Los textos bíblicos provienen de la versión Reina-Valera Antigua 1909.
Rev. = Apocalipsis
Pitón = Adivino
El Espiritismo Según los Libros y la Experiencias de Algunos
******* En la revista "Selecciones" Apareció un artículo
titulado: "Una mujer que habló con los muertos". La frecuencia con que
las revistas de mayor circulación publican artículos de esta índole; la
propaganda que hacen en torno a los mismos; y el auge que está tomando
el Espiritismo, es prueba evidente de que al público le interesa el tema
de ultratumba.
¿Es verdad que se puede hablar con los muertos?
¿Es verdad que vienen espíritus a los centros espiritistas? Y sí vienen, ¿qué espíritus son?
¿Es verdad que esos espíritus se posesionan de las personas?
¿Es verdad que cuando los médiums caen en trance hablan cosas que están más allá de sus conocimientos?
¿Es verdad que los espíritus que se manifiestan en los centros espiritistas curan a los enfermos?
Si los fenómenos que se atribuye el Espiritismo son ciertos, ¿se deben a Dios o al Diablo?
¿Es verdad que vienen espíritus a los centros espiritistas? Y sí vienen, ¿qué espíritus son?
¿Es verdad que esos espíritus se posesionan de las personas?
¿Es verdad que cuando los médiums caen en trance hablan cosas que están más allá de sus conocimientos?
¿Es verdad que los espíritus que se manifiestan en los centros espiritistas curan a los enfermos?
Si los fenómenos que se atribuye el Espiritismo son ciertos, ¿se deben a Dios o al Diablo?
Las respuestas a estas preguntas pueden clasificarse en tres
grupos: Primero, los que dicen que el Espiritismo es todo una farsa.
Segundo, los que afirman que es una realidad. Y en tercer lugar los que
dicen que todo lo que hay de realidad en el Espiritismo, es diabólico.
Durante
muchos años hemos prestado especial atención al Espiritismo: Hemos oído
y recopilado experiencias; hemos leído libros; y hemos analizado los
fenómenos del Espiritismo a la luz de la palabra de Dios, que es la
verdad. En este estudio nos proponemos brindar a nuestros oyentes una
idea general sobre tan discutido sistema.
En primer lugar consideraremos el Espiritismo en sí; y en segundo lugar a la luz de la palabra de Dios.
I. Los fenómenos del Espiritismo tal como se presentan en los libros y en la experiencia de algunos.
a)
Lo primero que debemos saber, al enjuiciar el Espiritismo con
imparcialidad, es que hay varias ramas, y varias clases de espiritistas.
Existe una clase de Espiritismo de carácter filosófico, practicado por
personas de cierta cultura. Existe una segunda clase practicado,
generalmente por personas de la clase media. Y existe una tercera clase,
en la que hay de todo: Verdaderos espiritistas; espiritistas santeros y
brujeros; y espiritistas explotadores.
El periódico "El Mundo"
del 4 de Septiembre de 1947, publicó el siguiente caso: Ante un tribunal
de Inglaterra comparecieron una señora de apellido Rogers, y un médium
espiritista llamado Rollo Ahmed.
La señora Rogers acusó al médium
de haberle estafado la cantidad de 600 libras esterlinas por medio del
siguiente truco: El médium simuló que caía en trance y seguidamente
comenzó a hablar en chino; sus palabras revelaban una angustia tan
grande que la señora Rogers, conmovida, preguntó: ¿Quién es ese que
habla? "Ese —dijo el médium— es el espíritu del mandarín Tai-Lí". ¿Y por
qué está tan angustiado? "Es que necesita dinero", dijo el médium.
Entonces
la señora Rogers entregó al espiritista 600 libras esterlinas, para que
las hiciese llegar al espíritu de Tai-Lí. Posteriormente, la citada
señora recapacitó; y al negarse el médium a devolverle el dinero, lo
acusó ante los tribunales. Y el juez condenó al médium diciendo: "Los
espíritus no necesitan dinero".
Conocemos a un espiritista
—convencido y activo— que hace 30 años que asiste a los centros
espiritistas. Este hombre nos dijo, con franqueza, que un 75 por ciento
de los médiums engañaban a sus auditorios; Pero añadió: "Existe un 25
por ciento que posee verdaderas facultades de médiumnidad".
Hablando un día con una señora espiritista, de la clase media, nos dijo estas palabras:
"Entre los llamados espiritistas, apenas un diez por ciento, practica el verdadero espiritismo".
b)
¿Cómo deben estar los locales destinados a sesiones espiritistas? El
escritor espiritista Febo de Limosín, en su libro titulado "Para hablar
con los espíritus", dice: En "la habitación o local es muy conveniente
la obscuridad, y en todo caso se prefiere la luz roja".
c) ¿Cómo
se manifiestan los espíritus en los centros espiritistas? "De todas las
manifestaciones —dice Allan Kardec— las más sencillas, y la más
frecuentes, son los ruidos y los golpes". Y Febo de Limosín añade: "Las
manifestaciones no se limitan siempre a ruidos y golpes, a veces
degeneran en verdadera baraúnda; los muebles y objetos diversos son
derribados; proyectiles de todas clases son lanzados desde afuera ; se
abren puertas y ventanas por manos invisibles; y estas cosas son tan
reales que no se pueden tomar por una ilusión". Pág. 119.
d) ¿Son
Buenos, o malos, los espíritus que se manifiestan en los centros
espiritistas? El Espiritismo sostiene que las almas, cuando salen del
cuerpo, vagan en el espacio, en espera de volver a la tierra a encarnar
en otro cuerpo; y dicen que las reencarnaciones se repiten hasta que el
espíritu se purifica totalmente.
Febo de Limosín, en su ya citado
libro, dice que "las almas separadas de los cuerpos, conservan su
mentalidad terrestre...La conciencia instintiva ve delante de sí, como
en un mapa, todas las vidas pasadas."(?) Los espiritistas dicen que los
espíritus que se manifiestan en sus centros, son espíritus de personas
muertas; pero reconocen que muchos de esos espíritus lo que buscan es
arruinar a la humanidad. Un escritor espiritista ha escrito lo
siguiente: "Una clase de espíritus engaña de propósito; éstos —los que
engañan— entremezclándose en vuestro pensamiento general tratan de
coincidir con vuestras convicciones, a fin de obtener la ruina suprema
sobre vuestro cuerpo y vuestra alma". Y Febo de Limosín, añade: Entre
los espíritus "los hay que tratan de sembrar la obsesión, desequilibrar
los cerebros, y perturbar la razón de las personas en quienes se
posesionan".
e) ¿Es verdad que el espiritismo cura a los enfermos
del cuerpo? Hace algunos años se enfermó el hijo de un conocido
político, y los especialistas que lo trataron dijeron que el niño no
tenía cura. Entonces se presentó un médium espiritista afirmando que é1
se comprometía a curar al enfermo. El padre puso a su hijo en manos del
médium, prometiéndole jugosa recompensa si libraba a su hijo de la
enfermedad. Pero el resultado fue que el niño murió tal como habían
previsto los especialistas.
