Autor: Juan Carlos Vidal
Escrito para www.devocionaldiario.com
¿CUÁL ERES TÚ?
Estás
pasando por un momento difícil en tu vida, has sufrido una decepción
total de alguien o incluso estás enfrentando de nuevo el dolor de
sentirse solo, aislado, y que nadie tiene una palabra de aliento.
Sientes que estás derrotado y que lo que hasta ayer estaba bien, hoy
está mal y destruido. Hay algo que sucedió en días pasados que sacudió
tu vida por completo ¿¡cierto!? y hoy te sientes defraudado,
desmotivado, desterrado, desilusionado y cualquier otro sinónimo. Dios
tiene algo especial para ti hoy, él ha venido a consolarte.
Días atrás,
en mi vida, sucedió algo que sacudió fuertemente mi ser, tanto que las
lágrimas de dolor profundo llenaron mi rostro por muchas horas. Es algo
que aún retumba en todo mí ser, pero hoy me siento muchísimo más
tranquilo y lleno de paz. No es fácil sentir que la persona que amas
tanto simplemente te deja, y sé que muchos se pueden identificar conmigo
en ese aspecto. Y saben cuan doloroso es sufrir la terminación de una
relación por la que se ha dado tanto. Realmente es bastante doloroso.
En esos momentos de tanto dolor en los
que nuestro cielo se nubla, nuestra fuerza se descarga y nuestro ánimo
se desconecta, es donde Dios nos habla mucho más fuerte. Y es que nunca
se está preparado para cualquier acontecimiento que pueda pasar en
nuestras vidas, sea bueno o sea “malo” siempre nos vamos a sorprender,
pero tenemos que entender que Dios tiene el control de absolutamente
todo lo que sucede en nuestras vidas, a pesar de que lo que parezca
“malo” para nosotros, en realidad, y a su tiempo, será muy bueno. No
olvidemos lo que dice la Palabra de Dios “Y sabemos que a
los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los
que conforme a su propósito son llamados” Romanos 8:28.
Y fue en ese momento de intenso dolor
donde 'Dios' trajo a mí ser todas aquellas palabras que él mismo me ha
dicho en los escritos anteriores. Esa noche, Dios, gritándome con una
voz como nunca había escuchado, una hermosa voz de aliento, me dijo:
“¡Tu mejor esfuerzo! ¡TU MEJOR ESFUERZO! No saben lo increíble que se sintió escuchar eso, y aún hoy, al recordarlo, siento como todo mi ser se estremece por completo.
Sabes, aunque estés pasando por momentos
tan difíciles, Dios es nuestro amigo, nuestro Padre, y el Espíritu
Santo está allí para consolarte, a tu lado, abrázalo y siente como tu
dolor se va, tu sufrimiento muere y una paz sobrenatural llena todo,
absolutamente todo tu ser.
Pude haber detenido esta carrera hacia
la meta por aquello que paso, pero en aquel momento de angustia, con el
puño arriba y apretándolo hasta que me dolieran las coyunturas, le dije a
Dios: “Si estás conmigo, prosigo a la meta” y
también le dije: no renegaré contra ti, seguiré adelante por el
propósito de mi amado Señor Jesucristo, él me dio, él me quitó, te alabo
Señor Jesús y humildemente te digo gracias por lo que haces en mi vida
así me duela, es tu voluntad y la acepto porque sé que algún día te veré
y abrazarte será mi gran consolación, y en el Nombre de Jesús digo: “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de dios en Cristo Jesús” Filipenses 3:14. Te amo Espíritu Santo.
No detuve mi caminar por un motivo muy
especial que Dios mismo hablo a mi vida. Jesús tuvo que sufrir mucho más
que tu y yo y lo que pueda pasarnos en toda una vida. Él también se
sintió muy abatido hasta el punto de llorar lágrimas de sangre, pero aún
así, decidió seguir adelante sabiendo que muchas otras cosas peores
iban a suceder, pero que el regalo sería enorme para ti y para mí. Él
siguió por amor a su Padre y para hacer su perfecta voluntad. Él siguió
por ti y por mí. Y si Él siguió adelante, dime con qué cara le vamos a
decir: “No Dios, lo que pasa es que no puedo seguir porque…” le vamos a decir que algo que nos sucedió fue más doloroso que lo que él sufrió, no creo.
Es hora de seguir adelante y si Dios ha
permitido eso, es porque algo grande está próximo a suceder en tu vida,
sino es que sucede ¡ahora mismo! Y aunque sea difícil levantarse de un
golpe, ¡Levántate! Y no permitas que Satanás te venza.
“NO LLORES MÁS” por aquello que causa dolor en tu vida, llora en la Presencia de Dios; si has pensado en abandonar el camino y no seguir, “¡DETENTE, NO LO HAGAS!”, aunque parezca muy difícil Dios te está gritando “¡Tú mejor esfuerzo, TU MEJOR ESFUERZO!” y finalmente “TÚ DECIDES” si sigues adelante o no, pero ten en cuenta que, si escoges que no, vas a estar perdiendo lo mejor de tu vida, LO MEJOR.
Es más puede que ahora mismo, y aunque hayas orada mucho y no veas que
Dios este actuando, esté por pasar algo inimaginable en toda tu vida.
¡Créelo y lo verás! Te lo dice alguien que paso, está pasando y pasará,
por lo que hoy te está doliendo, y Dios le ha librado del sufrimiento,
ha cambiado el llanto en gozo y el luto en alegría.
Indiscutiblemente Dios me dijo que
viniera a decirte todo esto, incluyendo lo siguiente: Escuche una
historia sobre dos granjeros que necesitaban que lloviera, ambos oraron
por la lluvia, pero solo uno salió a preparar el campo para recibirla.
¿En cuál crees que confió Dios para enviar la lluvia?… ¿Cuál eres tú?…
DIOS TE ENVIARÁ LA LLUVIA CUANDO ESTÉS LISTO, TIENES QUE PREPARAR TU CAMPO PARA RECIBIRLA.
“LLÁMAME CUANDO ESTÉS ANGUSTIADO; YO TE LIBRARÉ Y TÚ ME HONRARÁS”
SALMO 50:15
“PARA DIOS TODO ES POSIBLE”
MATEO 19:26
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