"*Te gustaría tener exito y estar complacido"*"
El éxito es:
"Es fácil", podrías decir. "El éxito es. . . para un atleta, ganar un
campeonato nacional, o un campeonato internacional, o una medalla de
oro; para un artista, ganar un Oscar, un Grammy, o un Emmy; para un
ejecutivo, ser el ejecutivo máximo de una de las 500 empresas líderes;
para un estudiante universitario, ser elegido presidente del centro de
estudiantes." Pero, ¿es siempre tan fácil de definir?
Hace algunos años, Rainer, un amigo alemán, pasó tres meses conmigo
en los Estados Unidos. Una vez, mientras estaba mirando su primer
partido de béisbol por T.V., el bateador sacó la pelota fuera del campo
para lograr un "home-run". ¡Los espectadores se volvieron locos! Rainer
se volvió hacia mí con una mirada perpleja y preguntó: "¿Por qué están
gritando? Ellos perdieron la pelota." Para los simpatizantes de ese
equipo el bateador era un gran éxito. Para una persona de otra cultura,
hacer un "home-run" era un misterio.
El significado del éxito también varía con las personas. Un
diccionario define al éxito como "el logro satisfactorio de una meta
buscada." Para ser exitosos, debes lograr la meta y estar satisfecho con
el resultado. Con esta definición, uno se pregunta si el "éxito" que no
incluya la Satisfacción personal - una sensación de bienestar - es
realmente el verdadero éxito.
Las Claves del Éxito
Varios factores contribuyen al éxito. Considera algunos:
1. Una autoimagen positiva. Imagínate que te despiertas una
mañana y tu compañero de cuarto te está esperando para decirte algo. Te
dice: "Estaba esperando para decirte qué compañero de cuarto tan
excepcional eres. Eres tan amable, tan considerado; siempre mantienes el
cuarto tan prolijo. El solo hecho de estar cerca de ti me motiva a ser
la persona más positiva que puedo ser."
Después de recuperarte de tu ataque cardíaco, te diriges a tu primer
clase del día. ¿Con quién puedes encontrarte en ese momento sino tu cita
de la noche anterior? Ella viene y te dice, "¡Vaya que estoy contenta
de cruzarme contigo! Estaba esperando tener la oportunidad de decirte
otra vez qué tiempo fabuloso pasé ayer contigo. ¡Mis amigas están tan
celosas de mí! Ellas piensan que soy la persona más afortunada del mundo
por salir con alguien como tú. ¡Y yo estoy de acuerdo! Eres tan amable,
tan inteligente. ¡Tienes un gran sentido de humor y eres muy buen mozo,
además! Es que, cuando estoy contigo, ¡me siento como si estuviera en
un sueño!"
Luego flotas hacia tu primer clase. Tu profesor va a devolver los
exámenes semestrales que rindieron la semana pasada, pero antes de
distribuirlos dice: "Me gustaría hacer un anuncio. Quiero que todos
sepan qué tarea sobresaliente hizo este estudiante en su examen". Él te
señala en la primera fila y dice: "Muchacho (o muchacha, él sabrá,
¡claro!), eres un soplo de aire fresco para mí como profesor. Siempre
haces tus tareas a tiempo. Frecuentemente haces aún más de lo que se
espera de ti. Mira, si cada estudiante fuera como tú, enseñar sería un
gozo. ¡Incluso estaba considerando dejar de enseñar hasta que apareciste
tú!"
¿No te ayudaría esto a tener una gran actitud hacia ti mismo? ¿Y no
te motivaría esto a ser un mejor compañero de cuarto, un mejor novio, un
mejor estudiante? Te dirías a ti mismo, "Vaya, soy una persona
especial. Después de todo, mi compañero de cuarto, mi novia y mi
profesor lo piensan. . . ¡y ellos no son ningunos tontos!" ¡Tú no
discutirías con ellos ni por un minuto! {1}
Por supuesto, algunas personas tienen un concepto tan elevado de sí
mismos que sus egos se convierten en problemas. No obstante, muchos
psicólogos están de acuerdo con la Dra. Joyce Brothers cuando dice: ". .