Nosotros conocimos a espiritistas, convencidos, que se han enfermado y han muerto de la enfermedad, relativamente jóvenes.
El
escritor espiritista Febo de Limosín, en su obra citada, dice que una
noche en una sesión espiritista se presentó un espíritu, que dijo ser de
un tal Dr. Barnett, y dijo que quería darles una receta para curar el
cáncer. El médico Dr. Dennis, que estaba presente, tomó nota de la
receta que dio el espíritu. Nosotros admitimos la posibilidad de que el
espíritu diese tal receta: ahora bien, ¿es verdad que la receta que dio
el espíritu, cura el cáncer? Si es verdad, ¿por qué no lo demuestran? Si
es verdad que el Espiritismo tiene el secreto de la cura del cáncer
¿por qué no lo dice al mundo para librar a la humanidad de ese azote
terrible? Y si la receta en cuestión no cura el cáncer entonces el
espíritu dijo mentira. Concretando: ¿Cura el Espiritismo a todos los
enfermos que acuden a él? La realidad nos dice que no. Ahora bien,
pudiera darse el caso de que un enfermo haya acudido a un centro
espiritista, y que se haya puesto bien con el plan que le hayan indicado
allí.
Nosotros admitimos que hasta el mismo Satanás puede sanar a
un enfermo, si tal cosa conviene a sus intereses; pero en términos
generales, los espiritistas se enferman, y se mueren de enfermedades, lo
mismo que los que no son espiritistas.
f) No debemos dejarnos
impresionar por ciertas manifestaciones. Como ejemplo, mencionaremos el
caso siguiente: En el año de 1942, hallándonos, un domingo, en el pueblo
de Surgidero de Batabanó con varios hermanos en la fe, se acercó al
grupo un hombre y dirigiéndose a un señor, viudo, le dijo; "Perdone la
curiosidad, pero quisiera saber si es usted español". Yo nací en Islas
Canarias, dijo el interrogado. "¡Hombre, mire qué casualidad mi señora
también es Isleña". Después de un rato de conversación, el viudo le fue a
explicar a su interlocutor el motivo que le llevaba por aquellos
lugares, pero aquel le atajó diciendo: "No me lo explique. Yo soy
médium, clarividente de nacimiento, y ya conozco toda su vida: Usted
tuvo una esposa que era una santa mujer; virtuosa, noble y trabajadora. Y
ahora pretende usted casarse con otra mujer que es en todo la misma
semejanza de la difunta; y es más puedo asegurarle que antes de tres
meses la mujer que usted pretende será su esposa, porque ya los veo
unidos por los lazos del matrimonio". El viudo, al oír estas palabras,
lleno de asombro, se llevó las manos a la cabeza y exclamó: ¡qué es esto
Dios mío! ¡qué es esto! Nosotros nos interesamos por saber si las
predicciones del médium se cumplían, pero no se cumplieron. El
espiritista pudo leer el pensamiento del viudo, pero se equivocó cuando
dijo lo que iba a suceder en el futuro.
g) ¿Puede creerse la
pretensión del Espiritismo en el sentido de que vienen espíritus y
hablan por los médiums? Nosotros admitimos que, efectivamente, hay
manifestaciones de espíritus; la que no admitimos es que esos espíritus
sean almas de personas que han muerto.
Veamos, a continuación,
algunas experiencias: Conocimos a un hombre en la República de Costa
Rica que nos contó lo siguiente: Su primera esposa —que era miembro de
una Iglesia Evangélica— viéndose enferma y dándose cuenta que se iba a
morir, le había dicho: Fulano, "yo sé que me voy a morir, y sé que voy
al cielo, pero antes quiero pedirte que guíes a nuestros hijos (que eran
dos) por el camino del Evangelio, porque yo estoy segura que si ellos
viven y mueren en la fe que yo tengo, entonces los volveré a ver en el
reino de Dios". El esposo le prometió que haría lo que ella le pedía
—aunque en aquella fecha él era indiferente en materia religiosa—. La
mujer murió, y el joven viudo quedó anonadado por aquel golpe. Para
tratar de aliviar su pena, un amigo le dijo que podía hablar con el
espíritu de su esposa, si quería. El hombre no creía tal cosa, pero
acompañó al amigo a un centro espiritista; y para su asombro, cuando el
médium cayó en trance, el viudo oyó una voz semejante a la de su difunta
esposa, que le hizo varias preguntas y le dio algunos consejos.
A
los pocos días volvió al mencionado centro y otra vez volvió a escuchar
una voz semejante a la de su esposa, pero esta vez la cosa fue más
seria: La voz que le hablaba manifestaba un gran disgusto motivado por
la conducta de él; y aquella voz le demostró que sabía a que hora salía
el de casa, por donde andaba, que hacia, y a que hora regresaba. El
hombre salió aquella noche del centro espiritista convencido de que el
espíritu de su esposa le seguía los pasos. Pero otro día, en medio de
otro dialogo, al espíritu se le ocurrió darle un consejo que entrañaba
la negación de aquella fe que su esposa había mantenido hasta la hora de
la muerte; al oír aquello, el joven viudo como iluminado por un rayo de
luz, se puso en pie y dijo: Tu no eres el espíritu de mi esposa; estoy
seguro que ella jamás me aconsejaría eso. Me han estado engañando; y
diciendo esto abandonó el centro. Poco después aquel hombre buscó, en el
Evangelio, la verdad, y la halló.
Conocemos a una Señora, hoy
miembro de la Iglesia Bautista de San Antonio de Río Blanco, quien nos
contó como durante largo tiempo so le presentaban tres seres —tres
espíritus en figura humana— los cuales pretendían que ella les sirviese
de médium. Un día —la menciona-da señora— tenía un hijo con 39 grados de
fiebre, y uno de aquellos seres le dijo: "Llena un vaso de agua, ponlo
afuera y cierra la puerta; y a los 3 minutos lo recoges y se lo das al
muchacho". La señora lo hizo como se lo indicaron y a los pocos minutos
el hijo no tenía fiebre. Pero la señora llegó a verse tan agobiada, por
la insistencia de aquellos seres, que un día se arrodilló y le pidió a
Dios que le indicase, de alguna manera, si ella debía de someterse a las
pretensiones de aquellos espíritus; o de lo contrario que le librase de
ellos.
A los pocos días llegó a su casa un hombre que le habló
del Evangelio de Cristo, ella lo aceptó, y nunca más la volvieron a
molestar los seres en cuestión.
Conocemos a un predicador del
Evangelio, hoy pastor de una iglesia Bautista en la provincia de
Oriente, que fue, por algunos años, director de un centro espiritista en
esta ciudad de La Habana.
Sus padres, habiendo conocido el
Evangelio, oraban a Dios, y luchaban por sacar a su hijo del
Espiritismo; y el hijo luchaba por sacar a sus padres del Evangelio:
¿Qué sucedió para que el director del centro espiritista se convirtiese
en predicador del Evangelio?
Nosotros le hemos pedido a él que nos
diese por escrito su experiencia. Oigamos pues sus palabras: "Una noche
vino un espíritu que se identificó como la hermana Luisa. Aquel ser,
que siempre se había manifestado con respeto hacia Dios, vino aquella
noche en forma descompuesta hablando palabras blasfemas contra Dios. Yo
—como director del centro— le respondí indignado, diciéndole que no le
permitía aquellas palabras.
Entonces el espíritu se fue, pero en
su lugar vino otro espíritu que decía ser mi protector, y me dijo que me
arrepintiese de haber hablado en términos tan duros a la hermana Luisa,
porque ella era un ser tan elevado que tenía poder para expresarse como
lo había hecho, aún contra Dios. Entonces le dije al espíritu que no
creía mas en ellos, y salí del centro, convencido de que Dios me había
demostrado, sin lugar a dudes, que el Espiritismo no es obra suya.
h) ¿Cuáles son los frutos del Espiritismo?
El
profesor de espiritismo, Febo de Limosín, nos dice, en su ya citada
obra—: que a veces las sesiones espiritistas degeneran en tremenda
confusión, cuando "manos invisibles derriban muebles, rompen cristales,
abren puertas y ventanas, lanzando a través de ellas proyectiles de
todas clases".
Y en la página 173 de su obra, añade el escritor
espiritista: "El Espiritismo —dice él —está lleno de peligros. La falta
de educación en esta ciencia, trae múltiples inconvenientes que acarrean
daños sin fin. Las alucinaciones, la falta de salud, la idiotez, y la
locura, es la cosecha que recogen muchos espiritistas". Porque muchos de
los espíritus lo que "tratan es de desequilibrar los cerebros, y
perturbar la razón de aquellos de quienes se posesionan". Estas palabras
tienen la virtud de expresar una gran verdad, acerca del Espiritismo,
escrita por un profesor en dicha materia.
La cosecha que recogen
muchos espiritistas es la locura y la falta de salud. Lo que buscan los
espíritus que se manifiestan en los centros espiritistas es hundir a la
humanidad, en cuerpo y alma, en las miserias del infierno. Esto lo dicen
los mismos escritores espiritistas.
Mi querido lector, ¿por qué
acudir a espíritus que engañan, enferman, y trastornan, pudiendo acudir a
Cristo, que es la luz verdadera que nos alumbra el camino de la verdad,
que nos salva del infierno, que nos da salud, paz, esperanza y
consuelo?
¿Por qué no acudir a Cristo que es el camino, la verdad, y la vida?
¿Por qué acudir al Espiritismo, tan lleno de peligros y de sombras, pudiendo en cambio, acudir al Evangelio de Dios, donde todo es luz, verdad, libertad, y Salvación?
¿Por qué no acudir a Cristo que es el camino, la verdad, y la vida?
¿Por qué acudir al Espiritismo, tan lleno de peligros y de sombras, pudiendo en cambio, acudir al Evangelio de Dios, donde todo es luz, verdad, libertad, y Salvación?
El Espiritismo a la Luz de las Escrituras
Estimado lector:
En
la conferencia anterior hemos presentado una serie de datos acerca del
Espiritismo; datos que hemos tornado de libros espiritistas, y de la
experiencia de algunas personas.
Hemos dicho que Espiritismo
presenta varias ramas, o escuelas, que descienden desde el tipo
filosófico de espiritismo, hasta el espiritismo brujero y santero. Y
también hemos mencionado el hecho de que los mismos espiritistas
reconocen que hay fraudes en el Espiritismo, practicados por algunos que
se dicen médiums, sin serlo en realidad. Ahora bien, a la luz de la
experiencia, no se puede negar que hay manifestaciones de espíritus en
el campo del Espiritismo. La cuestión a dilucidar es esta: ¿Qué
espíritus son los que se posesionan de algunas personas, y se
manifiestan en los centros espiritistas y aun fuera de ellos? ¿Quién
está detrás del Espiritismo, Dios o el Diablo? Esto es lo que nos
proponemos aclarar en este estudio; y al hacerlo, no es nuestro
propósito ofender a ningún espiritista, sino simplemente, esclarecer la
verdad. Y para ello presentaremos a continuación:
II. LOS FENOMENOS DEL ESPIRITISMO A LA LUZ DE LA PALABRA DE DIOS.
Una
vez le leímos a una señora, espiritista. un pasaje de la santa Biblia, y
ella nos dijo: "Yo no creo nada más que lo que me enseñan los
espíritus".
Nosotros damos por sentado que la santa Biblia es la
palabra de Dios; y que la palabra de Dios es la verdad. Estamos seguros
de ello. Tres mil años de historia prueban que la Biblia ha dicho
siempre la verdad. Las profecías cumplidas, y las que se están
cumpliendo, demuestran que la Biblia es la verdad. El testimonio
viviente de millones de seres humanos, que al aceptar la palabra de Dios
se han visto libres del pecado, transformados, moralmente, y llenos de
paz y esperanza; ese testimonio prueba que la Biblia es la palabra de
Dios.
La Biblia ha resistido los embates de miles de hombres
impíos que han arremetido contra ella con furia infernal. La Biblia ha
resistido los ataques de los críticos de todos los tiempos, y de todas
las ideologías; y ahí está, firme como "Los Andes"; alumbrando la senda
de la vida a los que buscan el camino de la salvación; impartiendo
consuelo a los afligidos, fortaleza a los débiles, paz a los
atormentados, y esperanza a los creyentes. La Biblia es la palabra de
Dios, y a la luz de la palabra de Dios vamos a considerar los fenómenos
del Espiritismo.
a) Aspecto General:
La palabra
"espiritismo" no está en la Biblia; pero la Biblia enjuicia los
fenómenos del Espiritismo. En realidad el primer médium que hubo en el
mundo fue una serpiente. (Gen. 3:1). El primer espíritu que habló a
través de un médium fue Satanás. (2a Cor., 11:3. Rev.; 12:9). Y la
primera víctima del sistema espiritista fue Eva. Y el primer milagro,
efectuado por el Diablo fue hacer que la serpiente hablase.
