El Cielo por la niña Mahbel Newson |
Que Dios les bendiga
Emerson Díaz
La madre de la niña relató lo siguiente:
Mi niña se sentía mal, eso fue en un día 7 de enero, luego la fuimos a
acostar; porque me dijo que estaba muy cansada, bueno se acostó antes de
las 8 de la noche, luego a todos nos dio sueño, hasta que también nos
fuimos acostar.
Pasamos la noche durmiendo y el día, aquí no se escucharon los teléfonos
ni el reloj despertador, luego ella fue a mi habitación, estaba ella
con los ojos rojos, la boca y su cara estaban muy raras; me dijo que la
abrazara, pero lo que nos sorprendió fue cuando ella nos dijo:
¡Despierten que ya es de tarde! Ya era muy tarde, habíamos dormido toda
la noche y todo el día, eran las 6 de la tarde cuando mi niña nos
despertó. Bueno ella lloraba y comencé a preguntarle que le pasaba, y
me dijo:
-Mami yo no estaba aquí -le pregunté- ¿Y donde estabas? ella me dijo:
Anoche cuando me fui acostar, vino un ángel alto con muchas luces
brillantes, me daban escalofríos verlo a los ojos –yo dije ¿que?- ella
me dice: Me hacia daño verlo porque brillaba mucho y me hizo señas con
el dedo que no hablara, luego me cargó como una bebé y me saco por el
techo de la casa y me llevo al Cielo.
Cuando llegamos el Señor me recibió y cuando lo vi caí a sus pies y lo
adoré, luego dos ángeles me vistieron con una tunica larga blanca, mi
pelo se volvió negro y largo; y me pusieron una corona de oro y unas
sandalias, luego el Señor me dijo: ¿Sabes porque tu estas aquí? Ella respondió: No Señor; -y le dijo- Te
mande a buscar para que lleves este testimonio a todo el mundo porque
yo voy muy pronto, y todo lo que tu veas y escuches tienes que decirlo.
Ella vio cosas hermosas en el Cielo, pero cosas horribles en el infierno
cosa que ella todavía llora, al igual que ella dice que el Señor
lloraba mucho en el infierno, lo que ella describe del infierno es algo
que hasta yo lloro cuando ella lo cuenta -y eso que no lo vi- pero de la
forma que lo describe es horrible; pero también de la forma que ella
describe al Señor y el Cielo es algo que me ayuda acercarme mas a Dios.
El Señor le dijo a ella el sábado pasado que no esperáramos mas tiempo, que tenia que dar su testimonio y por eso es que me siento obligada a decirlo porque millones de gente se están perdiendo a cada segundo.
El Señor le dijo a ella el sábado pasado que no esperáramos mas tiempo, que tenia que dar su testimonio y por eso es que me siento obligada a decirlo porque millones de gente se están perdiendo a cada segundo.
Aquí el relato de la niña Mahbel Newson
Cuando estaba yo en el Cielo, me solté de la mano del Señor, y corrí y el Señor me dijo:
- Ven a ver lo que tengo preparado para ustedes; Y vi unos edificios bien altos, en oro, pero como transparentes; cada edificio con jardines y con flores hermosas de muchos colores, ellas alababan al Señor y cantaban suavemente, Aleluyaaaa, Aleluyaaaa, Aleluyaaaa, pero en coro, una parte canta aleluya, y la otra decían ¡Amen! Y la grama en donde estaban las flores, oran, dándole gracias al Señor. También las flores se mueven como bailando -según van cantando-, la grama se retorcía de una forma hermosa.
Cuando estaba yo en el Cielo, me solté de la mano del Señor, y corrí y el Señor me dijo:
- Ven a ver lo que tengo preparado para ustedes; Y vi unos edificios bien altos, en oro, pero como transparentes; cada edificio con jardines y con flores hermosas de muchos colores, ellas alababan al Señor y cantaban suavemente, Aleluyaaaa, Aleluyaaaa, Aleluyaaaa, pero en coro, una parte canta aleluya, y la otra decían ¡Amen! Y la grama en donde estaban las flores, oran, dándole gracias al Señor. También las flores se mueven como bailando -según van cantando-, la grama se retorcía de una forma hermosa.
Los edificios están en una fila que no tiene final, y están decorados
con muchas piedras brillantes y hermosas. En medio de ellos hay una
calle de oro brillante, pero en los edificios no vive nadie, no había
gente. El Señor me dijo: Hijita mía, el día que yo valla a buscar a mi pueblo, ahí es que van a vivir todos los salvos, todo esta listo aquí, pero estoy dando el último chance para que nadie se pierda y vengan a vivir todos aquí.