. una autoimagen fuerte y positiva es la mejor preparación posible para
el éxito en la vida." {2}
2. Metas claramente definidas. Alguien dijo, "Apúntale a nada y
seguramente acertarás. Apúntale a una meta específica y, aunque no la
logres, tendrás la oportunidad de estar mucho más cerca que si nunca le
hubieras apuntado."
El programa espacial de los Estados Unidos produjo mucho éxitos y,
tristemente, algunos pocos fracasos trágicos. Los éxitos de la NASA
ayudan a ilustrar la importancia de establecer metas. Quizás has oído de
los tres electricistas que estaban trabajando en la nave Apolo. Un
periodista les preguntó qué estaban haciendo. El primero dijo: "Estoy
insertando transistores en los circuitos." El segundo respondió: "Estoy
soldando estos alambres juntos." El tercero explicó: "Estoy ayudando a
poner un hombre en la luna."
¿Cuál de ellos estaba más motivado y satisfecho? Probablemente aquél que vio cómo sus actividades encajaban en la meta global.
Sin una meta clara en la vida, las obligaciones cotidianas se vuelven
penosas. Conocer la meta de tu vida puede aumentar tu motivación y
satisfacción al ver cómo las actividades diarias ayudan a lograr esa
meta.
Al principio de la década del 60, el presidente John F. Kennedy
estableció la meta de poner a un americano sobre la luna para el fin de
la década. En 1969, Neil Armstrong dio "su pequeño paso." Una meta
específica ayudó a la NASA a lograr un hito importante en la historia.
Alguien que desee el éxito establecerá metas especificas.
3. Trabajo duro. Cualquier atleta exitoso sabe que no habría
gloria en el campo atlético sin trabajo duro en el campo de
entrenamiento. Una verdadera prueba de carácter no es tan sólo tu
desempeño frente a la multitud, sino cuán duro trabajas cuando nadie se
fija en la oficina, en la biblioteca, en el entrenamiento.
El presidente Calvin Coolidge creía que: "nada en el mundo puede
tomar el lugar de la persistencia. El talento no lo hará. . . el genio
no lo hará. . . la educación no lo hará. . . La persistencia, la
determinación y el trabajo duro hacen la diferencia." {3}
"¿Qué es el éxito?", pregunta la ex primer ministro Margaret
Thatcher: "Creo que es una mezcla de tener un talento natural por la
cosa que estás haciendo. . . trabajo duro, y un cierto sentido de
propósito. . . Creo que yo tenía el talento natural para. . . (mi
trabajo), pero los sentimientos naturales nunca son suficientes. Tienes
que casar esos sentimientos naturales con el trabajo realmente duro."{4}
El campeón de peso pesado de otros tiempos, James J. Corbett, solía
decir: "Tú llegas a ser el campeón peleando un 'round' más. Cuando las
cosas se ponen duras, peleas un 'round' más." {5}
El éxito requiere trabajo duro. Por supuesto, tú puedes
extralimitarte y llegar a ser un adicto al trabajo. Un empresario adicto
al trabajo tenía un cartel en su oficina que decía: "¡Gracias a Dios
que es lunes!" Todos necesitamos equilibrar el trabajo y la recreación,
pero el trabajo duro es esencial para el éxito.