En el
libro de Deuteronomio, Cap. 18: Versículos 10 y 11 se hallan las
siguientes palabras que Dios dirigió a su pueblo Israel: "No sea hallado
—entre vosotros—... quien pregunte a pitón". En el libro primero del
profeta Samuel, Cap. 28, Ver. 7, leemos que el rey Saúl dijo a sus
criados : "Buscadme una mujer que tenga espíritu de pitón".
Y en
el libro de Crónicas, Cap. 10, Ver. 13, dice que Saúl murió a causa del
pecado que cometió, contra Dios, cuando fue a consultarse con un
espíritu pitónico.
Y en el libro de los Hechos cap., 16: v., 16,
se menciona el caso de una muchacha que adivinaba por medio de un
espíritu pitónico que se había posesionado de ella.
¿Qué es un
espíritu pitónico? A la luz de las Sagradas Escrituras, un espíritu
pitónico es un espíritu satánico. Y una pitonista es una médium.
La
palabra de Dios nos enseña que el Espíritu de Dios obra en el corazón
de los verdaderos hijos de Dios. (Romanos 8: 9, 15, y 26).
Y nos enseña también que el espíritu de Satanás obra, en el corazón de todos los que no obedecen a Dios. (Efesios 2:2).
Y
el apóstol Pablo, en Efesios 6:11 y 12, nos dice: "Vestíos de toda la
armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del
diablo. Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra
principados, potestades, señores del mundo, gobernadores de estas
tinieblas, contra malicias espirituales en los aires". La palabra de
Dios nos advierte que nuestros peores enemigos no son hombres de carne y
hueso, sino espíritus malignos —"malicias espirituales"— para resistir a
los cuales es preciso echar mano de toda la armadura que Dios nos
proporciona. (Efe. 6: 13 al 18.)
Queda demostrada la existencia de
espíritus malignos, y que tales espíritus se posesionan de las
personas. Por eso el apóstol Juan nos dice: "No creáis a todo espíritu,
sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas
han salido por el mundo". (1a de Juan 4:1).
b) Ya hemos dicho que
el primer caso de espiritismo tuvo lugar en el Jardín del Edén, cuando
Satanás engañó a Eva, tomando como instrumento a una serpiente. Ahora
bien, el auge del Espiritismo ha comenzado hace 100 años; y actualmente
es considerable el número de personas que se están entregando a las
prácticas del sistema espiritista. Quizás haya contribuido a ello, entre
otros factores, la publicidad que se les está dando a los fenómenos del
espiritismo, por parte de la prensa y la radio. Y mencionamos el auge
del Espiritismo porque en esto mismo vemos el cumplimiento de la palabra
de Dios. En 1a de Timoteo, Cap. 4: Versículo 1, dice: "El Espíritu
—Santo— dice que algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus de
error y a doctrinas de demonios". Estas palabras quizás les parezcan un
poco duras a los espiritistas, pero la cuestión es que los mismos
escritores espiritistas reconocen, quo hay espíritus que engañan, a fin
de obtener la ruina suprema del ser humano. Y esta afirmación, de los
escritores espiritistas, está de acuerdo con la palabra de Dios que
dice, que "algunos... escucharán a espíritus de error", y adorarán a los
demonios. (Rev., 9:20).
El auge actual del Espiritismo está profetizado en la palabra de Dios.
c)
La reencarnación de las almas a la luz de la palabra de Dios. El
Espiritismo sostiene que las almas, cuando a la hora de la muerte
abandonan los cuerpos, quedan vagando por el espacio sujetas, a lo que
los espiritistas llaman, ley de reencarnación. ¿Cuál es el propósito de
la reencarnación según el Espiritismo? El propósito es la purificación
del alma, mediante el sufrimiento y la experiencia. Según esta teoría,
el alma de una persona mala, en la próxima reencarnación, tendrá, que
convertirse en esclavo, idiota, tullido, contrahecho o algo por el
estilo, a fin de expiar sus culpas de vidas anteriores.
Si la
teoría de la reencarnación fuese cierta, y si esta teoría condujese a
los seres humanos por la senda de la perfección y la pureza, como
afirman los espiritistas, en este caso, ¿no es verdad que la humanidad
debiera de ir mejorando a medida que pasan los años? Ahora bien, cuál es
la realidad en este aspecto? Pues la realidad es que la humanidad lejos
de elevarse en el aspecto moral cada día que pasa se hunde más y más en
el fango del pecado, el egoísmo, el odio, el crimen y la ignorancia.
Si
la teoría de la reencarnación fuese cierta ¿no es verdad que debiéramos
de recordar, por lo menos, algo de lo que fuimos en otras vidas? La
realidad es que nadie recuerda nada, sencillamente porque la
reencarnación no existe. Y no se puede recordar lo que no se vive.
Si
la teoría de la reencarnación fuese cierta ¿cuántas veces tendría que
reencarnar el ladrón que murió arrepentido al lado de Cristo en el
Calvario? Si Jesucristo hubiera creído en la reencarnación, entonces,
cuando el ladrón le dijo: "Acuérdate de mí cuando vinieres en tu reino".
Jesús le hubiera contestado: Mira, tú estás muriendo por ladrón, y
tendrás que volver a reencarnar hasta que te purifiques. Pero Jesús le
dijo al ladrón: "Hoy estarás conmigo en el paraíso", sin ninguna
reencarnación.
La Palabra de Dios enseña, que el hombre se
purifica por la sangre de Cristo: y se perfecciona por el poder del
Espíritu Santo. La teoría de la reencarnación es anticristiana porque
menosprecia el poder, la gracia, y la virtud del Espíritu de Dios, para
acudir a una naturaleza de espíritus que engañan y trastornan. La teoría
de la reencarnación es anticristiana porque desprecia el sacrificio de
Cristo, y enseña a la humanidad que tiene que purificarse por medio del
sufrimiento propio, a través de sucesivas reencarnaciones.
Algunos
escritores espiritistas dicen que Cristo enseñó la teoría de la
reencarnación. Para demostrar que Jesucristo no enseñó tal cosa vamos a
citar sus palabras tal como se hallan en el Evangelio de Juan, Cap., 5:
Versículos 28 y 29, donde dice: "Vendrá hora cuando todos los que están
en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios: y los que hicieron bien
saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron mal a resurrección
de condenación". Como vemos por estas palabras, que acabamos de citar,
Cristo enseñó, con toda claridad, la resurrección de los cuerpos de
todos los muertos. Ahora bien, la resurrección de los cuerpos, y la
reencarnación de las almas —estas dos cosas— entrañan una tremenda
contradicción. Porque, si un alma reencarna —supongamos por ejemplo— 500
veces, resultará que el día de la resurrección se levantarían 500
cuerpos, para los cuales solamente habría un alma. Cristo enseñó la
resurrección de los cuerpos; pero no enseñó la reencarnación de las
almas.
