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*Ideas falsas que destruyen el matrimonio*
Idea Falsa 1: El "amor" lo resuelve todo
Para
empezar, pensaba que el matrimonio sería muy fácil. Pensé que nos
adaptaríamos más o menos automáticamente. Pensé que porque nos amábamos,
pasaríamos por cualquier tormenta sin contratiempo alguno. O al menos,
pensé que cualquier forcejeo simplemente terminaría con una escena
romántica, como ocurren en las telenovelas en cuyo reparto él y yo
éramos los protagonistas.
Pero
me he dado cuenta de que muy poco parece pasar automáticamente en una
relación matrimonial. El matrimonio es trabajo - el trabajo a veces es
duro, cansón e incómodo. De hecho, imagino que el grado de dificultad en
combinar dos vidas se encuentra entre desviar un huracán y encontrar
estacionamiento en el centro de la Ciudad México.
Soy
de la opinión que sólo Dios en sí mismo puede hacer de un matrimonio
algo realmente bueno. Y cuando Él lo hace a Su manera, el matrimonio es
uno de Sus mejores milagros. Partir el Mar Rojo fue bueno, pero para lo
que a nosotros concierne, ¡un matrimonio fuerte y fundado en la ley de
Dios es mejor! Que Dios puede crear algo bueno de los ingredientes
combinados de dos vidas destrozadas, es verdaderamente "más abundante de
lo que pedimos o entendemos" (Efesios 3:20)
Idea falsa 2: Teoría del Esposo Clarividente.
Cuándo
estaba recién casada, pensé que si mi esposo Víctor realmente me amaba,
él debería ser al menos clarividente (¡o al menos casi vidente!). Yo
esperaba que él supiera automáticamente lo que yo pensaba y sentía, y
que supiera qué hacer sin que yo tuviera que decirle nada. Si el no
reaccionaba conforme a como mis necesidades lo requirieran, y conforme a
como yo lo esperaba, yo llegaría a la conclusión que… ¡él no me amaba!
Fue
extremadamente difícil para mí darme cuenta que Víctor realmente quería
estar allí para mí. Él quería conocer mis necesidades y hacia lo mejor
que podía, pero… ¡él no adivinaba el pensamiento! ¡Él no podía saber lo
que yo necesitaba a no ser que yo se lo dijera!
Y
así, a través de los años, hemos ido mejorando en compartir nuestros
pensamientos y sentimientos, clarificando nuestras esperanzas,
necesidades, y expectativas de cada uno y nuestra relación. Como
consecuencia, hemos mejorado en cumplir las necesidades de cada uno y
poner de nuestra parte para realizar las esperanzas y expectativas de
ambos.
Idea falsa 3: Teoría de la llave de la felicidad.
Antes
de que yo estuviera casada, pensaba que ser feliz significaba obtener
aquello que uno quiere. He aprendido, después de treinta y siete años de
matrimonio que ser feliz significa amar eso que obtienes.
Idea falsa *4: Teoría del guisado de ternero
En
los primero años de nuestro matrimonio, cuando estábamos en la escuela y
ambos trabajábamos y no nos veíamos lo suficiente, yo tenía la falsa
idea de que un matrimonio podía sobrevivir en medio de aquella clase de
negligencia "no perjudicial".
Sin
embargo, he aprendido desde entonces la siguiente verdad: "hacer un
matrimonio es muy parecido a hacer un guisado. Un matrimonio sólo será
tan bueno como los ingredientes que pongas en él. Si no te separas
tiempo para conversar con tu compañero, para salir a caminar, a cenar
juntos en ocasiones especiales y salir por las tardes; si no tomas
tiempo para compartir impresiones, para reír y para disfrutar de
ocasiones románticas, tu matrimonio no será más que un guisado sin sabor
y mal hecho.
Idea falsa 5: Teoría de los Momentos importantes.
De
algún modo asumí que los días más importantes en un matrimonio serían
los aniversarios, las bodas, las Navidades, y las reuniones de familia.
Pero ahora he cambiado de parecer, y a cambio ahora sé que el día más
importante en cualquier matrimonio es el día de hoy.
Mi querido amigo Jorge me dijo algo cuando él era muy anciano - algo que nunca he olvidado.
"Susana,
" él me dijo, " No esperes para ser feliz. No lo aplaces. Marta y yo
siempre quisimos hacer un viaje de fantasía a California cuando Fredy
estaba cursando la preparatoria. Nunca lo hicimos y ahora es muy tarde."
Idea falsa *6: La teoría de "Si metiste la pata, tienes que aguantar"
Tengo
que confesar que yo tenía una idea totalmente falsa sobre Dios y el
matrimonio. Pensé que si habíamos metido la pata en un matrimonio que
resultaba ser un fracaso, Dios querría engancharnos de las quijadas y
que simplemente colgáramos ahí hasta que llegase el fin. ¡Qué equivocada
estaba!
Eso
no es lo que Dios quiere en lo absoluto. En efecto, Dios quiere que
nosotros continuemos juntos, por supuesto. Pero no es suficiente
adaptarse a que no existe esperanza de que el matrimonio que no salió
bien no pueda arreglarse. Él quiere que nosotros nos apoyemos, oremos,
trabajemos y que continuemos trabajando duro para arreglar nuestro
matrimonio. Dios quiere que nosotros le demos todo el tiempo y el
espacio en nuestro matrimonio para que Él pueda convertir nuestro
desastroso matrimonio en algo no solamente tolerable, sino hermoso,
deseable y fuerte - algo que atestiguará Su misericordia y Su presencia
en este mundo.
Pienso
que Dios está diciendo algo a los matrimonios y si solamente lo
escucháramos. Dios nos está diciendo: "No se conformen con matrimonios
mediocres. No bajen sus expectativas. ¡Auméntenlas! ¡Confíen en Mí! ¡Yo
continúo siendo el Dios de los milagros!"