4. Una disposición para asumir riesgos. Teodoro Roosevelt
expresó el valor de esto en uno de sus declaraciones más famosas: "Es
mucho mejor atreverse a cosas poderosas, a ganar triunfos gloriosos, aun
salpicado con algunos fracasos, que estar al nivel de esos pobres
espíritus que ni gozan mucho ni sufren mucho porque viven en la gran
penumbra que no conoce ni la victoria ni la derrota."{6}
Ingemar Stenmark, el gran esquiador olímpico, dice: "A fin de ganar,
tienes que arriesgarte a perder." Considera esta pregunta: "¿Qué harías
si supieras que no puedes fallar?" Esa pregunta puede expandir tu visión
y agrandar tus sueños. Quizás tu deseo es ser un gran líder político,
un artista, un destacado hombre de negocios, un académico, un atleta
estrella. ¿Qué harías si supieras que no puedes fallar?
Ahora pregúntate: "¿Estoy dispuesto a arriesgarme a unos pocos
posibles fracasos a fin de alcanzar esa meta?" El éxito frecuentemente
involucra riesgos.
Un obstáculo para el éxito y la satisfacción
Una autoimagen positiva, metas claras, trabajo duro y una disposición
para asumir riesgos. . . todos contribuyen al éxito. Pero hay un
obstáculo importante para experimentar el éxito y la satisfacción en la
vida. Es la actitud de que lograr una sola meta va a garantizar la
felicidad en la vida.
En 1923 se llevó a cabo una muy importante reunión en el Edgewater
Beach Hotel en Chicago. A esa reunión asistieron 7 de los financistas
más exitosos del mundo - personas que había encontrado el secreto de
cómo hacer dinero.
Considera lo que les había pasado a estos hombres 25 años después. El
presidente de la mayor compañía independiente de acero, Charles Schwab,
murió en la bancarrota y vivió de dinero prestado los cinco últimos
años antes de morir. El presidente de la mayor empresa de servicios,
Samuel Insull, murió fugitivo de la justicia y quebrado en el
extranjero. El presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Whitney,
cumplió una condena en la Penitenciaría de Sing Sing. Un miembro del
gabinete presidencial, Albert Fall, fue perdonado para poder morir en su
hogar. El "oso" más grande de Wall Street, Jesse Livermore, se suicidó.
El jefe del más grande de los monopolios, Ivan Krueger, se suicidó. El
presidente del Bank of International Settlements, León Fraser, se
suicidó. Todos ellos habían aprendido bien el arte de tener éxito para
ganarse la vida, pero aparentemente todos ellos luchaban para aprender a
vivir exitosamente.{7}
El encuestador y comentarista social Daniel Yankelovich cita a un
hombre que gana US $100,000 por año como socio en una empresa de
relaciones públicas: "Yo he logrado el éxito según la definición de
otros, pero no me siento realizado. Parezco exitoso. . . Tengo
publicaciones, he dado conferencias, he excedido mis metas de ingresos,
tengo propiedades y mucha gente depende de mí. Así que he alcanzado
adecuadamente las metas externas, pero están vacías."{8}
Dustin Hoffman es un actor de cine sumamente exitoso. Su carrera
fílmica parece casi deslumbrante e incluye dos Oscars por su actuación
en "Kramer vs. Kramer" y "Rainman." Pero considera lo que él dice acerca
de la felicidad y la satisfacción: "No sé lo que es la felicidad. . .
Camina por la calle y mira las caras. Cuando exiges felicidad, ¿no estás
pidiendo algo irreal?" {9}
El éxito en una área no garantiza la satisfacción en la vida. Puedes
alcanzar todas tus metas y todavía no tener paz dentro de ti. ¿Cómo
puedes alcanzar tus metas y estar satisfecho a la vez? Y aun si sientes
cierto grado de satisfacción, ¿podría haber algo más?
Exitoso y satisfecho
Más y más psicólogos y psiquiatras están viendo la necesidad de
desarrollar a la persona total - físicamente, psicológicamente y
espiritualmente - para producir la satisfacción real. A menudo, en
nuestra lucha por el éxito, nos concentramos en el desarrollo físico y
psicológico a expensas de lo espiritual.
No hace mucho, un grupo de consejeros pasó un tiempo considerable en
la ciudad de Nueva York entrevistando a algunos de los ejecutivos más
exitosos del país. Se pusieron en contacto con editores de diarios y
revistas, ejecutivos de agencias de publicidad, de bancos y de cadenas
de TV, buscando entender las ideas de estos líderes acerca del éxito.
Una pregunta que hicieron estos consejeros involucraba el área
espiritual. La pregunta era: "¿Qué lugar ocupa en su vida la fe y los
valores espirituales?" En respuesta, el 75% comunicó que los valores
espirituales eran "importantes" o "muy importantes", tanto para el
desarrollo personal como profesional. Uno de ellos comentó: "Si pudieran
ser fortalecidos, muchas de estas otras cosas ocuparía su lugar
correcto." Sin embargo, fue sorprendente que pocos de esos líderes
tenían convicciones claramente definidas en el área espiritual. Como
dijo un locutor de radio con una sonrisa: "Soy "inspirable", ¡pero no
puedo encontrar a alguien que me inspire!" {10}
Luego a estos ejecutivos se les habló acerca de alguien que podría
inspirarlos, una de las personalidades más influyentes de la historia,
una persona que hacía énfasis en la importancia del desarrollo
espiritual al igual que el físico y el psicológico. La vida y las
enseñanzas de este líder influyente y muy exitoso han hecho un impacto
muy positivo en mi propia vida también. Quizás un poco de historia
pondrá en perspectiva a mi descubrimiento.
Cuando estudiaba en la secundaria, busqué el éxito en cosas como el
deporte, los estudios y la política estudiantil. Era reconocido como un
buen atleta en el equipo principal de la escuela, como intelectual y
como líder estudiantil. En ese tiempo, yo asistía a una de las escuelas
más reconocidas de mi país. En esa escuela estudió el ex-presidente John
F. Kennedy, como así también Adlai Stevenson, quien fue nuestro
embajador ante las Naciones Unidas; Edward Albee, famoso dramaturgo;
Michael Douglas, artista famoso del cine. Muchos de los que se graduaron
de esa escuela fueron a universidades como Harvard, Yale y Princeton.
En los deportes de la escuela me dediqué al atletismo y a jugar al
básquetbol. Mi equipo del atletismo era invencible. También me destaqué
académicamente y ocupé los primeros puestos en este campo. Si menciono
estos detalles no es para vanagloriarme, sino para mostrarles un
contraste, ya que el éxito en esas áreas no me trajo la satisfacción
personal que había estaba buscando. Continuaba siendo un introvertido,
con miedo muchas veces de presentarme ante un desconocido o de pedirle
una cita a una chica para que saliera conmigo. La culpa, la ansiedad y
una pobre imagen de mí mismo a menudo me impedían tomar riesgos. Por
supuesto que ante los demás me mostraba confiado y seguro. Pero cuando
era honesto conmigo mismo - lo que no pasaba siempre - sabía que me
sentía inquieto en las relaciones humanas. Mi éxito no me trajo la
satisfacción que quería.
Durante mi primer año en la universidad de Duke continuaba luchando
en estas áreas. Entonces conocí un grupo de estudiantes que tenía algo
diferente. Había en ellos una alegría y un entusiasmo que realmente me
atrajo. Especialmente aprecié la forma como ellos me aceptaron tal como
era. Aunque eran personas atractivas, inteligentes y prósperas, no tuve
que impresionarlas con la lista de todo lo que había realizado. Al salir
con algunas de las chicas del grupo, no me sentía presionado a
impresionarlas con una imagen "machista." El grupo se aceptaba como eran
y me aceptaban también a mí.
Ellos eran estudiantes cristianos y supe que yo quería lo que ellos
tenían. Me dijeron que habían encontrado una relación personal con Jesús
de Nazaret. No entendía lo que era esto y no podía creer inmediatamente
lo que me dijeron. Continué yendo a sus reuniones porque tenia
curiosidad y además porque era un buen lugar para hacer citas y salir
con las chicas. ¡En aquel tiempo conseguir citas era muy importante para
mí!
