La existencia del hombre
tiene un significado trascendental y la tarea de encontrar el sentido
de nuestra vida, es un asunto que no debemos descuidar.
El hombre fue creado para conocer a Dios y vivir en una comunión íntima con Él, en plenitud de armonía celestial y dicha divina.
El hombre fue creado para conocer a Dios y vivir en una comunión íntima con Él, en plenitud de armonía celestial y dicha divina.
|
El pasaje anterior expone el impresionante cuadro de Dios habitando en medio de los Suyos, de lo cual Ex 40:34 es un gran precedente. Una traducción libre del original griego al español podría decir, que Cristo, quien es la Palabra (el Verbo), “puso su carpa entre nosotros”, o bien “puso su tabernáculo entre nosotros”.Mostrando con esto la continuidad del cumplimiento de Su anhelo.
Cristo quiere habitar en el creyente con Su presencia manifiesta con esa “gloria como del unigénito del Padre”; esa gloria expresada como “la luz (que) en las tinieblas resplandece, (ante las cuales) las tinieblas no prevalecen”.
Pero, debido a actitudes y acciones carnales, el Espíritu Santo es
contristado y la gloria de la Presencia manifiesta del Señor se disipa.
Aún así el Señor está dispuesto a vivir permanentemente en el corazón del hombre, si éste, en medio de su impotencia responde a esa disposición de Dios. Pero,
para que el hombre sepa cómo responder al anhelo de su tierno Creador,
es necesario que le sean revelados los caminos y la naturaleza de Dios.
Según David, los caminos de Dios son vistos en Su tabernáculo, Su lugar de habitación, Su santuario.
Vieron tus caminos, oh Dios;
Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en el santuario.
Salmos 68:24 (RVR)
Si deseamos Su presencia continua en nuestro corazón, pongamos atención al 'mensaje que Dios' nos da en la orden de hacerle una morada y los detalles preciosos que esto involucra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario