Incluso sin la Torá y sus Preceptos, ¡la decencia humana obliga a una persona a apreciar lo que otros hacen por ella y expresar gratitud! A cada persona, sin excepción, se le requiere ser un ser humano decente. Parafraseando a nuestros Sabios, una decencia básica es un requisito para la Torá.
*Nosotros nos sentimos heridos y ofendidos cuando otros niegan las bondades y favores que les hacemos. De hecho, nada nos disgusta más que la ingratitud. Rabí Akiva enseña, “No hagas a otro, lo que a ti mismo no te gusta”. Si nosotros encontramos la ingratitud tan desagradable ...
¿entonces cómo puede alguien ser ingrato con el Creador Mismo?
HaShem se irrita cuando la
gente se desvía del sendero de la lógica simple. Los buenos modales son
necesarios para mantener una sociedad sana y normal. La simple lógica y
el sentido común llevan a una persona directamente a los Preceptos de
la Torá. Cualquier ser humano que es honesto consigo mismo –judío o
no–judío por igual– buscará en última instancia, el camino de la Torá,
al igual que nuestros patriarcas percibieron toda la Torá a través de
sus poderes de observación y contemplación. La simple lógica dicta que
una sociedad no puede funcionar adecuadamente en un clima donde el
asesinato, el robo, la deshonestidad y el adulterio están a la orden
del día. Éstas son todas las prohibiciones de la Torá, la lógica que
cualquier persona decente puede comprender.
Cuánto más una persona
ignora el sentido común, más molesta a HaShem. Un ejemplo extremo de
esto son los drogadictos, cuyo castigo –aún en este mundo– es severo.
Ellos pierden su humanidad y muchos de ellos sufren terribles muertes
después de mucho sufrimiento. Muchos preguntan: ¿Qué hay de malo en
drogarse de vez en cuando? Esta expresión “de vez en cuando” se vuelve
frecuentemente un amo malvado llamado adicción. Un esclavo de las
drogas no puede ser un siervo de HaShem. Además, muchos niegan que sean
adictos. El uso de drogas desafía el sentido común, ya que destruye
cuerpo, mente y alma. Como tal, la autodestrucción voluntaria de una
persona, enoja al Creador más que cualquier otro pecado y despierta
estrictos Juicios celestiales.
Lo mismo acerca de la
ingratitud. Cuando un niño pequeño niega el bien que se le da, sus
padres se enojan a pesar que es pequeño y carece de entendimiento.
Detente y piensa: ¿Quién es llamado niño bueno y bien educado? El que
sabe decir gracias…
La ingratitud es el rasgo negativo colectivo de la humanidad. Nuestros Sabios relatan que aun los animales expresan aprecio, como dice la Torá (Isaías 1:3): “Conoce el buey a su comprador y el asno el pesebre de su dueño”.
La ingratitud es el rasgo negativo colectivo de la humanidad. Nuestros Sabios relatan que aun los animales expresan aprecio, como dice la Torá (Isaías 1:3): “Conoce el buey a su comprador y el asno el pesebre de su dueño”.
Entonces, si una persona
carece de gratitud, no puede decir “Yo no aprendí Torá, yo no sé nada
mejor”. La gratitud y expresar agradecimiento son lo básico de la ética
humana.
Carecer de gratitud lleva a todo tipo de tribulaciones en este mundo, incluyendo enfermedad, divorcio y problemas en la crianza de los hijos. Así, mucho de nuestro sufrimiento contemporáneo es el resultado de nuestro (todavía a ser rectificado) pecado de llanto infundado. Nosotros lloramos y nos quejamos y el exilio sólo se alarga y alarga. Nuestro trabajo principal es desarraigar el despreciable rasgo de la ingratitud. Debemos seguir el camino de la gratitud para alcanzar nuestra redención.
La primera tarea
Carecer de gratitud lleva a todo tipo de tribulaciones en este mundo, incluyendo enfermedad, divorcio y problemas en la crianza de los hijos. Así, mucho de nuestro sufrimiento contemporáneo es el resultado de nuestro (todavía a ser rectificado) pecado de llanto infundado. Nosotros lloramos y nos quejamos y el exilio sólo se alarga y alarga. Nuestro trabajo principal es desarraigar el despreciable rasgo de la ingratitud. Debemos seguir el camino de la gratitud para alcanzar nuestra redención.
La primera tarea
Cada persona
quiere mejorar, cada uno quiere concretar su potencial y ser lo mejor
posible. La primera tarea de auto-mejoramiento, es evitar todos los
lloriqueos, quejas, llantos innecesarios, tristezas y desesperos, como
si fueran la peste.
El Trabajo del Agradecimiento
Debemos saber
que el trabajo de agradecer a HaShem, el Creador del Universo, es el
trabajo más profundo y verdadero para el auto-mejoramiento de cada uno
de nosotros. Una relación de agradecimiento con Dios, es la relación
más auténtica que existe. Por eso, todo el tiempo que el agradecimiento
es incompleto también la relación con HaShem es incompleta.
La gratitud y el agradecimiento es lo que abre todas los puertas Divinas, tal como dice el sagrado libro del Zohar,
que a través del agradecimiento la persona llega a presentarse delante
del Creador. El agradecimiento anula todas las acusaciones. Porque lo
que más las provoca es el hecho de que la persona no agradezca. El
agradecimiento es el propósito de la creación del hombre, y si no fuera
por el agradecimiento Dios no hubiera deseado crear Su mundo.
La gratitud y el
agradecimiento manifiestan la perfección de la fe: Implican que la
persona ve todo el bien que HaShem hace por ella en cada instante, y no
da nada “por obvio” sino que le agradece a Él por cada detalle de su
vida. Y cuando el hombre le agradece por aquellas cosas que ante sus
propios ojos no parecen buenas, es una señal de que reconoce la
Supervisión Divina absoluta que existe sobre él, y que tiene fe que
todo es para bien.
A través del
agradecimiento la persona tiene el mérito de llegar al “entendimiento”,
lo cual implica que no hay diferencia entre el juicio y la
misericordia, sabe que todo lo que le ocurre es para bien y agradece por
todas sus carencias.
El cuaderno
Si deseas ver
todo el bien y la bondad que Dios te concede y llenar tu vida de
gracias, he aquí una sugerencia útil: Comienza a anotar en un cuaderno
todas las bondades y los pequeños milagros que HaShem hace por ti. A
continuación, da las gracias por todos los detalles que has registrado.
Cualquier persona que hace esto automáticamente se llenará de alegría.
Descubrirá que la vida está llena de la bondad del Creador y que su
cuaderno no es lo suficiente grande para registrar todo el bien que le
envía. Aún más, experimentará más y más milagros y maravillas en su
vida.
Con un cuaderno
de agradecimiento, el hombre puede probar el paraíso en este mundo.
HaShem perdona todos los pecados de esas personas agradecidas que son
felices con su suerte y aceptan todo lo que les sucede con amor. Él
perdona aun aquellos pecados que la Torá considera imperdonables. Eso
no es todo, los pecados intencionales de una persona, se tornan méritos
porque su gratitud le lleva al arrepentimiento por amor.
El Libro Netivot Olam
afirma que el Creador perdona los pecados de una persona que acepta
todo lo que le sucede con felicidad y adoración – medida por medida. Es
como si dijera, de la misma forma en que esta persona acepta la
manera que conduzco el mundo con amor, Yo aceptaré su comportamiento
con amor.
No entiendo nada…
Ésta es la
canción que cantamos ya hace años: “¡No entiendo nada, no comprendo
nada, sólo tengo fe que todo es para bien!”. Las palabras “no entiendo
nada” se refieren al intelecto del cual venimos hablando. En verdad
ante nuestros ojos todo se ve como algo muy malo, solamente yo tengo fe que es para bien.
Así es la
persona, está limitada y ve solamente aquello que un ser de carne y
hueso es capaz de ver, aquello que de acuerdo al intelecto no es bueno.
Pero en cambio, el Creador ve una imagen completamente distinta: el
pasado, el presente y el futuro, e infinitas combinaciones que se
encuentran fuera de la capacidad de entendimiento humano, programas y
finalidades para las cuales sí es algo bueno y de ese mismo “no bueno”
brotará un bien enorme.
De esto cada uno
debe aprender que cuando se encuentra en una prueba no debe esperar
poder comprender por qué es para bien sino que solamente debe apoyarse
en la fe y de esta manera logrará alabar y agradecerle al Creador – en
todas las circunstancias. Entonces, logrará endulzar y mitigar todos
los juicios severos que hay sobre él y tendrá el mérito de ver la
bendición y el bien que le llegará.
Agradecer – de verdad
La causa
principal de las adversidades que tiene el hombre es su falta de
gratitud, es decir la falta de reconocimiento y agradecimiento; el
hecho de no decir gracias por todas las bondades que el Creador hace
para con él en cada instante. Si se agradece por lo bueno y también por
lo aparentemente malo, necesariamente llegará una salvación. ¿De
veras? Por supuesto. Entonces, ¿por qué a veces agradecemos y no nos
llega la tan esperada salvación? Tal como se quejó conmigo una persona
diciendo: “¡Yo digo todo el tiempo gracias, gracias y gracias y nunca
me ha llegado una salvación!”.
Mi respuesta fue
la siguiente: “Tú dices gracias porque oíste que hay que decirlo, nada
más. Tú no das las gracias porque realmente crees que es todo es para
bien, y ésta es la causa por la cual no te llega la salvación. Todo el
tiempo que no creas que todo es para bien – de verdad, tu
agradecimiento no es capaz de traer ninguna redención verdadera…
¡Incluso si dirás gracias mil veces! Quizás eso pueda ayudar a mitigar
un poco los juicios severos, porque al final de cuentas por el hecho de
estar diciendo gracias no comienzas a lloriquear y de todas maneras
las palabras influyen sobre el alma. Pero esto de ninguna manera puede
poner en funcionamiento lo que en verdad se debe activar, porque lo
fundamental es la fe, saber que en verdad todo llega de manera
planificada y que es para bien”.
¡Hay que
agradecer con sinceridad! – “¡Yo no entiendo nada! ¡No entiendo cómo se
comporta el Creador! Si Él lo quiere así, es porque es bueno”. Es
necesario decir gracias teniendo profunda fe de que todo es para bien: “¡Gracias
HaShem! De verdad gracias. Me alegra lo que Tú haces y te agradezco lo
que haces por mí. Yo deseo aquello que haces conmigo y acepto todo lo
que haces – ¡y te agradezco con todo mi corazón!”.
De hecho, lo que
resulta de esto es que cuando la persona tiene algún sufrimiento o
alguna gran carencia, significa que hay un juicio sobre ella. Por lo
tanto, lo mejor que puede hacer para liberarse de ese juicio es
agradecer y agradecer y seguir agradeciendo…
¡Y lo fundamental
– es agradecer por la misma carencia! ¿Por qué? Porque el
agradecimiento por esa carencia es la mayor manifestación de fe
verdadera, ya que la persona al agradecer manifiesta que cree que todo
proviene de HaShem y que todo es para bien. Por lo tanto, demuestra
que tiene la fe que también esa carencia proviene del Creador y de Su
Supervisión Individual, y si la recibió – seguramente es para su
propio bien eterno. El Creador, Quien todo lo sabe, vio que la realidad
de esa carencia es lo mejor para que esa persona logre su corrección
espiritual y que sin ella no podrá alcanzarla y ciertamente no podrá
apegarse al Creador. Es por ello que Él le otorgó tal privación con
absoluta misericordia, para su bien eterno.
La gente dice:
“Dije gracias y eso no me ayudó…”. Esto se debe a que en verdad esas
personas no aceptan la conducción del Creador y no están conformes con
aquello que les ocurre; simplemente dicen “gracias” porque oyeron que
es bueno hacerlo, como si fuera una “mantra” o un hechizo. ¡Eso no es
agradecer realmente! El agradecimiento es real cuando se lo hace con
verdadera alegría y gratitud. Es decir, que tal como alguien se alegra
por algo bueno que le ocurrió y agradece con todo el corazón, así
también debe alegrarse por algo malo y agradecer sinceramente. ¡Éste es
el agradecimiento que redime a la persona y a todo el mundo!
Cuando la persona piensa que lo que el Creador le hace es algo malo, y sólo dice ´gracias ´
para “activar” la salvación – de hecho está mintiendo. Porque de
acuerdo con su propio entendimiento debería llorar y quejarse por lo
que le sucede. De esta manera, ¿cómo puede llegar a recibir la
salvación a partir de tal “agradecimiento? ¿Acaso la mentira puede
traer salvación? ¡La mentira no salva a nadie! ¡Sólo la verdad trae la
redención y la bendición!
¡Debes agradecer con la fe que eso también es para bien! Di: “Creador
del Universo, yo tengo fe en ti. Yo no entiendo lo que Tú haces, pero
tengo la fe que todo lo que haces – es para bien, yo creo en Ti. Yo
tengo fe. ¡Gracias HaShem por lo que haces por mí!”.
El Trabajo del Agradecimiento
El
agradecimiento al Creador del Universo es el trabajo personal más
sincero y profundo que existe en la vida. Una relación de
agradecimiento a Dios es la relación más auténtica que existe. Por eso,
todo el tiempo que el agradecimiento es incompleto también la relación
con HaShem es incompleta.
El agradecimiento es lo que abre todas las puertas Divinas, tal como dice el sagrado libro del Zohar, que a través del agradecimiento la persona llega a presentarse delante del Creador. El agradecimiento anula todas las acusaciones ya que lo que más las provoca es el hecho de que la persona no agradezca. De hecho, el agradecimiento es el propósito de la creación del hombre y, tal como explica el Ramban, si no fuera por el agradecimiento Dios no hubiera deseado crear Su mundo.