También en cada edificio había un nombre escrito; y todo esta en
secciones, luego Él me llevo a otro lugar en donde habían muchos bebés
con túnicas largas y blancas, el Señor me dijo que esos son los bebés
que las mujeres no quieren aquí en la tierra, en esa sección hay ángeles especiales para cuidar esos bebés; también hay una escuela en donde los ángeles les dan clases a los niños mas grandes de la Palabra de Dios,
y les enseñan como adorar a Dios. El Señor me dijo que esos son ángeles
profesores, en cada una de sus manos, cada uno de ellos tenía un libro
de oro, que decía: Santa Palabra de Dios, parecía una Biblia, y los niños también tenían un cuaderno en sus manos de oro y una pluma de oro.
También había una sección de ángeles que tocaban instrumentos musicales
-los instrumentos son bien grandes-, y habían otros que cantaban en
coro, cantaban ¡Santo, Santo, Santo es el Señor! Y yo le dije al Señor,
Señor esa canción la cantan en la Tierra también, y Él me contestó: Si hijita mía, cuando ustedes cantan una canción de adoración es porque ya aquí se ha cantado primero.
También me llevo a un río que parecía una playa, porque era muy grande,
yo no le vi el final, era maravillosa su arena, era de diamantes, salía
un brillo precioso y su agua muy cristalina;
y las piedras que tenia adentro eran de oro, y sus caracoles con muchos
pececitos de muchos colores; en todo alrededor de la orilla habían
ángeles como cuidando el río, y el Señor me dijo: Ve y toma del agua, y todo el que tenga sed venga y tome de esta agua.
Luego el Señor me llevo a una sección que estaba llena de personas, estaban todos vestidos de blanco, estaban como orando o adorando a Dios, solo los vi por fuera porque no podía acercarme a ellos, el Señor me dijo que solo podía ver de lejos.
Después fuimos a otra sección en donde había adoración y cantaban –yo no entendía porque hablaban en otro idioma-, vi personas en todos los alrededores en adoración, con coronas de oro en sus cabezas; Y salía una luz mas fuerte que la que salía del Señor Jesús, vi que había un hombre sentado en una silla de oro, una silla muy grande y solo pude ver sus manos y sus pies; su luz era muy fuerte, tan brillante, vi una parte de su pelo, era largo y blanco, mas abajo del hombro muy brilloso, el hombre era mas alto que los ángeles, aun sentado era mas alto, y ahí le estaban adorando, quería entrar pero Jesús me dijo que solo podía ver de lejos, porque yo no podía entrar ahí, y el que estaba sentado ahí, ese es nuestro Padre.
En otra sección, el Señor me llevo a un lugar en donde habían muchos ángeles escribiendo en un libro, era un libro muy pero muy grande de oro, mas grande que una casa grandotota, y la mesa en donde estaba el libro era muy grande también, había una sección solo para eso, en el libro decía El Libro De La Vida, el Señor me dijo que ahí se va escribiendo todo lo que nosotros hacemos, los que son salvos; Y que los ángeles son los que escriben todo, pero me dijo que cuando alguien se arrepiente Él mismo es quien escribe su nombre en El Libro De La Vida con tinta de oro.
También había otra sección con una mesa bien grande, y un libro bien grande, el Señor me dijo que ahí están los nombres de los perdidos, habían muchos ángeles escribiendo, pero ese libro no era de oro, estaba por fuera en color blanco, pero por dentro estaba negro.
El Señor me llevo a otra sección en donde habían muchas sillas de oro, cada una con un nombre, y en sus asientos una corona de oro con muchas piedras preciosas, el Señor dijo que todo eso es nuestro, luego me llevo a otra sección en donde habían muchos árboles con frutas y unos jardines hermosos. También me llevo en donde se reunían muchos ángeles y muchísimos niños; Y hable yo con uno de los niños y le pregunté, cómo era que él hablaba mi idioma, porque todos los demás niños hablaban en otros idiomas, pero conmigo hablaba en mi propio idioma y le pregunté:
-¿Cómo es que tú hablas mi idioma? –el respondió-.
-Mis profesores los ángeles nos enseñan a hablar todos los idiomas.
-Yo le pregunté: ¿Quién es tu padre? Y me señalo al Señor.
Después jugamos todos con el Señor Jesús, y todos los niños jugábamos a las escondidas, Jesús nos escondía detrás de los edificios, y detrás de las flores; y los ángeles salían a buscarnos y el Señor y todos nos reíamos; luego jugamos al topadito y cuando tocábamos a los ángeles ellos volaban y nosotros nos reíamos, era algo hermoso. En el Cielo el Señor reía mucho, no era como en el infierno, que Él lloraba.
