Oraciones que derrotan a los Demonios combina la oración y la confesión
de la Palabra de Dios para penetrar toda oposición demoníaca.
Orar y confesar la Palabra son dos de las armas más poderosas que están en manos de los creyentes y usted podrá ser testigo de un gran derramamiento del poder de Dios cuando combine ambas.
Comencé a escribir estas oraciones mientras estudiaba la Palabra de Dios.
El Espíritu Santo me reveló muchas partes de la escritura que debían ser desatadas mediante la oración. Así comencé a ver claramente el plan de Dios para los creyentes y la manera en que el enemigo quería detener ese plan.
El Señor me enseñó la importancia de orar con la Palabra de Dios para vencer la resistencia espiritual hacia el plan de Dios para mi vida. Estas oraciones se han fraguado durante varios años y nacieron de la guerra y la liberación espirituales; provienen de años de experiencia en el ministerio hacia personas y naciones.
El Espíritu Santo me ha ayudado a entender muchas partes de las Escrituras así como la manera de usarlas en oración.
Se presentan referencias bíblicas para la mayor parte de las oraciones. Basamos nuestras oraciones en la Palabra, pues la Palabra de Dios lo inspirará a orar, y las promesas de Dios lo motivarán a ello. Dios nos ha dado muchas preciosas y grandísimas promesas que heredamos a través de la fe (Hebreos 6:12).
Hay muchos creyentes a quienes se les dificulta orar, muchos dicen que no saben cómo hacerlo, algunos se han sentido desanimados en la oración.
Hay muchos tipos diferentes de oraciones , y como se nos dice que oremos "con toda oración y súplica" (Efesios 6:17), estas oraciones expandirán su capacidad de orar.
Usted orará de maneras diferentes a las que acostumbra, lo cual lo ayudará a superar las limitaciones de su vida de oración actual. La oración es una de las maneras en las que desatamos la voluntad de Dios en la tierra.
Debemos estudiar la Palabra de Dios para saber cuál es su voluntad, por esto, la oración y la Palabra deben estar combinadas. Daniel pudo orar efectivamente porque conocía la palabra de Dios con relación a su pueblo (Daniel 9:2-3).
Orar y confesar la Palabra son dos de las armas más poderosas que están en manos de los creyentes y usted podrá ser testigo de un gran derramamiento del poder de Dios cuando combine ambas.
Comencé a escribir estas oraciones mientras estudiaba la Palabra de Dios.
El Espíritu Santo me reveló muchas partes de la escritura que debían ser desatadas mediante la oración. Así comencé a ver claramente el plan de Dios para los creyentes y la manera en que el enemigo quería detener ese plan.
El Señor me enseñó la importancia de orar con la Palabra de Dios para vencer la resistencia espiritual hacia el plan de Dios para mi vida. Estas oraciones se han fraguado durante varios años y nacieron de la guerra y la liberación espirituales; provienen de años de experiencia en el ministerio hacia personas y naciones.
El Espíritu Santo me ha ayudado a entender muchas partes de las Escrituras así como la manera de usarlas en oración.
Se presentan referencias bíblicas para la mayor parte de las oraciones. Basamos nuestras oraciones en la Palabra, pues la Palabra de Dios lo inspirará a orar, y las promesas de Dios lo motivarán a ello. Dios nos ha dado muchas preciosas y grandísimas promesas que heredamos a través de la fe (Hebreos 6:12).
Hay muchos creyentes a quienes se les dificulta orar, muchos dicen que no saben cómo hacerlo, algunos se han sentido desanimados en la oración.
Hay muchos tipos diferentes de oraciones , y como se nos dice que oremos "con toda oración y súplica" (Efesios 6:17), estas oraciones expandirán su capacidad de orar.
Usted orará de maneras diferentes a las que acostumbra, lo cual lo ayudará a superar las limitaciones de su vida de oración actual. La oración es una de las maneras en las que desatamos la voluntad de Dios en la tierra.
Debemos estudiar la Palabra de Dios para saber cuál es su voluntad, por esto, la oración y la Palabra deben estar combinadas. Daniel pudo orar efectivamente porque conocía la palabra de Dios con relación a su pueblo (Daniel 9:2-3).
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