"Es importante! Sobre el Reino de Dios" |
Un gran hombre de admirar fue, y 'es' porque dejo un mensaje que conmueve el corazón de cualquiera que investiga sobre el.
Mohandas Karamchand Gandhi; Porbandar, 1869 - Delhi, 1948) Pensador y
líder del nacionalismo indio. Es la personalidad indígena más relevante
de la historia india contemporánea. Domina la escena política y social
de la India durante la primera mitad del siglo XX. Valioso legado de su
actividad encaminada al bien de sus compatriotas y a la independencia de
su país en el marco de una extraordinaria concepción filantrópica y
humanitaria, ha quedado la obra titulada por él Historia de mis experiencias con la verdad
(que en su primera redacción data de unos veinte años antes de su
muerte), una mole ingente y varia de artículos publicados en revistas y
periódicos, numerosos discursos oficiales pronunciados en la India y en
Inglaterra y las abundantes alocuciones de carácter familiar y paternal
dirigidas al pueblo y cuyo vivo y religioso recuerdo se mantiene
todavía.
Gandhi
leyó el Evangelio y quedó impresionado. De Jesús y su Reino de Dios habla
así:
“Jesús ocupa en mi corazón el lugar de un gran maestro de la humanidad que ha influido considerablemente en mi vida. Yo digo a los hindúes que su vida será imperfecta, si no estudian con reverencia la doctrina de Jesús. Hay sobre todo un texto que me ha captado de un modo especial: “Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura”. “Se ha cumplido el plazo, está cerca el Reino de Dios:Convertíos y creed en el Evangelio. (Mc1,15)
En los sinópticos se habla del Reino de Dios. Es el centro del
mensaje de Jesús. Aparece 120 veces y en ocasiones como en San Mateo, se le
llamará el Reino de los Cielos.
Jesús no habla de Dios, sino del Reino de Dios. La expresión
Reino de Dios es una expresión que significa DONDE Y CUANDO encuentra cada uno
a Dios. Lo importante en la vida es dónde y cómo podemos encontrar a Dios,
más que saber lo que es. ¿De qué sirve tener claro quién es Jesús si
después no lo busco donde puedo encontrarlo?. A Dios sólo lo podemos encontrar
a través de mediaciones y esas mediaciones (dónde y cómo) es el Reino de
Dios. ¿Cuáles son esas mediaciones?:
Jesús fue recorriendo los caminos curando todo achaque y
enfermedad del pueblo. El Evangelista pone en relación Reino de Dios con
curación de los males => A Dios se le encuentra curando todo achaque y
enfermedad del pueblo.
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Mateo 10, 7: La Misión que Jesús les da a los discípulos
y los milagros de Jesús no quieren decir que vayamos por la vida haciendo
milagros, sino que el Reino de Dios es una llamada a DAR VIDA, DIGNIFICARLA,
RESPETARLA, DEFENDERLA, POTENCIARLA, DISFRUTARLA, GOZARLA. Es un símbolo
de LA ALEGRÍA DE VIVIR, DANDO LA VIDA. El proyecto de Jesús no es un
proyecto eminentemente religioso, sino de vida. La Religión tendrá sentido
cuando esté al servicio del Reino, de la vida y no al revés. El centro no
es la religión sino la vida, aunque en la historia ha sido al contrario
(Inquisición, guerras de religión,...). Sólo así se entiende que Jesús
conviviera con publicanos, pecadores, prostitutas, es decir, la gente de
ínfima condición (cultural, económica y religiosamente), la “chusma”.
Jesús respeta incluso a aquellos que no merecían respeto. En el Reino de
Dios tienen preferencia antes los más odiados y despreciados que la gente
respetable.
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¿Qué es y qué significa “El Reino de Dios”?
Es el centro mismo de la predicación y del mensaje de Jesús.
Decir que Dios va a reinar es lo mismo que decir que se va a imponer el designio
de Dios, la voluntad de Dios, lo que Dios efectivamente quiere.
En Israel se deseaba la venida de un rey que por fin iba a
implantar en la tierra el ideal de la verdadera justicia (Salmo 72). Cuando
Jesús dice en su predicación que ya llega el reinado de Dios, lo que en
realidad quería decir es que, por fin, se va a implantar la situación anhelada
por todos los descontentos de la tierra; la situación en la que va a realizarse
efectivamente la justicia, es decir la protección y la ayuda para todo el que
por sí mismo no puede valerse, para todos los desheredados de la tierra, para
los pobres, los oprimidos, los débiles, los marginados y los indefensos. Por
eso se comprende que en la predicación de Jesús, el Reino es para los pobres
(Lc 6, 20),para las mujeres, para los niños (Mc 10, 14), para los pequeños (Mt 5, 19), en
general para todos los que la sociedad margina y desestima. Por eso es Buena
Noticia para estos grupos, porque implicará que van a a dejar de sufrir y van a
salir de su situación desesperada.
Es el ideal de una nueva sociedad, una sociedad digna del
hombre, en la que finalmente se implanta la fraternidad, la igualdad y la
solidaridad entre todos. Y una sociedad además en la que, si alguien es
privilegiado y favorecido, ése es precisamente el débil el marginado, el que
por sí mismo no puede defenderse. Es la negación y el cambio, desde sus
cimientos, del sistema social establecido . Frente al sistema basado en la
competitividad, en la lucha del más fuerte contra el más débil y a la
dominación del poderoso sobre el que no tiene poder, Jesús proclama que Dios
es padre de todos por igual. Y si es Padre, eso quiere decir obviamente que
todos somos hermanos, iguales y solidarios los unos de los otros. Además, en
toda familia bien nacida, si a alguien se privilegia, es precisamente, al menos
favorecido, al desgraciado y al indefenso. He ahí el ideal de lo que representa
el Reino de Dios en la predicación de Jesús.
Es una realidad misteriosa que el Evangelio describe con las
más variadas imágenes: es como la semilla, como el grano de mostaza, como la
levadura, como la perla fina, como el tesoro escondido, algo sumamente valioso
por lo que vale la pena vivir y morir.
Toda la realidad del Reino de Dios se resume en la persona de
Jesús. Es el Rey que, con su muerte y resurrección ha vencido el pecado y la
muerte y se ha constituido Señor del universo. El ha traído a los hombres la
salvación, inaugurando el nuevo tiempo, la nueva creación.
Son los bienes de salvación que nos han venido con Jesús. La
salvación implica la liberación del pecado y del poder del Maligno, de todo lo
que nos esclaviza espiritualmente.
Las “señales” del Reino de Dios nos la da Jesús con sus
milagros. Nos dicen que el Reino ya ha llegado: que los ciegos ya ven, que los
pobres son evangelizados (Lc 4).
El Reino de Dios no es sólo liberación de males, sino también
y a la vez posesión de los bienes que más deseamos. La religión no puede
tener como centro el sufrimiento, la muerte o el sacrificio, sino la vida.
¿Qué implica el Reino de Dios en y para nosotros?
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Una llamada apremiante. No se admiten posturas indiferentes.
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La opción por el Reino exige la conversión. Es la condición para ser admitidos en el Reino de Dios. Todos necesitamos rehacer nuestras conductas. Nos asustan el esfuerzo y la exigencia que nos impone la conversión, pero Jesús insiste en que el Reino de los cielos es de los violentos (Mt, 11, 12), de los que entran por la puerta estrecha (Lc 13, 24). Hay que venderlo todo y no volver la vista atrás (Lc 9, 62). La conversión supone un cambio interior, un cambio radical que afecta a nuestro modo de pensar, de ser y de vivir; una auténtica revolución interior; enfrentarnos a solas con nosotros mismos, para arrancar el corazón de piedra y cambiarlo por un corazón de carne (Ex 36, 26), por un corazón y un espíritu recto (Sal 50, 12). En resumen, la actitud de conversión deberá estar ya presente a lo largo de toda nuestra vida.
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El Reino de Dios ya está en marcha. Crece y se desarrolla en el tiempo presente, y se consumará en el siglo futuro. Entretanto vivimos en tensión, sabiendo que debemos buscar primero el Reino de Dios.
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Predicar el Reino de Dios es predicar el cambio radical de la situación de injusticia en la que vivimos y es por eso amenazar directamente contra este orden de cosas. Jesús anunció las persecuciones, las cárceles.
Consecuencias prácticas de Cristo Rey:
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Predicar el Reino de Dios, supone en definitiva, defender la vida, potenciar la vida, mejorar la vida nuestra y de nuestros semejantes. Ahí radicaron los milagros de Jesús y ese es el compromiso concreto que debemos de asumir si realmente queremos hacer presente, una vez más el Reino de Dios.
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Jesús murió por defender la vida, por ponerse de parte de los que tenían la vida machacada (pobres, samaritanos, miserables,...)