En el Cielo todos eran jóvenes y hermosos.
Vi también una fila de ángeles, el Señor me dijo que esos son ángeles mensajeros que traen los mensajes a su pueblo, había uno adelante y el Señor me dijo: Mira ese es el ángel Gabriel. Gabriel tenía el pelo por la oreja, él es rubio, alto y hermoso, aunque todos los ángeles se parecen mucho. El ángel que me saco de mi habitación también es hermoso, y muy brillante. También vi a Jonás, él me dijo: Bienvenida al Reino de los cielos.
Luego el Señor me hizo muchas preguntas, y yo las contestaba, pero yo no le preguntaba porque en la presencia de Él, no hay mucho que preguntarle, pero Él me preguntó: ¿Te gusta esto de aquí? -Le dije- Si Señor, entonces él me dijo: Todo esto es de ustedes, tienes que decir todo lo que has visto y has oído; y decirle a la gente que se santifique porque yo voy muy pronto.
Luego me llevo a otra sección, ahí habían muchos, muchos ángeles y el Señor me dijo que ellos están esperando una señal para tocar la última trompeta, y en una pantalla me mostró que cuando se toque la última trompeta, Yo vi como el cielo se abrió y el Señor vino y se quedo en el aire, y los ángeles vinieron a buscar a su gente, luego vi como la gente corría gritando, luego vi cuando comenzó a llover fuego del cielo; y la tierra se abría y se tragaba a la gente, los carros chocaban; y la gente gritaba y corrían a los montes, y le pedían ayuda a Dios, pero Él ya había venido.
El Señor me dijo que para los que se quedaron ya no había más oportunidad, porque ellos no se prepararon ni se santificaron, que no eran cristianos de verdad.
Seguí viendo como la gente corría y se quemaban, también vi mucha gente de mi familia, y lloraba mucho yo; y le pedí al Señor ¡Por Favor no destruyas al mundo dale una oportunidad a mi familia! Y el me dijo: Te prometo que yo los voy a llamar y que ellos van a escuchar mi voz, aunque no todos.
Luego me dijo: Ahora hijita mía tienes que volver a la Tierra y dar este testimonio a todo el mundo, y diles que es el último chance que yo les estoy dando, porque voy muy pronto y cuando se toque la trompeta viene el fin. Y lloraba yo mucho por lo que Él me había mostrado sobre el fin de este mundo; y le rogué al Señor que no me mandara para acá, porque me quería quedar con Él. Era tan hermoso todo, pero Él me dijo: No puedes quedarte, tienes que ir a dar este testimonio, pero no te pongas triste, porque muy pronto yo iré por mi pueblo y ya te puedes quedar para siempre aquí.
Luego el Señor me llevo a una sección que estaba llena de personas, estaban todos vestidos de blanco, estaban como orando o adorando a Dios, solo los vi por fuera porque no podía acercarme a ellos, el Señor me dijo que solo podía ver de lejos.
Después fuimos a otra sección en donde había adoración y cantaban –yo no entendía porque hablaban en otro idioma-, vi personas en todos los alrededores en adoración, con coronas de oro en sus cabezas; Y salía una luz mas fuerte que la que salía del Señor Jesús, vi que había un hombre sentado en una silla de oro, una silla muy grande y solo pude ver sus manos y sus pies; su luz era muy fuerte, tan brillante, vi una parte de su pelo, era largo y blanco, mas abajo del hombro muy brilloso, el hombre era mas alto que los ángeles, aun sentado era mas alto, y ahí le estaban adorando, quería entrar pero Jesús me dijo que solo podía ver de lejos, porque yo no podía entrar ahí, y el que estaba sentado ahí, ese es nuestro Padre.
En otra sección, el Señor me llevo a un lugar en donde habían muchos ángeles escribiendo en un libro, era un libro muy pero muy grande de oro, mas grande que una casa grandotota, y la mesa en donde estaba el libro era muy grande también, había una sección solo para eso, en el libro decía El Libro De La Vida, el Señor me dijo que ahí se va escribiendo todo lo que nosotros hacemos, los que son salvos; Y que los ángeles son los que escriben todo, pero me dijo que cuando alguien se arrepiente Él mismo es quien escribe su nombre en El Libro De La Vida con tinta de oro.