Una puerta abierta
Al pasar mas tiempo con estas personas, observé cómo su fe afectaba
sus vidas y relaciones. Me dijeron que Dios me amaba pero que yo estaba
separado de Él por una condición de separación llamada "pecado." Me
explicaron que Dios envió a su Hijo único, Jesucristo, a morir en la
cruz para pagar la pena de mis pecados y que resucitó de entre los
muertos para darme nueva vida.
Cuanto más me explicaban, más comenzaba a tener sentido para mí.
Finalmente, con una actitud sencilla de corazón dije, "Jesucristo, te
necesito. Gracias por morir por mí y por resucitar por mí. Te pido que
entres en mi vida, que me perdones y que me dés la vida completa que Tú
prometiste." No hubo truenos ni relámpagos. Los ángeles no aparecieron
cantando el coro del "Aleluya." Y pueden estar seguros que no me volví
perfecto de la noche a la mañana. (Tomó unas seis semanas para que esto
sucediera.)
Pero encontré paz mental y libertad de la culpa. Encontré un
propósito para vivir y el poder para comenzar a ser la persona que
siempre quise ser. Vi a mi propia imagen mejorar y me sentía más libre
para tomar riesgos. Hoy, mi vida no deja de tener problemas y batallas,
pero conozco al que resuelve los problemas - Jesucristo. Él vive en mí y
hace más fácil la carga. Él dijo, "Nunca te dejaré. . . Yo estoy
siempre contigo."
Hay muchos ejemplos de cristianos exitosos y satisfechos a la vez:
Roger Staubach, de los Dallas Cowboys; David Robinson, una estrella del
básquetbol profesional; J. C. Penney, fundador de la cadena de
almacenes; el Dr. Charles Malik, presidente de la Asamblea General de
las Naciones Unidas; Mark Hatfield, Senador de los Estados Unidos por el
estado de Oregon; Jerome Hines, Amy Grant, Pat Boone y Debbie Boone,
como artistas, y muchos más. Creo que hay muchos ejemplos en su país
también.
Ser cristiano no garantiza el éxito supremo. Los cristianos tienen
sus fallas también. Pero una relación con Dios puede mejorar tu
autoimagen, ayudar a clarificar tus metas, fortalecer tu determinación y
ayudarte a mejorar lo que hagas. La satisfacción personal que Cristo
provee puede hacer una diferencia positiva también.
Así es cómo se hace. ¿Recuerdas la ilustración anterior sobre tu
compañero de cuarto, tu novia y tu profesor llenándote de alabanzas?
Desafortunadamente, eso no pasa todos los días. Pero Dios piensa que
eres muy especial, tan especial que Él envió a Su único Hijo para morir
en tu lugar. Cuando llegas a conocer a Cristo personalmente y te das
cuenta de la magnitud de Su amor por ti, puedes encontrar fuerzas para
aceptarte a ti mismo y una mayor libertad para aceptar riesgos
prudentes. Puedes enfrentar el rechazo con la seguridad de que, aunque
todos se vuelvan contra ti, Dios todavía te seguirá amando. Saber que Él
quiere lo mejor para ti puede aumentar tu determinación para trabajar
duro por metas que valen la pena.
¿Qué de ti? ¿Tu definición del éxito incluye la satisfacción
personal? ¿Has encontrado el éxito? ¿Tu éxito será suficiente para
sostenerte a través de los tiempos duros que podrás tener por delante?
¿Has encontrado la satisfacción personal?
Qué tragedia sería pasar la vida entera trepando la escalera del
éxito sólo para llegar arriba y descubrir que la escalera estaba apoyada
contra la pared equivocada.
¿Estás dispuesto a considerar cómo
Jesucristo puede hacer una diferencia en tu vida?