El Melancólico
Vida emotiva
Cualidades: Sensible y rico interiormente, analítico, tierno y reflexivo.
Defectos: Depresivo y pesimista, le gusta dar una imagen de sufrido. Hipocondríaco, e introspectivo, orgulloso y egocéntrico.
Defectos: Depresivo y pesimista, le gusta dar una imagen de sufrido. Hipocondríaco, e introspectivo, orgulloso y egocéntrico.
Su Vida de relaciones
Cualidades: Amigo sacrificado, leal y constante, cauteloso y afectivo para elegir sus amistades.
Defectos: Crítico, severo y perfeccionista. Preocupado por lo que piensan los demás, desconfiado. Capaz de explotar con ira si lo acosan, rencoroso y vengativo.
Es apático con los que piensan diferente, dificulta sus relaciones.
Defectos: Crítico, severo y perfeccionista. Preocupado por lo que piensan los demás, desconfiado. Capaz de explotar con ira si lo acosan, rencoroso y vengativo.
Es apático con los que piensan diferente, dificulta sus relaciones.
En su trabajo
Cualidades: Perfeccionista, preciso y analítico. Autodisciplinado, termina lo que empieza. Apto para trabajos creativos e intelectuales.
Consciente y eficaz, es talentoso, tiene rasgos de genialidad y conoce sus limitaciones.
Defectos: Indeciso. Más teórico que práctico. Anteproyectos novedosos, es poco decidido y analiza las cosas en exceso, deprimiéndose.
Elige tareas de máximo sacrificio. Se pone irascible cuando realiza trabajos creativos.
Consciente y eficaz, es talentoso, tiene rasgos de genialidad y conoce sus limitaciones.
Defectos: Indeciso. Más teórico que práctico. Anteproyectos novedosos, es poco decidido y analiza las cosas en exceso, deprimiéndose.
Elige tareas de máximo sacrificio. Se pone irascible cuando realiza trabajos creativos.
Su mayor necesidad
Caminar por fe y ver el futuro con
optimismo. El Espíritu Santo, puede ayudarle a amar a los demás, ser
menos exigente y así mejorará su capacidad de relacionarse. Obedecer y
confiar más en el Señor y no en sí mismo. Cambiar su pesimismo por
gratitud. Superar su espíritu crítico. Olvidarse de sí mismo y servir a
los demás. Entender que Dios quiere su disposición y no su perfección.
Algunos personajes melancólicos de la Biblia: MOISÉS, ELÍAS, JUAN, TOMÁS.
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