Aprende * El agua fría y sus beneficios
Indicaciones: Quemaduras, hemorragias,
fiebre, agotamiento, hipotensión, insomnio y fortalecer el organismo.
¿Sólo agua fría? Se preguntan escépticas no pocas
personas cuando se menciona el agua como remedio a veces mucho más
eficaz que infinidad de medicamentos de alto precio. Y, sin embargo,
fuerza es reconocer que el agua, fría, caliente o templada, ocupa un
importante lugar dentro de la gran variedad de remedios caseros
conocidos. A esto hay que añadir las curas hídricas que, si bien no
deben ser consideradas como un remedio casero, ya que representan una
terapia específica que se realiza bajo control médico, demuestran el
gran valor del agua como recurso terapéutico. Dejando, pues a un lado
este tema, sobre el que cualquier persona interesada puede informarse
exhaustivamente a la vista de la literatura especializada, voy a
limitarme a exponer en qué forma el agua fría puede proporcionar un
rápido y eficaz alivio del dolor, contener las hemorragias y ejercer una
acción favorable en el proceso curativo de muchas enfermedades
reduciendo la fiebre, reanimando y fortaleciendo el organismo.
El agua fría y las quemaduras
Desgraciadamente las quemaduras suelen ser bastante frecuentes (con la plancha, en la cocina, al saltar el aceite, con el vapor de la olla a presión, etc.) y todos sabemos cuán dolorosas pueden ser. Pues bien, los primeros auxilios podemos confiarlos plenamente al agua fría: sumergir en agua fría la parte afectada, ponerla bajo el chorro del grifo o si se ha abierto herida, cubrirla con una gasa aséptica y aplicarle hielo. Los dolores desaparecen al cabo de unos veinte minutos y, si la aplicación del agua fría se ha hecho inmediatamente después de sufrida la quemadura, puede evitarse incluso la formación de ampollas. Es obvio que si se trata de quemaduras graves o que afectan a grandes superficies, la asistencia médica urgente es lo correcto.
Desgraciadamente las quemaduras suelen ser bastante frecuentes (con la plancha, en la cocina, al saltar el aceite, con el vapor de la olla a presión, etc.) y todos sabemos cuán dolorosas pueden ser. Pues bien, los primeros auxilios podemos confiarlos plenamente al agua fría: sumergir en agua fría la parte afectada, ponerla bajo el chorro del grifo o si se ha abierto herida, cubrirla con una gasa aséptica y aplicarle hielo. Los dolores desaparecen al cabo de unos veinte minutos y, si la aplicación del agua fría se ha hecho inmediatamente después de sufrida la quemadura, puede evitarse incluso la formación de ampollas. Es obvio que si se trata de quemaduras graves o que afectan a grandes superficies, la asistencia médica urgente es lo correcto.
El agua fría y las hemorragias
Las pequeñas hemorragias son frecuentes durante la práctica de un deporte, jugando, estando de excursión o mientras se realiza un trabajo. Y no olvidemos que los chichones a consecuencia de algún golpe en la cabeza también son hemorragias. Tanto el dolor como la hinchazón frecuentes en tales casos pueden eliminarse y evitarse mediante la aplicación inmediata de compresas de agua fría o la aplicación directa de un chorro continuo de agua fría. A veces es suficiente aplicar un pañuelo mojado. Como los chichones son realmente heridas internas no es preciso detenerse en consideraciones de carácter aséptico y un pañuelo cualquiera, aunque esté usado puede servir. Lo importante es no perder tiempo y cambiar la compresa con frecuencia. El mismo procedimiento es válido para el tratamiento de cualquier torcedura o luxación.
Las pequeñas hemorragias son frecuentes durante la práctica de un deporte, jugando, estando de excursión o mientras se realiza un trabajo. Y no olvidemos que los chichones a consecuencia de algún golpe en la cabeza también son hemorragias. Tanto el dolor como la hinchazón frecuentes en tales casos pueden eliminarse y evitarse mediante la aplicación inmediata de compresas de agua fría o la aplicación directa de un chorro continuo de agua fría. A veces es suficiente aplicar un pañuelo mojado. Como los chichones son realmente heridas internas no es preciso detenerse en consideraciones de carácter aséptico y un pañuelo cualquiera, aunque esté usado puede servir. Lo importante es no perder tiempo y cambiar la compresa con frecuencia. El mismo procedimiento es válido para el tratamiento de cualquier torcedura o luxación.