Las almas ni vagan ni reencarnan. En la Epístola a los
Hebreos, Cap. 9: V. 27, dice "que está decretado a los hombres que
mueran UNA SOLA VEZ, y después de esto el juicio". Y con esto concuerdan
las palabras de Eclesiastés 12: 1 al 7, donde dice: "Acuérdate de tu
Creador... Antes que se obscurezca el sol... Antes que la cadena de
plata se quiebre... Antes que el polvo se tome a la tierra como era, y
el espíritu se vuelva a Dios". Lo que dice este lenguaje poético de
Ecc., es lo siguiente: Acuérdate de Dios antes que te mueras, porque
después será demasiado tarde, por cuanto está decretado que los hombres
mueran "una sola vez". En Lucas Cap., 16: Versículo 19 al 31, el Señor
Jesucristo nos presenta el caso de dos hombres, pobre el uno, y rico el
otro, y nos dice que murió el pobre y su alma fue al Seno de Abraham — a
la felicidad; y murió también el rico y su alma fue a un lugar de
tormento. Entonces el rico, al verse en aquel lugar, clamó diciendo:
"Padre Abraham, ten misericordia de mi. Y Abraham le contestó: No te
podemos socorrer, porque entre nosotros y vosotros hay un abismo tan
ancho y profundo, que no se puede pasar de aquí ahí, ni de ahí aquí.
Entonces el rico, al ver que su mal no tenía remedio pensó en 5 hermanos
que le quedaban en el mundo; y suplicó a Abraham que enviase el
espíritu de un muerto a casa de sus hermanos para hacerles saber que
después de la muerte hay un lugar de tormento para los incrédulos, y un
lugar de consuelo para los que obedecen a Dios. Esto es lo que pedía el
rico; pero Abraham le contestó que sus 5 hermanos podían conocer la
verdad, acerca del futuro, acudiendo a la palabra de Dios. La petición
de que fuese enviado un espíritu al mundo, tuvo una respuesta negativa.
De las enseñanzas de Cristo, en Lucas 16: 19 al 31, aprendemos
1.
Que las almas no reencarnan. El hombre rico, de la historia, había
muerto una sola vez y su alma había ido a parar a un lugar del que ya no
podía salir.
2. Que después de la muerte no hay más oportunidad de salvación.
Y en 3er lugar, que los espíritus de los muertos no vagan, ni vuelven a este mundo ni es necesario que vuelvan.
Cuando
al salmista David se le murió el niño, hijo de Bat-seba, dijo estas
palabras: "Yo voy a é1, más é1 no volverá a mí". David sabía que el día
que se muriese, su alma iría al mismo lugar a donde había ido el alma de
su hijo; pero sabía también que el alma de su hijo no volverá para
encontrarse con é1 en este mundo.
Las almas de los que no creen al
Evangelio, van a un lugar de tormento, en el que permanecerán hasta el
día de la resurrección de sus cuerpos; y las almas de los que mueren en
la fe del Señor, van al cielo, y permanecerán allí hasta el día de la
resurrección de sus cuerpos. Las almas ni vagan ni reencarnan.
d)
Si las almas no vagan, como acabamos de demostrar, entonces …¿qué clase
de espíritus son los que se posesionan de algunas personas, y se
manifiestan en el campo del Espiritismo? Algunos, poco documentados en
la materia, pretenden negar los fenómenos del Espiritismo. Nosotros
reconocemos que hay fraude en el Espiritismo, pero no negamos los
fenómenos, al contrario, podemos probar la realidad de tales fenómenos, y
también la naturaleza de los espíritus que los producen.
1) La
palabra de Dios nos enseña —en Efesios 6:12— que hay espíritus de
maldad, que vagan en el espacio, que persiguen la ruina del género
humano, y que únicamente nos podemos ver libres de ellos por el poder de
Dios. En las epístolas de Pedro y Judas, se nos dice que hubo una
rebelión de ángeles contra Dios, y que, como resultado de tal rebelión,
Dios creó el infierno para el diablo, y sus ángeles. (Mat., 25:41. 2a
Pedro 2:4. Judas 6). En el N. T. se mencionan las palabras "demonio" y
"demonios" 68 veces. Y las palabras: espíritus de demonios, espíritus
inmundos, y espíritus malos, 34 veces. En Mateo 25:41, se da a entender
que Satanás es el rey de los ángeles caídos; y en Mateo 9:34, se
presenta como el príncipe de los demonios; y leyendo Marcos 7:25 al 29,
vemos que un espíritu inmundo y un demonio, es la misma cosa. Ahora
bien, el estudio comparado de los pasajes mencionados nos lleva a la
siguiente conclusión: los llamados "malos espíritus", "espíritus de
demonios" y "espíritus inmundos", todos estos nombres se refirieron a
una misma clase, de espíritus: los ángeles caídos, de los cuales Satanás
es el rey.
Ya hemos dicho que estos espíritus malignos —ángeles
caídos— vagan por el espacio, según Efesios 6:12. Su destino final es el
infierno, (Mat., 25:41) pero serán encerrados allí hasta el día de la
Segunda Venida de Cristo al mundo. (Rev., 20: 1 al 3.) Hemos establecido
la identificación de los espíritus malignos, demostrando —bíblicamente—
que son los ángeles caídos.
2) Ahora vamos demostrar que los
espíritus malignos se posesionan de los seres humanos, y los atormentan.
En Mateo 10: V., 8, dice que cuando el Señor envió a los 12 apóstoles,
los ordenó que "echasen fuera demonios". Y en Hechos 5:16, dice que
acudían a los apóstoles, multitud de enfermos y atormentados de
espíritus inmundos. En Marcos 1:34, dice que Cristo echó fuera de la
gente "muchos demonios". Y en Lucas 8:2, habla de algunas mujeres "que
habían sido curadas de malos espíritus". Y en Marcos 16:9, dice que
Jesús había echado, de María Magdalena, "siete demonios".
Y en
Mateo 12:43 al 45, leemos las siguientes palabras pronunciadas por
Cristo: "Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, anda por
lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Me volveré
a mi casa de donde salí: y cuando viene la halla desocupada, barrida y
adornada. Entonces el espíritu va, y toma consigo otros siete espíritus
peores que él, y entrados moran allí," en el hombre.