También había otra sección con una mesa bien grande, y un libro bien grande, el Señor me dijo que ahí están los nombres de los perdidos, habían muchos ángeles escribiendo, pero ese libro no era de oro, estaba por fuera en color blanco, pero por dentro estaba negro.
El Señor me llevo a otra sección en donde habían muchas sillas de oro, cada una con un nombre, y en sus asientos una corona de oro con muchas piedras preciosas, el Señor dijo que todo eso es nuestro, luego me llevo a otra sección en donde habían muchos árboles con frutas y unos jardines hermosos. También me llevo en donde se reunían muchos ángeles y muchísimos niños; Y hable yo con uno de los niños y le pregunté, cómo era que él hablaba mi idioma, porque todos los demás niños hablaban en otros idiomas, pero conmigo hablaba en mi propio idioma y le pregunté:
-¿Cómo es que tú hablas mi idioma? –el respondió-.
-Mis profesores los ángeles nos enseñan a hablar todos los idiomas.
-Yo le pregunté: ¿Quién es tu padre? Y me señalo al Señor.
Después jugamos todos con el Señor Jesús, y todos los niños jugábamos a las escondidas, Jesús nos escondía detrás de los edificios, y detrás de las flores; y los ángeles salían a buscarnos y el Señor y todos nos reíamos; luego jugamos al topadito y cuando tocábamos a los ángeles ellos volaban y nosotros nos reíamos, era algo hermoso. En el Cielo el Señor reía mucho, no era como en el infierno, que Él lloraba.
En el Cielo todos eran jóvenes y hermosos.
Vi también una fila de ángeles, el Señor me dijo que esos son ángeles mensajeros que traen los mensajes a su pueblo, había uno adelante y el Señor me dijo: Mira ese es el ángel Gabriel. Gabriel tenía el pelo por la oreja, él es rubio, alto y hermoso, aunque todos los ángeles se parecen mucho. El ángel que me saco de mi habitación también es hermoso, y muy brillante. También vi a Jonás, él me dijo: Bienvenida al Reino de los cielos.
Luego el Señor me hizo muchas preguntas, y yo las contestaba, pero yo no le preguntaba porque en la presencia de Él, no hay mucho que preguntarle, pero Él me preguntó: ¿Te gusta esto de aquí? -Le dije- Si Señor, entonces él me dijo: Todo esto es de ustedes, tienes que decir todo lo que has visto y has oído; y decirle a la gente que se santifique porque yo voy muy pronto.
Luego me llevo a otra sección, ahí habían muchos, muchos ángeles y el Señor me dijo que ellos están esperando una señal para tocar la última trompeta, y en una pantalla me mostró que cuando se toque la última trompeta, Yo vi como el cielo se abrió y el Señor vino y se quedo en el aire, y los ángeles vinieron a buscar a su gente, luego vi como la gente corría gritando, luego vi cuando comenzó a llover fuego del cielo; y la tierra se abría y se tragaba a la gente, los carros chocaban; y la gente gritaba y corrían a los montes, y le pedían ayuda a Dios, pero Él ya había venido.
El Señor me dijo que para los que se quedaron ya no había más oportunidad, porque ellos no se prepararon ni se santificaron, que no eran cristianos de verdad.
Seguí viendo como la gente corría y se quemaban, también vi mucha gente de mi familia, y lloraba mucho yo; y le pedí al Señor ¡Por Favor no destruyas al mundo dale una oportunidad a mi familia! Y el me dijo: Te prometo que yo los voy a llamar y que ellos van a escuchar mi voz, aunque no todos.
Luego me dijo: Ahora hijita mía tienes que volver a la Tierra y dar este testimonio a todo el mundo, y diles que es el último chance que yo les estoy dando, porque voy muy pronto y cuando se toque la trompeta viene el fin. Y lloraba yo mucho por lo que Él me había mostrado sobre el fin de este mundo; y le rogué al Señor que no me mandara para acá, porque me quería quedar con Él. Era tan hermoso todo, pero Él me dijo: No puedes quedarte, tienes que ir a dar este testimonio, pero no te pongas triste, porque muy pronto yo iré por mi pueblo y ya te puedes quedar para siempre aquí.
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su
nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y
delante de sus ángeles. 6El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias. Apocalipsis 3:5-6
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua,
volverá a tener sed; 14mas el que bebiere del agua que yo le daré, no
tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente
de agua que salte para vida eterna. Juan 4:13-14
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos
transformados, 52en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la
final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán
resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 1 Corintios 15:51-52
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en
el aire, y así estaremos siempre con el Señor. 18Por tanto, alentaos los
unos a los otros con estas palabras. 1 Corintios 4:17-18