y no compartiendo sus bienes y dones, son ricos, se olvidan de que a éste mundo llegamos sin nada y partimos con las manos vacías. En nuestros pueblos encontramos gente generosa que comparte lo poco que tienen, abriéndose a dar de lo mucho que se les ha dado, expresando a plenitud las bendiciones que a ellos han llegado, por eso, “el cofre de su vida jamás está vacío.”
Hoy en un proceso de humildad, ábrete a dar con amor, con alegría, sabiendo que si es bueno dar cuando así te lo solicitan, es mejor hacerlo cuando no te lo piden, recuerda que “Es la vida la que da a la vida”.
Cada nuevo amanecer recuerda que Dar es un poder, cuando lo ejerces con amor te haces rico en valores, en espiritualidad; es una manera simple de abrir tu espacio vital a los dones que el universo tiene para ti. “Dar y recibir son dos caras de la moneda de la vida.” Si no te atreves a dar cierras el flujo natural del universo en tu vida.
El poder de dar está lleno de magia, es una poderosa energía invisible que te conduce a fluir en armonía con el universo; cuánto más des, más recibirás, sólo tienes que dar con alegría, con amor, desde el fondo del corazón, buscando la intención de crear felicidad. Dar es un don que se “mama en casa”, te lleva a crecer y recibir alegría y bendiciones. La manera directa de conseguir lo que deseamos es ayudar al prójimo a conseguir lo que ellos buscan.
Concluyo mi comentario con una frase del filósofo: “La vida es como el box… es mejor dar, que recibir.”
1.- Los propietarios Dra. Martha Cuellar de León y Dr. Jairo Sánchez Uriegas, son jóvenes amigos por los que siento respeto y admiración, y
2.- Porque son un matrimonio lleno de Dios y de servicio al prójimo.
Al hacer uso de la palabra el Dr. Jairo hizo un homenaje de amor y gratitud a su señora madre, palabras que reflejan que en su corazón habita el enorme poder de un hombre agradecido.
Comentó también, que desde muy pequeño, ante la carencia de dinero, para poder sufragar sus estudios, desde la primaria hasta que llegó a 4º de la carrera de medicina, hubo necesidad de ayudar a su mamá a vender los exquisitos “pays”, en la región de Montemorelos, Allende, el Cercado, en la Central de Abastos y lugares circunvecinos, en el colindante estado de Nuevo León, en donde popularmente era conocido como “El güero de los pays”.
Cierto día, cuando ya había terminado medicina, se había especializado en oftalmología y había concluido la subespecialidad en cirugía de retina y vítreo, llegó de emergencia un modesto matrimonio de ancianos con un niño de 4 años que traía una lesión, inmediatamente lo intervino, al salir, para informarles que todo había salido muy bien, la abuela del menor contaba en la palma de su mano las escasas monedas que poseían, el abuelo lo miro a los ojos y tímidamente le pregunto:
— Disculpe Dr…. ¿No es usted el “güero de los pays”?
— ¡Sí, soy yo! y a mí no se me olvida que usted siempre con mucha amabilidad me compraba una porción de “pay” que salía a vender a la calle.
— Disculpe –volvió a inquirir encogidamente el abuelo-… ¿Cuánto le debemos?
— ¡Nada!, dijo el Dr. Jairo… hace muchos años fue pagado con la compra de los “Pays”
La moraleja de humildad y pasión por el servicio de ésta historia, nos sirve de lección. La vida es sabia, “Dios te dio dos manos, una para que des y otra para que recibas” sabiendo que en la misma medida en la que das, recibes, todo te es devuelto… pero multiplicado; es una relación perpetua e infinita. A. J. Jackson dice: “Es mayor la bendición de quien da, que la de quien recibe.”
Existen seres avaros, tacaños, que creen que guardando lo que poseen y no compartiendo sus bienes y dones, son ricos, se olvidan de que a éste mundo llegamos sin nada y partimos con las manos vacías. En nuestros pueblos encontramos gente generosa que comparte lo poco que tienen, abriéndose a dar de lo mucho que se les ha dado, expresando a plenitud las bendiciones que a ellos han llegado, por eso, “el cofre de su vida jamás está vacío.”
Hoy en un proceso de humildad, ábrete a dar con amor, con alegría, sabiendo que si es bueno dar cuando así te lo solicitan, es mejor hacerlo cuando no te lo piden, recuerda que “Es la vida la que da a la vida”.
Cada nuevo amanecer recuerda que Dar es un poder, cuando lo ejerces con amor te haces rico en valores, en espiritualidad; es una manera simple de abrir tu espacio vital a los dones que el universo tiene para ti. “Dar y recibir son dos caras de la moneda de la vida.” Si no te atreves a dar cierras el flujo natural del universo en tu vida.
El poder de dar está lleno de magia, es una poderosa energía invisible que te conduce a fluir en armonía con el universo; cuánto más des, más recibirás, sólo tienes que dar con alegría, con amor, desde el fondo del corazón, buscando la intención de crear felicidad. Dar es un don que se “mama en casa”, te lleva a crecer y recibir alegría y bendiciones. La manera directa de conseguir lo que deseamos es ayudar al prójimo a conseguir lo que ellos buscan.
Concluyo mi comentario con una frase del filósofo: “La vida es como el box… es mejor dar, que recibir.”