¿Por qué fracasa el comunismo?
Por Eduardo Casanova
Desde que nací hasta mis cuarenta años estaba convencido de que el
comunismo era invencible. Salir de una dictadura de derechas era
posible, y lo habíamos comprobado aquí el 23 de enero de 1958. Pero
salir de una dictadura comunista parecía imposible, hasta que cayó el
muro de Berlín, la Unión Soviética dejó de ser comunista y se disolvió y
los países satélites, que habían sido obligados a ser comunistas por la
II Guerra Mundial, recuperaron la libertad. ¿Por qué fracasó de esa
manera el comunismo? Tiendo a creer que por la imperfección del Hombre.
Si el hombre no fuera imperfecto, posiblemente aceptaría un período de
opresión para llegar después a la libertad absoluta, que es lo que
proponían con miradas de cielo los comunistas en sus inicios. Pero nadie
–como solía decir con mucha razón Arturo Uslar Pietri– acepta vivir
como un pordiosero durante un año con la promesa de que va a ser
multimillonario después. Todo el mundo exige lo que llaman el aquí y el
ahora. Eso es parte de la naturaleza humana. Y el primer problema del
comunismo es que es contrario a la naturaleza humana. Y la naturaleza
humana no es un capricho, ni es siquiera producto de la educación,
pasible de cambiar con una reorientación bien inducida. La naturaleza
humana es producto de millones de años de evolución y le viene dada a
todo individuo a través del genoma. La casi totalidad de los seres
humanos quiere progresar, quiere tener su casa propia, quiere tener sus
propias cosas, quiere especificidad. Y entre muchas otras cosas, ésas
son negadas por el comunismo. Podríamos hablar de mil situaciones y de
mil realidades que demuestran que el comunismo tiene que fracasar pero
quiero centrarme en un solo aspecto: la incompetencia. Casi todos los
comunistas que he conocido a lo largo de mi vida, que ya pasa de siete
décadas, son abiertamente incapaces y perezosos. Algunos que no lo son,
especialmente los jóvenes, son idealistas hasta lo imposible. Rómulo
Betancourt y una buena parte de los jóvenes de la Generación del 28
fueron comunistas, pero al madurar se dejaron de eso. Unos pocos
siguieron diciendo que lo eran por purita conveniencia, pero sus vidas y
sus actuaciones demostraban que también habían dejado de serlo. Los que
siguieron siéndolo fracasaron en sus vidas. Pompeyo Márquez, Teodoro
Petkoff y los que hace cuarenta años fundaron el MAS habían sido, hasta
entonces, comunistas, y en cuanto maduraron, dejaron de serlo. Los que
no dejaron de serlo, ahora que han llegado a posiciones de gobierno, han
demostrado más allá de toda duda, su incapacidad, su incompetencia, su
absoluta carencia hasta de inteligencia. Por eso, pues, fracasa el
comunismo, básicamente porque ignora la naturaleza humana, y porque los
comunistas son incompetentes. En la Venezuela actual llegaron al poder,
entre otras cosas, porque se disfrazaron, pero en funciones de gobierno
se les ve lo que son, se les mide por el triste fracaso de las políticas
del gobierno actual. Lo que hay que hacer es apartarlos del poder, como
sea, ya no importa ni siquiera el cómo. Llegaron engañando, se han
mantenido trampeando, son incompetentes y están dañando al país y a sus
habitantes. Nadie puede alegar razones morales para no actuar como hay
que actuar para sacarlos del poder. Y para sacarlos del poder cualquier
camino es bueno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario