*La pornografía en el matrimonio cristiano*
La pornografía puede empezar con algo tan simple como
una foto en la computadora o en una revista de hombres o en una Web. Y
antes de que pase mucho tiempo, la necesidad de estimulación le lleva
paso a paso de un material gráfico a un material más explícito y
revelador y en un abrir y cerrar de ojos, lo hacemos de manera más y más
frecuente.
La pornografía nos anima a tratarnos los unos a
los otros como objetos o máquinas del placer. La pornografía siembra las
semillas del aislamiento y nos lleva a relaciones no saludables y a la
pérdida del respeto a nosotros mismos. Al paso que el usuario se
involucra más y más en el mundo de la fantasía, la pornografía llega a
ser una obsesión.
*Sin embargo, hay buenas noticias! "Podemos liberarnos de la esclavitud de la pornografía"