El agradecimiento es lo que abre todas las puertas Divinas, tal como dice el sagrado libro del Zohar, que a través del agradecimiento la persona llega a presentarse delante del Creador. El agradecimiento anula todas las acusaciones ya que lo que más las provoca es el hecho de que la persona no agradezca. De hecho, el agradecimiento es el propósito de la creación del hombre y, tal como explica el Ramban, si no fuera por el agradecimiento Dios no hubiera deseado crear Su mundo.
El agradecimiento manifiesta
la perfección de la fe ya que implica que la persona ve todo el bien
que HaShem hace por ella en cada instante, y no da nada por
sentado//por obvio, sino que Le agradece a Él por cada detalle de su
vida. Y cuando el hombre Le agradece al Creador por aquellas cosas que
ante sus ojos de sangre y hueso no parecen buenas, es una señal de que
reconoce la absoluta Supervisión Divina que existe sobre él, y que
tiene la fe que “Todo es para bien”.
A través del agradecimiento el hombre logra recibir “Daat”,
la conciencia espiritual y el conocimiento de que no hay diferencia
entre el Juicio Divino y la Misericordia Divina. Él sabe que todo lo
que le ocurre es para su bien – ¡y por lo tanto hasta agradece por
todas sus carencias!
Por ello, el agradecimiento debe preceder a todo tipo de plegaria, como la confesión, el arrepentimiento, las súplicas, etc. Antes que nada es necesario agradecer por todas las bondades del Creador, y especialmente por aquellas carencias por las cuales se quiere rezar.
Agradecer por las carencias
Por ello, el agradecimiento debe preceder a todo tipo de plegaria, como la confesión, el arrepentimiento, las súplicas, etc. Antes que nada es necesario agradecer por todas las bondades del Creador, y especialmente por aquellas carencias por las cuales se quiere rezar.
Agradecer por las carencias
¿Por qué precisamente es tan
importante agradecer por las carencias? Porque el agradecimiento por
la bondad y el bien, y mucho más por los milagros y las salvaciones, es
algo obvio y bien entendible. Sin embargo, el aspecto más profundo del
agradecimiento, en el cual necesitamos un refuerzo especial, es el
agradecimiento por aquellas cosas que aparentemente no son buenas.
Porque de acuerdo con la Emuná, hay que agradecer por todo aquello que no nos sale como uno quiere y por todo lo que le falta, etc.
Cuando comenzamos a agradecer por las cosas que aparentemente no son buenas, ¡las salvaciones y las bendiciones empiezan a llegar rápidamente! Todo lo que deseabas solucionar, incluso aquello que parecía más complicado, que si hubiera llorado y suplicado día y noche no hubiera logrado resolver, logra resolverse rápidamente a través del agradecimiento. Porque como ya hemos mencionado, ¡el agradecimiento abre todas las puertas!
Cuando comenzamos a agradecer por las cosas que aparentemente no son buenas, ¡las salvaciones y las bendiciones empiezan a llegar rápidamente! Todo lo que deseabas solucionar, incluso aquello que parecía más complicado, que si hubiera llorado y suplicado día y noche no hubiera logrado resolver, logra resolverse rápidamente a través del agradecimiento. Porque como ya hemos mencionado, ¡el agradecimiento abre todas las puertas!
Por ejemplo: Una persona que
no tiene suficiente dinero para mantenerse, en algunos casos abunda en
plegarias y súplicas pero no logra ver ningún cambio en su situación.
Pero si la persona le agradece a Dios por su falta de sustento,
rápidamente verá un gran cambio para bien. Lo mismo aquel que no
encuentra a su pareja y que ya hace mucho tiempo reza pidiendo
encontrar a la persona adecuada y no logra ningún resultado… Si tiene
el mérito de agradecerle a HaShem por el hecho de que se demora en
encontrarla –en vez de llorar–, logrará grandes bendiciones. Una
persona enferma, si agradecerá una media hora cada día por el hecho de
estar enferma – ya verá grandes milagros y maravillas. Y así con
cualquier dificultad, complicación, cuando las cosas no se resuelven
como debían, el agradecimiento es lo que logra solucionar todo,
abriendo incluso la “cerradura” más fuerte.
Rab Shalom Arush
1 comentario:
E
l gran místico alemán del siglo 13, Meister Ekhart, dijo
una vez: “Si la única oración que dices en toda tu vida
es ‘gracias’, esta será suficiente”.
La gratitud es una práctica sagrada, una forma de conocer y
agradecer a Dios. La gratitud eleva nuestros espíritus, cambia
nuestra perspectiva y suaviza nuestros corazones. Cuando
somos agradecidos, somos humildes, estamos despiertos y
maravillados.
La gratitud nos ayuda a apreciar lo que
sí
tenemos en vez de
enfocarnos en lo que
no
tenemos.
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