En los
pasajes citados, y en otros muchos que podríamos citar, la palabra de
Dios nos enseña que hay espíritus malignos, y que éstos se posesionan de
los seres humanos y los atormentan. Algunos suponen que en la
actualidad los demonios no se posesionan de las personas, como en los
tiempos de Cristo. Pero nosotros, analizando el estado físico, moral, y
espiritual, de la sociedad, a la luz de las Sagradas Escrituras
afirmamos que jamás en la historia de la humanidad, los espíritus
malignos han desarrollado una actividad más intensa que la que están
llevando a cabo en estos tiempos. (Véase Rev., 12: 9 al 12.)
A la actividad de los espíritus malignos se debe el auge del Espiritismo, y la santería.
Los
espíritus malignos son los que impulsan a los hombres a sacrificar
niños inocentes en actos de brujería. Muchos arrebatos de locura,
crímenes espantosos, y actos de suicidio son provocados por los malos
espíritus. Y esa terrible tragedia que viven muchos seres humanos, se
debe a espíritus, que se estén enseñoreando de ellos; que los mantienen
en un constante tormento; que les cierran el entendimiento Para que no
vean la verdad del Evangelio, y en cambio les hacen ver visiones, y
creer que lo malo es bueno y lo bueno malo.
Habiendo probado que
los espíritus malignos se posesionan de los seres humanos, ahora
pasaremos a demostrar que los espíritus hablan por medio de las personas
en quienes están posesionados. En Lucas 4:33 y 34, dice que "estaba en
la Sinagoga un hombre que tenía espíritu de un demonio inmundo, el cual
exclamó a gran voz diciendo:
¿Qué tenemos contigo Jesús Nazareno?
¿Has venido a destruirnos? Yo te conozco —dijo el espíritu— tu eres el
Santo de Dios". En este pasaje vemos que el espíritu inmundo habló por
medio del hombre en quien estaba posesionado. Y en Hechos, cap. 19,
versículos 11 al 16, se relata un caso muy interesante: dice, que hacía
Dios grandes maravillas por medio de Pablo, de tal manera que cuando el
apóstol invocaba el nombre de Cristo, sobre los que tenían malos
espíritus, estos salían de las personas. Entonces, algunos hechiceros,
intentaban imitar al Apóstol, y enfrentándose con un hombre que tenía un
espíritu malo, los "exorcistas", le dijeron al espíritu: "Os conjuro
por Jesús, el que Pablo predica". Y el espíritu contestó: (V. 15) "A
Jesús conozco, y sé quien es Pablo mas vosotros ¿quién sois?" En este
pasaje dice que el espíritu habló, por medio del hombre en quien estaba
posesionado. (Véase Hechos 16:16 al 18). Hemos demostrado que hay
espíritus malignos, y que estos espíritus se posesionan de los seres
humanos, y que hablan por medio de ellos.
4) Y a continuación
vamos a probar que esos espíritus demoníacos pueden enfermar, y volver
loca, a la persona en quien se posesionan. En Marcos 5:1 al 15, y Lucas
8:27 al 39, encontramos la historia impresionante de un hombre, conocido
con el nombre de, "el endemoniado gadareno”. Jesús fue a la provincia
de los Gadarenos, y al llegar a aquella tierra, le salió al encuentro un
hombre, desnudo que vivía en un cementerio. Y dice Marcos, en su
Evangelio, que aquel hombre había sido atado muchas veces, con grillos y
cadenas: pero las cadenas las había hecho pedazos, y los grillos los
había desmenuzado; y nadie le podía domar. Y agitado por el demonio,
andaba siempre por los sepulcros y por los montes, dando voces e
hiriéndose con piedras. El gadareno era un loco indomable. Pero la causa
de su locura no era otra que aquella legión de demonios que se había
apoderado de él. Cuando el gadareno se encontró con Jesús, el Señor,
ordenó a los espíritus inmundos que saliesen de aquel hombre; y los
espíritus tuvieron que salir. Y el gadareno, al verse libre de los
demonios, recobró su sano juicio, y el Señor le dijo: Ahora vete a tu
casa, y cuenta cuán grandes cocas ha hecho Dios contigo. Y el hombre fue
e hizo lo que Jesús le mandó.
En Marcos, cap. 9: versículos 17 al
29, se relata la historia de un padre que fue a donde estaba Jesús y le
dijo: Maestro, traigo a ti a mi hijo, que tiene un espíritu mudo, el
cual donde quiera que le toma le derriba; y hecha espumarajos, y cruje
los dientes; y como resultado, mi hijo se va secando. Algunos, que no
creen que los demonios se posesionan de las personas, dicen que lo que
tenía aquel muchacho, es que padecía de ataques epilépticos. Los
síntomas físicos eran de ataques epilépticos; ahora bien, ¿cuál era la
causa de aquellos ataques? El padre, del joven, los atribuía a un
espíritu malo; y el Señor Jesucristo estuvo de acuerdo en que la
enfermedad del joven se debía al espíritu. Y la prueba la tenemos en
que, efectivamente, el Señor echó un espíritu malo de aquel joven. De
esta historia aprendemos que los espíritus enferman a los seres humanos;
pero además aprendemos —en el pasaje citado— que entre los espíritus
malignos hay unos que son peores que otros. (V., 29).
El escritor
espiritista Febo de Limosín, en la Pág. 173 de su libro titulado:. "Para
hablar con los espíritus", dice lo siguiente: "El Espiritismo está
lleno de peligros... Las alucinaciones, la falta de salud, la idiotez, y
la locura, es la cosecha que recogen muchos espiritistas."
Nosotros
podríamos citar aquí, —si tuviésemos espacio— muchos ejemplos,
arrancados de la vida real, de personas enfermas y atormentados por los
espíritus, como el gadareno; y también de personas empujadas al
suicidio, por espíritus que se habían posesionado de ellas. Ya hemos
visto que según las Sagradas Escrituras, los espíritus malignos, pueden
producir la locura, y otras enfermedades, en aquellas personas en
quienes se posesionan.
5) Ahora vamos a demostrar que los
espíritus malignos, no solamente engañan, sino que, a veces, imparten
conocimientos que están más allá del conocimiento normal de las personas
en quienes están posesionados. En el libro de "Los Hechos", Cap. 16:
versículos 16 al 19, se encuentra uno de los pasajes más importantes de
la Biblia, en relación con el tema que venimos considerando. Este pasaje
nos habla de una muchacha, esclava, que tenía un espíritu pitónico y
que producía mucho dinero a sus amos adivinando. La citada joven comenzó
a seguir a Pablo y a sus compañeros, diciendo a voces: "Estos hombres
son siervos del Dios Alto, los cuales os anuncian el camino de
salvación". Pero un día, Pablo se cansó de oír aquellas voces, y
volviéndose atrás dijo al espíritu: "Te mando en el nombre de Jesucristo
que salgas de ella". Entonces el espíritu salió de la muchacha, y ésta
ya no pudo adivinar más. Es evidente que la joven; mencionada en esta
historia, adivinaba bajo la influencia de aquel espíritu diabólico que
estaba en ella. Y la prueba de que adivinaba la tenemos en la actitud
que asumieron los amos de la esclava cuando vieron que su negocio había
sido perjudicado por el Apóstol.
En el artículo de "Selecciones":
"Una mujer que habló con los muertos", dice el articulista que una vez, a
una señora se le había extraviado una libreta de banco. Entonces fue a
preguntarle a la médium, y esta le dijo donde estaba la libreta.
A
nosotros no nos sorprende nada de cuanto nos digan de un médium
espiritista; pues admitimos que una persona poseída por los espíritus
malignos, puede saber dónde se halla un objeto perdido; y también puede
saber lo que pasa a miles de kilómetros de distancia. ¿Qué ser humano
puede medir la capacidad de conocimiento de un ángel caído? Pues como
nosotros no sabemos hasta dónde llegue el conocimiento de esos espíritus
tampoco podemos limitar las posibilidades de conocimiento de una
persona poseída de demonios. Una persona puede adivinar por medio de un
espíritu satánico. Y la palabra de Dios nos advierte, en Deuteronomio,
Cap. 13: versículos 1 al 5, que hasta es posible que un falso profeta
lance una profecía y que suceda lo que el falso profeta anuncie. De lo
que es posible un espíritu, tenemos una muestra en el Cap. 22 del libro
1a de Reyes. Allí se nos dice que un solo espíritu engañó a 400 hombres,
que se las daban de profetas del Rey Acab. Véase además: Isa., 44, 25.
Jeremías 27:8 y 10. Y Ezequiel, 13:6 y 7.
Habiendo demostrado la
existencia de espíritus malignos que vagan por el espacio; y que esos
espíritus se posesionan de las personas; y que hablan por medio de
ellas; y que, en muchos casos, son la causa de enfermedades, locuras, y
suicidios; y que una persona poseída de demonios puede adivinar;
habiendo probado estos cinco puntos, a la luz de la palabra de Dios;
pasaremos ahora al siguiente e importante aspecto.
e) Satanás, sus
ángeles, y sus ministros pueden hacer milagros. En el libro de Job,
Cap. 1: versículos 12 al 22, dice que Dios le permitió a Satanás que
probase a Job. Y con el permiso de Dios, Satanás obró, uno tras otro,
los tres milagros siguientes:
1° El Diablo movió la voluntad de los "Caldeos" y los "Sabeos", para que fuesen a robar los ganados de Job y meter sus criados.
2° El Diablo hizo llover fuego, que quemó las ovejas de Job, y los pastores.
3° El Diablo produjo un viento tan fuerte que derribó —por los cuatro costados a un tiempo— la casa donde estaban los 10 hijos de Job, y los mató a todos.
2° El Diablo hizo llover fuego, que quemó las ovejas de Job, y los pastores.
3° El Diablo produjo un viento tan fuerte que derribó —por los cuatro costados a un tiempo— la casa donde estaban los 10 hijos de Job, y los mató a todos.
En los Cap. 7 y 8 de Éxodo, dice que cuando Moisés se presentó
delante de Faraón, rey de Egipto, obró, entre otros, los siguientes
milagros: 1: Convirtió una vara de madera en una Culebra (7:10); 2°
Convirtió las aguas de Egipto en sangre (7:20); 3° Hizo que surgiese una
plaga de ranas que cubrían la tierra (8:6) y 4° Hizo que el polvo de la
tierra se convirtiese en piojos (8:17). Frente a estos hechos, Faraón
llamó a sus magos Jannes y Jambres, para que le diesen una explicación
de aquellos hechos. Y los magos trataron de neutralizar el efecto de los
milagros, obrados por Moisés, diciéndole a Faraón, que ellos podían
producir los mismos milagros sin necesidad del poder del Dios, que
invocaba Moisés; y en efecto, dice la Escritura, que convirtieron sus
varas en culebras (7:12). Que convirtieron el agua en sangre (7:22). Que
hicieron surgir una plaga de ranas (8:7). Pero cuando intentaron
convertir el polvo en piojos, esto no pudieron hacerlo; y entonces
confesaron que los milagros de Moisés, eran efectuados por el poder de
Dios (8:19).
Hablando de los milagros de Egipto, dice el doctor
Carroll, que allí hubo una lucha entre Dios y el Diablo: Dios obraba por
medio de Moisés, y el Diablo obraba por medio de Jannes y Jambres (2a
de Tim., 3:8).
En el sermón profético de Mat., 24., versículo 24,
el Señor Jesús nos advierte que se levantarán falsos cristos y falsos
profetas, que harán grandes señales y prodigios; de tal manera que
engañarán, si es posible, aún a los escogidos de Dios. Y refiriéndose al
Anticristo, dice el Apóstol en 2a de Tesa, 2:9— que hará señales y
milagros mentirosos". Y en Apocalipsis Cap., 13: versículos 13 al 15,
dice que el Anticristo tendrá un falso profeta; y este falso profeta del
Anticristo, engañará, a los moradores de la tierra, por medio de las
señales que efectuará. La palabra de Dios nos advierte que, entre otros,
el falso profeta hará estos dos milagros: 1° Hará. "descender fuego del
cielo a la tierra delante de los hombres". 2° Mandará a la gente que
hagan una imagen del Anticristo, y entonces, —para asombro de la
humanidad— aquella imagen hablará, como si fuese un ser viviente.
¿Podéis imaginaros la impresión que causará a los hombres, el contemplar
una estatua (la imagen del Anticristo) que hablara como si fuese un ser
viviente? Con razón dice el Señor, que engañarán, si es posible, aún a
los escogidos". El Anticristo va a decirle al mundo que él es Dios, y
para que la gente lo crea efectuará los milagros a que nos hemos
referido y los hombres van a creer lo que les diga el Anticristo, y
creyendo adorar a Dios, van a adorar al mismo engendro de Satanás.
El
Diablo, sus Ángeles, y sus ministros, siempre han hecho milagros para
engañar a la humanidad; y la palabra de Dios nos indica que a medida que
se vaya acercando el fin; los milagros mentirosos de Satanás y sus
huestes, irán aumentando en cantidad, y en calidad.
