"Los amo en Cristo Jesús"
Guía de Oración:
*PROMESAS:
I- “PADRE NUESTRO QUE ESTAS EN LOS CIELOS.”
A- Elabora una imagen mental de la sangre derramada por Jesús en la cruz del calvario.
B-Agradezca a Dios que puede llamarle “Padre” gracias a esa sangre.
II- “SANTIFICADO SEA TU NOMBRE.”
A- Beneficio 1: Pecado-perdón del pecado y liberación del dominio del pecado.
1-Santifique Su Nombre.
a-“Jehová-Tisdkenu: Jehová nuestra justicia.
b-“Jehová-m’kadesh: Jehová que santifica.
2- Haga sus declaraciones de fe.
B- Beneficio 2: Espíritu-plenitud del Espíritu Santo.
1- Santifique Su Nombre.
a-Jehová-salom: Jehová es paz.
b- Jehová-sama: Jehová está allí.
2-Haga sus declaraciones de fe.
C- Beneficio 3: Salud-promesa de salud y sanidad.
1- Santifique Su Nombre.
a- Jehová-rophe: Jehová sana.
2- Haga sus declaraciones de fe.
D- Beneficio 4: Éxito-poner fin a la maldición de la ley.
1- Santifique Su Nombre.
a-Jehová-Jireh: Jehová proveerá.
2- Haga sus declaraciones de fe.
E-Beneficio 5: Seguridad-poder sobre el temor a la muerte y al infierno.
1-Santifique Su Nombre
a-Jehová-rohi: Jehová mi pastor.
b- Jehová-nisi: Jehová mi estandarte.
2-Haga sus declaraciones de fe.
III –¿Estoy tomando el Nombre del Señor en vano?
A-Pídale al Espíritu santo que le revele esferas en las que usted podría estar tomando el Nombre del Señor en vano.
B- So métase al Señorío de Cristo.
IV – Ore en el Espíritu, invocando al Padre Celestial en el nombre de JESÚS, adorando y entonando alabanzas en su corazón hacia el Señor.
1 comentario:
La súplica nos alivia por dentro, porque cuando le pedimos ayuda al Espíritu Santo sentimos que la carga que estamos llevando ya no es tan pesada. Seguro él nos ayudará de alguna manera para que encontremos una salida, y sobre todo para que sepamos cómo enfrentar esa dificultad.
El Espíritu Santo es como un maestro interior, como un médico del alma, como un especialista en masajes interiores que sabe poner las cosas en su lugar. Así, las dificultades no te enferman, no te derriban, no te lastiman tanto, porque él derrama una fuerza, un perfume, un bálsamo que te alivia en medio de los problemas. Por eso, nada mejor que pedirle ayuda al Espíritu Santo.
La misma Biblia nos dice que tenemos que suplicar y pedir ayuda:
"Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá" (Salmo 55,23).
"No se angustien por nada, y en cualquier circunstancia recurran a la oración y a la súplica" (Filipenses 4,6).
"Si alguien está afligido, que ore" (Santiago 5,13).
La súplica es descargar las inquietudes en el Señor, sabiendo que él se ocupa de nosotros cuando se lo permitimos realmente (1 Pedro 5,7).
Detengámonos un momento a pedirle ayuda al Espíritu Santo, a suplicarle por aquellas cosas que nos preocupan en este momento de nuestra vida.
Amén."
De: Los 5 minutos del Espíritu Santo, por Victor Manuel Fernández.
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