Baños de agua fría de brazos y pies para
fortalecer el organismo, para combatir el insomnio y problemas
digestivos.
La sensación de frescor que proporciona un baño de brazos en agua fría no solo es bien recibida en los días calurosos del verano, sino en general cuando uno se siente cansado: la cabeza se despeja y pronto se siente uno reanimado a causa de la regulación de la tensión. Un baño de brazos en agua fría es la cosa más sencilla del mundo; el grifo nunca falta. Por consiguiente, basta colocar los brazos debajo del chorro de agua fría y luego frotárselos bien con una toalla más bien áspera. A veces es suficiente con mojarse bien las muñecas, bajo el grifo o aplicando compresas. Se ha comprobado que este sencillo remedio casero puede hacer desaparecer incluso los dolores de cabeza ligeros y la taquicardia de tipo nervioso.
Los efectos son aún más positivos en el caso del baño de pies en agua fría. Para llevarlo a cabo puede utilizarse un cubo o recipiente bastante grande para que el agua llegue a cubrir como mínimo la mitad de las pantorrillas. Durante el baño es preciso mover constantemente los pies. El efecto refrescante y reanimador no tarda en advertirse. Efectos análogos pueden conseguirse asimismo mediante chapoteos en agua fría, pisando sobre el rocío, sobre piedras frías o caminando sobre la nieve brevemente. El efecto es aún mejor si posteriormente se friccionan los pies con un paño áspero.
Estas aplicaciones del agua fría constituyen asimismo un remedio eficaz para combatir el insomnio y para todas aquellas personas, niños o adultos que carecen de las suficientes defensas contra los enfriamientos ya que su práctica prolongada proporciona un aumento de las mismas. Ninguna de las aplicaciones del agua fría deberá prolongarse más de tres minutos. Las personas en tratamiento por afecciones cardíacas deberán consultar en todo caso a su médico y nunca proceder por propia iniciativa.
La sensación de frescor que proporciona un baño de brazos en agua fría no solo es bien recibida en los días calurosos del verano, sino en general cuando uno se siente cansado: la cabeza se despeja y pronto se siente uno reanimado a causa de la regulación de la tensión. Un baño de brazos en agua fría es la cosa más sencilla del mundo; el grifo nunca falta. Por consiguiente, basta colocar los brazos debajo del chorro de agua fría y luego frotárselos bien con una toalla más bien áspera. A veces es suficiente con mojarse bien las muñecas, bajo el grifo o aplicando compresas. Se ha comprobado que este sencillo remedio casero puede hacer desaparecer incluso los dolores de cabeza ligeros y la taquicardia de tipo nervioso.
Los efectos son aún más positivos en el caso del baño de pies en agua fría. Para llevarlo a cabo puede utilizarse un cubo o recipiente bastante grande para que el agua llegue a cubrir como mínimo la mitad de las pantorrillas. Durante el baño es preciso mover constantemente los pies. El efecto refrescante y reanimador no tarda en advertirse. Efectos análogos pueden conseguirse asimismo mediante chapoteos en agua fría, pisando sobre el rocío, sobre piedras frías o caminando sobre la nieve brevemente. El efecto es aún mejor si posteriormente se friccionan los pies con un paño áspero.
Estas aplicaciones del agua fría constituyen asimismo un remedio eficaz para combatir el insomnio y para todas aquellas personas, niños o adultos que carecen de las suficientes defensas contra los enfriamientos ya que su práctica prolongada proporciona un aumento de las mismas. Ninguna de las aplicaciones del agua fría deberá prolongarse más de tres minutos. Las personas en tratamiento por afecciones cardíacas deberán consultar en todo caso a su médico y nunca proceder por propia iniciativa.
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