Si a mí me
dicen que los espiritistas hacen hablar a un animal; que sanan a un
enfermo; que matan por medio de hechicerías, a una persona que no sea
convertida; que hacen llover fuego; que hacen hablar a una estatua; que
convierten un pedazo de madera en un reptil; y que transforman el agua
en sangre; si me dicen que hacen estos y otros milagros, no me
sorprenden, porque la palabra de Dios nos advierte que Satanás, y sus
ministros, hacen, o pueden hacer, tales cosas, pues en Rev., 16:14, dice
que hay espíritus de demonios que "hacen señales" y milagros para
engañar a la humanidad. (Véase Hechos, 8:9 y 11).
Hemos demostrado
que los fenómenos que se atribuye el Espiritismo, son posibles, a la
luz de la palabra de Dios. Y hemos probado, sin lugar a dudas, que tales
fenómenos no se deben a los espíritus de personas muertas, sino a los
ángeles caídos: llamados también: "espíritus malignos", "espíritus
inmundos", y "espíritus de demonios". Y para corroborar lo que dejamos
dicho, veamos, a continuación.
f) La actitud de Dios frente a las prácticas del Espiritismo.
En
Éxodo 22:18, dice: "A la hechicería no dejarás que viva". En Levítico
19:31, dice así: "No os volváis a los encantadores y adivinos: no los
consultéis ensuciándoos con ellos". Y en el Cap., 20. versículo 6, dice:
"Y la persona que atendiere a encantadores o adivinos, para
prostituirse tras ellos, yo pondré mi rostro —dice el Señor— contra la
tal persona". Y en Levítico 20:27, dice que "el hombre o la mujer en
quienes hubiere espíritu pitónico o de adivinación, han de ser muertos".
Cuando
el rey Saúl obedecía a Dios, y en cumplimiento de estos pasajes que
acabamos de leer, dice la Escritura que limpió la tierra de Israel de
médiums, hechiceros, y adivinos. 1a Sam., 28:3 y 9). Pero cuando Saúl se
apartó de Dios, y se vio en angustia, entonces acudió a una médium. Y
en 1a de Crónicas 40:13, dice que Saúl murió —como murió— a causa de su
rebelión contra la palabra de Dios; y porque consultó al pitón, o sea, a
la médium. Y según Deuteronomio 18:9 al 14, Dios le dijo al pueblo de
Israel: "No sea hallado en ti, practicante de adivinaciones ni agorero,
ni hechicero no fraguador de encantamientos, ni quien pregunte a
espíritu pitónico, (V. M.) ni quien pregunte a los muertos. Porque estas
cosas son abominación a Jehová tu Dios". Las palabras de Deut., 18:10
al 14, abarcan todas las prácticas, de todas las ramas del Espiritismo. Y
sobre todas esas prácticas dice Dios: "estas cosas me son abominación".
(Véase II Rey., 21:6). Esto nos demuestra que el sistema espiritista no
es de Dios, porque no pueden ser de Dios aquellas prácticas, que Él
condena en su palabra, diciendo que le son repulsivas y abominables.
g)
Cuando una persona va a vender, o empeñar, una joya, el joyero, para
saber si la prenda es, o no es, lo que le dicen, suele aplicarle un
líquido: Si la joya resiste la prueba, es buena; pero si se pone negra,
entonces es falsa. En este mundo, lleno de espíritus malignos, que —como
algunos espiritistas reconocen— lo que buscan es engañar y confundir a
la humanidad, Dios nos ha dado un medio para determinar cuándo una cosa
está, o no está, de acuerdo con la voluntad de Dios. En el libro del
profeta Isaías, cap. 8: versículos 19 y 20, dice así "Y si os dijeren:
preguntad a los espíritus y a los adivinos, que susurran hablando,
vosotros responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Apelara por
medio de los vivos a los muertos? ¡A la ley y al testimonio! Si no
dijeren conforme a esto es que no les ha amanecido". El Señor nos dice
que siempre que nos quieran inducir a que acudamos a los adivinos,
médiums, o espíritus; nosotros debemos acudir "A la ley y al
testimonio", expresión ésta que quiere decir: A la palabra de Dios ¿Y
para qué debemos acudir a la palabra de Dios? En primer lugar, para
conocer la verdad, y en segundo lugar, para saber si aquellas prácticas a
las que nos inducen, están, o no están, de acuerdo con la voluntad de
Dios.
Supongamos, por ejemplo, que una persona me dice a mí que
debo acudir a un astrólogo, hechicero, mago, adivino o médium
espiritista, con el propósito de resolver mis problemas del pasado,
presente, o futuro; o bien para que me oriente en la vida. Si una
persona me diese tal consejo, yo tomaría las Sagradas Escrituras y le
leería Deut., 18:9 al 14, e Isaías 8:19 y 20, para demostrarle, a mi
inductor, que me está aconsejando una cosa que Dios condena y aborrece; y
por consiguiente los que se someten a tales prácticas, es “porque no
les ha amanecido". (Véase Rev., 21:8).
Una de las cosas que más
confunde a los que conocen la palabra de Dios, es el hecho de que el
Espiritismo, invoca el nombre de Dios, en sus prácticas. No negamos que
la mayoría de los espiritistas invoquen el nombre de Dios, de buena fe.
Ahora bien, ¿están los espiritistas dispuestos a obedecer a Dios, a la
luz de las Sagradas Escrituras? ¿Están dispuestos a creer que Cristo
murió por nuestros pecados? ¿Están dispuestos a creer que la sangre de
Cristo nos limpia de todo pecado? Porque una cosa es invocar el nombre
de Dios, y otra cosa es obedecerle en todo. (Juan 7:17 y Mat., 7:21)
Hemos
demostrado: primero, que las almas de los muertos, ni vagan, ni
reencarnan, ni pueden venir a los centros espiritistas; segundo, que
existen espíritus malignos —ángeles caídos— que vagan por el espacio, y
que pueden producir, y producen, todos los fenómenos que reclama para sí
el Espiritismo, inclusive, sanar enfermos y hacer otros milagros;
tercero, que las prácticas del Espiritismo son contrarias a la voluntad
de Dios; cuarto, que la palabra de Dios es la regla divina que nos
enseña la verdad y nos capacita para discernir entre la verdad y el
error, la luz y las tinieblas.
Y finalmente queremos decir que el
único que nos puede librar de los demonios, es Jesucristo. Los demonios
no pueden molestar, ni hacer daño a los verdaderos hijos de Dios. El que
de verdad confía en Dios, no le teme al mal de ojo, ni a la brujería.
El hijo de Dios "se guarda a si mismo, y el maligno no le toca". I de
Juan 5:18. (Véase Efesios 6:11 al 18).
Escrito por Domingo Fernández Suarez.