*Debemos de entender que nadie hace nuestra fama pues: ¡NOSOTROS MISMOS
LA HACEMOS! Vas creando tu reputación con el tiempo según tus actitudes,
acciones, decisiones y pensamientos.
Como cristianos es sumamente importantísimo que demos a reflejar a
Cristo en nuestra manera de hablar y actuar, a eso se le llama el “Buen
Testimonio”.
Leer |
SALMO 78.1-7 | ¿Qué es un testimonio? Algunos creyentes creen que es
simplemente una breve explicación de la manera como Dios ha obrado en sus
vidas. Aunque eso puede ser verdad, nuestro testimonio es mucho más que una
corta historia.
Si lo que
decimos está en conflicto con nuestra conducta, entonces empañamos nuestro
testimonio. La manera en que actuamos debe confirmar lo que somos en Cristo.
Por último,
una tercera parte de nuestro testimonio son nuestras palabras. Como dice el
Salmo 107.2: “Díganlo los redimidos de Jehová”. Esto nos da la oportunidad de
decir a otros lo que Dios está haciendo en nuestras vidas. Nuestras palabras
pueden ser importantes para un no creyente que duda de la existencia de Dios o
de la divinidad de Cristo.
Cuando
nuestro carácter, conducta y palabras no se corresponden con quienes somos en
Cristo, ponemos obstáculos a nuestra capacidad de alcanzar a otros con el
evangelio. Un testimonio puede marcar la diferencia entre la duda y la fe en la
vida de un no creyente. ¿Qué tan auténtico es su testimonio personal?